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El pasado sábado 20 de julio, servidor se personó en la sala BeGood de Barcelona, un local que pese a su reducido aforo lleva mucho tiempo con una programación de conciertos regular e interesante. De la mano del promotor Yago HeavyMetal la noche del sábado se convirtió en una HeavyHard Session del más alto nivel. Por parte de los Hardreams hicimos un viaje directo a los 80 con un sonido añejo, un feeling y un nivel de inspiración enormes; y por su parte, los Güru demostraron una vez más que el A.O.R. y el hard rock melódico de los 80 puede sonar moderno y potente sin caer en clichés y repetición de esquemas.
En definitiva, que de mano de las dos mejores formaciones del estilo que hay en España, el espíritu de Toto, Journey, Whitesnake, Foreigner, Harem Scarem, Mr. Big, Autograph o Van Halen se hizo presente en la pequeña sala BeGood, con un público que la llenó en unas tres cuartas partes de su aforo (aunque uno esperaba el lleno total, teniendo en cuenta el prestigio de ambas bandas, el día, la ubicación del local y sobretodo, el MUY económico precio de las entradas).
Con media hora de retraso que se hizo muy llevadera debido al ambiente festivo que se respiraba y a la buena selección musical, aparecieron los Güru a escena. Al principio chocó esto, pero al final de la noche vimos que no fue nada grave ni perjudicial para los intereses de este grupo: cada uno tocó su set al completo (más de hora y media por banda), Hardreams es una banda que con un gran rodaje y muy bien considerada dentro de la escena catalana y puede «competir» de tú a tú con Güru, que pese al caché de sus miembros solo tiene tres años de vida (y estos «Güru 2.0» todavía menos), y ninguno eran teloneros ni artista principal puesto que el evento era una HeavyHard Session creada por el promotor mencionado, por lo que ambos conciertos se pueden considerar como fuera de la gira promocional que cada una de las bandas están realizando de sus correspondientes últimos CD’s (aunque lógicamente aprovecharan para hacer promoción). De esta manera el set-list de Güru incluyó más temas del primer disco que no en el concierto de presentación en la sala Apolo.
Volviendo al concierto en si, con retraso y un público ávido de sensaciones fuertes y de buen rock, salieron a escena los Güru con David Palau al frente dispuesto a demostrar la viabilidad de su proyecto y Dagarod dispuesto a demostrar que se ha ganado a pulso el puesto de cantante pese al gran trabajo que realizara en su día Pau Sastre.
Comenzaron con el potente single «White», un tema heavy, contundente y melódico en el que destaca la potencia controlada de Dagadod y el solo a lo Vai de Palau. Menos de cuatro minutos con los que se metían al público en el bote para pasar al hard rock bluesero de «In my life», en el que el joven vocalista demostraba (igual que en el disco) potencia y expresividad, en una interpretación que por momentos recuerda a Richie Sambora. Y sin descanso vino «Straight to your heart», que con una enorme influencia de Whitesnake dejó al público en extásis.
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Tras esto vino un bajón de intensidad para escuchar dos baladas: la dramática «If you go», donde es obligado destacar la compenetración vocal entre el cantante y el guitarrista en el estribillo, y la preciosa «I found my way», que sirvió para que Palau presentase a sus compañeros y como recordatorio del primer disco de Güru. Por cierto, la tocó como es habitual en versión acústica él solo.
La marcha se hizo presente de nuevo sin abandonar el primer trabajo gracias a «Flavour of desire», una composición ideal para fans de Toto y que pese a que en la anterior crónica destaqué el hecho de que el registro de Dagarod no pega en esta canción, debo decir que de alguna manera esta vez no desentonó tanto. Sigo opinando que la voz de Pau Sastre es la idónea, pero de alguna manera Dagarod está haciendo el tema suyo y el resultado fue mejor que en la anterior ocasión.
