Vinnie Moore, uno de los pioneros del metal neoclásico y de los pilares del shred en la década de los 80, visitó España de nuevo, en una gira que contempló por primera vez Barcelona como una de las paradas.
La recién estrenada sala La Nau volvió a acoger otra velada de shred y guitarra de altos vuelos, tras la visita nueve días antes de Greg Howe.
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Ya lo hemos ido hablando en diferentes ocasiones, y es que este semestre que ya está a punto de terminar, ha sido glorioso en cuanto a visitas de grandes guitarristas, y más concretamente, de los integrantes de esa corriente ultravirtuosa llamada shred y que tantos adeptos tuvo en los 80 y parte de los 90.
El de Vinnie Moore no ha sido el último concierto al que hemos asistido —en breve tendréis la crónica de Rosendo—, pero sí el último si hablamos de «trotamástiles».
Esta crónica, por cierto, es con la que ya nos ponemos por fin al día, tras comenzar la temporada la segunda semana de diciembre y haber estado publicando todo el material pendiente.
Lo de Vinnie Moore era una asignatura pendiente con Barcelona. Si bien ya habíamos podido verle en más de una ocasión en esta ciudad siendo integrante de UFO, sus tres giras anteriores no habían tenido parada aquí. Y me consta que, siendo Etin Produccions, promotora con base en Barcelona y una de las «culpables» de tantas visitas de guitarristas en los últimos años, quien lo había traído hasta ahora, la intención siempre fue que actuara aquí, así que doy por hecho que hasta el momento no ha sido posible por temas de agenda.
Sin embargo, tal y como informamos en su momento, cayó como un jarro de agua fría el saber que Vinnie Moore cambiaba de agencia para su nueva gira española, ampliaba el número de fechas como nunca había sucedido y otra vez, Barcelona no estaba en la lista. Menos mal que en el último momento, y desconociendo qué tipo de gestiones se habrán realizado, Etin Produccions ha podido trabajar una vez más con su antiguo cliente, ampliando en una fecha más la gira y que ésta sea por fin en Barcelona.
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La velada barcelonesa contaba con telonero: Perseida. Esta cuarteto practica una fusión de hard rock, rock alternativo y heavy metal y cuyo concierto no acabó de ser totalmente del agrado de los asistentes que acudieron a verles. También es cierto que aunque el público que va a ver conciertos de gente como Vinnie Moore sean en un mayoría aficionados al heavy metal «estándar», no es menos cierto que su nivel de exigencia es muy superior, sólo similar en terrenos metaleros a los aficionados al metal progresivo. Por lo tanto, no acabo de entender, con la cantidad de grandes guitarristas de metal que hay en Barcelona (y sin duda, en el resto de España), que nunca se busque a un telonero de un estilo similar cuando viene una figura del shred.
Ya lo vivimos en 2.011 cuando acudimos a ver a Vinnie Moore a Madrid —podéis leer la crónica aquí— y la banda telonera fue Hard Wires, un combo de hard y sleazy rock en una onda Poison y Mötley Crüe, cuya entrega y energía hizo que lo pasáramos muy bien, pero que su propuesta estaba en las Antípodas del metal sofisticado de Moore.
Por desgracia, no sucedió lo mismo con Perseida. Tocaron cinco temas de su primer E.P., «Sciamachy», y ya desde un principio se vio que al menos en directo, les falta mucho rodaje. La base rítmica de bajo y batería cumplió a la perfección, pero noté bastante diferencia tanto a nivel de desempeño musical como de actitud con el cantante y el guitarrista.
No obstante, también es cierto que su concierto fue aumentando de calidad, tanto en lo musical como en lo técnico, hasta que en los dos últimos temas, con ciertos toques progresivos y una mayor complejidad sonora, se vieron ramalazos de una banda sólida y que con más rodaje puede llegar a tener un futuro en el rock nacional.
A modo de curiosidad, aún siendo una banda con base en Barcelona, es una formación totalmente internacional, ya que tienen un baterista galés, un bajista alemán, un guitarrista mexicano y un cantante español.
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Y tras un rápido cambio de backline, ya que la banda de Vinnie Moore tocó con el mismo equipo —o parte— de Perseida, apareció el maestro del heavy metal neoclásico. La actividad de este músico en este año está siendo bastante intensa e imagino que será debido a que el año que viene, UFO celebra su 50 aniversario —con visita al Rock The Coast malagueño—, realizando una larga gira mundial que probablemente acabe siendo su despedida de los escenarios, por lo que el guitarrista no tendrá excesivo tiempo para dedicar a su proyecto en solitario. De modo que está realizando un set-list muy de «grandes éxitos» en vez de centrarse en su época más reciente.
Moore también es un perro viejo y sabe muy bien cómo ganarse al público desde el primer momento: nada de composiciones nuevas. No. Directos al pasado con «Daydream» de su juvenil e intenso «Mind’s Eye». Puro sonido Shrapnel. Aunque si de sonido hablamos, tanto en esta como en la siguiente, la más moderna y funkera «Whith the flow», su guitarra sonó fatal, con una pulsación entrecortada y torpe. Como parecía que Moore no tocaba con su amplificador habitual sino el de la banda telonera, daba la sensación de que no se sentía a gusto; por fortuna, esto sólo duró dos canciones, en las que el guitarrista acabó adaptándose y haciendo suyo ese sonido, tocando a la perfección desde ese momento hasta el final del concierto.
Habiendo dejado las molestias del equipo atrás, Vinnie y su banda se lanzaron a por otro clásico del neoclásico como es «The maze», que si bien ya es tremenda en su origen, acabó siendo épica, alargándola más de diez minutos e incluyendo improvisadamente riffs de «Smoke on the water» de Deep Purple y del «Burn your house down» de UFO.
