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Los artículos de esta semana tienen un único protagonista: Aarón López. Y con la crónica de hoy nos ponemos al día en cuanto a conciertos. Normalmente una crónica se ha de publicar a más tardar una semana después de realizarse el concierto, pero desde que comenzamos la temporada el número de conciertos al que hemos asistido ha sido muy grande, de ahí que hayamos ido con retraso.
Dicho lo dicho, el pasado 22 de diciembre en el Espai Jove La Fontana de Barcelona, el bueno de Aarón presentaba su álbum debut «Metamorphosis» (podéis leer la crítica del mimo picando aquí). Un concierto largamente preparado y que encima congregó a mucha más gente de la esperada. Si bien es una sala con capacidad para unas 500 personas, calculo que debió llenarse a la mitad aproximadamente. Teniendo en cuenta factores como música shred, solista más bien desconocido y una ciudad que sólo apoya conciertos de este tipo cuando el protagonista se apellida Vai, Satriani o Malmsteen, atraer a esa cantidad de personas fue un éxito. Otra cosa es que los atractivos 5€ de la entrada llegara para pagar el alquiler del local y a los músicos y técnicos.
De todas formas, Aarón planteó el concierto de una manera muy inteligente Sí, hubo shred, heavy metal, algo de progresivo, algo de neoclásico, solos con picking aceleradísimo y sobredosis de nivel técnico por parte de toda la banda; pero también hubo versiones de clásicos del pop, rock y funk interpretadas por una excelente voz femenina, tuvimos a los mismos músicos que grabaron el disco, con lo cual la sensación de banda unida fue total, uno de los invitados especiales en el disco tuvo mucha más presencia en el concierto de lo que esperábamos y pudimos contar con el atractivo visual de una bailaora flamenca cuya estética no tiene nada que ver con lo que uno imaginaría.
Es decir, que lo que podría haber sido un concierto sólo para freaks de la técnica metalera con grandes posibilidades de acabar siendo un soberano coñazo, fue en realidad una gran fiesta del rock, hard rock y metal, con una banda excelente, versiones inesperadas y una atractiva puesta en escena. Dos horas que como veréis ahora, supieron a poco.
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La banda estuvo formada por Aarón López a la guitarra, José Perciba a los teclados, guitarra y batería, Carlos Leonardo al bajo y Danko Compta a la batería. Esto como banda base, que luego tuvimos también a Lluís Vallès al saxo y Ruth Quesada al taconeo flamenco. Es decir, los mismos músicos que han grabado el disco más Inma Ortiz como cantante en las versiones.
El concierto comenzó con tres temas del disco: la metalera «Fury & tears», la fusionera «Going out» (con gran protagonismo de bajo y batería) y la divertida y jazzística «Swing me». El cuarto tema fue la primera de las versiones de la noche, concretamente la potente «Lift u up» de Gotthard. Aquí ya tuvimos la primera de las sorpresas, puesto que al margen de la aparición de Inma Ortiz, el batería Danko Compta cambió las baquetas por el micro y fue sustituido por José Perciba. Compta se mostró tremendamente rockero y expresivo como cantante y fue el contrapunto ideal a la melódica voz de Ortiz. Desde luego el chico tiene futuro como frontman de una banda de rock.
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Tras este tema, Ortiz permaneció en el escenario para interpretar el clásico popero por excelencia «Gimme, gimme, gimme» de ABBA. De todas formas, cualquier aficionado a la guitarra imaginaría enseguida que la versión de Aarón López iba a estar más inspirada en la versión que a su vez hizo Yngwie Malmsteen que no en la canción original. Muy buena adaptación y con excelentes momentos guitarreros.
«Body & soul» y «Sexy sax» de «Metamorphosis» retomaron la senda virtuosa del concierto. En ésta última, Lluís Vallés se incorporó al grupo para aportar ese saxo elegante tal y como hizo en el disco, y además tocó un solo que sirvió de enlace para el siguiente tema: «Melow walk», composición propia del batería Danko Compta y una excelente muestra de calidad musical.
El gran clásico del jazz «Feeling good» de Anthony Newley y Leslie Bricusse en la versión de Michael Bublé fue la siguiente en sonar. Inma Ortiz y Lluís Vallès volvieron a escena y la vocalista dio toda una lección de como cantar jazz y soul con garra y sensualidad, siendo acompañada por una banda en estado de gracia y un saxofonista que dio la nota en todo momento (entiéndase esto como que ayudó a hacer de la versión toda una experiencia de lo más disfrutable).
