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- Artista: Jake E. Lee’s Red Dragon Cartel
- Sello: Frontiers Records
- Año: 2.014
- Estilo: Hard rock, stone rock, grunge, heavy metal, nu metal
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CALIFICACIÓN TÉCNICA
- Nivel de técnica: 7/10
- Velocidad: 6,5/10
- Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 7/10
- Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
- Calidad de producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 7,5/10
- Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 6/10
- PUNTUACIÓN: 7,3/10
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CALIFICACIÓN MUSICAL
- Calidad musical: 8,5/10
- Nivel de feeling: 8/10
- Posibilidad de escucharlo de un tirón: 9/10
- Ganas de hacer “headbanging”: 10/10
- PUNTUACIÓN: 8,9/10
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PUNTUACIÓN TOTAL: 8,1/10
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Ha sucedido muchas veces en la historia de la música, que gente con talento no ha conseguido destacar por mil razones. Y también en algunas menos ocasiones, otros músicos han conseguido el éxito y estar en primera división para después caer en el mayor de los olvidos.
A Jake E. Lee se le considera uno de los casos más desgraciados de mala suerte, aunque también la mala suerte se la busca uno mismo. En primer lugar formó parte de Ratt en sus comienzos, una de las bandas de culto del A.O.R. y el hard rock americano, continuamente reivindicada por cada nueva generación de fans. Pero no, Lee la dejó para probar suerte en Rough Cutt, una banda de gran calidad que nadie recuerda hoy en día. Sin embargo, el motivo para dejar a Ratt fue que Rough Cutt tenían como padrino y productor a Ronnie James Dio, el cual, anticipando el posible fiasco de sus chicos, le ofreció unirse a su banda Dio. Por supuesto, Lee no sería el hombre de la mala suerte sino fuera porque se permitió el lujo de rechazar al Dios del metal. Claro que ser reclamado por el otro Dios del metal era un buen motivo. Nuevo error: la parroquia osbourneriana jamás aceptó que el sustituto elegido por Ozzy a Randy Rhoads fuera él, y eso que mostró un estilo tan virtuoso como el de su antecesor, incluyendo toda la pirotecnia de la época con regusto clásico. Tampoco valió el hecho de que «Bark at the moon» y «The ultimate sin» fueran los álbumes más vendidos de Ozzy Osbourne, puesto que muchos fans achacaban la comercialidad de las canciones a su nuevo guitarrista, cuando su trabajo en esos dos discos fue tan memorable como todo lo realizado anteriormente por el querido Randy Rhoads.
Tras cuatro años, el bueno de Jake sacó a relucir la rabia acumuladas y plantó a su jefe. La razón fue que Ozzy decidiera sacar a la venta un disco en directo… con canciones de la época de Randy Rhoads. Copio una frase del artículo aparecido en el blog Ese maravilloso mundillo llamado heavy que me parece perfecta: «A Ozzy no se le ocurre otra cosa que sacar un disco en directo de la época de Randy, el “Tribute”, cosa que sentó a Jake como una patada en los cojones, y con toda la razón del mundo, por cierto. Una cosa es sustituir a una leyenda, y otra muy diferente aguantar el chaparrón día tras día, y que encima tu jefe te lo restriegue por la cara.»
Curiosamente, el chico nuevo, Zakk Wylde, era todo lo opuesto a la elegancia de Rhoads y al virtuosismo de Lee. Todo un redneck pentatónico, agresivo, con un aspecto violento incluso. Y digo curioso porque a éste sí lo aceptaron enseguida. Supongo que Wylde tiene un carisma encima y debajo del escenario que Lee nunca tuvo.