«No more time» dedicada a un servidor (lo cual me llena de «orgullo y satisfacción» pese a que me supusiera un «momento trágame tierra») puso el toque virtuoso y cañero a la noche. Un incendiario tema en el que Palau interpretó el larguísimo y excitante solo sobre el escalón que hay enfrente del escenario —acercándose más al público de esta manera— y terminándolo en un éxtasis shredder creyendo que el pelo de la chica más próxima era parte del mástil de su Ibanez (sin duda el momento más divertido de la noche).
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Retomando «White», la banda se puso romanticona con el westcoast de «The voice inside» para seguir con la divertida «My rocker ass» —divertida a nivel musical, pese a que la letra tenga su dosis reivindicativa—. Tras esta vino el subidón heavy de la noche con «Salvation» del primer disco y la powermetalera «Won’t b 2gether» de «White». Al contrario que «Flavour of desire», hay que reconocer que este «Salvation» suena mejor en boca de Dagarod que no de Pau Sastre. Y es que el tono del madrileño queda mejor en esa composición.
La parroquia más metalera del lugar agradeció esos dos trallazos, que permitieron al grupo lucirse en una tesitura más agresiva de lo habitual, en especial Palau, cuyo acercamiento al metal neoclásico en la segunda resulta bastante chocante. No obstante y sin ánimo de crear polémica (que resulta curioso lo fácil que es tergirversar un texto que puede releerse una y mil veces), me sorprendió de forma negativa Dagarod. Y digo me sorprendió, porque pese a la fuerza y la expresividad que tiene, y teniendo en cuenta que estos dos temas son muy heavys y potentes y es un terreno en el que se mueve como pez en el agua, el cantante llegó muy forzado a los estribillos rozando un gallo que no llegó a producirse (antes de que nadie quiera apuñalarme, decir que no fui el único que se dio cuenta).
No es un menosprecio al cantante, más que nada porque ya le hemos visto en acción cantando «Won’t b 2gether» haciéndolo perfecto, pero hay que reconocer que estos dos temas son muy exigentes a nivel vocal por la fuerza que requieren y llegaban juntos y en la recta final de un concierto largo.
«Sometimes», otro clásico del primer disco cerró un más que notable concierto. Por cierto, he mencionado todo el rato a Palau y Dagarod, ¿pero qué hay de Toni Mateos y Jordi Vericat? Bueno, poco hay que destacar de ellos puesto que lo hicieron de fábula. Mateos con una permanente sonrisa demostró en cada tema su potencia y versatilidad a la batería, resolviendo sin problemas algunos pasajes particularmente complejos del primer disco y tocando con total naturalidad los temas del segundo. Respecto a Vericat, destaqué la poca comunicación o expresividad en el anterior concierto. Aquí no vi nada de eso, todo lo contrario: risas continuas y miradas cómplices a Palau fueron una constante, en parte ayudado por el pequeño tamaño del escenario y la continua sensación de fiesta y jolgorio del público (esto lo detallaré al final). Y técnicamente igual que Mateos, un muy buen bajista, versátil y expresivo.
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Después del consabido cambio de backline, lo cual aprovechamos para refrescar la garganta, salieron los Hardreams a mostrar su propuesta sobre a una audiencia que a esas horas ya estaba «calentita». Sergi Hormigó (batería), Sergi Segarra (teclados), David Agüera (guitarra), Victor Muiño (bajo) y Manu Esteve (voz) más el invitado Antonio Corrochano (coros) salieron a reivindicar el A.O.R. y el hard rock melódico más clásico y ochentero.


Por tanto, no puedo mencionar si Manu Esteve cantó mejor o peor tal tema ni si David Agüera improvisó algún solo o los tocó tal cual son al no tener referentes anteriores. Lo que sí debo destacar es la continua comunicación entre el cantante y el público hablando después de cada canción, el buen rollo entre todo el grupo y los solos de David Agüera, que si bien carece de la técnica de David Palau (aunque tampoco es manco, que conste), va sobradísimo de ingenio y creatividad.
¡Ah! Y cómo no decir nada del look de Muiño y su melena… su hipnótica melena.
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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