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Una nueva fiesta para amantes del progresivo es lo que os traemos en forma de crónica. La nueva banda de Adrian Belew, los Adrian Belew Power Trio (¡imaginación al poder!) han estado la semana pasada en España y teníamos muchísimas ganas de verle, no solo porque pudiera ser un concierto más o menos guitarrero, sino porque su nombre se asocia a una profesionalidad, entrega y pasión como pocas veces puede verse. No se entendería de otra forma que además de su larga discografía, su voz y sus dedos hayan sido reclamados incontables veces por músicos y formaciones del calibre de Tori Amos, Frank Zappa, Man on Fire, David Bowie, Mike Oldfield, Talking Heads y sobretodo King Crimson (el trabajo que le ha reportado más prestigio entre los aficionados al rock progresivo). Un currículum ciertamente envidiable y asombroso.
Antes de empezar, comentar que la sala barcelonesa donde se ha realizado el concierto es Luz de Gas, lo cual ya te predispone a sentir buenas vibraciones. Se trata de un pequeño teatro reconvertido en sala de conciertos y discoteca, donde prima el buen gusto en la decoración, el glamour y una acústica excepcional (de la mejor que hay en la ciudad). Además, nada más entrar, vimos que toda la sala se habia llenado de sillas, cosa rara para un concierto tan enérgico, pero de alguna manera le daba un status de concierto de culto, como así fue.
Los ABPT originalmente estan formados por el mismo Belew y los jóvenes hermanos Julie y Eric Slick, aunque en la gira europea este último ha sido sustituido por Marco Minneman (decisión posiblemente acertada a tenor de lo visto). Salieron a por todas. El sonido quizás fue demasiado fuerte para las dimensiones de la sala pero se compensaba con una ecualización perfecta, que te permitia apreciar todos los detalles y matices, especialmente de la bateria. El set-list se confeccionó tomando como base su último álbum, el «e», aunque se alternó con temas de grabaciones mas antiguas y por supuesto de King Crimson como «Elephant talk» o «Three of a perfect pair».
Algunas de las canciones dieron la sensación de ser una larga jam session llena de improvisaciones, lo cual no es malo siempre que seas un «crimsoniano», sino podrias llegar a aburrirte. Por lo tanto era un concierto para un tipo de público especial. Al que no le guste algo tan extremo podria exclamar «¡vaya mierda!» y no entender como en la segunda de las canciones citadas de la banda de Fripp, varias personas se levantaran de sus sillas para bailar.
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Adrian Belew cantó poco pero tocó mucho, con un estilo que, alejado del virtuosismo de su ex compañero Robert Fripp, lo compensa con un excelente manejo de procesadores de sonido, uso de loops y un lenguaje musical notoriamente complejo que hace preguntarte «¿qué y cómo demonios está haciendo eso?».
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Julie Slick fue otra de las sorpresas del concierto. Con unas pintas «flashdanceochenteras» y un bajo estilo Fender mostró un sonido mucho más hard rockero que sus compañeros. Pese a que tocaba las lineas progresivas dictadas por la composición del «jefe», se nota que no es su lenguaje natural, y sin embargo, tal y como hemos podido escuchar en su disco en solitario, es capaz de adaptarse al estilo «crimsoniano» sin perder su esencia. No creo que pueda calificársela de virtuosa pero viendo sus solos tanto a dedos como a púa, la adaptación al bajo de cuatro cuerdas de la intro de tapping del «Elephant talk» de King Crimson —grabada en su dia por Tony Levin con su chapman stick—, y que ha girado con Jon Anderson, Stewart Copeland y Alice Cooper ya dan buena muestra de que estamos ante un gran talento en ciernes. ¡Y eso con sólo 21 años!
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Marco Minneman creo que fue el rey de la noche. Parapetado tras su enorme kit de bateria, dio toda una lección de improvisación y complejidad, sin perder nunca la sonrisa y sin dejar de hacer gestos, guiños y bromas cómplices a su compañera Slick. Con sólo 31 años, este alemán ya ha colaborado con Paul Gilbert y Nina Hagen y ha grabado varios DVD’s didácticos. Estaremos de acuerdo en que el momento más aburrido en un concierto suele ser o las versiones «unplugged» o los solos de bateria. Pues en toda la innumerable lista de conciertos a los que he asistido, jamás había presenciado el caso de ver un solo de batería largo y en extremo virtuoso, que hiciera levantarse a la gente de sus butacas hasta en dos ocasiones. Y el largo aplauso final provocó el alucine del trío y el hecho de que la siguiente canción tardara más de lo debido en comenzar.
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Resumiendo, ver un concierto de los ABPT es una experiencia exigente y enriquecedora, no apta para todos los gustos. Así como esto mismo se puede aplicar a un concierto de los King Crimson, es cierto que puede sonar la flauta y que Robert Fripp decida tocar un tema de los primeros discos, de cuando la banda practicaba un progresivo clásico, ver a los ABPT es algo extremo. Belew se ha apropiado de la esencia de King Crimson, la ha adornado con parte de su bagaje musical y la ha dotado de una notable dosis de improvisación. Personalmente, lo disfruté mucho, pero tengo que avisar que si decides verlos alguna vez en directo vayas con la mente muy pero que muy abierta. Solo recomendable para amantes de la técnica y del rock progresivo duro.
Por cierto, el mismo trío salió minutos después a vender sus discos, firmarlos y hacerse fotos durante un buen rato, mostrando un buen rollo muy difícil de ver, sobretodo por parte del líder (ya se sabe que los veteranos no suelen hacer eso).
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Como complemento, aquí tenéis unos cuantos vídeos del concierto y sobretodo estad atentos a los próximos días, puesto que colgaremos la crítica del primer disco en solitario de Slick.
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TEXTO: Albert Sanz
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