En fin… tras el (comprensible) error de abandonar a Ozzy Osbourne, el cual ha mantenido una inalterada y exitosa carrera, forma el grupo de su vida, Badlands. Un auténtico supergrupo compuesto por él mismo más Ray Gillen, Eric Singer y Greg Chaisson. Graban tres discos imprescindibles y la formación se separa por problemas entre Gillen y Lee, problemas que nunca se resolverían al fallecer el vocalista en el 93 (bueno, quizás sí se resolvieron en la mente del guitarrista, al editar un álbum póstumo en el 98 con temas inéditos). El error en esta ocasión viene por decidirse a montar esta banda en la década de los 90, con el grunge y todo lo bueno y malo que trajo esa época. Hoy en día Badlands es una banda de segunda división, querida y admirada, sí, pero que si aparecen diez años antes estaríamos hablando de una banda clásica del rock.
Desde entonces la carrera de Jake E. Lee ha permanecido muy estancada. Aparte de esporádicas colaboraciones con Beggards and Thieves, Lemmy Kilminster, Bob Rock y Mickey Ratt, su carrera se ha limitado a un instrumental y un par de discos de versiones de blues (el tan desconocido como imprescindible «A fine pink mist» y los interesantes «Retraced» y «Eruption»). Es muy posible que esta haya sido una de las causas del desconocimiento actual por parte de las jóvenes generaciones a su legado. El hecho de no prodigarse mucho hace que la popularidad vaya decreciendo.
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Pero en el nuevo siglo, más bien en la segunda década del nuevo siglo, cuando nadie lo esperaba, Jake E. Lee resucita de quien sabe dónde con nuevo grupo —Jake E. Lee’s Red Dragon Cartel—, álbum de estudio —«Red dragon cartel»—, y gira mundial (y su presumible álbum en directo). Un retorno que ha sido menos impactante que el de Van Halen, pero que ha supuesto el poner a su figura en primera división de golpe, reclamar su puesto en la historia del rock… y defenestrar este nuevo trabajo. Pero ya os aviso de que si queréis leer otra crítica mordaz e hiriente al disco, os equivocáis de lugar; contra la opinión generalizada, al que esto suscribe le ha sorprendido gratamente este trabajo. ¿Eso qué significa? Absolutamente nada. Las críticas solo sirven a modo de orientación, así que no os sintáis ofendidos por mi opinión, que al fin y al cabo sólo es mi opinión.
Antes de ir al grano, decir que Jake E. Lee se ha rodeado de una banda base formada por Darren James Smith a la voz, Jonas Fairley a la batería y Ronnie Mancuso al bajo que es la que le acompaña en la gira. Pero además ha contado con un amplio listado de «special guests stars». A saber:
CANTANTES
- Robin Zander —Cheap Trick—.
- Paul DiAnno —Iron Maiden—.
- Sass Jordan.
- Maria Brink (In this Moment y considerada por muchos como la Marilyn Manson femenina).
BAJISTAS
- Rex Brown —Pantera y Down—.
- Scott Reeder —Kyuss—.
- Todd Kerns —Slash featuring Myles Kennedy & The Conspirators—.
BATERISTAS
- Brent Fitz —Slash featuring Myles Kennedy & The Conspirators—.
- Jeremy Spencer —Five Finger Death Punch—.
GUITARRISTAS
- Chris Howorth —In this Moment— a la guitarra.
YYYYY para completar el listado, tenemos al productor Kevin Churko, quien ha trabajado con Ozzy Osbourne e In this Moment en sus últimos discos .
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1.- Deceived. Comenzamos de manera intensa con el primer single del álbum. Un más que sospechoso parecido en el riff de guitarra al de «Bark at the moon” de Ozzy Osbourne se une a un estribillo que recuerda en cierta manera al del «Let me hear you scream» del susodicho Ozzy y a una forma de cantar de Darren James Smith muy similar a… sí, a Ozzy. Sin embargo, si consigues olvidarte de estos antecedentes, es imposible no disfrutar del que es uno de los mejores temas de heavy metal de los últimos años: regusto clásico con potencia moderna y un solo de guitarra extraordinario consiguen el single perfecto.
