(Con esta crónica estrenamos nuevo colaborador. Mariano Rivera, veterano compañero de la Ona de Sants-Montjüic, gran conocedor del hard rock y el metal (desde el estilo más tranquilo al más salvaje) y aficionado a la música en vivo, dirige y presenta junto a su hermano el programa Camelot, programa que precede cada noche de lunes a Guitar Xperience.
Con esta su primera e interesante colaboración confiamos en que termine siendo miembro fijo del staff de la web y nos deleite en el futuro con más artículos.)
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Otra interesante velada de heavy metal llegaba a nuestra ciudad, con un atractivo cartel y en un emplazamiento como es la sala Salamandra de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), lugar en el que cada vez más habitual ver este tipo de eventos de bandas importantes. Un tour que aterrizaba en nuestra ciudad y que nos traía nuevamente a los británicos DragonForce con algunas novedades, como la presentación de su flamante nuevo trabajo «The power within» y dos jovenes bandas desconocidas para un servidor como los norteamericamos Huntress y los alemanes Kissin´ Dynamite. Dos bandas con propuestas totalmente diferentes pero igualmente atractivas.
También es muy destacable las 400 personas aproximadamente que se dieron cita esta noche del 15 de noviembre, en una época del año donde la agenda de conciertos está realmente repleta y donde días antes podíamos comprobar como agotaban entradas bandas como Kreator o W.A.S.P. en sus últimas y recientes visitas, sin olvidar estos malos tiempos que corren y la crisis que afecta a todo, incluido a la venta de CD´s y de tickets.
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La primera banda encargada de comenzar el show fueron los alemanes Kissin´ Dynamite, formación que muy pronto dejó claras sus intenciones de hacer que lo pasáramos muy bien durante su actuación. Tan solo oír la intro de un clásico como «Girls, girls, girls» de Mötley Crüe y ver la imagen sleazy de la banda pronto supimos lo que nos iban a ofrecer. Nos presentaban un tercer trabajo titulado «Money, sex & power»; potente álbum que recupera esa tendencia angelina de los años 80, tanto a nivel estético como musical. Es una tendencia muy en alza el recuperar la imagen, actitud y música de los 80 a cargo de jóvenes formaciones actuales como Crashdiet, Crazy Lixx o Sister.
Arrancaron con la potente «Sleazy deluxe», con un sonido claramente influenciado por el hard rock y el heavy metal clásico de los 80, destacando principalmente a Johannes Braun, su jovencísimo vocalista como principal reclamo visual de la banda.
«Sex is war» fue otro de esos temas infalibles en directo, con esos coros tan fáciles de seguir y tan pegadizos para el directo, y la joven formación alemana divirtiéndose sobre el escenario. «I will be king» con un Johannes Braun vestido con una vistosa capa y haciendo malabarismos con su bastón y «Welcome to the jungle» mostraban el buen show de la banda.
La banda llegó al final de su actuación tras 35 minutos con el tema «Money, sex & power». Una actuación marcada por esa actitud 100 % rockera y buen rollo transmitido desde el escenario.
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Tras una breve espera vemos como los roadies preparan la escenografía mostrándonos un inmenso telón con una terrorífica bruja y preparándonos para sumergirnos en la música de los californianos Huntress, otro joven grupo surgido del heavy metal underground. En esta su primera visita presentaban «Spell eater», su álbum de debut y uno de los últimos fichajes del sello austríaco Napalm Records, dedicado a descubrir interesantes formaciones de gothic/black/folk metal.
Su oscuro heavy metal de corte clásico con algún momento más intenso cercano al death metal que se practica en Escandinavia no tardó en sorprender al público presente acompañado de la presencia de su bella y sensual vocalista Jill Janus y su frágil aspecto contrastando con su desgarrada y poderosa voz.
Abrian su show con «Senicide» y continuaban con otros cortes como «Snow witch» o «The tower», mientras veíamos a Jill desgañitándose e interpretando de una forma teatral y oscura sus canciones. A medida que avanzaba el show la banda se veía más cómoda sobre el escenario mientras seguro que a todos nos venían a la cabeza otras formaciones como Helstar o King Diamond por la similitud de un heavy metal muy poderoso a la vez de oscuro, con esos tremendos agudos emitidos por Jill Janus.
