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Crítica: Magnum «Here comes the rain»

MAGNUM Here comes the rain CD cover

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FICHA

  • Artista: Magnum
  • Sello: SPV/Steamhammer
  • Año: 2.024
  • Estilo:   Hard rock, A.O.R., heavy metal

CALIFICACIÓN

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CALIFICACIÓN TÉCNICA
  • Nivel de técnica: 7/10
  • Velocidad: 6/10
  • Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 6/10
  • Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
  • Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 8/10
  • Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 3/10

PUNTUACIÓN: 6,6/10

CALIFICACIÓN MUSICAL
  • Calidad musical: 7,5/10
  • Nivel de feeling: 9/10
  • Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
  • Ganas de hacer “headbanging”: 6,5/10
PUNTUACIÓN: 8,25/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 7,5/10 

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INTRODUCCIÓN

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    Siempre es agradable acercarse a un nuevo trabajo de una banda de las míticas y que pese a no tener ya un poder de convocatoria para llenar grandes recintos como antaño, no dejan de girar temporada tras temporada por salas y festivales de todo el mundo y de mantener una regularidad en estudio envidiable. 
Y en estos tiempos en los que la mediocridad en lo musical está de plena vigencia, conseguir eso en un contexto de hard rock y heavy metal es algo prodigioso.

    Lo que no es tan agradable es acercarse a un trabajo de estas características sabiendo que hace algo menos de un mes, uno de los miembros de ese grupo nos abandonó.

    Y es que tal y como nos hicimos eco en esta noticia, el pasado 7 de enero falleció Tony Clarkin, guitarrista y cofundador de los británicos Magnum, apenas cinco días antes de que saliera a la luz el vigesimocuarto álbum de estudio, «Here comes the rain».

    Según parece y tal y como comunicaron en diciembre, Clarkin había desarrollado con el tiempo una rara enfermedad de la columna, incurable y limitante para su actividad musical, aunque no tenía porque ser mortal. Sin embargo, apenas dos semanas después de este comunicado en el que también se posponía provisionalmente toda la gira mundial de presentación de este nuevo trabajo, nos encontramos con la inesperada noticia de su fallecimiento. 
Esta gran pérdida hace que acercarse a este álbum se sienta con cierta tristeza y nostalgia, y con la duda sobre el futuro de la banda, dado que ahora Bob Catley es el único componente que queda de la formación original y, francamente, tampoco se le ve en un gran estado de forma.

    Pero en fin, independientemente del fallecimiento, como decía al comienzo, siempre es bueno encontrarnos con un nuevo trabajo en estudio de esta veterana banda, la cual debutó en el lejano 1.978 con «Kingdom of madness» (1978) y ya en los 80 fue incluida en el movimiento de la NWOBHM. Aunque pudieran mostrar una actitud cañera y unas composiciones en ocasiones contundentes, circunscribir a Magnum al terreno exclusivo del heavy metal era un error, dado que también abrazaban sin problemas el hard rock, el A.O.R., el rock progresivo, el folk rock y la psicodelia heredada de la década de los 70. Todo esto se pudo ver y escuchar muy bien, por ejemplo, en su «The eleventh hour» del 83, sin duda uno de sus trabajos mas completos y eclécticos.

    Unas décadas después nos llega su vigésimo cuarto trabajo, tercero en esta década convulsa y movida, que ellos sin embargo han sabido aprovechar muy bien, lanzando en 2.020 «The serpent rings», en 2.022 «The monster roars» y ahora este «Here comes the rain».
Bob Catley —voces—, Tony Clarkin —guitarras—, Rick Benton —teclados—, Dennis Ward—bajo y coros— y Lee Morris —baterías—, más  Chris Aldridge como saxofonista invitado, nos han presentado una nueva colección de diez canciones con producción del propio Clarkin y mezcla y mastering a cargo de Sheena SearAvantasiaMagnum, Serpentine, Tony Mills, Headless Cross, etc.—. Por cierto, Sear también se ha ocupado de ciertos arreglos en varias de las canciones.
Por su parte, de la carátula se ha encargado el veterano de la casa Rodney Matthews, del cual hablaré al final en las conclusiones y de su trabajo para este álbum.

