El pasado sábado 30 de abril asistimos a un nuevo concierto del veterano festival de guitarra, invitados por la gente de The Project (¡gracias Xenia!). Josemi Carmona nos visitaba por segunda vez en lo que va de año (estuvo en enero presentando el disco «Sumando» grabado a medias con Carles Benavent) pero ahora es cuando venia por primera vez en solitario. Mucho ha llovido desde que el hijo del gran guitarrista Pepe «el Habichuela» y de la bailaora Amparo Bengala, y primo de los hermanos Carmona volara sin Ketama. Desde la disolución de los reyes (que no pioneros) del llamado «nuevo flamenco» en 2.004, Josemi Carmona no ha parado quieto ni un momento. Paco de Lucía, Alejandro Sanz, , Chick Corea o Enrique Morente, han sido algunos de los artistas que le han reclamado durante estos años. Es por ello que su debut en solitario se ha pospuesto hasta pasada la cuarentena (y además, ensombrecido por el mencionado disco a medias Carles Benavent, grabado en el mismo año). Pero como se suele decir, lo bueno se hace esperar, y el pasado sábado nos visitaba en Luz de Gas para presentarnos «Las pequeñas cosa», en la que fue la presentación oficial del disco.
Asistir a un concierto en Luz de Gas ya te predispone a sentir buenas vibraciones. La excepcional acústica, el diseño el plan teatro pequeñito (aunque tras los conciertos se convierta en una discoteca mega cool y mega pija), o el glamour son elementos que saben explotar muy bien los dueños de la sala. Si encima resulta que el grupo que ves te gusta y ofrece un buen espectáculo, la experiencia será bárbara. Rara vez he salido decepcionado de Luz de Gas (ahora que lo pienso, creo que nunca), y por fortuna, esta vez no fue así.
Josemi Carmona salió a escena arropado por una banda heterógenea: Carlos Carmona a la segunda guitarra, Bandolero a la percusión, Antonio Montoya a la voz y al cajón flamenco, Quiqui Ferrer a la batería, Antonio Ramos “Maka” al bajo y Adrián Schinof a los teclados. Ya desde un primer momento, parecía que los astros se aliaban en nuestra contra, puesto que un serie de acoples que provenían de la señal de la guitarra del «jefe» impidieron por espacio de unos minutos que empezaran. Por tanto, Josemi aprovechó para presentar a la banda antes de tiempo y agradecer a la gente su presencia.
Pasados esos minutos empezó la descarga, esta vez en forma de solo de guitarra del propio Josemi. El tema era «Tosca» de Puccini, versión que aparece en su CD. Tras este entró el grupo entero y ya desde el primer momento nos dimos cuenta de que aquello no iba a ser un concierto de flamenco. El grupo podía dividirse en dos: por un lado teníamos a los dos guitarras, el cantante y el percusionista, cuyo estilo era flamenco, mientras que el batería y el teclista aportaban un interesante sonido de jazz. Por su parte, el bajista oscilaba entre ambos mundos, y el propio Josemi, pese a poseer un lenguaje de flamenco puro, no dudaba en tocar con púa, wah-wah, chorus, e incluso con un inmenso booster para reforzar su sonido en los solos.
Otras canciones para destacar fueron «Cuenta», que en disco es cantada por Manuel Carrasco y en el concierto, Antonio Montoya supo imprimirle un estilo muy original, puesto que su voz cambiaba sin problemas entre el flamenco y el pop, mucho más que la del propio Carrasco, «De viaje», esta vez en versión instrumental y sin el rapeo del disco, y que mostraba una extraña simbiosis entre flamenco y funky, y la preciosa «Gran Torino», versión del tema de la célebre película compuesta por Kyle Eastwood y Michael Stevens.
Como es normal, también tuvimos viaje directo al pasado, con dos versiones de Ketama: la magistral «Flor de Lis», con ese precioso sonido de bossanova brasileira y la bonita balada «Se dejaba llevar», que hicieron famosa en su día Ketama y Antonio Vega.
