- Artista: Black Country Communion
- Sello: J&R Adventures
- Año: 2.010
- Estilo: Hard rock, blues, rhythm & blues, psicodelia y rock progresivo.
CALIFICACIÓN TÉCNICA
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Nivel de técnica: 7/10
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Velocidad: 6/10
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Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 6/10
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Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
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Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 9/10
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Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7,5/10
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PUNTUACIÓN: 7,6/10
CALIFICACIÓN MUSICAL
- Calidad musical: 10/10
- Nivel de feeling: 10/10
- Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
- Ganas de hacer “headbanging”: 8/10
- PUNTUACION: 9,5/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,55/10
Creo que no hay ningunda duda si nombro a los Black Country Communion como el grupo del año. Un proyecto extraordinario formado por músicos extraordinarios en un absoluto estado de gracia. Joe Bonamassa a la guitarra y voces, Derek Sherinian (Planet X, Dream Theater, Yngwie Malmsteen, etc.) a los teclados y Jason Bonham (fundador de la Jason Bonham Band e hijo del legendario John Bonham de los Led Zep) a la bateria han unido sus fuerzas y se han puesto bajo las órdenes del mítico bajista y vocalista Glenn Hughes, uno de los rockeros en activo con el mejor currículum de la historia (Deep Purple, Phenomena, Hughes Turner Project, Black Sabbath, etc.). El resultado, a poco que se pusieran las pilas tenia que ser bueno. Pero no ha sido bueno, ha sido extraordinario.
Recientemente leia una entravista a Steve Lukather en la que mencionaba que existe desde hace años una corriente de reivindivación del rock clásico, frente a las radiofórmulas y la música vacia. Eso estaría bien, sino fuera porque la mayoria de esos grupos piensan en que por tocar rock sencillo con cuatro acordes y renegar de la técnica tocan música de verdad. Lukather denunciaba que para componer una canción existen millones de acordes a tu disposición, y que eso solo demuestra una preocupante falta de creatividad a la altura de la vacia música comercial actual, y además, con el agravante de ser una falta de creatividad intencionada.
Por fortuna, Black Country Communion no estaria en la lista de los grupos criticados por Steve Lukather. Bonamassa a sus 33 años de edad es ya reconocido como un revolucionario del blues, uno de los estilos musicales más proclives a la repetición de esquemas y clichés. Hughes, aún teniendo fama de rockero clásico ha tocado todos los palos: heavy metal, hard rock, blues, funky, soul, etc. O sea que de dinosaurio nada de nada. Y Derek Sherinian es uno de los abanderados del metal progresivo. Expulsado por la puerta de atrás de Dream Theater, ha demostrado con creces en solitario o con Planet X lo mucho que se han perdido, ya que no ha dejado de evolucionar, atreviéndose incluso a acompañar al neoclasicismo de Malmsteen. La duda podia estar en Jason Bonham por ser hijo de quien es, tocar el mismo instrumento, y la presión a la que debe estar continuamente expuesto para que respete «la tradición familiar». Sin embargo con el chaval se cumple eso de «tal palo tal astilla» al disponer en su vocabulario personal una gran variedad de recursos que le permiten tocar practicamente de todo.
Black Country Communion y el álbum homónimo han conseguido la cuadratura del círculo. Escuchando los temas, nos vienen a la cabeza continuas referencias: Led Zeppelin, Jimi Hendrix, Stevie Ray Vaughan, Bad Company, Toto, los Stones… Blues, psicodelia setentera, toques de jazz, hard rock, rock clásico… Nada que no hayamos escuchado mil veces antes. Pero solo músicos de este calibre podrian lograr la nombrada cuadratura del círculo: que todo ese cúmulo de influencias y estilos requetemachacados suenen frescos, originales, como si fuera algo nuevo.
Glenn Hughes lleva la voz cantante ¡y vaya voz! Cierto es que en estudio se pueden hacer milagros, pero ronda por la red un directo grabado en una emisora de radio y el resultado dista poco del disco. No es tan solo que mantenga tan a punto sus cuerdas vocales pasando de los sesenta años, sino que sigue manteniendo un desparpajo y una chuleria juveniles sorprendentes. Sí, Hughes siempre me ha parecido un chuleta, un vacilón, y eso es lo que me gusta. La edad se lleva en el espíritu y este tipo es muy joven aunque su DNI diga lo contrario.
Joe Bonamassa tiene gran parte de culpa de lo bueno que es este disco. Teniamos ganas de verlo en un contexto diferente, y si bien no es ningún shredder, podemos disfrutar escuchándolo más rockero y desmelenado. Además hace coros y canta enteramente dos temas.
Jason Bonham proporciona un colchón rítmico extraordinario, y aunque su labor no parezca tan llamativa, provee de un ritmo y potencia adecuados a cada tema.
Derek Sherinian marca quizás la única nota negativa, aunque sorprendente: se luce muy poco (pero cuando lo hace lo hace muy bien). Si prestamos atención podremos comprobar que sus Hammonds o sus sintes suenan en cada uno de los temas, y si elimiramos sus pistas, notariamos que algo falla. Comedido y con un sonido retro y «purpleriano» muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados el ex Theater.
Pero hemos hablado de los que dan la cara, los genios que andan en el backstage han sido Kevin Shirley a la producción y Bob Ludwig a la mesa de mezclas. Gran elección, porque si bandas como Led Zeppelin, Aerosmith, Iron Maiden, Metallica, Rush y Queen han contado con ellos por algo será. Todo el álbum tiene un sonido setentero, pero con fuerza. Hay un cálido aire retro y orgánico pero que no suena para nada antiguo. Es una delicia escuchar un disco a la antigua usanza con la limpieza que proporciona la tecnología actual. Lo mejor de los dos mundos. Solo faltaria para redondearlo, que saliera a la venta en vinilo, lo cual parece extraño que no suceda viendo la moda actual.
Recomendar algún tema seria harto complicado. Personalmente me encantan estos:
- «Medusa«. el tema más prog y psicodélico del disco, en una onda muy Camel y que es la única versión del disco (de la banda Trapeze del propio Hughes) y donde el veterano cantante mejor se luce.
- «Too late for the sun». El tema más largo (11:21) y el más rico a nivel instrumental. Y es que el virtuosismo no tiene porque significar locuras a mil por horas. Un silencio o un momento de calma puede ser realmente complejo de interpretar. Si no, prestad atención a la larga sección instrumental. Imposible decidir quien lo hace mejor. Una auténtica sinergia de talentos.
- «Song of yesterday». 8:33 de duración, un Bonamassa que se come a todos sus compañeros con su sentida voz y un magistral riff de guitarra (que demuestra que solo se le puede calificar como genio), el acompañamiento de orquesta sintetizada de Sherinian y una genial manera de combinar furia hard rockera con momentos tranquilos, logran el que posiblemente sea el mejor tema del álbum.
El único problema del grupo es que dudo mucho de su continuidad. El propio Glenn Hughes declaraba en una entrevista reciente, que él ya tiene muchos discos propios a sus espaldas y que realmente le apetece estar en una banda, pero que sobretodo Bonamassa está subiendo como la espuma en prestigio, ventas y fama, y que seria normal que tras la grabación y algunos conciertos, quisiera volver a su carrera en solitario (de hecho esta misma semana toca en nuestro país).
Lo cierto es que si este proyecto no tiene continuidad, por lo menos habremos disfrutado del mejor disco de blues rock del año y probablemente de uno de los mejores de la década. No tiene desperdicio y habría que ser muy imbécil o reggaetonero como para no captar la sensibilidad que desprenden cada uno de los doce temas.
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