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Magnum 2023 02

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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES

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1.- Run into the shadows. Un sintetizador con buen sabor ochentero más un piano inesperado acompañan a las guitarras en un riff principal sencillo pero efectivo.
Buena melodía vocal a cargo de Catley con un interesante estribillo terminan por coronar una canción que no será muy original, pero resulta perfecta como inicio de este trabajo.

2.- Here comes the rain. Solemne y más épico, este medio tempo incluye una sensible interpretación de Catley (con un estribillo a lo The Beatles) y una sección de cuerdas sintetizada que sobretodo durante el estribillo quedan de fábula.
Clarkin por su parte se duplica al usar guitarra acústica y eléctrica, aunque me gustaría destacar sobretodo a Dennis Ward, el cual toca una línea de bajo bien creativa. 
De lo mejor del álbum, sin duda.

3.- Some kind of treachery. Igual es un poco pronto para meter la primera balada del disco, pero la banda así lo ha decidido. Una composición también con sección orquestal y un piano omnipresente de Benton que recuerda mucho al tipo de canciones que Tobias Sammet suele crear para que su amigo Catley las cante en Avantasia. Y, de hecho, el tipo de interpretación y melodía vocal de Catley recuerda mucho a la forma en que canta en el proyecto de Sammet.

¡Muy épica!

4.- After the silence. Pasamos ahora a otra composición que creo no está tan inspirada como el resto, a pesar de tener de nuevo un acompañamiento orquestal interesante. 
Sin embargo, al contar con unas estrofas y estribillos coreables, puede que consigan que sea una canción importante en los directos.

5.- Blue tango. Vamos ahora con uno de los singles de presentación del disco. El grupo se pone en modo muy guitarrero con este potente hard rock y heavy metal en el que vemos a un Bob Catley muy agresivo, y cuyo repetitivo ritmo seguro que gustará a los fans de ZZ Top.
Sin duda, éste será otro trallazo en los directos.

6.- The day he lied. Cambiamos a un medio tempo una vez más con acompañamiento orquestal y de piano que lo dota de una gran épica. 
La canción tira mucho de clichés, aunque se salva por su aire tan cinematográfico y la sensible interpretación de Catley, muy emocionante.

7.- The seventh darkness. Llegamos a uno de los singles del álbum que no podría ser más curioso, ya que incluye un omnipresente saxofón de Chris Aldridge y a nivel musical oscila entre un folk rock que podría llegar a recordar a Mägo de Oz y entre un rock setentero a lo Thin Lizzy.
En cuanto a solos nos encontramos ahora con duelo de saxofón y guitarra de lo más interesante.

8.- Broken city. Nueva balada de lo más intimista: sintetizador de fondo acompañando a un muy sentimental Catley y en un segundo plano intervenciones de arpa y bajo (posiblemente bajo fretless, aunque ésto no lo puedo asegurar). 
Por el minuto tres hay un cambio de melodía, que no de intensidad, volviéndose más alegre, para terminar de nuevo con el aire melancólico del comienzo.

9.- I wanna live. Otra balada más, aunque escuchando los primeros compases ya queda claro que va a ser bastante más movida que la anterior.  Y lo es. De hecho, el grupo entero está tremendo, incluyendo a un Dennis Ward que tiene algún momento solista con su bajo. Clarkin, por su parte toca el solo más intenso de todo el álbum, Benton de nuevo aporta esos pianos y sintes omnipresentes a lo largo del álbum (ojo al psicodélido, neoclásico y purpleariano solo en el minuto 4) y Lee Morris también, como Clarkin, toca la batería más cañera de todo el álbum.
Si añadimos el título del disco a lo que ha pasado recientemente, la canción acaba volviéndose en un auténtico himno. En mi opinión, lo mejor del disco y que habría sido el mejor modo de cerrarlo el disco. 

