El veterano ex Whitesnake por fin pudo realizar su gira española, tras varias cancelaciones debido a la crisis del Covid-19.
El resultado final no fue del todo satisfactorio, ofreciendo un concierto breve en duración, centrado principalmente en su pasado con la banda británica, y en el que brilló con luz propia el vocalista Mats Levén frente a un estático y poco comunicativo protagnista.
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Con una Razzmatazz 2 llena aproximadamente en unos tres cuartos de su máxima capacidad, tocaba disfrutar por fin de una velada que ya tuvo que posponerse con anterioridad debido a la pandemia. Como dato curioso, decir que en la vez anterior cancelada, Adrian Vandenberg se iba a hacer acompañar a la voz del gran Ronnie Romero; sin embargo, en esta nueva gira, Vandenberg, que cuenta con otra banda diferente, en la misma noche de su concierto en Barcelona coincidió también el concierto del vocalista chileno en la cercana sala La Nau. Curioso es el destino.
Si bien su carrera nunca se ha basado en el lucimiento gratuito o en descargas instrumentales, como los Satriani o Vai de turno, el holandés siempre ha estado ahí, en primeros puestos de listas de guitarristas de heavy rock más queridos y carismáticos. Y es que haber sido uno los principales guitaristas de la historia de Whitesnake y haber tenido una prolífica carrera con sus otros dos proyectos, Vandenberg y Vandenberg’s Moonkings, le ha permitido que su nombre nunca haya sido olvidado.
En ésta su esperada y primera gira española hay que destacar el hecho de que se presentaba como Adrian Vanderberg, no como su grupo Vandenberg, que es la denominación que sí tuvo la cancelada gira con Romero. El matiz es importante y al igual que entendemos que no es lo mismo Bon Jovi que Jon Bon Jovi, el guitarrista se presentaba en solitario y no como banda debido a que está de celebración de su cuarenta aniversario en el mundo de la música (lo cierto es que sorprende por su look rockero y su buen aspecto físico el saber que ya ha cumplido los setenta). Para esta gira se hacía acompañar de una excelente banda formada por el vocalista sueco Mats Levén —Yngwie Malmsteen, Treat, Candlemass, At Vance, etc.—…), el bajista Sem Christoffel —Vandenberg’s Moonkings, Stavast, etc— y el baterista Joey de Boer —Charlotte Wessels, Delain, etc.); por otra parte, de Boer también se encargó, portátil mediante, de disparar las pistas de teclado pregrabadas dado que en esta gira española no pudieron contar con Len Van De Laak, el teclista habitual.
Dicho esto, la onomástica del cuarenta aniversario indicaba que tendríamos un buen repaso de Whitesnake, Vandenberg y Vandenberg’s Moonkings y que aquello iba a ser un despiporre de metal ochentero, solos de poner el vello de punta, energía eléctrica sacudiendo a todo el personal y multitud de himnos coreables. Bueno, ya anticipo que de eso no demasiado, y que al final fue un concierto con muchas más sombras que luces y que no estará entre los mejores del año.
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Como digo, de lo anunciado en el cartel de que tocaría clásicos propios y de Whitesnake nada de nada, o más bien, casi todo fue de la banda de Coverdale, siendo al final un concierto de una banda tributo a Whitesnake. Para que os hagáis una idea, de trece canciones interpretadas —sin contar el solo de batería—, seis fueron de Vandenberg, todo el resto de Whitesnake. Pero es que además, de esas seis canciones propias, cuatro pertenecen a los dos últimos álbumes, así que no pueden considerarse como canciones «clásicas», por más que tengan su indudable calidad.
Con quince minutos de retraso apareció la banda en escena, con un Adrian de lo más sonriente luciendo melena. El rubio enseguida comenzó a descargar el riff de «Hit the ground running”, corte de su más reciente álbum «Sin» de 2.023, en el cual se notó que casi todo el público venía con los deberes hechos y coreó todos los estribillos. Potente manera de comenzar la velada, pero igual de potente sería que sin pausa, empalmarían con el primero de los clásicos de Whitesnake: «Fool for your loving» en el cual tengo que destacar por encima de todo a Mats Levén, quien sin clonar del todo a David Coverdale, supo hacer propias muchas de las inflexiones vocales y técnicas empleadas por el británico, así como cantar con un tono de voz muy similar, lo cual sorprendió a toda la audiencia.
Tras éste hit nos fuimos varias décadas al pasado con «Your love is in vain», del álbum debut de Vandenberg, y aquí se notó que quienes cantaban esos estribillos fueron los asistentes de más de cincuenta años. Y de nuevo, siguiendo con la tónica cañera que llevábamos, otro clásico de la serpiente blanca: «Give me all your love» al que le seguiría la zztoperiana «Freigh train», del álbum «2020».
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A partir de aquí se rompería la costumbre de simultanear canciones de bandas, puesto que harían doblete de Whitesnake con las tremendas «Sailing ships» y «Judgement day» y que supusieron los dos momentos de más impacto emocional entre los asistentes, al disfrutar de unas versiones muy trabajadas con un Mats Levén que ya se nos había metido en el bolsillo.
