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Con una Sala Caracol que no estaba abarrotada, pero con una asistencia más que digna considerando que era un día de diario, asistimos a un auténtico recital de dos grandes bandas con un concepto diferente pero rebosante de energía.
Comenzaron abriendo el espectáculo los franceses Highway, banda que reconozco que no conocía, pero que destiló un buen hacer en el escenario, y muchísima profesionalidad desde el punto de vista del espectáculo de rock como concepto.
Un buen vocalista, con una voz segura, contundente, y una buena dosis de carisma, que está acompañado por una sección rítmica de gran calidad y un guitarrista con una clara orientación de rock clásico que supo llenar el escenario en todo momento.
Los temas de la banda son pegadizos y contundentes, llenos de energía, recordando por su actitud a bandas con muchísimo bagaje internacional y sin decaer en un solo momento.
Si bien es cierto que no destacan en absoluto como virtuosos, y que su propuesta puede resultar un poco anticuada, recuerdan a bandas de rock americano como Bon Jovi o Aerosmith y a otras europeas como Gun. Aún así, creo que habría sido interesante introducir alguna banda nacional de mayor calado que no tiene nada que envidiar a esta formación, pese a que como he dicho, dio un concierto muy digno y lleno de energía.
Sin embargo, como suele suceder de forma injusta en estos conciertos, la banda no dispuso de mucho público ante el que lucirse y darse a conocer, además de sufrir ciertos problemas de sonido como una sobrecarga de graves que en momentos llegaba ser desagradable, cuestión por supuesto ajena a la banda.
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Tras un parón que se me antojó excesivo para un concierto en una sala, comenzó una introducción para dar pie al concierto estrella de la noche. La sala comenzaba a estar está prácticamente llena y la expectación se palpaba en el ambiente, llenos de fans de diversas edades con una clara orientación hacia el hard rock.
Decir que el repertorio fue escogido pasando por todas las etapas de la carrera del genial cantante americano, que ha militado entre otros en Yngwie Malmsteen’s Rising Force, Talisman, Journey, WET,etc. Jeff Scott Soto tiene una trayectoria que ya quisieran para sí la mayor parte de los cantantes internacionales, además de su trayectoria en solitario.
En este caso la formación contaba una vez más con el genial guitarrista Jorge Salán (ex Mägo de Oz), quien a lo largo del concierto dio una auténtica cátedra de guitarra rock, demostrando que sin lugar a dudas, a día de hoy, es uno de los guitarristas más virtuosos y limpios de toda Europa. Fue un placer escuchar el sonido de guitarra no demasiado procesado y muy auténtico.. Me sorprendió ver a Jorge con una Gibson Les Paul preciosa, pese a su relación con Mayones y Yamaha.
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Acompañaban a Soto músicos de talla mundial, al igual que Jorge, como el bajista David Z, un músico técnico, solvente y con groove, el segundo guitarrista B.J. Cominato a la batería (contundente y metronómico, clavando el ritmo y con un rictus serio pero con momentos de auténtica furia), destacando la contundencia rítmica de la banda, el sonido de rock clásico, y la movilidad en el escenario del bajista, un auténtico rock star.
A Jorge le vi mucho más entonado en el sentido estético que en otras ocasiones, dando un paso adelante durante los solos de guitarra, vertiginosos, como pide el estilo que estaba tocando. En la sección rítmica tal vez continúa un poco estático, sin hacer demasiado alarde de posturas, pero todos sabemos cómo vive Jorge la música por dentro, y muchos de mis músicos favoritos, leyendas como John Petrucci o Eric Johnson, dan menos espectáculo que él sobre un escenario. Increíble también la mejoría en los últimos años de su expresividad como guitarrista, algo en lo que probablemente ha tenido mucho que ver su gusto por el blues.
Soto, ataviado durante buena parte del concierto con una estética propia del glam, con gafas de sol y fular, fue una auténtica bestia en el escenario en todos los sentidos. No creo que haga falta decir nada sobre su calidad como cantante, que mostró en todo momento con exhibiciones vocales que no había visto prácticamente a ningún cantante sobre un escenario, salvando a Russell Allen, de Symphony X.