10.- Borderline. Y para terminar, sonidos y voces evocadoras y orientales (de las que podrías escuchar en una película tipo «Dune») a modo de introducción, para cambiar a un medio tempo hard rockero sencillo y sin riesgo en su estructura, pero agradable de escuchar. 
En cualquier caso, el toque de clase y sofisticación lo aporta de nuevo Rick Benton tanto con el piano como con el sintetizador, dando lugar a un conjunto sonoro que podrá gustar a fans de Toto o Foreigner.
Por su parte, Tony Clarkin aporta unos solos con sabor pentatónico bastante inspirados.
Desde luego, muy buen modo de finalizar el álbum, aunque considero que «I wanna live» habría quedado mejor en esta posición.

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CONCLUSIÓN

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    Como he comentado al principio, no está claro cual es el futuro de Magnum. Lo más normal sería pensar que hasta aquí hemos llegado, pero no olvidemos que Bob Catley, ya en solitario, puede seguir usando legalmente el nombre de Magnum, y no sería la primera vez que eso sucede (acordaos del polémico «Chinese democracy» de los GN’R, en el cual sólo estaban Dizzy Reed y Axl Rose de la última formación, y sólo Rose era el único miembro original). Sin embargo, si este «Here comes the rain» es el legado póstumo de tan mítica banda, lo habrá hecho con clase y calidad. Es obvio que no es el mejor álbum, tampoco el peor, y que con él finaliza un legado en el que la regularidad en la calidad ha sido notable, mucho más que otras bandas más famosas que aún siguen en activo.
No es una obra maestra como digo, y algunos temas pecan de una excesiva simpleza y de un «más de lo mismo». Temas como «Run into the shadows», «After the life» o «The day he lied» son una buena muestra de ello y pese a todo, pese a ser un cúmulo de clichés, se escuchan con agrado y del tirón.
Sin embargo, luego tenemos auténticas joyas como «Here comes the rain», «Some kind of treachery»,  «The seventh darkness» y  «I wanna live» que son auténticas obras maestras y como poco, de lo mejor que han compuesto y grabado Magnum en este siglo. Es muy difícil mantener un nivel así en las diez o doce canciones que de media tienen este tipo de álbumes, y de haberlo conseguido, estaríamos ante un logro histórico.
No ha podido ser, pero todo y con ello, sigue siendo un trabajo que rebosa clase y sofisticación.

    Parte de culpa la tienen para mí claramente Bob Catley y Rick Benton. No pongo en duda que el bueno de Catley habrá tenido que tirar de AutoTune, dado su desempeño actual en directo, no siempre el idóneo, pero al menos en lo interpretativo, aquí tenemos frases y melodías vocales que emocionan. Lo mismo pasa con Benton y la constante presencia de sus pianos, sintetizadores y orquestas sampleadas, que aporta un nivel de sofisticación, elegancia y glamour sólo al alcance de formaciones como Toto, Journey o Foreigner.
No obstante, esto va en detrimento de Clarkin, y es que si estáis leyendo esto en un medio llamado «Guitar Xperience», quizás os defraude o sorprenda la poca cantidad de solos de guitarra o de rítmicas complejas que hay. Con esto no digo que el bueno de Clarkin no haga un buen trabajo, pero no estamos ante un disco superguitarrero.
Mención también a la base rítmica de Lee Morris y Dennis Ward, siendo éste en especial, si afináis bien el oído, quien tiene algunos momentos realmente buenos y creativos con su bajo eléctrico. 

    A quien sí quiero darle caña es a Rodney Matthews, habitual en la carrera de Magnum, habiendo hecho gran parte de las ilustraciones para el grupo. Sin embargo, ahora nos encontramos ante una portada más bien digna de Mägo de Oz, absolutamente rancia y digna de lo peor de los 80. No es la portada que uno se imaginaría para un álbum de hard rok, A.O.R. y heavy metal elegante y grabado en 2.023.

    En conclusión, si Catley decide continuar con Magnum, adelante, pero si éste es el legado póstumo de Tony Clarkin y la banda, sin duda será una excelente despedida. No la mejor posible, pero sí un álbum con clase y calidad.

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Magnum 2023

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TEXTO: Albert Sanz

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