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Artista: Al di Meola
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Sello: Telarc
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Año: 2.011
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Estilo: Jazz y world music
CALIFICACIÓN TÉCNICA
- Nivel de técnica: 7/10
- Velocidad: 6/10
- Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 7/10
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Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
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Nivel resto de músicos: 10/10
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Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 10/10
- Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7/10
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PUNTUACIÓN: 8,1/10
CALIFICACIÓN MUSICAL
- Calidad musical: 9/10
- Nivel de feeling: 9/10
- Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
- Ganas de hacer “headbanging”: 7/10
- PUNTUACIÓN: 8,75/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,4/10
Al di Meola vuelve a deleitarnos con su nuevo disco desde que en 2.006 editara «Consecuence of chaos». Por en medio hemos tenido un disco de versiones de Piazzolla y tres directos (uno de ellos a dúo con la flautista Eszter Horgas). Pero ahora tenemos a di Meola a lo grande y con un disco impresionante. Se agradece que con una prolífica carrera comenzada en los 70, aún sea capaz de mantener tal nivel de calidad, hasta el punto de que «Consecuence of chaos» pueda considerarse como uno de los mejores discos de su carrera, y este «Pursuit of radical rhapsody» una obra maestra.
Es esta nueva entrega el legendario virtuoso se hace acompañar de unos músicos en estado de gracia tocando a un nivel sobrenatural, como el acordeonista Fausto Beccalossi, el bajista Victor Miranda, o el mítico batería de los Weather Report Peter Erskine. Pese a que hay jazz en cantidades industriales, el disco debería ser catalogado dentro de la categoría world music en la acepción más amplia del término. Tenemos jazz, fusión, salsa cubana, new age, flamenco y tango, sobretodo tango. Sorprende mucho lo poco guitarrero que es el disco. Que esto no lleve a un error. Di Meola toca y mucho, pero el que busque sus célebres excursiones por el mástil a velocidades ultrasónicas no las encontrará aquí. Lo que encontraremos será una música de una complejidad apabullante y riquísima en matices (por lo que recomiendo que la escucha se haga con auriculares), aunque no por ello difícil de escuchar.
En cambio, quien tiene una presencia constante en el disco es Fausto Beccalossi con su acordeón. Realiza muchas líneas melódicas e incluso dobla algunos solos al guitarrista con notable pericicia. Como sabréis, acostumbramos a analizar las reviews tema por tema, pero en este caso no tiene mucho sentido. El disco entero está creado como un todo global, hasta el punto de que cuesta discernir cual es la melodía principal en cada tema e incluso, hasta cuando acaba uno y empieza el siguiente. Incluso las dos versiones que se incluyen («Strawberry fields» de Lennon y McCartney y «Somewhere over the rainbow» de Harold Arlen) han sido llevadas a su terreno, llegando a costar su reconocimiento. Por destacar algunas, lo haría con «Gumbiero», ya que combina de manera magistral flamenco, tango y algo de rock progresivo, la salsera «Destination Gonzalo» y «Michelangelo 7th child», por el ambiente de jazz new age a lo Pat Metheny tan agradable.
No es un disco apto para todos los públicos, pero tampoco es para fanáticos del progresivo duro y exigente, ya que no es un trabajo difícil de escuchar, quizás debido a la amplitud de miras de su creador y el montón de estilos que conforman cada canción, con preponderancia por el tango. Es posible que los fans del guitarreo echen en falta más pirotecnia, pero quien haya seguido su discografía de cerca reconocerá todos los elementos que han hecho famoso a di Meola (tanto con guitarra eléctrica como acústica) y su estilo de composición no es diferente, simplemente más grande y mejor.
Un trabajo monumental, excelente, con una producción de lujo, una banda de excepción y que requiere de varias escuchas para poder captar todas sus sutilezas.
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