.
.
Octubre ha sido un mes muy intenso en cuanto a conciertos, a los que hay que sumar los que están celebrándose también a lo largo de este mes. Sin duda, que uno de los que más ganas teníamos que ver era este festival, una especie de variante del célebre G3, sólo que en vez de tener a tres guitarristas de primera división, tendríamos a uno de primera y a dos de segunda. Y ya se sabe que suelen sorprender mucho más y el oído agradece también más las propuestas que vengan de músicos que no estén en el Olimpo del rock, más que nada por que los que sí están suelen vivir del cuento. No es el caso del máximo protagonista de este Guitar Universe, el americano de adopción nipona Marty Friedman, pero la elección de sus compañeros Stéphan Forté y Yossi Sassi ha sido a todas luces acertadísima, y eso que el resultado final no fue del todo satisfactorio.
.
.
La asistencia de público fue baja: bastante menos de la mitad para una Sala Mandra 1 en la que caben más de 800 personas. A falta de pocos minutos para empezar, debían de haber unas 25 personas como mucho. Cierto es que era entre semana, pero el precio de la entrada no era muy caro para estos tiempos, Marty Friedman había abarrotado esa misma sala tan sólo un año atrás, presentaba muevo álbum y venía acompañado del líder de Adagio (uno de las bandas de power metal europeas mejor consideradas) y de una promesa como el israelí Yossi Assi. En fin, son estas cosas de una Barcelona cada vez más impredecible en cuanto a asistencia a conciertos.
Poco antes de las 20:00 salió a escena el francés Stéphan Forté, guitarrista y fundador de Adagio, cuyo primer disco «Sanctus ignis» fue una de las mejores muestras de power metal y metal neoclásico que he escuchado jamás (y eso que ya sabéis de mi natural aversión a esos estilos). Durante tres cuartos de hora Forté desgranó algunos temas de Adagio y de su disco en solitario «The shadows compendium». Su banda estaba compuesta por él mismo, un batería, un teclista y un bajista. Destacar que estos dos últimos eran Kevin Codfert y Franck Hermanny, compañeros suyos en Adagio.
Debo admitir que desde aquel primer disco de Adagio había perdido la pista a Forté. Había escuchado algún tema suelto de otros discos y veía que se seguía moviendo por los terrenos del power metal, neoclásico y algo de progresivo de su primer disco, por lo que di por hecho que eso sería lo que iba a escuchar. Lo cierto es que el Forté con que me encontré se movía como pez en el agua en terrenos de metal progresivo. Un metal progresivo denso, oscuro, muy agresivo y bastante emparentado por momentos con el movimiento del math metal. De alguna manera, su estilo actual me recordó mucho al nuevo trabajo de Tony MacAlpine (leer crítica aquí) y por momentos en Animals as Leaders. El problema es que las composiciones eran complejas pero no tanto como en el math metal y muy agresivas, carentes en algún caso de melodía. Y tampoco había un despliegue de solos espectacular como cuando hablamos del mencionado disco de MacAlpine. Por tanto, la propuesta de Forté se hizo un poco aburrida porque no era ni lo suficientemente progresiva para contentar a los aficionados al math metal ni lo suficientemente virtuosa como para contentar al tipo de público que va a este tipo de eventos (bueno, tampoco no es que hubieran solos de guitarra). Tampoco ayudó el solo de bajo de Franck Hermmany, corto y aburrido.
Sí que ayudó en cierta manera el teclista Kevin Codfert, muy simpático y cercano con el público, contrastando con lo estático y serio de su líder. Además tocó en un tema un extraño teclado semicircular que llamó mucho la atención del público.
.
Tras el consabido cambio de backline, apareció un sonriente Yossi Sassi, quien no dejaría de sonreír ni un momento a lo largo de todo su set. El guitarrista de la interesante banda Orphaned Land presentó su único disco en solitario, el excelente “Melting clocks” que en breve será analizado en esta web.
Temas cantados por el propio Yossi como «Number words» fueron cayendo uno a uno, aunque la mayor parte fueron instrumentales. El estilo de Yossi me recordó mucho a una especie de Satriani a medio gas. Pero sin duda, el hecho de no poseer la famosa técnica guitarrística de Satriani es un plus ya que no puede aburrir con solos mediocres y más que sobados. Yossi Assi representa un soplo de aire fresco en el mundo del shred y el hard rock instrumental, por el feeling que desprende y esos ocasionales momentos de música folklorica israelí.
El público agradeció con muchos aplausos su manera de tocar y la cercanía no sólo él, sino también de la banda. A destacar que aparte de tocar con Gibson Les Paul, Sassi tocó varias canciones con una curiosa guitarra mixta entre eléctrica e instrumento acústico oriental (quien lo sepa por favor, que deje un comentario al final del artículo).