2.- Shout it out. Si creías haberlo escuchado todo antes, esperad a este tema. Nu metal oscuro, siniestro, contundente y muy agresivo. Smith no está tan Ozzy en esta ocasión, cantando de un modo más personal y exhibiendo una técnica pasmosa. No hay atisbo de clasicismo en esta composición (salvo el solo de guitarra), de la cual os recomiendo que escuchéis con atención el gran trabajo de Fairley a la batería.
3.- Feeder. Llegan ahora dos ilustres invitados para colaborar en otro temazo de corte muy moderno, similar al anterior. Rex Brown aporta un sonido contundente y tirando a feo, una mezcla de overdrive, chorus y compresión, y muy subido en la mezcla, pero que sin embargo casa a la perfección con la onda de la canción. Por su parte, Robin Zander de los Cheap Trick aporta su voz a unas líneas vocales que de nuevo parecen haber sido compuestas por Ozzy Osbourne. No obstante, es otro tema muy disfrutable, y que pese a su aire moderno no es tan radical e inesperado como el anterior.
4.- Fall from the sky (Seagull). Pasamos a la primera balada del disco. Una batería con sonido retro se une a una guitarra con un puntito de overdrive. La canción va creciendo en intensidad, pero la belleza de los acordes la hacen parecer por momentos hasta new age, recordando a aquella bonita composición de los B.B.M. (Gary Moore + Cream) llamada «Around the next dream».
Preciosa, emotiva, intensa y no muy predecible, aunque choca un poco la voz cazallera de Darren James Smith. A destacar el solo del amigo Lee, pentatónico y con regusto clásico y que bien podría haber sido firmado por Slash sino fuera por la compleja línea de tapping inicial.
5.- Wasted. Recuperamos la caña con un tema salvaje en la más pura tradición del stone rock. El ex Iron Maiden Paul Di Anno canta con especial intensidad y sin imitar a Ozzy como el resto (también las melodías vocales no permiten la imitación). El bajo se encuentra muy subido en la mezcla, lo cual aporta sobredosis de potencia. Por su parte, Lee se encarga de aportar un toque muy americano con un solo realizado con slide y wah-wah.
Amantes de sonidos duros y sucios, este es vuestro tema.
6.- Slave. Con una introducción terrorífica al más puro estilo Rob Zombie, llega otro tema cruce de stone rock y nu metal, con guitarras rítmicas tocadas en palm muting y muy aceleradas y un estribillo pegadizo y comercial. Los músicos invitados de Kyuss, Five Finger Death Punch e In this Moment se unen a esta fiesta de metal contundente y salvaje, especial para mover las greñas como un poseso
7.- Big mouth. Llegamos ahora al tema más polémico del disco. Maria Brink de los In this Moment lleva la voz cantante (nunca mejor dicho) en este agresivo medio tempo que parece haber sido creado en plenos 90, puesto que contiene todos los elementos del movimiento grunge. Maria, que no es que sea un dechado de técnica vocal, sin embargo, aporta una rabia y una mala hostia tremendas (las mayores del disco, sin duda) y en diversos momentos parece una clon de la Courtney Love en sus inicios con Hole.
Lee además interpreta un solo sucio y caótico, perfecto con la tónica del tema.
8.- War machine. Otro tema que ha causado cierta polémica, al incluir riffs y elementos de hasta tres temas de Black Sabbath: “War pigs”, “Iron man” y “N.I.B.”. Además, otra vez Smith a las voces vuelve a ponerse en «modo Ozzy».
Es el corte menos inspirado del disco, pero si te va el toque de metal lento y siniestro a lo Black Sabbath, sin duda lo disfrutarás.
9.- Redeem me. Llegamos a la penúltima canción del disco. Un hard rock muy comercial y la composición más americana y tradicional del disco. La cantante de soul y pop Sass Jordan canta sencillamente como los ángeles, y en algunos momentos recuerda a la mítica Tina Turner.
Excepcional técnica y expresividad la de Jordan, que además demuestra tener una acusada vena rockera. La sección del solo de guitarra es toda una lección de técnica instrumental, no sólo por parte de Lee sino del resto de músicos.
