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FICHA
- Artista: Rodrigo y Gabriela
- Sello: ATO Records
- Año: 2.020
- Estilo: Heavy metal, thrash metal, shred
CALIFICACIÓN
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CALIFICACIÓN TÉCNICA
- Nivel de técnica: 9/10
- Velocidad: 9/10
- Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 9/10
- Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
- Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 10/10
- Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 8/10
PUNTUACIÓN: 9,2/10
CALIFICACIÓN MUSICAL
- Calidad musical: 7 /10
- Nivel de feeling: 7/10
- Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
- Ganas de hacer “headbanging”: 10/10
PUNTUACIÓN: 8,5/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,85/10
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INTRODUCCIÓN
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Tal y como explicamos en la crónica de la visita de Rodrigo y Gabriela a Barcelona este pasado noviembre, el dúo mexicano estuvo de lo más prolífico y creativo durante el periodo pandémico, ya que editaron dos E.P.’s en 2.020 y 2.021 y un L.P. en este 2.023, se embarcaron en la investigación de la filosofía del «No Dualismo» que afectaría profundamente a su manera de componer y, por su parte, Rodrigo Sánchez se lanzaría del todo a tocar, componer e investigar las posibilidades de la guitarra eléctrica frente al sonido tradicional acústico que les hizo famosos.
De todas formas, hoy os traemos uno de sus últimos trabajos en el estilo clásico de Rodrigo y Gabriela: esa particular, virtuosa y apasionada fusión de folklore mexicano, flamenco, rock y heavy metal, en formato acústico e instrumental. Además de todo esto, son ya míticas las versiones que en el pasado han ido interpretando en sus directos no de clásicos del heavy metal, sino directamente del thrash, homenajeando a Metallica, Slayer, Megadeth o Anthrax a cuatro manos, dos guitarras españolas y mucho arte.
De dichas versiones siempre ha habido una gran demanda por parte de los fans para tenerlas en versión CD, puesto que tan solo «Orion» de Metallica apareció grabada en estudio en el primer y homónimo álbum del dúo, lanzado en 1.999 y con una selección de versiones absolutamente dispar de Santana, Eric Clapton, Julio Iglesias, Vicente Amigo o Paul Desmond & The Dave Brubeck Quartet.
Aunque en honor a la verdad, «Orion» y «One» de Metallica y «Stairway to heaven» de Led Zeppelin sí pudieron escucharse en álbumes en directo como «Live in Japan» y «Live Manchester and Dublin», pero en una versión de estudio, bien trabajada a nivel de producción, con más capas de guitarras y con la posibilidad del añadido de otros instrumentos como percusiones, pues no.
Así que, aprovechando el parón pandémico y las cancelaciones de giras, en 2.020 salió a la venta este álbum —aunque ya estaban trabajando en él desde un año antes—, con producción del propio Rodrigo Sánchez, mezcla a cargo de un peso pesado entre los ingenieros de rock y metal como es Jim Monti —Melissa Etheridge, GN’R, Korn, Metallica, etc.— y masterizado por la leyenda del mastering Ted Jensen —Cat Stevens, Bob Marley, The Eagles, The Alan Parsons Project, etc.—.
El E.P., de nombre «Mettal EP», consta sólo de tres canciones de las tres bandas metaleras que más les han marcado, como son Metallica, Slayer y Megadeth y fue precedido de «Mettavolution», con el cual ganaron su primer Grammy en la categoría «Mejor Álbum Instrumental Contemporaneo», su trabajo más rockero hasta ese momento y cuya crítica puedes leerla aquí. Además, tuvo una secuela en 2.021, o una especie de primo musical más bien, en forma de E.P. también de tres canciones pero en esa ocasión de calado más jazzero y titulado «Jazz EP».
Como dato curioso para completistas, ambos salieron en formato digital, CD y vinilo de forma independiente pero también unidos en la versión «Mettal / Jazz EP», la cual tiene esta espectacular portada, fusión de las otras dos.