«Night rape» y «Eight of swords» ponían fin a la actuación de esta interesante banda norteamericana, sin duda la gran sorpresa de la noche.
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Tras una espera más larga de lo habitual, ya estábamos dispuestos a presenciar una nueva visita de los británicos; una formación que levanta pasiones tanto a favor como en contra y que no deja indiferente a nadie. La novedad de su nuevo trabajo «The power within» y el correspondiente tour es la presencia del nuevo vocalista Marc Hudson en sustitución del anterior y carismático Zp Theart.
Su desenfadado power metal ejecutado a altísima velocidad y esas florituras técnicas de la pareja de guitarristas Herman Li y Sam Totman son las señas de identidad de esta formación, la cual surgió hace algunos años en respuesta a otras formaciones europeas del mismo género que irrumpieron principalmente en centro Europa y Escandinavia.
«Holding on» y un perfecto sonido dio el pistoletazo de salida a la descarga de estos «guitar heroes», seguida por «Heroes of our time». Así comenzó esa gran montaña rusa que es la música de DragonForce, con todo un despliegue de melodía y potencia que siempre nos ofrecen. «Seasons» fue el siguiente tema en caer y donde la banda ofreció un punto más de calma a su trepidante comienzo.
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Pronto comprobamos la gran calidad vocal del nuevo solista de la banda, sin duda un grandísimo y acertado descubrimiento. Marc Hudson nos sorprendió muy gratamente al poder adaptarse a un puesto tan exigente como es el de vocalista, sin desfallecer en ningún momento, sino todo lo contrario, capaz de alcanzar cualquier tono y todos los agudos superando claramente a su predecesor.
«Fury of the storm» fue el siguiente tema donde la pareja de guitarristas Herman Li y Sam Totman volvieron a lucirse con su arsenal de licks, tappings y melodías neoclásicas ejecutadas a velocidad supersónica y con el teclista Vadim Pruzhanov (muy activo durante todo el show) sumándose a sus compañeros en primera linea del escenario con su teclado portátil.
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El grupo se tomó un respiro bromeando con la audiencia y presentando al nuevo vocalista con mucho sentido del humor, para atacar a continuación con «Die by the sword» con un regusto clásico y «Operation ground and pound», uno de sus temas más célebres. El trabajo a las guitarras de Herman Li y Sam Totman es realmente descomunal, sorprendente por su alta calidad técnica, su velocidad y sentido de la melodía, algo que pese a tocar a tanta velocidad nunca pierden. También destacar el gran trabajo a la batería del ex-Bal-Sagoth Dave Mackintosh, tan rápido como preciso, aunque algo tapado por el sonido de la pareja de guitarristas y el buen hacer del bajista, el francés Frederic Leclercq.
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Después recuperaron el «Sonic firestorm», quizás para muchos su mejor trabajo, o al menos el disco con el que la banda sorprendió dentro del saturado panorama del power metal. «Fields of despair» y «Soldiers of the wasteland» fueron las siguientes en sonar y de nuevo lucimiento técnico para la pareja de guitarristas, que no paraban de bromear y saltar, sobre todo el simpático Herman Li.
«Through the fire and flames» fue el siguiente tema en un concierto que comenzaba a acercarse a su fin y donde la banda y su numerosa base de fans coreaban al unísono su contagioso estribillo. «Cry thunder» ponía fin al intenso concierto con esa deliciosa melodia celta, que personalmente me recordó al malogrado guitarrista irlandés Gary Moore. Un perfecto punto y final y un tema con ese aire claramente festivo para cerrar su show.
Aunque volverían una vez más al escenario reclamados por su entregado público para cerrar la actuación con el tema que daba título a su álbum de debut «Valley of the damned», la única concesión a ese primer trabajo, aunque un tema que puso un gran broche de oro al gran concierto al que pudimos asistir.
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Resumiendo, un brillante show de los británicos de aproximadamente 75 minutos, quizás algo breve aunque algo habitual en estos tiempos que corren, pero justificable por el gran despliegue físico y musical de la banda, y el descubrimiento de dos jóvenes e interesantes formaciones como Huntress y Kissin´ Dynamite hicieron de la noche del 15 de noviembre una gran velada de heavy metal.
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TEXTO: Mariano Revilla
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