Tras este momento de impacto, tendríamos corte antiguo de Vandenberg, el llamado «Wait», un breve pero apañado solo de batería, «Shadows of the night» de nuevo perteneciente al «2020» del holandés y el falso final con la siempre potente y hardrockera «Crying in the rain» de la serpiente blanca.
Por cierto, Levén al presentar «Wait», mencionó que en la época en que Vandenberg editó su primer L.P., él compró su primer disco de heavy metal español; concretamente el «Volumen brutal» de Baron Rojo, y que aún le sigue gustando, comentario que por supuesto encantó a los aistentes.
Respecto al falso final —dado que los músicos no tardarían en volver para unos cuantos bises—, pudimos escuchar a continuación una sección final con «Burning heart», la última ya de «2020» —muy coreada y aplaudida— y dos exitazos más de la época en que Coverdale y Vandenberg estaban unidos en lo musical: «Still of the night» y «Here I go again». Un tremendo fin de fiesta.
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Hasta el momento por lo que he comentado se supone que asistí a un concierto genial, ¿verdad? Para nada. A ver, que conste que para mi vergüenza nunca he visto a Whitesnake en directo, por lo que ver a este grupo realizando esas versiones, con uno de los músicos originales que las grabó más un cantante prodigioso y un baterista que estaba siendo lo segundo mejor del concierto, es algo que a mi fan metalero interior le encantó.
Pero yo también estaba allí en calidad de representante de este medio y varias fueron las cosas que no me gustaron. En principio esa precisamente, la de toparnos ante un grupo de versiones y no ante Adrian Vanderberg, que es lo que estaba escrito en la entrada. Peor aún considero el hecho de que contra todo pronóstico, Adrian no ejerció en momento alguno como frontman, dejando toda esta resposabilidad a Levén, quien lo hizo a la perfección. Mientras, Adrian se refugió en la zona derecha y atrás, cerca de sus amplificadores. Si bien sonreía y miraba al público, todas las interacciones venían por parte del cantante. Quien haya visto a Michael Schenker en algún momento de los dosmiles, ya sabrá a qué me refiero —aunque es cierto que ya ha cambiado de comportamiento sobre el escenario—.
Una cosa es lo de Yngwie Malmsteen, que arrincona a toda su banda mientras él se pasea por todo el escenario y otra esto, que tú seas la estrella principal y quieras estar escondido. Ni lo uno ni lo otro. Debería haber un término medio.
Detalle también a criticar y mucho, y es que siendo Vandenberg un buen representante de la old school guitarrera de los 80, en todo momento estuvo en piloto automático. No escuchamos ni una nota fuera de tono ni una improvisación… nada que no estuviera en el CD. ¿Tocó perfecto? En efecto, pero como digo, en piloto automático, sin echarle ganas más allá de lo necesario para que las canciones sonaran bien, aunque de esto también tiene la culpa el resto de músicos. Y por supuesto, tampoco hubo el clásico solo de guitarra en el que el guitarrista se queda unos minutos ante el público lanzando todo tipo de clichés en forma de licks. Nada de eso.
Y si complemento esta información con el hecho de que apenas tocaron una hora y cuarto… pues ya veis que cuando digo que este concierto no pasará a la historia por algo es. Y es que de alguien que con este currículum en su primera visita a España, nos encontremos que tocó poco rato, con las canciones que se sabe de memoria y que van a gustar al público en un set list en zona de confort fuera de todo riesgo, y tocando en piloto automático sin la más mínima improvisación o esfuerzo, no es de recibo, de ahí que cuando se encendieron las luces, las caras y los comentarios lo reflejaban todo: «que sí, que escuchar «Fool for your loving» o «Still of the night» mola, peeero…» era la tónica predominante entre los asistentes. Eso y mirar el reloj para comprobar que había pasado poco más de una hora.
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En fin, una pena aunque me quedo con la parte positiva que es haber visto en directo a esa bestia que es Mats Levén como cantante propio, como imitador de David Coverdale y como frontman; perfecto en esa triple faceta. Por su parte, Joey de Boer también mostró pegada, excelente técnica, juventud y presencia escénica, por lo que le auguro un gran futuro en el rock y el metal. En cuanto a Sem Christoffel que no lo he mencionado… otro que cumplió y ya, mostrándose sobrio y estático en todo momento.
Y para finalizar, el sonido irregular evolucionando a bastante bien para lo que suelen ser las mezclas en el complejo de salas Razzmatazz y un juego de luces cumplidor y sin sorpresas, como el protagonista de la noche.
Por último, agradecer por supuestísimo a RM Concert Promotions por habernos traído a esta leyenda de las seis cuerdas, que aunque considere que no tuvo el día, no me importaría volver a verlo, por si la cosa mejora..
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
the Guitar Xperience radio show 
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