
El cantautor Sixto Rodríguez, protagonista de una historia atípica en el mundo de la música, inmortalizada en la película «Searching for Sugar Man», falleció este martes 8 a la edad de 81 años.
Por su parte, Robbie Robertson, guitarrista y cofundador de The Band, lo hizo el miércoles 9 con 80 años y tras una larga enfermedad.
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Dos noticias seguidas en la misma semana respecto al fallecimiento de dos mitos de la música no es algo habitual ni algo que queramos reseñar, pero ambos músicos merecen qué menos que unas líneas después de tanto que nos han dado.
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SIXTO RODRÍGUEZ, MÁS GRANDE QUE ELVIS, DYLAN O LOS STONES… SIN SABERLO
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Imagina que has nacido en Detroit y en la época de finales de los 60 combinas una vida dura en una de las ciudades más complicadas para vivir de los USA con tu pasión por la música. Eres joven pero analizas a la perfección las diferentes problemáticas existentes en tu país y eso lo trasladas a tus letras. Con tu guitarra y tu voz y tocando en tugurios llenos de humo, captas la atención de un cazatalentos que ve en ti a un nuevo Bob Dylan.
Fichas por una discográfica grande, grabas dos álbumes y te despiden. Lo cierto es que la compañía no hizo promoción alguna, pero del primero sólo se vendieron 6 copias y del segundo menos, por lo que ya no les interesas.
Deprimido, abandonas la música y te conviertes en un fantasma más de la que antaño fue llamada la «Ciudad del Motor» y ahora se la conoce como «Ciudad Muerta».
Imagina ahora que has crecido, trabajado como obrero y formado una familia en esa «Ciudad Muerta», cuando tu hija, a finales de los 90, ve en un cartón de leche un anuncio buscando a una persona que se llama como tú y tiene tu misma cara. Intrigado, llamas y hablan contigo un periodista musical y un dueño de una tienda y distribuidora musical. Ambos viven en Sudáfrica y comienzan a explicarte una historia delirante.
Imagina ahora que una de las seis personas que compraron tu primer álbum se fue a visitar a alguien a Sudáfrica. Esa persona, maravillada, se lo grabó en cassette. El cassette comenzó a pasar de mano en mano, llegó a locutores de radio y televisión y finalmente, el dueño de la tienda de música, impactado, consiguió hacerse con los derechos de distribución de ambos discos para Sudáfrica.
Esos derechos de distribución se tradujeron en millones de copias vendidas y a ti convertido no sólo en un músico más famoso que los Stones, Elvis Presley o Bob Dylan, sino que tus letras, que hablaban sobre lo que sucedía en USA, calaron en toda una generación de jóvenes rebeldes, convirtiéndote en un Mesías capaz de iniciar un fuerte movimiento que terminó con el apartheid en Sudáfrica.
Resumiendo, no fuiste nada en el mundo de la música en USA y te convertiste en un obrero más de una de las ciudades más jodidas del mundo, pero en otro continente y en un país del que no has oído ni hablar, eras un artista superventas y poco menos que el nuevo Jesucristo que consiguió hacer evolucionar a toda una nación anclada en un pasado racista e inmovilista… y todo ello, sin ver un sólo dólar de beneficios.
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Todo esto, que puede sonar a ciencia ficción, conforma una de las historias más extrañas y rocambolescas que se hayan dado en la historia de la música, pero fue todo real y la excelente película «Searching for Sugar Man» lo explica al detalle.
Por desgracia, a Sixto Rodríguez el éxito le llegó tarde. Porque si bien desde finales de los 90 sus giras por Sudáfrica eran habituales (siempre siendo acompañado por una banda local tributo… a Sixto Rodríguez, claro), el convertirse en un fenómeno mundial no llegaría hasta 2.013, cuando personas de todo el planeta les impactara la historia contada en «Searching for Sugar Man». Entonces el músico contaba con 71 años y tal y como se le vio en su única visita a Barcelona, ya se encontraba cansado e incapaz de dar el 100%.
No obstante, así se ha mantenido por una década más, negándose a grabar material nuevo y disfrutando de presentar al público esas canciones que fueron vetadas por su discográfica.
Este pasado martes fallecía a los 81 años sin que hayan trascendido las causas de su muerte, pero lo cierto es que ya es una leyenda inmortal.
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ROBBIE ROBERTSON, DE LA PSICODELIA ROCKERA AL CINE DE AUTOR
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El canadiense de ascendencia india, también ha sido una pieza clave para entender la música norteamericana de mitades del siglo XX hasta ahora.
Como es normal, se le conoce por haber sido uno de los fundadores de The Band, formación anteriormente conocida como The Hawks y que fue además la banda de acompañamiento de Bob Dylan durante varios años.
Tanto en su faceta como músico y productor musical, se preocupó mucho por dar a conocer la vida y costumbres de la población nativa norteamericana, algo que se notó en especial en sus seis discos como solista, aunque es obvio que su legado musical más famoso se halla en los diez años de vida y once discos que grabó The Band, y que culminaron en el fantástico concierto documental «The Last Waltz», dirigido por Martin Scorsese.
De todas formas, los que se quedaran en su etapa de blues psicodélico, no estarán al tanto de que la mayor parte de su trabajo no estuvo en el rock n’ roll, sino en el cine, habiendo trabajado como consultor musical, supervisor musical y productor musical en casi toda la filmografía del citado Scorsese. También tiene trabajos como guionista y actor, así que si consultáis la lista de títulos en la IMDB o Wikipedia, seguro que os lleváis más de una sorpresa.
Todo un currante del arte hasta el último momento, multipremiado y nominado a cinco premios Grammy, y que nos dejó en 2.019 su última obra musical, «Sinematic».
Como guitarrista, supo aunar muy bien las corrientes de los años 60, mezclando blues, rock, psicodelia y country, hasta dar lugar a un estilo propio con un nivel altísimo que era comparado con guitarristas coétaneos como Alvin Lee y Jimi Hendrix. De hecho, figura en el puesto número 59 de la lista de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos, elaborada por la revista Rolling Stone.
A la edad de 80 años, Robertson ha fallecido tras una larga enfermedad de la cual no se conocen más datos. Su manager desde hace más de tres décadas, Jared Levine, ha comentado que falleció rodeado de toda su familia en un ambiente cálido y tranquilo.
Para el recuerdo quedará su legado tanto musical como cinematográfico y para nosotros, por supuesto, algunos momentos icónicos de la guitarra como los que os dejamos a continuación.
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TEXTO: Equipo de redacción









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