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Hola a todos, Albert Sanz al habla. Hace mucho tiempo que no escribo nada en la editorial, debido a que como seguimos teniendo un staff de colaboradores pequeño y la mayor parte de crónicas y críticas están escritas por mi, ya hay suficiente opinión personal en ellas como para además escribir una editorial. Pero un reciente y triste suceso acontecido el pasado 28 de julio y del cual os dimos buena cuenta al día siguiente en esta noticia, me ha animado a escribir este artículo. Más concretamente, a ampliar y explicar mejor un párrafo aparecido en dicho artículo.
Si vivís en una cueva o nunca habéis estado muy al tanto de la carrera de ZZ Top, podéis ir a esa noticia o a Google y YouTube, donde encontraréis toneladas de información de una banda de bluesrock y rock sureño cuya importancia se puede resumir en que son leyendas históricas de la música.
El caso es que a lo largo de los años hemos ido viendo cómo bandas muy bien avenidas en lo personal, o no tanto, pero cuyos músicos sin duda tenían una enorme química entre ellos en lo musical, se separaban o bien sustituían a uno de sus miembros por otro. Eran bandas de las cuales nadie habría concebido que eso pasase. Como ejemplo, ¿alguien habría imaginado a Van Halen sin la raspada y macarra voz de David Lee Roth? Sí, eran notorias las malas relaciones entre los hermanos VH y el vocalista, pero la adictiva música del grupo en varios discos geniales fue fruto de la conjunción de cuatro talentos y cómo estos se fusionaron entre sí. Y sin embargo, contra todo pronóstico, la segunda era del grupo con Sammy Hagar tras los micrófonos fue, al menos, igual de interesante.
Muchos más casos así habrían a lo largo de las décadas, como Black Sabbath cambiando a Ozzy Osbourne por Ronnie James Dio o Genesis con Phil Collins pasando de la batería a las voces tras la marcha de Peter Gabriel y sin embargo, los cambios pudieron ser diferentes pero no malos (bueno, en el caso de Genesis sí fueron MUY DIFERENTES).
Pero si hay una banda en la que la unión de los talentos dio lugar a una música interesante y atemporal, que en lo personal eran como hermanos muy bien avenidos y que, además, en lo musical mantuvieron un compromiso total durante cinco décadas, y que, por lo tanto, se me hace inconcebible su continuidad sin uno de ellos… esa banda es ZZ Top (vale, y si me apuras, U2 también, aunque estos no son los protagonistas de este artículo).
Sin embargo, la sorpresa vino al conocer la noticia adjunta a la de la muerte de Dusty Hill de que unos días antes, se habían confirmado diversas fechas con Elwood Francis al bajo, debido a los conocidos problemas de cadera del barbudo bajista y a una inminente operación. De hecho, el último concierto de Dusty fue el 18 de julio en Louisville y el primero con Elwood el pasado 30 de julio en Tuscaloosa —Alabama—, sólo dos días después de su fallecimiento. ¿«The show must go on» a toda costa?
El hecho de la sorpresa viene debido a que no era la primera vez que Dusty Hill se veía obligado a tomarse un descanso. Tal y como relatábamos en la noticia de su muerte, la banda llegó a tomarse largas pausas, con cancelaciones de tours y todo tipo de compromisos por respeto a su compañero, sin plantearse el buscar a un sustituto. En 1.984 él y su novia se vieron involucrados en un accidente casero con una pistola, que se le disparó en el abdomen y lo mantuvo incapacitado por varias semanas. Más serio fue el diagnóstico de hepatitis C en el 2.000, que le tuvo fuera de juego durante dos años, así como en 2.007, con una operación de un tumor en uno de sus oídos y en 2.014, con un accidente al caerse de autobús de gira que le tuvo la cadera inmóvil durante meses.
En todos esos periodos, que iban de semanas a años, nadie se planteó el incorporar a otro miembro. Si ZZ Top era un triciclo, nadie se imagina cómo montar en uno al que le falte una rueda, ¿verdad? Eso es lo que Beard, Gibbons y Hill pensaban de su sociedad y la imagen de unidad indisoluble que transmitieron al público durante décadas. Y junto al anuncio de que Elwood Francis sería su sustituto provisional, está el hecho de que la idea tomada en consenso de contar con un sustituto partió del propio Dusty Hill y que no sólo la sustitución fue efectiva unos días antes de su muerte, sino de que sólo dos días después y sin mantener el consabido luto, los nuevos ZZ Top realizaron el primer concierto.
Dando por hecho de que Hill no era vidente y desconocía el día de su muerte, resulta llamativo el hecho de solicitar a sus compañeros su sustitución, máxime cuando, como hemos enumerado antes, en otras ocasiones no había pasado nada por esperarle hasta dos años (ni tampoco porque Gibbons se tomara su tiempo para grabar y promocionar tres trabajos por su cuenta).
Cierto es que venimos de una complicada pandemia que ha dejado en stand by a todas las bandas de música del mundo durante casi un año, y que desde 2.012 no editan nada nuevo —aunque Gibbons, durante la presentación en este mismo año de su tercer trabajo en solitario, manifestó que estaban trabajando en material nuevo—, pero ese mono, ese ansia de tocar en directo que padecen muchos músicos en la actualidad, no parece ser la causa de esta situación. Ni tampoco la necesidad de dinero, dado que en este sentido el grupo tiene bien cubiertas sus espaldas debido a los royalties de los millones de álbumes vendidos a lo largo de los años.
Más bien, todo apunta a que Hill se había planteado la retirada definitiva.
A esos problemas de cadera bien podríamos añadir otro, y es que tras 50 años de carrera, es muy posible que ese fuego, esa pasión por el rock ya no sería tan potente como en su juventud, lo cual es normal y le ha ocurrido a muchos músicos incluso con carreras más cortas, y es posible que Hill sintiera que estaba con el piloto automático activado en vez de disfrutar del rock.
¡Y no olvidemos tampoco que tenía 72 años!
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Respecto la incorporación de Elwood Francis, quien por cierto, es ya a todos los efectos, miembro fijo de ZZ Top, tal y como comentó el periodista Eddie Trunk recientemente…
…se trata de una decisión bastante inteligente. Y es que nadie va a poner en duda su profesionalidad, ya que tiene un currículum como técnico de guitarras envidiable, habiendo colaborado con gente del nivel de The Mighty Skullhead, Aerosmith, The Black Crowes, Guns N’ Roses, el propio Billy Gibbons y cómo no, con los ZZ Top durante casi diez años, además de que toca con solvencia guitarra eléctrica con o sin slide, bajo y armónica, y, por supuesto, conoce a la perfección el sonido del grupo. Resta por saber si también podría realizar coros como sí hacía Hill.
En cualquier caso, los fans podrán ponerse en contra de la decisión de que alguien vaya a sustituir al querido Dusty Hill, pero ya que esto ha sucedido, no podrán quejarse de la elección, puesto que es la más obvia.
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Quizás en un futuro sabremos a qué se debió esta sustitución. ¿Y vosotros, qué creéis? ¿Dusty Hill pensaba retirarse?
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TEXTO: Albert Sanz
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