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Xperience Live!: Fear Factory + Ktulu (27/05/2.012)

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    La Sala Mandra 1 de L’Hospitalet de Llobregat ha sido el lugar elegido por los reyes del nu metal y el metal industrial para presentar este pasado domingo su directo al completo en España. Decimos al completo puesto que la noche anterior (más bien el mismo día pero de madrugada) defendieron su propuesta en el Sonisphere en versión reducida.

    Lo cierto es que lo mío con Fear Factory es una relación de amor-odio. Musicalmente es una de mis bandas de metal favoritas. Pese a unos esquemas muy rígidos a la hora de componer, lo pegadizo de muchos temas y la dificultad técnica de la mayoría de éstos me vuelven loco. Pero así como en CD es una banda muy disfrutable, presentan una notable irregularidad en el apartado de los directos.

    La primera vez que los vi en directo fue teloneados por Coal Chamber y otra banda cuyo nombre no recuerdo en un Razzmatazz 1 lleno hasta la bandera. Sonido tremendo, público entregado, banda en estado de gracia, versiones de Sepultura y unos teloneros de lujo conformaron una experiencia sensacional. Menos de dos años después, ya en Razzmatazz 2, la misma banda ofreció un repertorio breve de apenas hora y cuarto con un Burton C. Bell en las últimas, afónico desde la primera canción e incluso quedándose sin voz cuando hablaba entre tema y tema. Un concierto para colmo con apenas interactividad entre los músicos y la audiencia (aunque a la salida todos menos Burton no tuvieron problemas en firmar y fotografiarse con sus fans). Pocos años después, en una tercera visita también a Razzmatazz 2 se volvió a repetir la misma situación. Ya sin Dino y con Christian reconvertido en guitarrista, la banda nos ofreció un espectáculo breve con Burton cantando de manera aceptable. Pero la frialdad para con el respetable se confirmó: no hubo ni un comentario entre canción y canción, la iluminación con unos sombríos naranja y azules fue tan oscura, que pese a estar situado en la valla de delante del escenario me fue imposible verles las caras, y para colmo, se despidieron tras apenas una hora de concierto sin saludar a nadie.

    Todo esto en conjunto, más el detalle de no variar ni un ápice sus temas en directo respecto a la versión en CD, me hicieron llegar a la conclusión de que no iba a perder más el dinero (en caso de no ser acreditado) o el tiempo asistiendo a más conciertos de Fear Factory.

    Tras un mediocre «Trangression» (debido a tener que grabarlo por motivos contractuales, justo cuando las malas relaciones entre todos estaban en su punto álgido), la escisión en dos formaciones y el juicio por el nombre de la banda que ganó el sector de Dino y Burton (precisamente los dos miembros que peor me caen), reafirmaban mi opción de no verlos más en directo. Pese a todo, el tiempo pasa, la nueva formación graba un nuevo disco y el sonido cambia. «Mechanize» no me gustó tanto como otros discos. No era el sonido Fear Factory, pero no podía negar que era un gran álbum. Es como si Fear Factory hubieran escuchado mucho a Slayer. Y los nuevos miembros tocaban de muerte. Además, por YouTube podían verse videos de Burton cantando de maravilla (y también de pena). Por lo que al enterarme de la nueva visita a España del grupo, decidí levantar mi veto mental y asistir al concierto, dado que estos Fear Factory son en esencia, una banda nueva.

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    Con la acreditación otorgada por los amigos de Eclipse Group (¡gracias!) entré en la Sala Mandra 1. Sala que cada vez alberga más a formaciones de primera división, robando protagonismo a la mítica Razzmatazz. Y en cierta manera se agradece que pase esto, puesto que las diferencias acústicas de una y otra sala son notorias. Ya en la calle me llevé una sorpresa, y fue el ver la enorme cola para comprar entradas en taquilla. Siempre hay algún despistado que decide ir a última hora, o quien no haya podido comprar su entrada con antelación, pero la cola realmente era larga y eso hizo que mucha gente se perdiera un buen trozo de la actuación de Ktulu. No obstante, la entrada fue buena para su comienzo y excelente al final. Ktulu con el carismático Willy al frente dieron toda una lección de clase y nivel sobre el escenario. La elección de Ktulu como teloneros de Fear Factory fue excelente debido al parecido musical que tienen y, además, estaban en su tierra. Si a esto unimos un sonido demasiado grave al comienzo pero que se resolvió a la segunda canción, tenemos un gran concierto.

     Pese a contar con los cuarenta minutos de rigor, fueron a saco desde el primer momento. Clásicos como «Pura vida», «El día de la bestia», «Justicia?» y «Delirium tremens» y la versión del «By demons be driven» de Pantera hicieron las delicias del respetable, que no paraba de saltar y hacer pogos.

    Ktulu lo tuvieron todo a su favor (sala, sonido, entrega de la gente, Barcelona) y aunque podía intimidar ser telonero de los reyes mundiales de su estilo, terminaron su concierto con sobresaliente en todos los aspectos, algo de lo que no pueden presumir los Fear Factory. Y eso que sólo tocaron cuarenta minutos.