Destacar también cómo, nada más terminar el concierto, Sassi y su batería bajaron a la zona de merchandising a firmar y hacerse fotos (los de Stéphan Forté también lo habían hecho antes). A Marty no se le vio el pelo en ningún momento, y es que el que quisiera hacerse fotos, recibir autógrafos e intercambiar unas palabras debería abonar la «módica» cantidad de 40€ para acceder al «Meet & Greet».
.
Y tras unos minutos más apareció el auténtico rey del cotarro, Mr. Marty Friedman. Toda una leyenda del metal y uno de los guitarristas de shred más melódicos e inspirados. Ya de entrada nos sorprendió contando con Uri Shamir y Ben Azar, bajista y guitarrista rítmico de Yossi Sassi; y es que supongo que debe ser más barato contratar a unos músicos para hacer dos conciertos que no a unos músicos diferentes para cada concierto. El caso es que también vino acompañado de Mitsuru Fujisawa, el excéntrico batería que trajo en su anterior visita (la banda de entonces estaba formada por músicos japoneses). Está claro que Takayosi Ohmura es mucho más shredder y neoclásico que Ben Azar, pero de una actitud más o menos tímida salió a tocar con Friedman con… vale, igual de tímido, pero su fantástica guitarra de 7 cuerdas aportaba un punch extra al sonido del concierto y además, aunque concentrado y estático en contra de la soltura y buen rollo de Ohmura, dobló la infinidad de partes armonizadas que hay en la música del americano.
Friedman realizó un set mucho más enérgico y metalero que el del año pasado. Quizás consciente de que la gira no la firmaba él (pese a ser el cabeza de cartel) y con dos guitarristas del calibre de Forté y Sassi, decidió ir a muerte, a tocar esos temas tan conocidos que fusionan música de anime con trash, como «Bad DNA”, “Street demon”, “Gimme a dose” o «Stigmata adicction”. También disfrutamos de ese extraño medley formado por “Asche zu asche” de Rammstein, “My oh my” de Slade y la parte del solo de «Tornado of souls» de Megadeth. Pese a todo, tuvimos algunos momentos más relajados, como las emotivas baladas «Novocaine kiss» (interpretada casi toda con ebow), «Angel» o su célebre «Thunder march».
.
La clásica jam session que suele acompañar a este tipo de eventos no tuvo lugar, o mejor dicho, fue integrada dentro del concierto de Marty Friedman. Así, Stéphan Forté protagonizó junto a Marty un duelo de solos en «Dragon mistress» (que también contó con solos de todos los miembros de la banda) y que todo sea dicho, tampoco fue como para echar cohetes por parte de ninguno de los dos. Muy diferente fue el final con «Thunder march», ya que Yossi Sassi tocó y dobló a Marty durante todo el tema, además de interpretar él sólo un precioso arreglo acústico del mismo tema a modo de introducción. Eso sí, no hubo canción con los tres músicos sobre el escenario.
De esta manera y tras dos horas finalizaba el concierto de Marty Friedman, demostrando que de los guitarristas de shred de los 80, sigue siendo uno de los que se mantienen en un mejor estado de forma, uniendo como pocos derroche técnico, melodía y expresividad (sigue siendo el rey de los bendings bien afinados) junto a una actitud y una presencia muy rockeras y juveniles, pese a superar la cincuentena. Por cierto, excelente el sonido a lo largo de todo el festival.
.
Aunque considere floja la actuación de Stéphan Forté, la idea de este Guitar Universe es digna de elogio; no todo han de ser G3’s. Hay muchos y talentosos guitarristas de rock y metal que merecen estar en festivales de este tipo. Por eso es triste que se apoye tanto la iniciativa G3 de Vai y Satriani cuyas propuestas, por más que se varíe al tercer invitado, suelen ser más que conocidas, y este Guitar Universe (que incluye, no lo olvidemos, a una leyenda) haya tenido tan poco apoyo en Barcelona y el resto de fechas españolas. No es la primera vez que oigo en foros las quejas al respecto de los pocos conciertos que hay en nuestro país de puro shred instrumental o de que nunca venga un G3; pero cuando tenemos algo así, a un precio aceptable para estos tiempos (recordemos que muchas promotoras han optado por asumir ellas mismas la subida del IVA al 21 %), con músicos de notable interés y casi cuatro horas de duración (algo cada vez más raro de ver) es una verdadera lástima ver el escaso interés que ha generado este Guitar Universe.
Os dejamos con un par de videos que ilustran las colaboraciones del francés y el israelí con el americano y unas cuantas fotos más de todo el festival.
.
.
TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
Me ha encantado tu comentario, Albert!! Lástima que no pudiera estar allí :o( Aunque creo que no has comentado lo del Meet&Greet de Friedman… sigue así, crack!
Ya está añadido el comentario!
Gracias.