Tuvimos también un magistral interludio. A medio concierto, Josemi Carmona dio paso a su padre, el gran Pepe «el Habichuela», quien tocó dos temas. Uno en solitario, el otro junto al percusionista. Aquí no hubo concesión a fusiones de ningún tipo. Era flamenco en estado puro, con una técnica envidiable y muy superior a la de su hijo. Lo que no fue tan magistral fue el final. A modo de fiesta, Josemi invitó de nuevo a su padre, a su madre y a varios amigos. El padre y uno de los amigos comenzaron a tocar sus guitarras mientras la bailaora Amparo Bengala hacia lo propio. Después, Josemi sustituyó a su padre a la guitarra y uno de los amigos invitados comenzó a cantar. Bueno, es un decir, ya que no cantaba, ni rapeaba, ni hablaba. Dijera lo que dijera no se le entendía un carajo. No diré que empañó el concierto, ya que fue un fin de fiesta flamenco, gitano y muy divertido, pero por otra parte, contrastaba con la mezcla de flamenco y jazz, fino y de calidad que habíamos estado escuchando hasta el momento.
Sobre los músicos podríamos estar hablando horas. Carlos Carmona a la segunda guitarra estuvo muy discreto, aunque en los escasos 30″ de que dispuso para tocar un solo, ya se le vio una soltura y velocidad mayores que la de su hermano mayor. Bandolero a la percusión también tenia un nivelazo, Antonio Montoya a la voz estuvo muy acertado, con una gran variedad de matices que iban desde el flamenco más puro al pop más comercial. Aunque su intervención con el cajón flamenco fue bastante extraña, pues aunque lo tocaba no estaba amplificado (o al menos no se le oía nada). Quiqui Ferrer a la batería fue posiblemente el músico más virtuoso de todos. Sus lineas con claro sabor jazzístico estaban llenas de matices. Tocaba con igual soltura con escobillas que con maquetas, y en verdad, muchas de sus líneas eran de una notable dificultad. Antonio Ramos “Maka” también nos dio muchas alegrias, puesto que tuvo solos de bajo en casi todos los temas, mostrando clase y buen gusto, y oscilando con insultante naturalidad del flamenco al jazz. Adrián Schinof al sintetizador estuvo quizás más en segundo plano, y digo quizás, porque la mayoría de temas contenían un colchón de sonidos sintetizados que en combinación con la acústica de la sala, dotaban de un ambiente atmosférico a muchos de los temas. De todas formas, cuando le tocaba hacer un solo se notaba que también tenia un grandísimo nivel. ¿Y Josemi qué? Pues no podemos decir que sea un virtuoso. No es un Paco de Lucia o un Vicente Amigo ni mucho menos. Lo cual no quita para que podamos afirmar que toca un huevo. Pero suple su carencia de virtuosismo con una gran musicalidad, un fraseo pulcro, limpio y comprensible (no es ningún shredder de la guitara española, como de Lucia), no le hace ascos a las fusiones y al uso de la tecnología y ¡adora el jazz!
Sin duda, Josemi Carmona es un músico que sabe como llegar al espectador. Su propuesta musical es rica en matices, y pese a la perfecta producción del álbum, lo ideal es que sea degustada en un entorno así, como el de Luz de Gas. No solo por el glamour o el ambiente íntimo de la sala, sino por el perfecto acondicionamiento acústico, que permite escuchar las canciones con calidad CD pero con los músicos delante. Vamos, se que me enrollo más que una persiana, pero queda más poético soltar toda esta parrafada que no terminar la crónica con un escueto y visceral «EL CONCIERTO FUE JODIDAMENTE PERFECTO».
PD: Por extraño que parezca, me ha sido imposible encontrar ningún video del concierto, y eso que no pocos IPhones andaban por allí grabando (es imposible disimular con esas enormes pantallacas encendidas que sirven más como lámpara que como móvil), por tanto pongo unos videos de un concierto reciente de Josemi Carmona con Carles Benavent. Una propuesta similar de jazz flamenco excelente.
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