Este mes de octubre comienza de la mejor manera posible: conciertos en Barcelona de Eric Sardinas y Joe Bonamassa. Hacia tres años que el bueno de Sardinas no nos visitaba, y eso que era un asiduo, llegando a tocar hasta cuatro noches seguidas. Bikini fue la sala encargada de acogerle, al igual que en 2.007. Sala con una acústica perfecta y que pese a todo y lo económico del precio de la entrada, no registró un lleno total. La gente ocupaba toda la superficie hábil, pero yo estaba en la segunda fila, a dos palmos del escenario y en ningún momento sentí presión o empujones. Señal de que no estaba llena. Increible, y eso que hablamos de un lugar con aforo para 800 personas solamente.
Aforo aparte, hablar de Eric Sardinas es hablar de un montón de conceptos dispares. Hace mucho tiempo, en una revista de guitarras leí un artículo analizando unos videos didácticos de B.B. King. El tipo que realizaba el análisis escribió una frase que se me quedó grabada: «Para ver QUÉ hace B.B. King te basta con 20 minutos. Para saber CÓMO lo hace necesitarias varios meses».
Esto se puede extrapolar a Eric Sardinas. Toca con dobros oxidados y slide y varia en medio de la misma canción del sonido acústico original de su guitarra al distorsionado por un Marshall con la ganancia al 10. La pesadilla para cualquier técnico de sonido. Su estilo es sucio, caótico, ruidoso. Recoge la herencia y lenguaje de los maestros Johnny Winter y George Thorogood, trasladándola a un contexto de blues y rhythm and blues con actitud y pose de metalero y con el mástil de la guitarra echando humo. No deberia ser considerado un virtuoso y sin embargo es la primera palabra que se te ocurre cuando lo ves en directo. Puede parecer que siempre está improvisando, que sus solos se basan más en la actitud que en la técnica, pero reto a cualquiera a que intente sacar un solo suyo de oído, o que se atreva a tocarlo teniendo la partitura delante. Para ver QUÉ hace basta una sola canción. Para saber CÓMO lo hace más vale que vayas a todos los conciertos que puedas porque te va a hacer falta.
Sardinas presentaba su último álbum, el «Eric Sardinas & Big Motor» acompañada de la banda del mismo nombre. Comenzó con cinco minutos de retraso pero la fiesta llegó al instante. Eric Sardinas es puro fuego y sabe como nadie transmitir diversión, alegria y pasión. Se nota que vive por la música y para los fans. Hasta tal punto que estableció una particular forma de comunicación, que se me antoja arriesgada y directamente una putada. Al menos tres temas los tocó enteramente «unplugged». Es decir, al borde del escenario cantando a pelo y con la guitarra desconectada. Pese al silencio sepulcral que reinaba entre el público, no se hasta que punto las últimas filas oirian algo. Yo sí porque estaba delante. Para los afortunados nos pareció maravilloso (aunque no se si pensaria lo mismo el chico que habia delante mio, al cual le caia la ceniza del cigarro que Sardinas tenia todo el rato enganchado al clavijero). Era como tenerle en el salón de tu casa tocando solo para ti. Pero para el resto…
Alternó temas de toda su carrera con alguna otra versión muy celebrada de Rory Gallagher, por ejemplo, y los alargó como si cada uno se tratara de una jam. Se puede estar hablando largo rato del concierto pero no tiene sentido. Como he explicado al principio basta una sola canción para ver de que va. El resto es todo igual: el bluesman con la actitud shredder más intensa que puedas ver. Un Johnny Winter pasado de esteroides (hasta se le parece en la voz). Así, no es de extrañar que buena parte de los asistentes fueran heavys. Esto podría entenderse en su primera gira en solitario española tras darse a conocer en nuestro país como telonero de Steve Vai, pero tras tantas visitas está claro que su naturaldiad, pasión, fuerza y entrega casan muy bien con los gustos de la parroquia metalera. Así que aunque no toque heavy metal, toca blues tan bestia como Max Cavalera cualquier tema del «Chaos A.D». Para muestra un botón:
Pero no todo el mérito del gran concierto vivido está en manos de la estrella. Aún en un segundo plano, los Big Motor, o sea Levell Price y Bernie Pershey aportaron una sólida y precisa base rítmica. Hablemos un poco de ellos.
Bernie Pershey posee un currículum de colaboraciones envidable: Eric Burdon & The Animals, Walter Trout, Edgar Winter (con quien grabó el clásico entre clásicos «Frankestein»), Chuck Berry o Tina Turner. Además es profesor de bateria y propietario de los estudios Bad Jack Studios. ¡Y encima usa doble pedal de bombo! ¡Y lo usa mucho aunque la música sea bluesera! Más info en su web oficial aquí.
Por su parte, Levell Price es también un veterano músico. Líder de la banda Billy Tulsa & the Psycho Crawdads no le hace ningún asco a ningún estilo de la música de raices americana: rock & roll, blues, gospel, psychobilly. Y así lo demostró. Técnicamente iba muy suelto y sus lineas, pese a lo repetitivo que suele ser el blues, eran muy creativas. Asimismo, el uso de diferentes sonidos, como octavadores o distorsiones ligeras le daba un aire muy original. Más info en su MySpace.
Concluyendo, ver un concierto de Eric Sardinas es ver un espectáculo lleno de fuerza y pasión. Si además eres guitarrista, tu asistencia es obligada, porque poca gente hoy en dia es capaz de realizar un show de dos horas, de virtuosismo y solos inacabables y no cansar. Dos horas de feeling y buen rollo que supieron a poco. Por mi parte ya estoy deseando que vuelva.
De todas formas, aún estáis a tiempo. La gira mundial de los Eric Sardinas & Big Motor es larga y contempla más conciertos en nuestro país. A saber:
- Alicante 18/11
- Gandia 19/11
- Pamplona 20/11
- Cádiz 22/11
- Madrid 23/11
- Leon 25/11
- A Coruña 26/11
- Tenerife 27/11
Y para finalizar, y en exclusiva para vosotros, LOS DOS PRIMEROS TEMAS DEL CONCIERTO. 22 minutos de puro placer solamente clickando AQUI.
IMPRESIONANTE!!!!!!!!!!!!!…una cronica genial…yo por supuesto estaba alli,a lado de ampli,conociendo de memoria su rincon preferido…feliz de que el sudor y la ceniza me cayesen encima!!!…Hats off!!!!!!!!!!
Jaja Daniela. No creo que las cenizas de nadie sean agradables. Al menos yo le veia muy mala cara al chico que tenia delante. Yo fui mas listo. Me puse en 2ª fila, le toque el pie un par de veces y me dio la mano otras tantas pero me libré de la lluvia de ceniza.
Te agradezco que la crónica te haya parecido tan buena, pero con conciertos así de intensos, las palabras fluyen solas.
Albert Sanz.