Desde 1.997, el programa de radio más veterano dedicado a la música de guitarristas y bajistas.

Crítica: Joe Satriani «Shapeshifting»

.


FICHA

  • Artista: Joe Satriani
  • Sello: Sony Music
  • Año: 2.020
  • Estilo: Shred melódico instrumental, hard rock, rock progresivo, jazz fusión, reggae, folk celta

CALIFICACIÓN

.

CALIFICACIÓN TÉCNICA
  • Nivel de técnica: 7/10
  • Velocidad: 7/10
  • Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 6/10
  • Nivel resto de músicos: 7,5/10
  • Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
  • Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 9,5/10
  • Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7/10

PUNTUACIÓN: 7,7/10

CALIFICACIÓN MUSICAL
  • Calidad musical: 6,5/10
  • Nivel de feeling: 8/10
  • Posibilidad de escucharlo de un tirón: 7/10
  • Ganas de hacer “headbanging”: 7/10
PUNTUACIÓN: 7,1/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 7,4/10

.


INTRODUCCIÓN

.

    Este pasado 10 de abril, en plena pandemia, hemos tenido un poco de alegría de la mano de Joe Satriani, quien nos trajo su nueva obra instrumental: «Shapesifting». Como suele pasar con el bueno de Satch, lo más probable es que nos encontremos con un álbum que contendrá dos o tres temas muy potentes, con mucha calidad, tres o cuatro más atractivos pero simplones, basados en melodías «super happy flower» y el resto, composiciones que podrían ser descartes de otros álbumes. Todo ello con solos de guitarra predecibles y acompañados de una portada espectacular.

    Es triste pero cierto, que este pronóstico se puede aplicar a casi cualquier disco del californiano grabado desde hace muchos años. Y es que lo hemos dicho en muchas ocasiones: Satriani trabaja demasiado; esto es, que mantiene una producción discográfica muy regular y abundante, en la cual él lo hace prácticamente todo con la salvedad de que hace años que se le fue la inspiración. Inspiración que, sin embargo, sí le viene cuando forma parte de un grupo en el cual el proceso creativo o de producción no recae totalmente en sus hombros. De ahí que, por ejemplo, sus estancias en Deep Purple o Chickenfoot nos lo muestren rockero, intenso y pasándoselo bien.

    Llegados a este punto, es inevitable compararlo con su amigo y ex alumno, Steve Vai. Éste mantiene una producción musical mucho más breve y espaciada y sin embargo, cuando nos llega un nuevo álbum suyo, las sorpresas son constantes y te encuentras con un trabajo que aunque guste más o menos, claramente parece mucho más elaborado.

    En fin, que volviendo a este «Shapesifting», Satch se ha hecho acompañar de varios músicos invitados como el bajista y guitarrista Chris ChaneyJane’s Addiction—, su viejo camarada Eric Caudieux a los teclados y percusión, Kenny Aronoff a la batería —John Fogerty, Santana, Meat Loaf, etc.—, Lisa Coleman al piano —Prince & The Revolution, Alice in Chains, etc.— y Christopher Guest a la mandolina —compositor de bandas sonoras de películas y ¡marido de la actriz Jamie Lee Curtis!—.
El propio Satriani se ha encargado de todas las guitarras, banjos y algunos teclados, además de componer todas las canciones y coproducir el álbum. La otra parte al respecto de esto último ha recaído en el veterano Jim ScottCrowded House, Tedeschi Trucks Band, The Bangles, Bruce Springsteen & The E Street Band, etc.—, quien además de la coproducción se ha encargado de la grabación y mezcla.
Por último, la masterización ha recaído en un viejo amigo bien conocido por colaborar con Satch desde sus inicios: John Cuniberti.

    Dicho esto, vamos a entrar en materia de una vez.

.

Joe Satriani Shapesifting promo 02

.


ANÁLISIS DE LAS CANCIONES

.

1.- Shapeshifting. Comenzamos el disco con una arrollador redoble que da paso a una batería que ya aviso, tendrá un sonido demoledor en casi todas las canciones. El bajo de Chris Chaney se presenta también denso y con un sonido que puede recordar al de Billy Sheehan.
Las guitarras por su parte, oscilan entre unas partes más espaciales y misteriosas a otras más blueseras pero lo hacen de una forma fluida.
Muy interesante inicio de disco.

2.- Big distortions. Del medio tempo anterior pasamos a otro en el que es cierto que hay una gran distorsión, concretamente en la guitarra que se encarga de la melodía, que suena hasta sucia y todo.
Por otra parte, estamos ante un extraño híbrido de rock & roll y punk en formato medio tempo y que sólo se puede definir como la mezcla de AC/DC y Van Halen en clave música instrumental.
A pesar de encontrarnos antes esas melodías simplonas «supper happy flower» que invaden la música de Satriani desde hace tiempo, el resultado termina por ser bastante atractivo.