Viendo su hacer en el directo, no resulta difícil entender su trayectoria en bandas mundialmente reconocidas, así como sus constantes colaboraciones con otros grupos y en bandas sonoras como la famosa «Rock Star».
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Empezó el concierto con temas de su último disco, con un aire más metálico y moderno. Desde el primer momento, tanto la banda como Jeff estuvieron muy entonados, si bien en determinados momentos yo habría agradecido mayor volumen en la voz, que en ocasiones era solapada por otros instrumentos.
Una sección coral brutal, en la que tuvo un gran protagonismo Jorge, arropaba el cantante solista y recordaba los trabajos vocales de grupos como Toto, Def Leppard o Journey.
Tras hacer un repaso de diversos discos de su carrera en solitario, repasaron algunos temas del mítico Axel Rudi Pell, encendieron sobremanera el ánimo del público madrileño. En este caso realizaron un mix, algo que sería común a lo largo de un concierto largo que resultó muy completo y ameno, con Jeff implicado al maximo charlando en un castellano nada desdeñable con el público y haciendo bromas.
Continuó con otro tema de su carrera en solitario y dio paso al momento estrella para Jorge Salán que, acompañado por la banda, tocó un tema de su propia cosecha, «Risk», mostrando de nuevo su virtuosismo y su calidad como guitarrista,
Tras este intermedio, Jeff y su banda pusieron toda la carne en el asador con un larguísimo pero agradecido medley de la banda Talisman, que alcanzó su momento cumbre con la versión de «Frozen» (de Madonna) y el mítico «I’ll be waiting».
En este momento, el público ya estaba completamente rendido y la banda funcionando a pleno rendimiento, con un lucimiento vocal que no parecía tener fin, y una clase exquisita a la hora de expresar emociones.
Para culminar, hicieron otro medley de dos temazos clásicos de Rising Force, con Jorge haciendo las veces de Yngwie Malmsteen, pero dándole su toque particular: «I’m a viking» y la genial «I’ll see the lights tonight». Quizás este fuera el momento cumbre del concierto (sin contar con los bises), en el que servidor, anonadado por la diferencia que existe entre ese joven Soto, y el actual gigante del rock, terminó dando botes y a punto de perder su cámara de fotos.
Cerraron con el tema «Living the live», uno de los temas ya clásicos de la película «Rock Star», interpretada vocalmente por Soto. Un temazo energético que, sin embargo, parecía presagiar una jugosa sección de bis.
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Y así fue. Leve descanso y vuelta con un divertidísimo medley de temas, con Jorge un poco más en segundo plano, y B.J., el segundo guitarra, cantando el clásico «Don’t stop believing» de Journey, aunque muchos esperábamos que Soto se mojase en ese tema. El medley incluyó también momentos estelares, con covers de Iron Maiden (increíble la voz de Soto), el «Love in an elevator» de los geniales Aerosmith, o “You’ve got another thing comin’” de Judas Priest. Además, Jeff tuvo un gesto de complicidad con el público madrileño jugando a una pregunta respuesta de voces con todos nosotros. Su dominio vocal y su rango son de lo mejor que he escuchado nunca, no importándole que su timbre se mueva en registros rockeros, y dominando técnicas de blues, soul, metal.
Y como colofón, el temazo «Stand up», de nuevo de Steel Dragon, la banda ficticia de la película «Rock Star», momento que viví con especial interés ya que es un tema que yo mismo he versionado en diversos grupos. Jorge le aportó un estilo diferente aunque fue bastante fiel al solo, lo que lo hizo, si cabe, más interesante, y Jeff volvió loca a toda la audiencia con una mezcla de voces medias-graves rasgadas y agudos imposibles y perfectamente afinados.
En definitiva, un genial concierto con el aliciente de contar con Salán. Es hora de que nos demos cuenta de que la situación en la música española ha cambiado radicalmente. A día de hoy, hay instrumentistas al nivel de los mejores de USA o UK, y se agradece que se les de la oportunidad de demostrarlo.
Y de Jeff… poco más que decir. La edad no ha hecho sino engrandecer su figura y su calidad.
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TEXTO Y FOTOS: Belial Báez
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