El super trío de jazz rock, The Aristocrats, volvió a realizar una masterclass de clase y virtuosismo en su cuarta gira española.
El concierto barcelonés tuvo un gran respaldo de público, pese a estar ubicado en una noche inusualmente saturada de conciertos.
.
Tal y como os dijimos en el comunicado del lunes, así como en la crónica del concierto de Leo Moracchioli’s Frog Leap, esta semana han comenzado las temporadas de Guitar Xperience en radio y en web y como ha sucedido en años anteriores, aunque no hagamos programa o no actualicemos la web, seguimos cubriendo conciertos, y más en este semestre que ha sido de lo más intenso en cuanto a conciertos de guitarristas.
De hecho, tan intenso, que en la misma noche nuestro equipo tuvo que dividirse para cubrir las visitas de The Aristocrats y el mencionado Moracchioli, dejando por desgracia a JJ Nichols sin su debida cobertura.
Finalizamos la intro agradeciendo a nuestro flamante nuevo fichaje, Francisco Rubiales, gran guitarrista de la no menos grande banda de prog rock, Big Bang, y todo un experto en materia guitarrística, el que acudiera a cubrir este concierto.
Así que, Francisco, adelante, la web es toda tuya.
.
Érase una vez, un inglés, un alemán y un americano… The Aristocrats. O lo que es lo mismo: el grupo de Guthrie Govan —guitarra—, Bryan Beller —bajo— y Marco Minnemann —batería—, que volvían a Barcelona sin presentar nuevo disco. El último, titulado «Tres Caballeros», data del 2.015 y ya fue presentado en Barcelona en enero del siguiente año. De hecho, no han faltado en ninguna de sus giras europeas —tres— a su presencia en nuestro país.
Ese detalle, el de no presentar nuevo disco y que este mismo fin de semana estaba repleto de conciertos de guitarristas que podrían hacerle restar asistencia, presagiaba una afluencia menor que otros años, pero ni mucho menos fue así.
A media hora de abrir las puertas de la sala Salamandra, ya había una respetable cola de personas esperando. La apertura de puertas fue a las 20:00 y a las 20:30 había casi ¾ del aforo completo. Según mis cálculos habría unas 700 personas sobre un aforo total de 800. Todo un éxito y que vino a confirmar que su poder de convocatoria a día de hoy es tan importante como el de las vacas sagradas del rock instrumental, Steve Vai o Joe Satriani.
La franja de edad del público congregado era desde chavales de 20 años a adultos de mas de 50. Digamos que según las bromas finales que realizaron en el bis los Aristocrats, el 50% eran guitarristas, un 30% eran bajistas, el otro 20% eran baterías.
El horario previsto para el inicio de la actuación eran las 21:00 y con puntualidad inglesa, el concierto dio comienzo mediante una introducción grabada en plan humorística rollo country de películas de «pistoleros», sobre la cual, los tres héroes de la noche, tras subir al escenario, comenzaron a improvisar.
,
El sonido del Salamandra 1 era prístino, potente y no excesivo en volumen desde cualquier punto de la sala. Todo un gozo para un público supuestamente muy exigente como lo son los músicos que abarrotaban la sala.
Sobre el setilist, no hubo mucha diferencia respecto a su última visita e iban intercalando canciones de cada uno de sus tres discos, entre las cuales y como maestro de ceremonias, Bryan Beller presentaba a sus compañeros y cada uno contaba la supuesta historia que les inspiró cada canción, de una forma bastante divertida y natural. Como detalles, iban soltando pequeñas frases en castellano e incluso Marco, algunas en catalán. Bonito detalle el suyo.
El ecuador del espectáculo fue el solo de batería de Marco Minnemann, que como en todas los grupos con los que ha venido y he visto en nuestro país —Adrian Belew Power Trio, Joe Satriani, The Aristocrats, etc.—), siempre es el centro de atención por su increíble forma de tocar.
Después del solo de batería, sonó «Bad asteroid» del primer disco, muy aplaudido por el público.
Cabe destacar que ver una actuación de The Aristocrats es reconocer el principio y el final de los temas; lo demás es pura improvisación. O una improvisación muy ensayada pero que dista de sus versiones originales. Eso hace que su actuación sea mas entretenida. Además, en las canciones todos participan y tienen protagonismo por igual.
Si Frank Zappa estuviera vivo, no dudo que este trío de músicos sería su elección para su banda.
El último tema antes del bis fue «Desert tornado» de su segundo disco, «Culture clash», editado en 2.013. No llegaron a salir del escenario; cuando el público congregado les pidió un bis, como es normal, volvieron a interpretar una última canción, esta vez jugaron con los asistentes, con bromas sobre cuantos eran guitarristas, bajistas o baterías, o cuantas mujeres habían.
A las 23:10 terminó su actuación; un poco mas de dos horas de entretenimiento, alarde instrumental y buen humor. Lo que su público había venido a ver. Nadie quedó defraudado en ese aspecto.
,
Yo, personalmente, los he visto en todas las veces que han estado en Barcelona, y aunque el efecto WOW!!! de la primera vez ya no lo es tanto, siguen demostrando que la música instrumental tiene un público y mucho futuro por delante.
Algún detalle extra musical a destacar, como que estaba totalmente prohibido hacer fotos ni vídeos con móvil, lo cual acarreó que el personal de seguridad tuviera un trabajo extra esa noche. Me llamaron la atención cinco veces hasta que les enseñaba mi pegatina de Photo Pass. Eso si, un personal de seguridad con bastante buen hacer y educación.
Otro detalle fue la ausencia de camisetas en el puesto de merchandising, ya que según ellos, calcularon mal la cantidad que podían vender y se quedaron cortos. Para hacer un apaño, Marco vendía parches de su batería firmados.
Si entramos en el aspecto más técnico, en cuanto a equipo se refiere, Govan llevaba tres guitarras:
- Con la que abrió el concierto, era una guitarra hecha como una caja de puros y sólo la utilizó en esa primera canción.
- Charvel Signature Flame Maple para canciones con afinación standard.
- Charvel Signature Caremelized Ash para afinaciones DROP-D.
En cuanto a amplificador usado, fue el Victory V30 The Countess MkII de 40w, junto a una pantalla Victory 2×12 posiblemente con V30 de Celestión, un clásico en él.
Y en cuanto a efectos lleva su Fly-Rig, osea, un Fractal Audio Fx8 como multiefectos y un par de pedales de expresión.
Bryan Beller, por su parte, traía su equipo Gallien-Kruegr habitual: un prévio máster y dos amplis esclavos para alimentar las dos pantallas inferiores y las dos superiores, pantallas de 4×10”. Los bajos eran Mike Lull, todos de 5 cuerdas. ¿Y de efectos? ¡Un montón!
Y Minnemann su set de DW de color negro.
.
Set-list:
- Blues fuckers
- Furtive Jack
- Culture clash
- Through the flower
- Ohhhh Noooo
- See you next tuesday
- Get it like that + solo batería
- Bad asteroid
- The kentucky meat shower
- Flatlands
- Desert tornado
- Smuggle’s corridor
.
.
.
TEXTO Y FOTOS: Francisco Rubiales
Deja una respuesta