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Crítica: KK’s Priest «Sermon of the sinner»

KK's Priest Sermons of the sinner CD cover

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FICHA

  • Artista: KK’s Priest
  • Sello: EX1 Records / Explorer1 Music Group
  • Año: 2.021
  • Estilo:  Heavy metal, power metal, hard rock

CALIFICACIÓN

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CALIFICACIÓN TÉCNICA
  • Nivel de técnica: 7/10
  • Velocidad: 7,5/10
  • Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 6,5/10
  • Nivel de coñazo virtuosístico: 2/-10
  • Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 8/10
  • Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7/10

PUNTUACIÓN: 7,3/10

CALIFICACIÓN MUSICAL
  • Calidad musical: 7/10
  • Nivel de feeling: 7/10
  • Posibilidad de escucharlo de un tirón: 8/10
  • Ganas de hacer “headbanging”: 10/10
PUNTUACIÓN: 8/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 7,6/10

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INTRODUCCIÓN

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En esta nueva temporada que recién hemos comenzado, vamos a alternar análisis de novedades discográficas con otras que no lo son tanto; y es que por fortuna, en estos tiempos de streaming, se siguen lanzando cientos de trabajos en formatos clásicos y por tanto, no dejan de haber cositas interesantes para repasar. Uno de estos trabajos sin duda es el «The Sinner rides again», aunque dado que tampoco analizamos en su día a su antecesor —«Sermons of the Sinner» de 2.021—, lo haremos hoy y la semana que viene nos pondremos con este lanzamiento de 2.023.

KK Downing 02    Así pues, ¿quién se esconde tras «Sermons of the Sinner» y «The Sinner rides again»? A menos que la pandemia te hiciera meterte en una cueva de la cual acabas de salir, sabrás que el supergrupo KK’s Priest es quien está detrás de ambos títulos.
En febrero de 2.020 nos hacíamos eco de la noticia de la creación de esta banda: K.K. Downing, el ex miembro de Judas Priest más quejica y llorón volvía de su autoretiro tras la aún no clara marcha de su banda de toda la vida —aunque siempre manifestó que lo hizo por propia voluntad—. A lo largo de los últimos años, el guitarrista se volvió empresario, con fracaso y bancarrota incluída, coescribió sus memorias y no dejó en momento alguno de quejarse porque sus ex compañeros no habían intentado retenerlo y luego por no llamarle tras el semi retiro de Glenn Tipton.

    Imagino que él mismo se daría cuenta o alguien de su entorno le diría que aun con Faulkner y Sneap, su ex banda seguía funcionando como un tiro tanto en estudio como en directo, por lo que se puso manos a la obra para crear su propio proyecto musical. Un proyecto personal, original y osado que miraría al futuro con esperanza y con el que pasaría página, superando el ya no estar en tan mítica banda…

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PUES VA A SER QUE NO

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    Downing tuvo los cojonazos de montar creó una banda tributo a Judas Priest llamada KK’s Priest y con ex miembros de Judas Priest, como  el baterista Les Binks«Stained class», «Killing machine» y «Unleashed in the East»— y el vocalista Tim «Ripper» Owens«Jugulator», «Live Meltdown», «Demolition» y «Live in London»— más Tony Newton Voodoo Six— al bajo y A.J. MillsHostile— a la guitarra,  y con la idea de realizar una gira conmemorativa del 50 aniversario de carrera de Judas Priest.
Vamos, que si no te dejan volver a Judas Priest, te montas los tuyos propios. Con un par.

    La cosa es que estos planes eran los que Downing tenía, pero claro, el año 2.020 dio al traste con muchos proyectos, y los dos años siguientes no fueron muy benévolos con las giras musicales, por lo que viendo que la cosa iba para largo y habiéndose rodeado de músicos tan buenos, decidió hacer lo que tendría que haber hecho desde el comienzo: crear música propia. Eso sí, de cambiar el nombre al grupo, pues no, no sea que la idea primigenia puede hacerse realidad algún día.

    En 2.021 vio la luz este «Sermons of the Sinner», eso sí, sin Les Binks, que por una seria lesión en la muñeca y padecer de covid persistente, no pudo grabar el álbum ni incorporarse a la gira que dio comienzo a finales del 22, siendo sustituido por Sean ElgThe Three Tremors, Cage, Raptor Command, etc.—.
Diez canciones forman el álbum, cuya música y letras han sido compuestas por el propio K.K. y de cuya mezcla y producción se han encargado él y Tony Newton.

