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El prestigioso luthier estadounidense realizó una minigira de conferencias para dar a conocer su trabajo al frente de una de las compañías más importantes del mundo.
La conferencia se complementó con un concierto en el que Smith demostró ser un guitarrista de blues rock muy elegante.
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Este mes de noviembre hemos podido disfrutar de la presencia en España del luthier Paul Reed Smith, que ha realizado en Madrid y Barcelona sendas conferencias con un pequeño concierto acompañado de músicos locales. Y la de Barcelona, a la que pertenece esta crónica, se realizó en la Sala Moragues de El Born CCM, con un lleno máximo. Cierto es que estábamos antes un evento gratuito, pero fue agradable ver como gran parte de la comunidad guitarrística barcelonesa se dio cita allí.
Smith fundó en Maryland en 1.985 la compañía PRS Guitars. Como en tantas ocasiones anteriores, sus orígenes fueron humildes, trabajando en un taller de manera completamente artesanal; pero con el tiempo y un trabajo que no escatimaba en calidad, acabó convirtiendo a su marca en un referente y una multinacional con diversas fábricas por todo USA e incluso con una división en Corea. Y a día de hoy, el característico diseño sus guitarras y bajos, que de alguna forma combina los dos cutaways a lo Stratocaster con las elegantes curvas de la Les Paul, es tan icónico como el de estos dos modelos mencionados. Y así lo corroboran una larga lista de artistas célebres que usan sus instrumentos a menudo o incluso casi en exclusiva, como Mike Oldfield, Alex Lifeson —Rush—, Al Di Meola, Carlos Santana, Mark Tremonti —Alter Bridge—, Orianthi, Ted Nugent, John Mayer o Fredrik Åkesson —Opeth—.
Smith decidió hacer un cambio en la conferencia. Estaba previsto hablar y al final realizar un breve concierto de cuatro canciones, pero viendo la gran cantidad de gente que abarrotaba la sala, optó por tocar primero dos.
En esta primera parte del concierto ya me sorprendieron tres cosas: que comenzara con una hermosa balada y clásico del rock, «Cause we’ve ended as lovers» de Jeff Beck, el buen nivel técnico y de feeling que mostró y la increíble calidad de sonido de la Sala Moragues.
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Tras esto comenzó la conferencia. No recuerdo el nombre de la traductora, pero entre ella y el luthier se estableció una confianza y diversión grandes, con él dirigéndose a ella para hacerle alguna puntualización técnica y cortando su traducción.
Esto que en un principio pareció muy divertido, acabó siendo un pelín coñazo. O lo que es lo mismo, se perdió mucho tiempo en una conferencia que debería de haber sido más interesante y haber estado centrada en aspectos técnicos.
Y de esto último también anduvo escasa. El momento más técnico fue cuando un joven le preguntó por la importancia de los nudos en la madera. Smith insistía en que ninguna a pesar de la insistencia del chaval, y el americano llegó incluso a mirar su guitarra para ver si tenía alguno, para acabar diciendo de forma muy simpática que «no tenemos la culpa de que Dios haya hecho al árbol de una determinada manera».
Dio la sensación de que Smith quiso orientar la conferencia hacía un público no músico para hacerla más amena, pero… ¿en verdad había alguien en la sala que no fuese guitarrista y no quisiera una charla más técnica?
Aún así, no todo fue malo ni mucho menos. De hecho, comenzó lanzándose al cuello de los mitómanos, desmontando la teoría de que un modelo de guitarra de los años 60 tocado por Hendrix fuese mejor que uno fabricado con los medios actuales, cuando en su momento Hendrix lo que adquirió fue un modelo nuevo y no de gama alta precisamente. Y también fue interesante cuando habló sobre la calidad de los violines Stradivarius y la leyenda de su barniz, siendo en realidad —según Smith— el sonido resultante de la calidad del instrumento en sí mezclado con la falta de higiene y exceso de humedad de los lugares donde se almacenaban.
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Y así, entre anécdotas y risas fue pasando la hora y media hasta que finalizó la charla. Sorteo de una guitarra y más música en directo. Y tras esto, firma de autógrafos y sesión de fotos con los asistentes.
Cuando finalizó todo, era el momento de echar un vistazo a la exposición de modelos de la firma. Habían unos cuantos a la entrada y a ambos lados del escenario. En total calculo que algo más de una decena. Un lujazo poder ver esos instrumentos tan de cerca, pero entonces me percaté de algo que me pareció bastante lamentable. Dentro de la sala había una sala VIP más pequeña a la que accedían músicos, prensa e invitados de la organización. En nuestro caso, tratándose de un evento gratuito, ni se nos pasó por la cabeza pedir una acreditación, pero para entrar a esa zona VIP con catering había que tenerla. Hasta ahí no habría problema alguno. Lo verdaderamente lamentable es que rodeando toda esa sala, había una exposición de modelos de gama alta e incluso de la serie «Private Stock», que son modelos de lujo con modificaciones exclusivas para los músicos que las compren. Un auténtico lujo para los sentidos y una exposición a la cual los asistentes normales no podían entrar —yo pude hacerlo gracias a un colega con contactos—.
Y como digo, veo muy bien que haya una zona VIP con su catering y tal, pero a esa exposición de modelos únicos tenía todo el derecho de entrar cada uno de los asistentes.
Acompaño este párrafo con una serie de fotos de esta zona. Disculpad la calidad pero uno no es un gran fotógrafo y la iluminación de la sala VIP no era muy buena.
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En resumen, conferencia amena y entretenida pero en la que su autor no entró en temas técnicos que es lo que la mayoría de los asistentes demandaban, buena música en la que el luthier demostró tener una gran clase tocando, un sonido soberbio y una exposición de guitarras de lujo a la cual no podían acceder los asistentes.
Una tarde interesante y entretenida pero con algunas sombras.
Os dejamos con más fotografías del evento y el vídeo íntegro de la conferencia, que el grupo Adagio —importadores en España de PRS Guitars— ha colgado en su canal de YouTube.
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
Muy buena crónica tal como fué realmente y muy muy feo el tema sala vip para elegidos…
Dos apuntes, ¿sabéis algo del último tema que interpretaron? Me gustó bastante…
Añado humildemente que se regaló a cada asistente una camiseta PRS que no está mal.
Saludos.