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Crítica: Al Di Meola · John McLaughlin · Paco de Lucía «Saturday night in San Francisco»

SATURDAY NIGHT IN SAN FRANCISCO cd cover

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FICHA

  • Artista: Al Di Meola · John McLaughlin · Paco de Lucía
  • Sello: Impex Recrods / e·a·r MUSIC
  • Año: 2.022
  • Estilo:   Flamenco, jazz, jazz fusión, rock, shred

CALIFICACIÓN

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CALIFICACIÓN TÉCNICA
  • Nivel de técnica: 10/10
  • Velocidad: 10/10
  • Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 9/10
  • Nivel de coñazo virtuosístico: 6/-10
  • Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 10/10
  • Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 8/10

PUNTUACIÓN: 8,5/10

CALIFICACIÓN MUSICAL
  • Calidad musical: 7/10
  • Nivel de feeling: 9/10
  • Posibilidad de escucharlo de un tirón: 6/10
  • Ganas de hacer “headbanging”: 10/10
PUNTUACIÓN: 8/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,25/10 

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INTRODUCCIÓN

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    En diciembre de 2.021, el virtuoso Al Di Meola anunció, tal y como nos hicimos eco en este link, que estaba trabajando en un lanzamiento muy especial para el siguiente año. Y tan especial, dado que se trataba de la secuela no sólo de uno de los álbumes más importantes de su carrera, sino de la historia de la guitarra. 
Y es que el original «Friday night in San Francisco» está en el Olimpo de los álbumes guitarreros junto a los «Passion & Warfare», «Surfing with the Alien», «Rising Force», «Axis: Bold as love», etc., pero encima, con algo superior a todo estos: ser el primer disco de guitarra instrumental en pasar del millón de copias vendidas sólo en USA.

    La última y definitiva encarnación del prestigioso The Guitar Trio formada por Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía —se tiene constancia de conciertos ya desde los 70 con Di MeolaMcLaughlin y Carlos Santana, Di Meola, McLaughlin y Larry Coryell y Di MeolaCoryell y de Lucía, e incluso una muy desconocida versión en cuarteto de Di Meola, McLaughlin, de Lucía y …¡¡Steve Morse!!—, tocó el 5/12/80 en el Warfield Theatre de San Francisco, siendo todo este concierto grabado y editado más tarde. Cinco canciones de larga duración, con combinaciones de los tres guitarristas a dúo o a trío, en las que hermanándose de forma magistral, jazz, flamenco y algo de rock con altas dosis de improvisación y una química extraordinaria entre los tres integrantes, dio lugar a una obra maestra de la música. 

    Francamente, desconozco cuando nació el término «SHRED» para referirse a obras musicales en las que prima por igual la técnica como la composición, y a veces, aquella sobre ésta. Por norma general se asocia el término a discos de heavy metal instrumental tocados con guitarra eléctrica, pero cualquiera que haya escuchado a Paganini llegará a la conclusión de que el shred, sin denominarse así, ya existe desde hace unos cuantos siglos. 
Pero bueno, a lo que me vengo a referir es a que aunque con toda probabilidad el término se inventase para definir a la «golden age» de la guitarra eléctrica metalera de los 80, Di Meola, McLaughlin y de Lucía ya llevaban diez años o más haciéndolo por su cuenta, y trabajos como «Elegant Gypsy», «Devotion» o «Canciones de García Lorca para guitarra» así lo demuestran, aunque lo que ahí sonara fuera jazz, fusión, flamenco y en su mayor parte, guitarras acústicas y españolas. 
Y por supuesto, la unión de estos talentos en «Friday night in San Francisco» sigue siendo un acontecimiento histórico igual de disfrutable que el primer día.

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friday night in san francisco CD cover

the guitar trio promo 02

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    En cuanto a la noticia de la secuela, pues fue algo que causó bastante conmoción en esa prenavidad de 2.021, cuando Di Meola anunció que estaba trabajando en la producción de una continuación ya que en verdad, y contrariando a la creencia general, The Guitar Trio no hizo un único concierto en el Warfield Theatre, sino dos. 
Y es que en una era preInternet (sí, lectores jóvenes, eso existió, al igual que la televisión en blanco y negro con sólo dos canales y sin mando a distancia, o la vida sin teléfonos móviles), no era tan fácil acceder a ciertos datos o noticias, por lo que salvo los asistentes al concierto del sábado, no muchos se enteraron de la doble actuación de estos maestros, de ahí que se pensara que sólo hubo un concierto. Y por fin, en 2.022 vio la luz, cuarenta y dos años después, «Saturday night in San Francisco».

