Retomamos la sección de los fines de semana musicales tras un descanso de dos semanas (no nos lo tengáis muy en cuenta). Proseguimos con algunos de los cracks que están haciendo evolucionar la guitarra acústica y dejando en ridículo a la supuesta superioridad pirotécnica de la guitarra eléctrica.
La última semana hablamos de Michael Hedges y Preston Reed como los maestros que más influenciaron a los protagonistas de las próximas ediciones. Hoy os presentamos al que con toda probabilidad es el discípulo más aventajado. Con todos vosotros, Justin King.
King nació en Alaska en el 79 dentro del seno de una familia profundamente católica, que sin embargo no coartó el potencial musical del chaval, cuando a los catorce descubrió la batería. Con diecinueve se pasó a la guitarra acústica y al bajo y viajó durante un par de años por todo el Reino Unido y parte de Europa, donde se empapó de la tradición más celta, algo que caló hondo en su lenguaje musical.
A los veintiuno grabó su primer disco instrumental en los Real World Studios de Peter Gabriel. De vuelta a USA montó su propio estudio y grabó y produjo su segundo álbum, con gente de renombre como el mítico bajista Michael Manring. A continuación forma su propia banda, Justin King & The Apologies, una banda de pop rock intimista (muy a lo Coldplay), con mucho toque acústico y ocasionales flashes de virtuosismo. La banda llama la atención de Epic, la filial de Sony y fichan con ellos, grabando dos discos y varios EP’s. No obstante, problemas entre ambas partes conducen en 2.008 a la ruptura del contrato y a que Justin prepare en plan autoproducción nuevos álbums en solitario y con The Apologies.
A nivel técnico solo le podemos denominar como superdotado, ya que con virtuoso posiblemente nos quedásemos cortos. Su nivel de tapping polifónico es exagerado, llegando por momentos a igualar a Stanley Jordan. Con el slap y la percusión en caja ídem. Pero todo ello lo mezcla con un desparpajo juvenil y una naturalidad insultante. Para colmo, y como pasa con Preston Reed, su música es creativa y no se hace para nada pesada. Y su banda de pop aúna comercialidad, buenas letras y armonías tan pegadizas como elaboradas.
Una imagen vale más que mil palabras y un videotube más que mil imágenes. Y sí, lo que vais a ver no es producto de vuestra imaginación -al contrario de lo que acostumbra a decir un célebre mentalista español-, es absolutamente cierto.
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