El festival Django L’H presentó a su cabeza de cartel, el holandés Stochelo Rosenberg, que vino acompañado del guitarrista Adrien Moignard y el contrabajista William Brunard.
El concierto se saldó con un gran éxito de crítica y público, consiguiendo un lleno casi total en el Teatre Joventut de L’Hospitalet.
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Debido a problemas técnicos serios sufridos durante todo el mes de diciembre en WordPress, con entradas publicadas o borradores que desaparecían misteriosamente, varios artículos han quedado pendientes de publicación. Hoy viernes comenzamos a solventarlo y la próxima semana publicaremos los que faltan.
El festival Django L’H ha llegado a su séptima edición. Lo hace a lo grande, creciendo en importancia y con el aliciente de ser el único festival dedicado al jazz manouche / gipsy jazz de todo el estado español. Una situación que lejos de acomodar a la organización dirigida por Albert Bello —quien además presentó el concierto del que hablamos hoy—, les lleva a superarse año tras año.
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En esta ocasión, el cabeza de cartel correspondía además con uno de los pilares del género, el holandés Stochelo Rosenberg, un músico top en el género, y para muchos, el mejor en dura pugna con Biréli Lagrène.
Stochelo Rosenberg venía con una formación diferente al clásico Rosenberg Trio, que tantos éxitos le ha permitido cosechar; en esta ocasión el concierto venía firmado por Stochelo Rosenberg, Adrien Moignard & William Brunard, y a tenor de lo visto y disfrutado por el público, no se echó en falta a sus antiguos compañeros.
El Teatre Joventut de L’Hospitalet de Llobregat mostraba un potente lleno ya en la misma recepción, con aficionados que se agolpaban en la completa zona de merchandising, y si bien no puedo asegurar que se llenase al máximo, poco debió de faltar.
El compañero de Rosenberg a las seis cuerdas fue el francés Adrien Moignard, una de las figuras más destacadas de las nuevas generaciones del manouche. Con sólo un par de canciones se hizo patente la diferencia de estilo entre ambos. Mientras que Rosenberg es el clasicismo puro, Moignard «contamina» su forma de tocar con bendings y fraseos pentatónicos de sabor bluesero. Pese a que no se aleja mucho del manouche, sabe cómo y cuándo introducir esos elementos de blues e incluso de rock para captar la atención del oyente.
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Dándoles la contrapartida rítmica, pudimos ver a William Brunard, un joven multi-instrumentista que ha tocado con grandes de la talla de Tchavolo Schmitt, Christian Escoudé, Biréli Lagrène o el mismo Rosenberg, y que volveríamos a verlo al día siguiente en el concierto de clausura, tocando con los Hono Winterstein Project.
Si bien su actuación fue más discreta, alejada de los malabarismos y piques protagonizados por los dos guitarristas, su contrabajo fue clave para que éstos tuvieran una sólida base rítmica sobre la que improvisar. En cualquier caso, también pudo lucirse con algunos solos y demostrar que domina su instrumento.
El repertorio estuvo formado por mayoría de versiones y no sólo de jazz manouche, sino también de jazz ortodoxo, pero claro está, filtrado por el tamiz del manouche. Así pues, pudimos deleitarnos con reinterpretaciones magistrales de clásicos de Duke Ellington, Charlie Parker o Fats Waller.
Emocionante fue la versión de la balada «Smile», tema principal de la película «Tiempos modernos» que compuso el mismo Charles Chaplin junto a John Turner, que aquí sonó en una adaptación bastante acelerada.
Y sorprendente fue escuchar la magistral «Main title (The godfather waltz)» de la banda sonora de «El padrino» de Nino Rota, con protagonismo de Brunard, quien tocó un bonito solo de contrabajo pese a ser una canción de tempo lento.
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Como no podía ser de otra forma estando en un festival con este nombre, cayeron varios clásicos de Django Reinhardt: «Viper’s dream», «Duke and Dukies», «Minor swing», «Swing 42», que tuvo un increíble duelo entre Rosenberg y Moignard y un impresionante «Festival 48», composición que si ya de por sí tiene un tempo muy veloz, el trío decidió convertirlo en una experiencia infernal, con rítmicas ultrarápidas y unos solos que se centraron más en la destreza técnica y velocidad que en la melodía. Y pese a que la edad de Rosenberg empieza a pasarle factura, la experiencia es un grado, y para poder solear de una manera tan exigente, basaba sus solos en frases cortas con las que poder descansar un segundo.
Tal fue el grado de exigencia física de éste penúltimo tema, que cuando finalizó, ambos guitarristas sacudieron sus brazos derechos para calmar la molestia de haber tocado a un tempo tan bestia.
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El concierto duró cerca de hora y cuarto y si hubiera que ponerle alguna pega fue su concepción únicamente para guitarristas. Al revés que pasaría al día siguiente con Hono Winterstein Project, que se trató de una experiencia más melódica y con más instrumentación, el concierto de este trío estuvo basado en la exploración de los límites de la guitarra acústica con púa, por lo cual creo que lo debieron disfrutar más los freaks del guitarreo. Aunque eso sí, fue un gustazo ver lo bien que se lo pasaban los dos guitarristas, con continuas miradas cómplices y un sano pique a la hora de solear.
En cuanto a asuntos de índole técnica, desconozco qué tal fue la mezcla de audio. Por la posición en la que nos ubicaron a la prensa —segunda fila—, no llegué a oír el sonido de la P.A., por lo que no puedo decir si la mezcla fue buena o no; todo lo que alcancé a escuchar era el sonido directo de los instrumentos, y pese a que para evitar esto, en la parte delantera del escenario hay unos pequeños monitores enfocados hacia el público de estas primeras filas, éstos parecían no funcionar.
Sobre iluminación, pues sobria y sencilla, y la escenografía inexistente, dado que este género se basa en la música y la interacción entre artistas y público y no en la apariencia, como sucede en otros estilos.
En conclusión, una salvajada de concierto, con una salvajada de despliegue de ideas, talento y recursos técnicos, ideal para amantes de la guitarra, el virtuosismo y la improvisación, a cargo de un músico legendario y de un trío con una enorme complicidad entre sí.
El Django L’H ha vuelto a cosechar otro éxito con este cabeza de cartel.
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
VÍDEOS: Canal en YouTube del Django L’H
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