Los badalonenses defendieron su último trabajo, «Permeable», en la sala RockSound, contando con la presencia de Tao, banda del guitarrista Micky Vega, como teloneros.
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Última de las crónicas pendientes de publicación pertenecientes a conciertos a los que hemos asistido durante el parón entre temporadas. En esta ocasión nos trasladamos a la pequeña sala RockSound de Barcelona, una sala, que, por si no sois de aquí, diremos que es uno de los lugares claves en la escena rockera/metalera barcelonesa, con una programación de conciertos que abarca casi todos los días del año. Y pese a su pequeño escenario y su capacidad para sólo unas 150 personas, los conciertos allí suelen sonar realmente bien, mejor que salas con mayor aforo y equipamiento técnico.
Además, suele congregar a un tipo de público muy fiel, al que no importa tanto el concierto en sí, sino formar parte de esa escena rockera. Podría decirse que existe una «familia RockSound».
Los protagonistas de la noche eran Big Bang, la inclasificable banda de stone rock, rock gótico, rock progresivo, metal progresivo, rock alternativo, metal alternativo y doom metal, y que con la edición de su último trabajo, «Permeable», han añadido a esta lista de géneros que practican el metalcore y algo de djent. Dado que no hay una palabra que pueda englobar todos esos géneros, lo mejor será decir que Big Bang tocan «música Big Bang», o sea, que han conseguido un estilo propio, o por lo menos, inédito en nuestro país. En su música podemos escuchar ecos de Héroes del Silencio, Sôber e Inmune (curiosamente, banda en la que milita el frontman de Tao, teloneros de esta velada), pero son sólo eso, influencias y semejanzas. Quizás, la única formación con quien podrían emparejarse estilísticamente son, por más exagerado o sacrílego que pueda parecer, con los norteamericanos Tool, banda de megaculto cuyos fans se encargaron de acuñar el coñazo de expresión/meme, «moriré sin escuchar un nuevo disco de Tool».
Dicho esto, esté equivocado o no, lo que sí es cierto es que la propuesta de Big Bang es tan diferente que, según Manuel Rubiales —vocalista y confundador—, «no nos quieren en festivales de prog por ser demasiado heavys, no nos quieren en festivales de heavy por ser demasiado progs y no nos quieren en ningún otro festival por ser muy alternativos».
Para Guitar Xperience y un servidor, esta era una cita obligada por varios motivos. Uno, nunca he visto a Tao en directo y su frontman, Micky Vega, es uno de los nombres propios de la guitarra metalera en Barcelona, por lo que ya tocaba verlos. Otro, me encantan Big Bang y su aproximación a sonidos más modernos en «Permeable» la he disfrutado mucho, además de que sus conciertos siempre suelen ser de nivel. Y por último, dos miembros de la banda, los hermanos Rubiales, son colaboradores ocasionales de este medio. Por tanto, cita obligada.
Cita obligada, que, para variar, comenzó tarde. Y es que esto comienza a ser una constante en Big Bang, aunque siempre sea por causas ajenas. Estaba anunciada la apertura de puertas a las 21 y el inicio del concierto de Tao a las 21:30 y finalmente fueron las 22 y 22:35/40 respectivamente. Total, que la velada terminó algo pasadas las 01 de la madrugada.
En fin, que con tal retraso, aparecieron sobre el pequeño escenario los Tao. Para quien no los conozca, decir que es una formación un tanto atípica: en formato power trio, ofrecen una música que mezcla sin rubor el heavy metal, hard rock, rock alternativo e indie pop, con algunas pinceladas de metal progresivo. Esto deriva en una música de gran calidad, letras excelentes y estribillos coreables, así como bastante comercialidad.
Y es que la propuesta de Tao podría ser válida tanto para un festival de heavy metal como para un Primavera Sound, por extraño que pueda parecer.
La banda está formada por David González —batería—, Oscar Cortés —bajo— y Micky Vega —voz y guitarra—. Éste último es un viejo conocido de este medio ya que hemos hablado de él en más de una ocasión a raíz de su proyecto paralelo de shred instrumental, Four Monkeys, o de su pertenencia a la formación de metal gótico, Inmune.
