Los problemas respiratorios que padecía desde 2.018 —y que le obligaron a retirarse por entonces— han sido la causa de su muerte, según ha declarado su representante.
Martino lidió toda su adolescencia con problemas mentales y en los 80 se le diagnosticó una malformación cerebral de nacimiento como causa principal de sus males. Al ser operado de ello, se le provocó una amnesia total que le llevó a tener que reaprender totalmente tanto a tocar como a entender la música, y que según muchos estudiosos, hizo que naciera un Pat Martino del todo diferente.
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De piedra nos hemos quedado hoy martes, sólo un día después de que hayamos comenzado la nueva temporada de la web —ayer dio inicio también la temporada de nuestro programa de radio—, al conocer que una de las figuras más brillantes y legendarias del jazz actual ha fallecido: Pat Martino nos ha abandonado a la edad de 77 años.
La lamentable noticia ha sido confirmada por su representante, Joseph Donofrio, quien ha declarado que los problemas respiratorios que tenía desde 2.018 —y que le impidieron desde entonces tocar— se han complicado y le han llevado a la muerte.
La carrera de Martino en el jazz se produjo a mitades de los lejanos 60, grabando para figuras del momento como Eric Alexander, Willis Jackson, Eric Kloss o Don Patterson, con los que visitaría los mejores estudios de grabación en incontables ocasiones; sin embargo, no pospuso por mucho tiempo sus ambiciones solistas, ya que sus primeros dos álbumes, «El hombre» y «Strings!» aparecieron en 1.967, hasta completar casi una treintena de álbumes propios.
Si bien siempre se le consideró como un ortodoxo del jazz, con una carrera tan larga no tuvo problemas para cultivar casi todas las variantes posibles, desde el jazz rock al acid funk y soul más comercial. También destacó como divulgador de teoría y armonía musical, especializándose en la relación entre matemáticas y música, algo realmente notable en un músico que no pisó jamás una escuela de música ni recibió clase alguna.
Sin embargo y aunque todo lo explicado ya sería más que suficiente para considerar a Martino como una leyenda de la música, sus perennes problemas de salud y la relación con ellos serían los que lo elevarían a la categoría de leyenda única.
Y es que ya de joven comenzó a padecer alucinaciones, ataques epilépticos, bipolaridad, brotes esquizoides o distorsiones temporales —no era raro que apareciera en un punto desconocido de la ciudad tras haber caminado durante horas sin recordar nada—, etc., síntomas que le mantenían en una perpetua depresión y le llevaron a intentar suicidarse en diversas ocasiones. Al respecto, en una entrevista mencionó que superó aquella fase al concentrarse en entender y profundizar en el jazz, algo que le resultaba tan complejo que le permitía evadirse y no pensar en sus problemas.
Entre los 70 y los 80 fue ingresado varias en hospitales psiquiátricos, donde se le trataría con con medicinas agresivas y —que se sepa— con electrochoques en tres ocasiones. Todo ello, recordemos, intentando mantener una carrera musical en la élite viajando continuamente entre N.Y. y Philadelphia y realizando conciertos y grabaciones.
Esta situación se mantuvo hasta comienzos de los 80, en que tuvo que entrar al quirófano para ser operado de un aneurisma que le estaba provocando unos intensos dolores de cabeza. Las radiografías previas a dicha operación descubrieron una malformación cerebral de nacimiento, fuente y raíz de todo su sufrimiento.
Si bien para él y su familia fue una bendición el saber que no estaba loco, que había una razón física y que era operable, se sometió a una segunda operación conjunta a la del aneurisma, en la que se le extirpó cerca del 70% de su lóbulo temporal izquierdo. Y es ahora cuando la cosa se pone más dramática aún: esta segunda operación le produjo una amnesia TOTAL: no recordaba quien era, ni a su familia, ni a sus amigos, ni a sí mismo. Y también olvidó cómo tocar una sola nota. Ni siquiera fue capaz de retener la llamada «memoria muscular» y cuando agarraba una guitarra, era tan torpe como cualquier persona que coge una por primera vez.
Presionado por su entorno, o tal vez impulsado por la curiosidad, comenzó a escuchar su antiguas grabaciones y a reaprender a tocar de nuevo y en el 87 volvía a los escenarios con nuevo disco —«The return»—. Todo este proceso puede leerse y verse en la aautobiografía «Here And Now!» y en el documental «Martino Unstrung».
Por otra parte, todo esto dio lugar a que la comunidad médica estudiara su caso con sumo interés. ¿Era posible realizar una actividad intelectual de enorme complejidad y alcanzar el nivel de virtuosismo y conocimientos de antaño, partiendo desde cero y en tiempo récord, habiendo perdido una parte importante del cerebro? Desde entonces, Martino se convirtió en voluntario para múltiples exámenes, por si su experiencia podría ayudar a otros.
También la comunidad musical siguió el caso con interés en los años posteriores, creándose una división entre los críticos y estudiosos del jazz, que aseguraban que habían dos Martinos diferentes, el pre y el postamnesia. Muchos afirman que si bien el «segundo» Pat Martino era capaz de reproducir al milímetro sus anteriores grabaciones, su lenguaje y manera de interpretar las nuevas composiciones eran bastante diferentes.
De esto también se hizo eco la comunidad científica, puesto que era raro que no quedara nada residual a nivel del subconsciente. El guitarrista zanjaba la discusión diciendo que en algunas ocasiones le venían fragmentos de melodías o sensaciones relacionadas con determinados pasajes de sus discos anteriores, pero nada más, y que él mismo se consideraba no sólo como un nuevo músico, sino como otra persona. Otra persona que para colmo, tenía que lidiar con un entorno cercano de amigos y familiares que le querían pero por los que en bastantes ocasiones, él comenzaba a desarrollar sentimientos diferentes a los originales.
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Desde luego, estamos ante una vida marcada por el sufrimiento pero que la vez, conforman una de las historias más fascinantes de la historia de la música moderna. Raro es que Hollywood no haya hecho ya la película.
Dicho esto, gracias por tantos años de buena música.
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.TEXTO: Equipo de redacción
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