    Y ahora sí, vamos a ver qué tal es este debut, aunque con semejantes mimbres, creo que va a sonar a cierta banda británica muy conocida.

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KK's Priest Sermons of the sinner promo 02

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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES

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1.- Incarnation. Un minuto escaso con sonidos de lluvia y truenos acompañan a una voz misteriosa y a un coro gregoriano. Todo un cliché ideal para meternos en situación.

2.- Hellfire Thunderbolt. La lluvia y los truenos acompañan a un agresivo Downing haciendo sufrir a su hacha con unos cañeros palancazos. Luego entra el grupo con doble bombo y Owens en modo falsete como sólo él sabe. Más clichés bien disfrutables si eres fan del heavy más clásico.
Es obligado destacar a Owens a la voz, el cual va alternando momentos de homenaje a Rob Halford con otros en los que suena más personal, la dupla DowningMills alternando solos y simultaneando líneas melódicas en la mejor tradición de Judas Priest y Iron Maiden (siendo muy bien acompañados por Newton al bajo), así como el giro powermetalero a lo Helloween tras la sección de los solos.

3.-Sermons of the Sinner.  Tras tan potente comienzo, damos paso al single que da título al álbum y, por supuesto, el grupo no va a bajar las revoluciones tan pronto.
Nos encontramos ante un nuevo cúmulo de clichés con un Owens que a mi parecer, se ha pasado con el falsete, sonando excesivamente chillón y feo y unos duelos de solos de guitarra excesivamente parecidos entre sí. Sin embargo, la canción tiene varias virtudes interesantes, como la presencia del bajo en la mezcla y ciertas partes pseudo solistas de Newton, así como una larga sección central en forma de balada intensa y emocional.

4.- Sacerdote y Diablo. Curiosa composición, acelerada y sin dar tregua, pero con el estribillo en español. Bueno, eso parece, porque mira que es complicado repetir cuatro palabras dos veces y que suenen más bien a arameo.
Al margen de eso, volvemos a tener líneas de guitarras simultáneas, un bajo con protagonismo en ciertos pasajes y una batería con un doble bombo a velocidades de vértigo.
Por cierto, no dejo de imaginarme esta canción cantada por Ronnie James Dio todas las veces que la escucho.

5.- Raise your fists. El grupo baja un poco la velocidad pero no la contundencia, por lo que seguimos en terrenos de auténtico metal. La canción además ha sido creada sin duda para el directo, con estribillos y pasajes sencillos y bien coreables mientras los fans alzan los brazos con los puños en alto.

6.- Brothers of the road. Nos encontramos ahora con un tema que sería un poco como el primo del anterior, pero más concretamente, el primo americano. De hecho, la banda se muestra más hardrockera que heavy, con evidente sabor norteamericano. Podríamos considerarla como la canción menos Judas Priest de todo el disco, o bien podría pertenecer a alguno de los álbumes más alejados del canon clásico de la banda madre, como «Ram it down».
En cualquier caso, si digo que es un tema primo del anterior, se debe a que es igual de entretenido, coreable y creado para ser disfrutado en directo.

7.- Metal through and through. Llegamos ahora a uno de los cortes más épicos y largos del disco, con sus algo más de ocho minutos de duración.
De nuevo, nos alejamos del esquema clásico de Judas, siendo una composición que aun con sus diferentes cambios de ritmo e intensidad, se puede englobar en un power metal muy a lo Helloween. Es más, Ripper Owens sorprende mucho con su interpretación vocal, habiendo momentos en los que recuerda bastante a Michael Kiske.

8.- Wild and free. Continua la epicidad en forma de otro corte muy clásico y rápido, bien rápido, lo cual se extiende también a los solos de guitarra.
En cualquier caso, creo que sería la composición menos inspirada del álbum, pero cuenta con un estribillo coreable, por lo que muchos fans la disfrutarán en concierto.

9.- Hail for the Priest. Tras una intro un poquito aburrida que, sin embargo, sirve para el lucimiento de un inmenso Owens, entra el resto del grupo de nuevo en modo acelerado y dominado por un riff marca de la casa y un Sean Elg, que pese a lo poco variado del tema, muestra una de sus mejores intervenciones a la batería del todo el álbum.