Si bien la cita apenas congregaría a menos de un centenar de personas (aunque era sábado, debió de pesar el concierto que se realizaba a la misma hora en la cercana Razzmatazz de los vascos Berri Txarrak), es evidente que los seguidores de Tao hicieron mucho más ruido que los de Big Bang, agolpándose delante del escenario y coreando todas y cada una de las canciones. Creo que dos son los motivos para este comportamiento: por un lado, tenemos la comercialidad de algunas de las composiciones de Tao frente a la complejidad más progresiva de los de Badalona, y por otro, Micky Vega es un tipo muy popular en redes sociales y uno de esos pocos integrantes del ecosistema rockero barcelonés que cae bien a todo el mundo y del cual nadie es capaz de emitir crítica negativa alguna. Como diría mi madre: «es más majo que las pesetas».
Como es normal, el concierto alternaría temas pertenecientes a los dos únicos álbumes que el trío ha editado hasta el momento —«Código de honor» y «Desafío»—, comenzando de forma potente con «Razón de vivir» y «Desafío». Esta segunda, si bien Tao no es una banda de muchos solos, es digna de elogio por el tremendo riff de guitarra, parecido al de «One day remains» de Alter Bridge; por tanto, potencia máxima y grandes posibilidades de romperte el cuello haciendo headbanging.
«Mucho más allá» sería el tercer tema en sonar, seguido de la muy coreada «Magia negra», la cual daría paso a uno de los momentos álgidos de la noche, con «Gritarnos, llorar, pedir perdón», toda una joya y quizás el más aplaudido de la noche.
Una composición, la más indie de todas, y que por su aire oscuro y los acordes de guitarra limpia, me recordó a los primeros discos de ciertas bandas de rock y new wave españolas de los 80, como Radio Futura o La Unión (algo curioso, puesto que después vendría cover de éstos últimos).
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«Primavera», «Ángel de la guardia», «Cambiar el mundo», «Invierno»… uno a uno iban cayendo temazos hasta llegar a «Lobo hombre en París», versión del clásico de los mencionados La Unión que sorprendería a los pocos que no conocían a fondo al grupo. Muy buen cover, respetuoso con el original pero añadiendo unas guitarras bien potentes.
La recta final vendría con «Estrella fugaz», «Abandonados», «Huracán» y otro de sus hits, «Código de honor», para despedirse tras una hora y veinte —de hecho, tocaron algo más tiempo que los protagonistas de la velada— entre sonoros aplausos.
Para el que no conozca a Tao, además de los datos apuntados más atrás, decir que tienen un directo muy solvente, buen sonido e imagen y una continua comunicación con el público, en especial por parte de Micky y David. Una prueba de ello fue un tema en el que, guitarras acústicas en mano, tocaron en la pista y entre el público ellos dos, sin ningún tipo de amplificación y siendo acompañados en todo momento por unos aficionados totalmente entregados.
Lo dicho: excelente actuación, gran carisma escénico y unas composiciones sofisticadas que unen momentos de potencia metalera con otros más comerciales y mainstream sin que quede raro o forzado.
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Tras el consabido —y rápido— cambio de backline, subieron al escenario los miembros de Big Bang: Manuel Rubiales —voz—, Fran Rubiales —guitarra—, Frederic Torres —bajo— y un recuperado de la primera formación, Siscu Carrasco —batería—, quien parece que ha vuelto para quedarse.
Siendo ya algo pasadas las doce, dio la sensación de que la sala se había quedado bastante vacía. O tal vez fuera que el nutrido grupo de seguidores de Tao ya no estaban delante del escenario sino distribuidos por la sala, pero lo cierto es que desde cualquier punto podían verse las evoluciones de los músicos sin que nadie entorpeciera tu visión —lo que suele ser habitual en una sala como esta, de pequeñas dimensiones—.
Como es lógico, «Qué importan las palabras», single de presentación de «Permeable», fue la canción elegida para dar comienzo y me sorprendió cómo Fran, a pesar de tener siempre un sonido muy cuidado, supo trasladar el sonido tan potente y moderno —muy metalcore y djent— de la versión de estudio al directo.