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Y tras esta larga intro, bastante más larga que el propio CD en sí, vamos a escuchar qué tal suena este «Mettal EP».
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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES
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1.- Battery. Comenzamos con la clásica intro acústica de la original, aunque en esta ocasión el sonido es más aflamencado, algo lógico si se conoce el background del dúo. Sin embargo, pasado el primer minuto el tempo se acelera con una excelente técnica rítmica de Rodrigo a la que se le añade la parte vocal también interpretada por él con una segunda guitarra.
Por su parte, Gabriela realiza su habitual sección rítmica percusiva que hace caminar al tema igual de bien que el original.
Para terminar en la parte de los solos se echa de menos un sonido distorsionado, aunque hay que reconocer que están calcados casi a la perfección.
2.- Seasons in the Abyss. Pasamos ahora al clásico por excelencia de la banda liderada por Tom Araya. En esta ocasión la intro me ha gustado bastante y considero que le favorece este tratamiento acústico, aunque casi pondría la mano en el fuego que algunas de las guitarras que suenan a lo largo del tema, si bien son españolas, han sido pasadas por algún overdrive.
Tengo que destacar obligatoriamente lo curioso que queda que el estribillo vocal haya sido ejecutado con slide y también el excelente acompañamiento percusivo de Gabriela, mejor y más intenso que en el corte anterior.
El headbanging está más que asegurado.
3.- Holy wars… The punishement due. Y finalizamos con otro clásico de Megadeth. Al igual que en las anteriores, la fidelidad a la obra original es muy alta, pese a esta estética acústica y la carencia de una batería real, y se nota que es una de las versiones que más veces han interpretado en directo.
En cuanto a los dos músicos, Gabriela no hace un acompañamiento percusivo tan notable como es habitual, pero lo suple simulando muy bien la guitarra de Mustaine. Rodrigo por su parte, esta perfecto incluso en las partes solistas, sobretodo con ese famoso interludio oriental de Friedman que en versión acústica queda genial.
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CONCLUSIÓN
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La pareja ha sabido llevarse a su terreno las tres canciones manteniéndose fieles aunque dándoles su toque. Y esta enorme fidelidad tiene aún más mérito habida cuenta de la dificultad del material original, en especial ese «Holy wars… The punishement due», quizás la canción más progresiva y con más cambios de la discografía de Megadeth. Todo un desafío.
Si tuviera que comentar algo negativo, lo haría sobre dos asuntos. El primero que es a la hora de solear de Rodrigo Sánchez, varios momentos con bendings agudos muy extremos suenan bastante raros. ¡Ojo! No son bendings en el traste erróneo y ni están desafinados, para nada; son las notas que tienen que ser tocadas, pero claro, en un contexto metalero con su buena dosis de distorsión suenan de fábula, en cambio, en su versión acústica no suenan tan bien ni provocan esa sensación en el oyente.
En segundo lugar, es la propia concepción del álbum, al ser un trabajo de tan corta duración y tan pocos temas. Si hubiera sido un álbum completo con diez o doce versiones, habría podido atraer a un amplio espectro de público. De este modo, queda sólo para incondicionales y completistas del dúo.
En cuanto a asuntos de mezcla y producción todo suena nítido y perfecto, con un uso excelente del panorama stereo (recomiendo la escucha con unos buenos auriculares).
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Y poco más hay que añadir. En lo musical, interpretativo y de producción es un excelente trabajo, pero esa sensación de brevedad, como he comentado antes, hará que sólo pasen por caja los aficionados coleccionistas y que sea un trabajo poco más que anecdótico en la por otra parte, excelsa carrera de los mexicanos.
No obstante, si qué es cierto que si nunca habías escuchado a Rodrigo y Gabriela antes, ésta puede ser una buena puerta de entrada.
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TEXTO: Albert Sanz
the Guitar Xperience radio show 
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