10.- Return of the Sentinel. Para cerrar el disco, Downing lo hace de forma inteligente, trayéndose de su ex banda al Sentinel, ese personaje que era un centinela de la justicia y que juró vengar las malas acciones y condenar al infierno a todos los que se cruzasen en su camino. De Sentinel ya pudimos escuchar sus actos y heroicidades en «The Sentinel» del «Defenders of faith» y ahora lo hacemos en esta secuela. Una secuela que, lejos de copiar la original, la complementa, con momentos en los que el mítico riff de guitarra aparece y harán sonreír a los fans, pero también con pasajes nuevos a lo largo de los nueve minutos que dura.
Tremendo final de álbum.

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CONCLUSIÓN

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    Sin duda, K.K. Downing sigue añorando su pasado en Judas Priest. Tanto, que en bastantes momentos parece que estemos escuchando a la banda madre, en especial por culpa de un Ripper Owens que tiende a querer imitar a Halford en bastantes de las canciones, teniendo como tiene este vocalista un estilo propio incluso cuando canta en una tesitura alta. Está claro que el disco iba a sonar a Judas Priest y a heavy metal clásico, pero por mi parte habría agradecido algo más de riesgo e innovación. No obstante, esto tampoco es algo que haga desde hace muchos años los propios Judas Priest.

    En cualquier caso, también tengo claro que este disco y proyecto van orientados a un sector del público metalero inmovilista y anclado en la «old school». Y en este sentido, todas las canciones son perfectas. No sólo estamos ante un gran disco de heavy metal clásico que vuelve a traer a 2.023 el glorioso movimiento del NWOBHM (a pesar de algunas concesiones al power metal alemán y al hard rock más yanqui), sino que sería un gran disco para Judas Priest. Incluso algo mejor en el apartado del bajo, ya que el desempeño y creatividad de Tony Newton es más notable que lo realizado por Ian Hill en los últimos discos de su banda.

    Respecto a terrenos propios de un medio llamado Guitar Xperience, como ya he expresado, bien por el buen trabajo al bajo de Tony Newton. Y bien también por la sana decisión de Downing al incorporar a otro hacha solista y que casi todas las canciones tengan o bien melodías con guitarras dobladas o bien solos de cada uno —o todo a la vez—. Lo malo es que A.J. Mills es prácticamente un clon de K.K. Downing. Éste tiene un sonido y un estilo basado en veloces carreras a púa-contrapúa y un agresivo uso de la palanca de vibrato. Y Mills lo mismo. En Judas Priest podíamos disfrutar del contraste entre K.K. Downing y un Glenn Tipton más vistoso, con mucho uso de sweep pickings, legato y tappings. Incluso con el fichaje de Richie Faulkner se mantuvo el contraste, ya que aunque éste es inglés, su estilo está muy influenciado por el hard rock pentatónico más americano, y por guitarristas como Zakk Wylde.
En el caso del dúo DowningMills y los duelos de guitarra, sólo se puede saber quien toca cada solo suponiendo que el «jefe» es el que siempre lo hará primero.

    Cambiando de tema y metiéndonos en lo que es la mezcla y la producción, comentar que el disco también ralla a gran altura. Se nota que Downing es parte de una época histórica y sabe cómo ha de sonar esa época, pero a la vez sabe en qué año está. Es obvio que el disco no va a sonar al ultragrave comprimido de las corrientes más modernas del metal, pero no por ello Newton y Downing como coproductores han querido renunciar a tener un toque moderno en la mezcla, concretamente en una batería definida a la par que muy contundente y un bajo con buena presencia en la mezcla.
Vamos, una producción que podrá contentar tanto a los fans de la «old school» como a los que gustan de sonidos más modernos.

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    En conclusión, «Sermon of the Sinner» es un cúmulo de clichés tanto en lo musical como en la imagen del CD, con elementos mil veces escuchados y una sensación de «déjà vu» constante; aún así, estamos hablando de los clichés buenos, de los que hacen que los que tenemos cierta edad se nos pongan los pelos del brazo de punta, comencemos a seguir el ritmo con los pies y terminemos por agitar la incipiente calva.

    K.K. Downing, KK’s Priest«Sermon of the Sinner» representan el sector más rancio e inmovilista del heavy metal, pero también representan el poderío, la resistencia y la capacidad de supervivencia de un género se niega a morir y que sigue manteniendo desde hace décadas a los mismos fans (e incorporando a nuevos); algo que la mayor parte de las corrientes actuales mainstream nunca sabrán lo que es.

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KK's Priest Sermons of the sinner promo 01

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TEXTO: Albert Sanz

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