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saturday night in SF ticket

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    La historia de cómo se ha gestado esta edición desde luego da para un documental o un post propio, pero como alguien ya lo ha hecho, os dejo este interesante enlace de la web Positive Feedback y este documental de la propia Impex Records, de los cuales procedo a haceros un resumen.

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SATURDAY NIGHT IN SAN FRANCISCO promo

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    Resulta que el bueno de Al Di Meola compró en su momento los derechos de la grabación del segundo concierto y esos derechos incluían también tener en propiedad las bobinas máster de dicho concierto. Dado que por mucho que sea una persona adinerada, no posee un entorno estéril donde guardarlas, las dejó en el sótano de su casa. Décadas después, Al comprobó que en su sótano había mucha humedad y charcos de agua, por lo que apartando cajas y diversos enseres para encontrar la fuga, vio las bobinas del concierto mojadas y en mal estado. Vamos, ¡que tenía en el puto su sótano un documento musical excepcional y no se acordaba!

    Por asuntos contractuales tuvo que ofrecérselos a su compañía, Sony, pero ésta no se mostró interesada, aunque sí derivaron la propuesta a Impex Records, quienes ya en 2.017 habían remasterizado para una nueva versión en L.P. el «Friday…», y luego nuevamente en 2.020 en una edición de dos L.P.’s de 180 gramos a 45 rpm., consiguiendo en ambas ocasiones excelentes críticas por parte de los audiófilos más exigentes. 

    Los másters presentaban daño por agua y signos de crecimiento de moho y óxido, por lo que tuvieron que limpiarse en unas máquinas especiales y de ahí traspasar el audio a un nuevo máster multipista sobre el que los técnicos trabajarían en la mezcla y mastering; sin embargo, una de estas máquinas falló en el proceso, por lo que el nuevo máster tampoco era válido.
Entonces se decidió comenzar a trabajar con los técnicos de Skywalker Sound ya que se considera que tienen el mejor equipamiento de USA para restaurar material antiguo y dañado. Sin embargo, si bien su trabajo fue excelente, todo esto sucedió en medio de la cuarentena, por lo que el proceso fue lento al tener estos estudios una política muy firme anti Covid y por tanto, contar con el personal mínimo imprescindible en sus instalaciones; aún así, permitieron que estuvieran presentes durante el proceso un supervisor de Impex Records y el mismísimo Tim Pinch, veterano y prestigioso ingeniero de grabación quien fue el responsable de grabar en su momento ambos conciertos. 

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    En cuanto a la mezcla, una vez teniendo el nuevo máster listo, se encargó Roy HendricksonSteve Winwood, The Count Basie Orchestra, Warlock, etc.— con la supervisión de Katsuhiko NaitoThe Kevin Hays Trio, Brian Lynch, Steve Kuhn Trio, etc.—, técnico habitual en directo desde hace muchos años del propio Al Di Meola, el cual ejerció de productor oficioso del proyecto, ya que si bien la intención del guitarrista era estar encima del proyecto, por compromisos de agenda le fue imposible controlarlo, aunque como ha afirmado, el resultado final superó sus expectativas. 

    Para finalizar,  un par de apuntes técnicos más (aunque si os van todos estos temas técnicos y queréis conocer a fondo la interesante intrahistoria del disco, os dirijo de nuevo a este enlace y al vídeo que os he compartido antes): la mezcla se realizó usando material analógico, viejo pero de altísima calidad; desde la mesa a los compresores, etc., y la mezcla final fue grabada en bobina a la antigua usanza y masterizada por Bernie Grundman (personaje que ya ha aparecido alguna que otra vez en esta web y del cual sólo nombraré un crédito como masterizador: «Thriller» de Michael Jackson), el cual realizó tres masterings diferentes: uno analógico para la versión vinilo y dos digitales para las versiones CD y SACD —Super Audio CD—.

    Finalmente, en 2.022 Al Di Meola presentaba al mundo la versión más perfecta posible del concierto en unas flamantes versiones LP, CD y SACD , descartándose, eso sí, el realizar una versión en formato DVD Audio 5.1.

    Y ahora sí, dejemos la tecnocháchara y vamos a por lo que más importa: ¿es Saturday night in San Francisco» un documento vital para aficionados a la guitarra y un complemento imprescindible del mítico «Friday night in San Francisco» o una hábil (¡y cara!) estrategia para hacernos pasar por caja?