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Con este trío de hits ya nos dejó claro que Vinnie venía a por todas: a revalidar su condición de maestro veterano y guitar hero, por más que haya toda una legión de youtubers actuales pisando fuerte. Además lo hacía con una banda sólida y de tremenda eficacia, tanto en lo interpretativo como en lo estético. El baterista Roberto Pirami, el guitarrista rítmico —y ocasional solista— Emiliano Tessitore y el bajista Marco Polizzi, demostraron solidez en su sonido, elevado nivel técnico y complicidad con el público, algo que llama la atención, puesto que es habitual en conciertos de algunos guitar heroes, que éstos copen la atención haciéndose acompañar de músicos a los que se les impide cualquier muestra de carisma escénico (creo que todos tendréis en mente a cierto guitarrista sueco y su lamentable última gira española).
No fue el caso de esta noche, en la que Vinnie, aún siendo la estrella de la función, se comportaba como un miembro más del grupo. Es más, no en pocas ocasiones su figura fue eclipsada por la de Polizzi, ya que era imposible no dirigir su mirada a ese espectacular bajo de nueve cuerdas. Aunque en realidad se trataba de dos mástiles en uno: con cinco cuerdas sobre una superficie con trastes y el resto sobre una superficie fretless.
El guitarrista, tras terminar este inicio, presentó a la banda y explicó lo contento que estaba por haber podido actuar al fin en esta ciudad. «The maze» volvió a tener representación en el concierto, con la sentimental «Rain», que supuso un bajón de revoluciones, mas no por eso de intensidad. Es cierto que faltó el acompañamiento de teclados tan bueno que en su día grabó Tony MacAlpine para este álbum, pero Pirami lo suplió con un excelente y muy jazzero solo de bajo.
Tras esta balada, el grupo aumentó las revoluciones con la hard rockera y muy coreable «Check it out», de su magistral «Meltdown», y que contuvo solo de batería, la neoclásica «In control» de su debut «Mind’ eye», y la también hard rockera y melódica «Time traveller», con solo de su compañero guitarrista incluido.
Vinnie sacó a relucir a continuación su humor netamente norteamericano diciendo que esa noche era el fin de gira y que iba a echar mucho de menos la sangría. Y para agradecer al público su entrega, echó mano de la divertida y funkera «Riding high» y de la rockera y melancólica «Midnight rain», ambas también del «Meltdown».
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De nuevo, el guitarrista agradeció al público su presencia y anunció que venía ya la despedida. «Time odissey» hizo acto de presencia por primera vez en el concierto, con la muy neoclásica y un tanto aburrida «Morning star». Un tanto aburrida en su versión álbum, pero en directo fue todo un espectáculo ver esos sweep pickings, saltos de cuerda y todas las diabluras que Moore sigue siendo capaz de hacer sobre el mástil.
En cualquier caso, ya nos imaginábamos que la despedida era falsa. ¿Cómo iban a irse sin tocar «Never been to Barcelona»? A los pocos minutos, todo el grupo volvió y Vinnie preguntó que cuantas canciones queríamos que tocase. A su autorespuesta de tres canciones más vino una sonora ovación y la sorpresa del anuncio de que iban a tocar una versión de la tremenda «Stratus». La canción original, todo un clásico del jazz funk setentero, pertenece al mito de la batería, Billy Cobham, apareció en el álbum «Spectrum» y contó con las colaboraciones de Tommy Bolin a la guitarra y Jan Hammer al teclado. La versión de Moore, alargada a diez minutos tremendos, fue algo más progresiva que la original y sustituyó la parte de los teclados por solos de sus compañeros Tessitore y Polizzi. Brutal versión y que se aleja mucho de la zona de confort de Vinnie Moore.
La segunda canción de este trío final vino también en forma de versión, aunque esta vez más conocidas tanto la versión como la original: «While my guitar gently weeps», de The Beatles, aparecida en «Time odissey» y que en esta ocasión sonó de fábula con los magníficos aportes solistas de Tessitore.
Y para terminar, nueva visita a «Meltdown» con el corte que da título al álbum, composición que combinaba tanto una hardrockera y animada melodía como el shred metalero de la época más desbocado. Un cierre de concierto perfecto.
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Y así finalizó el concierto y esta primera visita a Barcelona. Se habría agradecido haber escuchado algo del Vinnie Moore del siglo XXI, pero no fue así, y «Defying gravity», «To the core» y «Aerial visions» carecieron de representación en el set-list. Dado que por primera vez en su carrera visitaba Barcelona, es normal —como dije al principio—, que se centrara en sus temas más populares en vez de en su época más reciente, pero por otra parte, lo cierto es que con pequeñas diferencias, este set-list ha sido el mismo para toda la gira europea.
En cualquier caso, salí bien contento —y nuestro compañero Iván Macías también—: las composiciones son geniales, Moore las defiende con el arrojo y el ímpetu de un adolescente, la banda estuvo a gran altura, dando la sensación de banda unida y no el proyecto de un virtuoso y el sonido de la sala fue muy bueno (al menos desde nuestra posición, pero me consta de en otros puntos de la sala la mezcla fue confusa y a demasiado volumen). Aunque el tiempo tiende a diluir los recuerdos, creo que me gustó más que cuando lo vimos en Madrid en 2.011.
Ha valido la pena esperar, y confío en que ésta no sea la última vez que lo veamos en solitario. Para el año que viene tendremos que conformarnos con verlo formando parte de UFO, lo cual no será una mala opción, ni mucho menos.
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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