«Son excusas» e «Invisible», también del último trabajo, fueron las siguientes canciones en sonar. Destacaría los toques tan a lo Hendrix de Fran en los riffs de «Invisible», que le daban ese algo diferenciador que tiene esta banda.
«Si parase el mundo» seguía formando parte de esta presentación de «Permeable», siendo además un tema progresivo de los densos, de los que hacía que el público estuviera bien quieto intentando asimilar lo que estaban escuchando.
El siguiente trecho del concierto estaría dedicado a «Vacío», aparecido en 2.016. El oscuro medio tempo de «A contraluz», la muy metalera «Respirar» (que por momentos recuerda a Pantera) y la crimsonniana «Vacío», hicieron recordar lo bien que sonaba este álbum y la madurez alcanzada por el grupo con su realización.
A continuación llegaría el momento más esperado. Semanas atrás, anunciaron que en el concierto tocarían una versión de Audioslave (la genial banda que surgió de la fusión entre Rage Against The Machine y Chris Cornell), pero, encuesta mediante, pidieron al público que seleccionara por ellos la canción a versionar.
La vencedora fue «Gasolina», cover de «Gasoline», la cual fue tratada con mucho mimo a pesar de tener algunos detalles diferentes, como ser cantada en español y su letra adaptada en vez de traducida literalmente.
Gran trabajo en el cual sobresalió Manuel Rubiales, consiguiendo una perfecta mezcla de su propio y muy personal estilo de cantar con pasajes que recordaban al añorado Cornell.
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Tras ésta vendrían dos nuevas visitas a «Permeable»: «Revolución», la cual sirvió a Manuel para invitar al público a cantar el estribillo y luego ponerse a hacer el gamberro un buen rato, subiéndose a la barra del bar a cantar, rollo «Bar Coyote», y «En un millón de vidas», hard rock oscuro y menos intenso que todo lo que llevábamos escuchando hasta el momento y que contiene algo de comercialidad (siempre teniendo en cuenta lo comercial que un grupo como este puede llegar a ser).
Y en la recta final, recordatorio otra vez de «Vacío», con «Efímero» y la tremenda «Danzarás», que junta sin rubor el stone rock más pesado, el rock progresivo más complejo y el funkrock psicodélico de Jimi Hendrix.
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Como siempre, gran concierto de una banda inclasificable pero que realiza una música llena de mil matices. Muy difícil destacar a alguien en Big Bang ya que la personal forma de cantar de Manuel, el sonido y eclecticismo de Fran, el virtuosismo de Frederic y la contundencia de Siscu, dan lugar a una mezcla de personalidades y estilos que juntos son la bomba.
Es cierto que la música de Big Bang no es para todos los gustos, incluso no lo es para todos los amantes del rock o metal progresivo. Aquí no tenemos flipadas virtuosas a lo Dream Theater, el «headbangeo» de Symphony X o la epicidad de Yes. Aquí lo que tenemos es una locura ardua de escuchar a no ser que seas fan de bandas como King Crimson, Tool o Van Der Graaf Generator, con un toque muy oscuro y un sonido pesado proveniente del doom metal y el stone rock. Por lo tanto, no me extrañaría que parte del público de Tao hubiese huido en desbandada al comenzar el concierto de Big Bang.
En definitiva, muy buen concierto a cargo de unos musicazos que no lo ponen fácil al público, pero que sin duda, tienen unos seguidores a los cuales les gustan los retos musicales, y con muy buen sonido por parte de ellos y también de la sala (mezcla con una voz algo baja para Tao pero perfecta en Big Bang).
Como apunte negativo estaría el exceso de presencia de «Permeable», el cual fue interpretado casi al completo y el haber obviado totalmente sus dos primeros trabajos.
Creo que con esta crónica ha quedado claro el estilo de ambas bandas y lo que pueden ofrecer. Si no las conocías o sólo a una y te pica la curiosidad por indagar en la otra, acércate a ellas. Ambas son dos propuestas de lo más interesantes, diferentes y especiales en el panorama rockmetalero catalán.
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TEXTO: Albert Sanz
FOTOS: Juan José Cañuelo
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