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the guitar trio promo 04

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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES

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1.- Bill Graham introduction. Poco hay que mencionar al respecto de estos treinta segundos. el legendario promotor Bill Graham presenta a los músicos y explica cómo será la dinámica del concierto respecto a la combinación de músicos sobre el escenario.

2.- Splendido sundance. (Paco de Lucía canal izquierdo – John McLaughlin canal central – Al Di Meola canal derecho) El álbum comienza fuerte, con los tres músicos a la vez, en esta composición de Di Meola y que tal y como indica su nombre, es una especie de secuela de «Mediterranean sundance» y que fue uno de los platos fuertes del «Friday…».
Al igual que aquella, los dos primeros minutos sirven de intro con el trio tocando al unísono, hasta que comienza la fiesta solista, primero con McLaughlin un poco más contenido de lo habitual, luego con de Lucía, que de forma divertida se autocita tocando pasajes de su mítica «Entre dos aguas» —esto se repetirá más veces en esta canción— y después un Di Meola que entra a tope y sin tregua. 
Sobre lo de sin tregua, esto ya será una nota común a partir del 4:17, dado que la canción aumentará de tempo progresivamente hasta llegar al paroxismo, y con ello, la rapidez a la hora de tocar los solos, convirtiendo a esta interpretación en directo en un auténtico hito de la historia de la guitarra shred y toda una declaración de intenciones de lo que estos músicos estaban dispuestos a hacer en aquel momento.

3.- One word. Pasamos ahora a una composición propia de John McLaughlin con el sólo como único protagonista. Una composición que alterna ritmos rasgueados con toques solistas, bastante dinámica y alegre, en la que se combina blues, rock y algo de flamenco, y en la que pese a no contar con otro músico al lado, no se hace para nada pesada o aburrida.

4.- Trilogy suite. Llega ahora momento solista para Di Meola, que comienza con esas habituales escalas y arpegios tocados a diferentes velocidades, volúmenes y grados de palm muting, demostrando que de los tres, quizás sea el que más domina las dinámicas.
De ahí pasaremos a combinaciones entre melodías y solos hasta llegar a la parte clásica más reconocible.
Quizás se haga algo más pesada que la anterior, al no tener una estructura clara y definida, aunque tiene más cantidad de solos complejos, eso sí; así que según el oyente que seas, te gustará una más que otra.

5.- Monasterio de sal. Y siguiendo la tónica, es el momento protagonista de nuestro gran embajador del flamenco. Una creación inspirada tras una visita a la imponente Catedral de Sal de Zipaquirá —Colombia— y que se trata de una colombiana, palo flamenco poco conocido en el que se «contamina» de buena manera el flamenco más clásico con ritmos y cadencias latinas y cubanas. En manos del maestro de Lucía, el resultado es abrumador en lo técnico, pero también muy hermoso en lo musical, con momentos en los que se sale del flamenco ortodoxo y tira hacia algo que podríamos denominar como «world music» realmente diferente e inesperado.

6.- El pañuelo. (JM canal izquierdo – PDL canal central – ADM canal derecho) Por su nombre en español, ya os podéis imaginar que estamos ante otra creación de de Lucía, sólo que en esta ocasión el andaluz se hace acompañar de sus dos camaradas. 
El comienzo es prometedor, con el de Algeciras ejecutando una intro con slides y ligados, Di Meola rasgueando con las cuerdas enmudecidas y McLaughlin acompañando con unos acordes potentes. El primero de los solos está a cargo de Di Meola, aunque es bastante breve y enseguida da paso a de Lucía. El tercero, McLaughlin, se muestra a continuación muy flamenco también, dando lugar a un poco de confusión sobre quien es quien sino estás muy atento.
A partir de aquí no hay mucha sorpresa, la verdad, ya que se sigue el patrón de «Splendido sundance», con solos cada vez más complejos y rápidos a medida que se van dando la mano en un crescendo de intensidad e improvisación.
No obstante, hay que decir también que me sorprende el trasvase de influencias, dado que en ciertos momentos Di Meola se pone en plan flamenco mientras que también a de Lucía podemos oírle algunas frases jazzeras sorprendentes.

