
Exitosa cita en la sala La Deskomunal de Barcelona con Blutaxt, banda liderada por el el dúo Santi Leal y Luis M. Altisen, la cual está disfrutando de un merecido retorno a la primera división.
La cita formó parte del ciclo «Bad Music Sessions», organizado por el programa radiofónico «Bad Music».
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Cita nostálgica con un estilo que se niega a desaparecer: el heavy metal. Pero no hablamos del heavy metal evolucionado en cualquiera de sus mil ramificaciones, no, sino del auténtico, del original, del primigenio, de aquel que estaba emparentado con el hard rock a través de unos límites difusos. Esos años 80 continuamente reivindicados es lo que ha hecho que ciertas bandas desaparecidas, tanto si tuvieron un éxito grande como discreto en su momento, puedan volver a la primera división, incluso aunque ya no cuenten con todos sus miembros originales, porque lo que cuenta es mantener intacto el espíritu de la época y la banda.
Y algo así es lo que ha pasado con los catalanes Blutaxt, que en apenas tres años han pasado del olvido a la fama (al menos en el circuito metalero catalán), con una formación en la que no hay ni uno de sus miembros fundadores… aunque en honor a la verdad, tanto Santi Leal —guitarra— como Luis M. Altisen —voz— forman parte de la versión más querida por sus fans y Eric Rovira —batería—, es hijo de Santi Rovira, a la postre, baterista de Blutaxt desde finales del 86, así que la marca Blutaxt, o su espíritu, o su esencia, o como lo queráis llamar, está bien preservada. Añadamos a la ecuación un bajista muy creativo como es Dani Soto y está bien claro que estos Blutaxt del Siglo XXI pueden dar mucha guerra y representar fielmente a los Blutaxt de los 80.
Pero antes de pasar a la crónica en sí, hay que decir que el concierto se realizó en la sala La Deskomunal del barcelonés barrio de Sants, muy cerca de donde nuestra casa, la Ona de Sants, tenía su sede histórica. Con un ambiente muy agradable ya desde un buen rato antes de la apertura de puertas, con muchos «metalpacos» de hasta tres generaciones congregándose por las inmediaciones, la velada iba a ser triplemente interesante. En primer lugar, porque era la primera edición de un ciclo denominado como «Bad Music Sessions», organizado por el programa de radio Bad Music y que contó con la presencia de su director José Luis Martín, quien ejerció como presentador del evento.
En segundo lugar, porque Blutaxt iban a realizar dos conciertos en la misma noche: una primera parte interpretando al completo y en orden el mítico «British Steel» de Judas Priest y una segunda, con el set-list normal de Blutaxt.
Y en tercero, pues la obvia presencia de un hacha como es Santi Leal, ya que no es tan habitual poder ver a un guitar hero nacional y un shredder tan imponente sobre el escenario.
Vamos, tres motivos por los que esta cita para este medio era más que obligada.
Dicho esto, la sala ya presentaba un buen aforo al momento de comenzar el concierto. Mucho músico y prensa local como hacía tiempo que no veía y, en general, un sentimiento de camaradería que también hacía tiempo que no veía. José Luis Martín presentó su proyecto de sesiones temáticas lo primero, e insistió en el hecho de que a diferencia de otras salas que funcionan como discoteca y al finalizar un concierto expulsan al público, la «Bad Music Session» duraría hasta las tres de la madrugada, bien pasado el concierto, con música metalera de la buena.
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Tras la presentación, aparecieron los «Blutaxt Priest» sobre escena entre vítores y aplausos. Santi Leal, Luis M. Altisen, Eric Rovira y un Dani Soto que enseguida me recordó a una versión joven y delgada de Sergio Dalma, salieron con la difícil papeleta de versionar un álbum mítico como es el «British Steel». Es obvio que nadie esperaba ver a un Altisen cantar como Halford, que ya sabemos que si ostenta el título de «Metal God» por algo será, pero también es cierto que dentro de la larga discografía de los británicos, este no es uno de sus trabajos más difíciles y comprometidos a nivel técnico. Aunque también es uno de los discos más queridos por los fans, y eso es debido a contener un buen puñado de temazos como «Grinder» o «United» y, por supuesto, dos de los grandes clásicos de la banda: «Living after midnight» y «Breaking the law».
Así pues, Altisen no alcanzará esos míticos agudos de Halford, pero el toque de chulería barriobajera que imprimió Halford en cortes como «Don’t have to be old to be wise» o «Breaking the law» lo clavó a la perfección. Como también lo clavó Santi Leal, con la difícil papeleta además de tener que suplir a dos guitarristas a la vez, aunque es verdad que en alguna ocasión (pocas, por eso), se notó algún vacío al haber sólo una guitarra sobre el escenario.
En cuando a la base rítmica de Rovira y Soto, también rayaron a gran altura e incluso el bajista se permitió hacer algunas pequeñas variaciones muy creativas en ciertos momentos.
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En definitiva, 35 minutos de clásico tras clásico que se pasaron en un suspiro, con un grupo pasándoselo bien y un público entregado desde la primera nota.