3.- All for love.  Llegamos de forma rápida a la primera balada del disco. Melodía simplona a dos guitarras con aire nostálgico que cuenta, no obstante, con un bonito colchón de acordes de sintetizador y unos solos de guitarra que terminan por ser de lo más previsibles.
A su favor tiene que dura apenas dos minutos y medio, por lo que no llega a cansar.

4.- Ali Farka, Dick Dale, an alien and me. Atención que llegamos al corte más experimental del disco y el que tiene el nombre más extraño de toda su discografía.
Sobre una base rítmica con un patrón sospechosamente parecido al reggaeton y que enseguida recuerda a la curiosa «On peregrine wings» del «Shockwave Supernova», se desarrolla un homenaje a Ali Farka, guitarrista africano y referente cultural de aquel continente, otro homenaje al rey de la guitarra surf, Dick Dale, y otro más al alienígena que habita dentro de Satch.
El resultado podrá ser algo repetitivo, pero termina siendo una experiencia de rock progresivo en toda regla en la cual hay que destacar sin duda la excelente mezcla de audio.

5.- Teardrops. Segunda balada del disco, con un aire jazzístico de lo más interesante. En primer lugar destaca la sutil línea de batería y de bajo, a la que se añade un Satriani comedido y delicado, que desarrolla lentamente y sin prisas sus ideas tanto rítmicas como solistas (aunque estas últimas no estén muy inspiradas).

6.- Perfect dust. Tras la balada toca canción rápida, que intenta ser una especie de boogie rock marchoso y divertido, pero que no termina por emocionar lo necesario, con, además, unas melodías de guitarra supuestamente divertidas pero que tampoco lo consiguen.
Eso sí, como pasó con «Crowd chant», contiene pasajes que parecen haber sido paridos para tocarse en directo e interactuar con el público.

7.- Nineteen eighty. ¡Qué pena! El que fuera el single de presentación del disco resulta que es la prueba de que Satriani todavía tiene magia. Estamos ante una composición con momentos arriesgados (los pasajes con cuerdas al aire), un toque de rock & roll a lo «Big bad moon» y una melodía sencilla pero que va evolucionando, y que todo junto acaba formando una canción que podría estar perfectamente en cualquier recopilación «Greatest Hits» que edite Satriani y que no deberá faltar en un futuro en los sets lists de sus conciertos. Y encima va acompañado de un buen videoclip.
Y vuelvo a repetir… ¡qué pena porque no sea capaz o no quiera hacer esto con los diez temas de un mismo disco!

8.- All my friends are here. Nuevo medio tempo con aire de balada, pero no de balada nostálgica, sino de balada buenrollera. Otra vez estamos ante esas melodías happy flower que, al menos en esta ocasión funcionan y te transmiten buenas vibraciones. Es más, yo habría colocado esta canción como cierre del disco.

9.- Spirits, ghosts and outlaws. Llegamos a la más potente y heavy metalera composición del disco, lo cual tampoco significa mucho. Por parte de Satriani hay un desarrollo muy pobre con unas melodías y unas rítmicas igual de pobres sobre las que no se puede hacer nada.
Al menos el bueno de Aronoff se aplica por conseguir una base potente y compacta, y Chaney realiza unas buenas líneas de bajo, pero ninguno de los dos salva una canción pobre en ideas.

10.- Falling stars. Engañoso comienzo, ya que parece que estemos ante otra balada más. Chris Chaney colabora también con guitarras rítmicas y ya en este sentido se nota un buen trabajo de mezcla, con multitud de guitarras con delays que acompañan a la melodía de Satriani, al menos en la etapa inicial
Como dije al comienzo, estamos ante una falsa balada ya que aunque la lenta velocidad se mantiene por toda su duración, el ambiente comienza a evolucionar y endurecerse, con una sección final en la que Satch se muestra entre funky y agresivo, y con un Aronoff jazzistico incluso. Hasta Eric Caudieux tiene una breve intervención con piano justo en el final de lo más bonita.
Interesante amalgama de ideas aunque creo que habría necesitado de un par de minutos más para terminar por desarrollarlas. No siempre aquello de «lo breve si es bueno, dos veces bueno» funciona.