7.- Meeting of the spirits. (PDL canal izquierdo – JML canal central – ADM canal derecho) El penúltimo corte es el más largo, casi catorce minutos y es obra de McLaughlin
La intro se inicia con Di Meola y de Lucía realizando un oscuro acompañamiento con arpegios, más bien de película de suspense, y McLaughlin tocando melodías aflamencadas pero también con ese aire de suspense.
La entrada por el minuto tres de de Lucía transforma el ambiente en una fiesta flamenca algo más alegre aunque a lo largo de la gran duración de la canción, el trío volverá a la parte arpegiada oscura del comienzo en varias ocasiones.

8.- Orpheo negro. (PDL canal izquierdo – JML canal central – ADM canal derecho) El álbum finaliza con la única composición que no pertenece a ninguno de estos tres artistas, sino a Luis Bonfá, mítico guitarrista y compositor brasileño, cuya banda sonora de la película «Orfeo negro» de Marcel Camus contribuyó a divulgar a nivel masivo la música tradicional de ese país.
En esta ocasión nuestros tres amigos interpretan el tema principal de la película, y si bien tenemos jazz y flamenco, las melodías y acompañamientos de esta nostálgica composición nos llevan a la bossa nova y a terrenos brasileños, aunque también nos cuelan en algunos momentos elementos rockeros bastante inesperados.

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CONCLUSIÓN

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    Más de cuarenta años hemos tenido que esperar para estas siete composiciones y como es inevitable, hay que compararlo con su precedente «Friday night in San Francisco». Y francamente, contra mis ideas preconcebidas, creo que su antecesor fue un trabajo más musical y melódico, y eso a pesar de contar con toneladas de solos e improvisaciones. 
Sin embargo aquí abundan los solos, improvisaciones y juegos entre los tres músicos, en detrimento muchas veces de melodías reconocibles. 
En cualquier caso, creo que esto tampoco será algo muy problemático, dado que dudo mucho que nadie se acerque a un trabajo de este tipo sin ser consciente de quienes o qué tipo de músicos protagonizaron este trabajo.

    Sobre los tres implicados, creo que tampoco hace falta decir mucho de ellos en 2.024. Al Di Meola fue y sigue siendo un prodigio en el uso de la púa y las dinámicas (aceleración y deceleraciones de los golpes de púa, saltos de cuerda, incremento y disminución de volúmenes, diferentes grados de presión del canto de la mano a la hora de hacer palm muting, etc.); McLaughlin tenía una capacidad insultante para pasar del rock al jazz y al flamenco, y al ponerse en esta última tesitura, costaba incluso darse cuenta de que no tocaba con dedos sino con púa; y de Lucía, pues otra bestia con un lenguaje y una técnica muy personal siempre anclados en el flamenco, pero con la suficiente humildad e inquietud como para intentar acercarse y amoldarse a otras músicas.
Y velocidad, claro. No cabe duda de que tanto en «Friday night…» como en «Saturday night…» se superaron todos los récords de velocidad a la guitarra grabados con anterioridad y establecieron una barrera al que no muchos guitarristas metaleros de la golden age que estaba a punto de comenzar fueron capaces ni de acercarse.

    En definitiva, The Guitar Trio crearon dos obras de enorme complejidad técnica, con grandes dosis de improvisación y encima tomándoselo como un juego.

    Respecto al sonido resultante y tras lo explicado en la intro, era muy difícil que no fuera algo superior, y así ha sido: los tres instrumentos suenan nítidos y brillantes, cada uno bien diferenciable en su lugar del panorama stereo sin pisarse en frecuencias y cada uno al mismo volumen y notándose el ambiente de concierto de sala grande con público. Y no sólo eso, sino que lo que más me ha gustado es que pese a estar ante una mezcla y masterización actuales, suena retro, como si estuviéramos ante un disco lanzado en 1.980; por tanto, ha habido un mimo y cuidado al máximo para que a niveles de sonido este álbum fuera totalmente continuista respecto a su precedesor.

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    Y poco más hay que añadir. Si buscáis guitarra más melódica y relajada, quizás no sea vuestro disco, pese a estar protagonizado por tres históricos. Si os gustan los desafíos sonoros, la complejidad técnica y la diversión improvisada, con el añadido de ser una grabación en directo, entonces lo disfrutarás.

    En cualquier caso, no puedo finalizar este artículo sin decir que si nunca has escuchado el «Friday night in San Francisco», corras también a por él, dado que es un pedazo de la historia de la música instrumental y de la guitarra.

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the guitar trio promo

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TEXTO: Albert Sanz

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