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Poco más de diez minutos para cambio de vestuario y volvieron sobre escena Blutaxt, ahora sí, dispuestos a defender «Blutaxt 1», su flamante nuevo CD y vinilo, previa presentación de José Luis Martín, que volvió a hablar con ilusión de estas «Bad Music Sessions», por si algún rezagado no había llegado al comienzo.
El segundo concierto comenzó de forma potente, con esa declaración de principios que es «De frente y a por ti», un corte cañero y metalero que sin embargo, contiene un sorprendente cambio en su estribillo, transformándose en un A.O.R. muy yanqui y agradable. Como era de esperar, dicho estribillo fue bien coreado por los asistentes.
Tras ésta, el grupo intentaría meternos en los diversos estadios emocionales que pretenden transmitir con las letras de sus canciones, aunque siempre se saldó con la misma respuesta por parte del público: vítores, aplausos, cuernos en alto y buena parte de los asistentes que se sabían los estribillos la perfección.
«Insurrección, Revolucion. Sublevación», «Dulce Caro, Caroline» (curiosamente, la más demandada por el público) y «Resucitar puede ser un buen plan» sirvieron de primera parte antes de pasar a un momento que sería inolvidable, al menos para su protagonista.
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Sería el momento de escuchar «Auténticos», pero antes de ello, Santi y Luis hicieron subir a Jairo, un chaval de menos de quince años vestido con un look bien clásico rockero, para que tocara con ellos esta canción. Y lo cierto es que pese a la timidez inicial, a medida que iba avanzando la canción, Jairo se fue animando hasta que al final terminó lanzando su púa al público cual rockstar. ¡Bien por él!
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Siguió entonces una segunda parte con «Rey del alambre», «Dormir de pie», «Sigue el camino» y «Si tienes frío ponte al sol», para llegar a los bises.
Falsa despedida, el grupo que vuelve y anuncia vuelta a los orígenes de Blutaxt, con «El poder del salvaje metal» y tras ésta, vino una especie de encuesta por ver qué tema de ellos y cual de Judas Priest querrían escuchar a modo de traca final. Por parte de Blutaxt, «Dulce Caro, Caroline» fue la más demandada, pero con Judas hubo algo de discrepancia, para terminar con «Breaking the law»; aunque francamente, creo que una canción como «Living after midnight», teniendo en cuenta ya la hora que era y que la fiesta llegaría hasta bien pasada la medianoche, habría sido más apropiada, pero el público tenía ganas de romper las leyes, así que esa tuvimos y fue un intenso colofón a algo más de dos horas de puro metal, calvas, greñas, parches, cuernos, cervezas y genial actitud por parte de todos los allí congregados.
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Esto es lo que dio de sí la velada en cuanto a lo musical. En plan técnico, el grupo ralló a gran altura, aunque si bien es verdad que ni en «Blutaxt 1» ni en «British Steel» tenemos un despiporre de solos de guitarra a mil por hora, se habría agradecido un momento solista por parte de Santi Leal, algo de lo que nadie se habría quejado, para nada. En lo personal, me gustó mucho Eric Rovira, tocando con enorme contundencia y precisión en todo el concierto, además de hacer coros en bastantes ocasiones, y Dani Soto, bajista a quien no conocía y del cual destacaría su limpieza y versatilidad.
En cuanto a asuntos técnicos de la sala, la verdad es que el juego de luces dejó bastante que desear. Suele ser habitual que salas pequeñas con menos presupuesto que otras grandes no dediquen mucho a este apartado —aunque últimamente han ido apareciendo algunas salas pequeñas en Barcelona y alrededores que vienen a contradecir esto—, pero aquí fue una pena que siendo un escenario tan pequeño como este —como podréis apreciar en las fotos—, el lateral izquierdo y, por tanto, Santi Leal, estuviesen siempre en penumbra.
En cuanto al sonido, la cosa fue bastante mejor pero de nuevo, a Santi Leal no le dieron el volumen que tendría que haber tenido en la mezcla, aunque al resto de sus compañeros sí se les escuchó a la perfección, al menos.
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En conclusión, esta primera edición de las «Bad Music Sessions» se saldó con un éxito tanto de público como de entrega de éste y de la banda invitada y ya tenemos ganas de que llegue la siguiente.
Tan sólo pondría una pega, o más bien, un aspecto a mejorar sería que José Luis Martín invitaba a todo el mundo a quedarse hasta el final para disfrutar de esa música que tanto amamos, pero habría estado bien poder ver a un DJ sobre el escenario pinchando esa música que no escucharla en una playlist por los altavoces. Aunque el DJ hubiese seleccionado la misma lista de canciones y pinchada en el mismo orden exacto, no es lo mismo tener a alguien sobre el escenario animando a los asistentes, lo cual habría retrasado la progresiva desbandada, que simplemente darle al play en un portátil y listo.
Ahí lo dejo como idea.
En cualquier caso, mi enhorabuena a todos los involucrados. Metal Is Forever!!!
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz









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