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El grupo más los invitados siguieron y descargaron un intenso «Black velvet» de Alannah Myles, uno de estos extraños casos en los que un tema claramente rockero y potente se coló en los primeros puestos de listas de pop mainstream de medio mundo.
Tras «Black velvet» cayó «My sharona», otro clásico del pop rock que a pesar de su monótono desarrollo, gozó de un enorme éxito en su momento y encima es uno de los temas esenciales para cualquier aficionado al shred por contener uno de los 25 mejores solos de la historia (por cierto, historia del tema y sorprendente biografía de su guitarrista picando en este enlace). The Knack y su guitarrista Berton Averre fueron homenajeados por Aarón López y los suyos. Por cierto, habría estado bien ver a éste «metalizando» el mítico solo, pero fue Perciba quien abandonó de nuevo las teclas para tocar tanto la guitarra rítmica como la solista.
«Metamorphosis» volvió a hacer acto de presencia con tres temas más: «The unruly», «Metamorphosis» y la dramática balada «Brynhild’s weeping». Con esto sonó el disco al completo excepto por «Arabic theater» (lástima, pues es uno de mis temas favoritos del mismo). Respecto al tema que da título al primer trabajo del guitarrista, así como en disco queda como una rareza con momentos divertidos y otros que te hacen exclamar un sonoro «WTF?», en directo es donde en verdad se puede disfrutar. Con Aarón alternando la guitarra eléctrica y la acústica montada en un soporte, fuimos escuchando los diferentes solos sobre una divertida parte country. Después, como sabréis si habéis escuchado la canción, apareció ese agresivo ritmo heavy con unas guitarras desbocadas. En ese momento hizo acto de presencia Ruth Quesada para taconear en estilo flamenco sobre esa base tan dura y marcarse un virtuoso duelo junto a Aarón de guitarra eléctrica vs… ¿planta del zapato?
Y ya para finalizar cayeron dos versiones más: «Unchain my heart» de Joe Cocker y «Superstition» de Stevie Wonder. De nuevo, Inma Ortiz y Lluís Vallès dieron toda una lección de clase y técnica en estas dos versiones caracterizadas por la marcha y el buen rollo que transmiten.
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Como dije al principio, el concierto fue mucho más ameno y divertido de lo esperado. Con varios cambios de formación y el alternar canciones del disco con versiones de clásicos, se ganó en variedad. Puestos a ser tocahuevos, quizás una canción como la de Gotthard o la de Abba/Yngwie combinaba bien con la tónica del disco, mientras que las de Stevie Wonder o Anthony Newley y Leslie Bricusse/Michael Bublé no. Pero es cierto que estamos hablando de clásicos que se caracterizan por tener una calidad musical incuestionable independientemente de lo que a uno le guste, así que si están bien interpretados, poco importa lo demás. Lo que está claro es que a Aarón López le gusta todo tipo de música y lo de las fusiones curiosas del disco también lo ha trasladado al concierto, y eso fue una de las claves del éxito y de lo que llegaron a disfrutar los asistentes.
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Sobre aspectos técnicos, quien haya estado alguna vez en esta sala sabrá que por norma general los espectáculos suelen tener un buen nivel en cuanto a sonido e iluminación. Y eso que no es una sala que esté dentro del círculo habitual de salas de conciertos de Barcelona (pertenece a un centro cívico del ayuntamiento y de tanto en tanto la alquilan para eventos especiales). En esta ocasión, la iluminación estuvo más trabajada de lo habitual y se combinó con efectos de humo. Quizás esto sería el único pero, ya que el humo en algunas ocasiones era excesivo y por momentos ahogaba a los que estaban en primera fila (ir resfriado y con la nariz taponada me supuso una inesperada ventaja).
En cuanto al sonido, correcto, potente y al volumen ideal. Lástima que en la mezcla los teclados y la guitarra rítmica quedaran bastante bajos y no siempre se pudiera apreciar el buen hacer de José Perciba con ambos instrumentos.
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Buen concierto, buena música, aún mejor banda y precio de entrada ridículo. ¿Qué más se puede esperar? Más apoyo de público y medios, está claro, pero quedémonos con las buenas sensaciones que nos brindó Aarón López y su grupo.
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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