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    Pasando diez minutos de las diez de la noche aparecieron Burton C. Bell y Dino Cazares sobre el escenario, en cuya parte trasera había una enorme lona con el logo del grupo. La pareja entró acompañada de Mike Heller y Matt DeVries, no de Gene Hoglan o Byron Stroud. Mala señal. Ya se hacía raro la falta de Christian Olde Wolbers y Raymond Herrera como para que tener que ver ahora a los sustitutos de los sustitutos. Pero aún así Heller (ex System Divide) a la batería y DeVries (ex Chimaira) al bajo cumplieron con nota alta. Tampoco contamos con la presencia de Rhys Fülber a los teclados, tal vez el talento a la sombra de la banda (ha estado en casi todos los discos y giras, ha sido coproductor y sin embargo nunca ha sido considerado miembro oficial del grupo). En su lugar tuvimos las bases de teclado grabadas.

    El concierto comenzó de forma explosiva con ese trallazo que es «Shock» del «Obsolote». El grupo estaba tremendo y Burton gruñía a la perección. Le siguió la más comercial pero animada «Edgecrusher». En esta sin embargo, en las partes en las que no hay guitarra se echó en falta el bajo fretless y tocado sin dedos de Wolbers, más fiel a la versión original del disco que fue grabada con contrabajo. En cambio DeVries no sólo lo tocaba con bajo normal y a púa, sino que su bajo estaba muy comprimido y con un puntito de overdrive, lo que cambiaba considerablemente el sonido.

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    El concierto siguió por bloques dedicados a casi cada uno de los álbums del grupo. Así, fueron cayendo temas como «Linchpin», «Powershifter» o el avance del nuevo álbum «The industrialist» llamado «Recharger», para acabar con un segmento dedicado a «Demanufacture», en el que se oyó «Self bias resistor», «Zero signal» y la comercial y más hard rockera «Replica» con la que finalizarian. Cabe decir que me sorprendió la inclusión de dos temas («Martyr» y «Scapegoat») de «Soul of a new machine», su primer álbum, en el cual aún no tenían definido el estilo y sonaban muy agresivos, orientándose bastante hacia el death metal. Álbum que en algunas giras han omitido a la hora de confeccionar el set-list.

    Los nuevos miembros como he dicho antes cumplieron con nota alta. Mike Heller carece por completo del carisma de Raymond Herrera, pero en su favor hay que decir que pocos baterías showman existen en el metal extremo. El mismo Herrera no lo es, pero tiene presencia. Sin embargo, Heller cumplió con el apartado interpretativo, y ya sabemos el nivel que hay que tener para tocar las líneas de batería de Fear Factory (en especial por esos antinaturales dobles bombos). A Matt DeVries se le notó mucho más suelto. Intercambiaba continuamente posiciones con Dino y parecía que conociera las canciones desde hacia años. Sobre Dino Cazares tampoco hay que decir mucho. Es una máquina de tocar riffs con sus Ibanez de ocho cuerdas y su mano derecha debe de habérsela robado a Terminator. Además empieza a hacer sus primeros pinitos solistas. Lo único que no entiendo es porque, siendo mejicano, se empeña en hablar con el público en inglés.

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    Por último, Burton C. Bell mostró una de cal y otra de arena en casi todos los temas. Bueno, en todos los temas en los que hay ese contraste entre voces rotas y/o guturales y las voces limpias y angelicales en plan new age. Ese contraste de voces siempre ha sido uno de los sellos característicos de Fear Factory; pero donde Burton llegaba en los momentos más burros, era incapaz de hacerlo en los más delicados. Cierto es que en los momentos limpios es donde hay que ponerse más melódico, y eso requiere de una buena técnica, pero sorprende que cuando el tema requiere potencia y volumen, Burton no tiene ningún problema en alcanzar esos registros graves, sin embargo en los momentos limpios se queda sin aire, desafina o canta muy bajito. Y eso es lo que pasó. Podría achacársele su bajo estado de forma al hecho de que menos de 24 horas antes estaban actuando. En efecto, por cambios de última hora, el concierto de Fear Factory en el Sonisphere en vez de comenzar a las dos de la madrugada lo hizo pasadas las cuatro. Y luego tocaba chuparse más de 600 km de carretera, así que muy frescos no podían estar. Digo que esto podría ser una excusa pero no lo es, ya que el nivel de exigencia técnica y física de casi todos los temas es muy alto, y el resto del grupo tocó a la perfección. Teniendo en cuenta que esta situación lleva sucediéndole a Burton desde hace muchos años (ahora se comprende el porqué los conciertos son tan breves), destaca aún más el hecho de hasta que punto es manipulada su voz en estudio y de lo poco profesional que es por girar año tras año sin haber realizado antes clases de técnica vocal.

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    Al menos sí que ha mejorado en su trato con el público, puesto que habló entre tema y tema, recordando a menudo la inminente fecha de salida del nuevo disco y animando a los asistentes. Y al finalizar no tuvo problemas en hacerse fotos con todo el mundo.

    En conclusión, pudimos gozar de buen sonido, buen telonero, muy buena música, dos nuevos miembros que con el tiempo podrán sustituir a los dúos Wolbers-Herrera y Hoglan-Stroud y un público entregado y numeroso y que hizo pogos desde el primer minuto. Como detalles negativos, la duración del concierto y que el vocalista sea capaz de pasar de la grandeza al horror en una misma canción.

    Ya para finalizar, os dejamos con un videoclip grabado por un espectador en el concierto de Sala Mandra, y a continuación, EL CONCIERTO ÍNTEGRO de Sacramento del día 21 de mayo. En él, como vais a comprobar, el cantante rinde bastante mejor (sin ser ninguna maravilla) y al menos eso hará que no os sangren los oídos. ¡A disfrutarlo!

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