11.- Waiting. Lisa Coleman interviene por vez primera con su piano, que estará omnipresente siendo acompañado por un Satriani ahora sí, muy inspirado.
La línea de piano por la que evolucionan el resto de instrumentos no será de una complejidad apabullante, pero sí crea un ambiente evocador y nostálgico.
Sin embargo, como pasaba con la anterior, dos minutos y medio saben muy a poco, no dan tiempo a desarrollar nada y la introducción de la batería engaña al hacernos creer que el tempo de la canción iba a acelerarse.
Vamos, que estamos ante la intro de una canción y no una canción en sí.

12.- Here the blue river. Armónicos de guitarra volando por todo el panorama stereo dan paso a un reggae, género que diría que es la primera vez que toca. Y lo cierto es que la melodía principal de guitarra, con una enorme reverb, así como el resto de intervenciones de guitarra, quedan bien sobre la minimalista base.
Sí, el resultado es raro, incluso ahora le achacaría que esos cinco minutos de duración son excesivos para lo que quiere contar, pero aún así, termina por ser una experiencia agradable.

13.- Yesterday’s yesterday. Desconozco si Satriani tiene raíces irlandesas, porque el disco se cierra con este agradable folk celta con toques de blues, en el cual colabora de nuevo Lisa Coleman al piano y Christopher Guest a la mandolina.
Tampoco es que estemos ante un prodigio de composición, pero es posible que te ocurran dos cosas al terminar de escucharla: que su contagiosa y super happy melodía te haga sonreír o que que su contagiosa y super happy melodía te haga sonreír a la vez que te cortas las venas.

.


CONCLUSIÓN

.

    Fiel a su costumbre, Satch nos ha entregado un nuevo álbum tras dos años de espera, ya que «What happens next» apareció en 2.020 (no cuento el disco de Squares de 2.019 porque fue un trabajo en grupo sacado de unas demos de hace cuatro décadas) y tal y como he explicado al comienzo, ese ritmo le pasa factura.

    Y es que ha sucedido lo que esperaba. No es un desastre de disco pero se queda entre un extraño híbrido de los dos anteriores. O sea, tiene parte de la complejidad progresiva y ambición del «Shockwave Supernova» y de la crudeza rockera y sin artificios del «What happens next», lo cual no es malo, pero también cuenta con canciones sobrantes y que no aportan nada. Hay buenas ideas bien ejecutadas como «Big distortions» o «All my friends are here«, trallazos rockeros intensos como «Nineteen eighty» o «Shapesifting»  y experimentos progresivos alienígenas como «Ali Farka, Dick Dale, an alien and me» o el reggae de «Here the blue river». Sólo con estos seis temas tendríamos un E.P. memorable, pero también nos encontramos con otras canciones que como he mencionado, o están formadas por melodías simplonas y poco inspiradas, que no te dicen nada, o lo que es peor, canciones como «Falling stars» y «Waiting», con un enorme potencial para ser obras maestras musicales y que se han quedado a medias.

    ¿Pero todo el álbum es un desastre? No, ya que al menos en el apartado sonoro es una gozada. Cierto es que superada su primera etapa, con cajas de ritmos baratas y una producción más sintética y ochentera, a partir de «The extremist» todo ha sido cuidar la mezcla y producción hasta el extremo. Así que al menos podemos estar seguros que en este apartado el disco suena muy bien. Mucho. Y si lo escucháis con auriculares, veréis el gran trabajo que hay en cuanto a colocación de cada instrumento en el panorama stereo. Por cierto, las baterías también suena nítidas aun en contextos de mayor bronca sonora. ¡Toma nota Yngwie Malmsteen!

    En conclusión, los buenos momentos del álbum ganan a los malos y hay varias canciones que sin duda deberían estar en un próximo recopilatorio de Satriani. Pero esos malos momentos más que malos por ser mal músico, parecen más bien que han salido así por desidia o falta de ganas, lo cual es aun peor y me demuestran una vez más que nuestro amigo debería espaciar más la creación de sus discos y tomárselo con más calma.
Aunque también es verdad que estando el mundo patas arriba en este momento, con la gira de presentación de este álbum cancelada hasta no sabemos cuando, con cuarentena y encierro en USA y sin posibilidad de hacer nada a nivel promocional, tal vez sí en dos años nos presente nuevo disco pero esta vez mucho más trabajado al haber dispuesto de mucho más tiempo libre para concentrarse en él. Ojalá.

   En conclusión segunda parte: álbum sólo recomendado para completistas de Joe Satriani.

.

Joe Satriani Shapesifting promo 01

.

TEXTO: Albert Sanz

Etiquetado como: , , , , , , , , , , , ,

Deja un comentario

Web de la Ona de Sants-Montjüic

¡Escucha la Ona de Sants-Montüic en directo!

FaceBook Oficial de la Ona de Sants-Montjüic