10.- Exquisite tenderness. Y cerramos el álbum con la segunda balada y una buena composición, pero que sin duda es la más sobrante del disco. Poco más de dos minutos de solo de piano en la que Lee crea una composición ambiental y gótica, bella y hermosa, pero que no tiene nada que ver con el resto del disco (aunque por otra parte, el resto del disco no tiene mucho que ver con su discografía previa).
Pese a todo, es una delicia escucharla con auriculares y comprobar como las notas van ocupando todo el panorama stereo.
BONUS TRACKS
1.- Feeder (acoustic version) (Japanese Extended Edition). Curiosa versión acústica que se diferencia totalmente de los típicos unplugged yanquis. De hecho, esta versión tiene entidad propia, como si fuera un tema diferente al original, y no me extrañaría que hubiese sido concebida así en primer lugar.
Una voz filtrada con una ecualización muy oscura, un tratamiento curioso en el sonido de las guitarras acústicas, percusión y tablas y nuevos aportes instrumentales, dan como resultado una versión sorprendente con sonoridades orientales.
2.- American Dream (USA Best Buy Edition). Heavy rock de corte clásico de nuevo con la sombra del «Madman» planeando por ella. Aceptable tema con un estribillo pegadizo y un sonido americano más clásico que lo habitual en el resto del disco. Como siempre digo, a veces no entiendo la moda de las discográficas de relegar buenas composiciones a las Caras B de los singles o a las ediciones especiales. No obstante, en esta ocasión, sin ser un desastre o un tema horrible, su descarte no ha supuesto ningún trauma.
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Definitivamente este trabajo no admite medias tintas: o lo amas o lo odias. Es compresible que gran parte de los fans esperasen algo en una onda Ozzy Osbourne y/o Badlands. Nadie esperaba el sonido moderno y contundente, más hermanado con tendencias actuales del metal que no con el sonido clásico que a Jake E. Lee se le presupone. Pero los terrenos en los que se mueven la mayoría de invitados ya hacían a uno imaginarse cómo iba a sonar este disco, no podía ser de otra manera.
Así que si este trabajo llega a ser de corte clásico, habrían muchos que lo criticarían negativamente por vivir del pasado y no querer evolucionar. Si suena demasiado moderno justo por todo lo contrario, por ser un vendido a las nuevas modas.
Pero tras varias (y placenteras) escuchas, he advertido algo compresible aunque ha resultado ser una mezcla extraña: Lee ha intentado contentar a todo el mundo, a los que querían el sonido clásico de Ozzy y a los que buscan guitarras nítidas, salvajes, en afinaciones bajas y bien comprimidas. Un extraño híbrido que mezcla sin rubor diversas tendencias actuales del heavy metal con melodías y líneas vocales deudoras de Ozzy Osbourne y Black Sabbath. ¡Un extraño híbrido que además funciona!
Lo que se hace raro y ha sido objeto de crítica es el hecho de que no sólo esas líneas vocales y estribillos se asemejen mucho a lo que Jake E. Lee hizo en su época clásica, sino que tanto Darren James Smith como Robin Zander imitan en todo momento la manera de cantar y modular del propio Ozzy (con mejor técnica, claro).
Otro motivo de crítica ha sido las referencias por no decir plagio en ciertos riffs de Black Sabbath. El propio Smith confesó en una entrevista reciente, que su «jefe» siempre se ha declarado compositor de las partes de guitarra del tema «Bark at the moon» aunque no está acreditado como tal y nunca haya cobrado royalties al respecto. Dado que en teoría el riff es suyo, de alguna manera ha querido «vengarse» incluyéndolo como parte de «Deceived» (aunque supongo que con las diferencias justas para no poder ser acusado de plagio ya que legalmente no es suyo).
Respecto a los colaboradores, cada uno realiza muy bien su trabajo, aportando entre todos el sonido tan diferente y original del álbum. Difícil destacar a alguien, pero lo haré con las dos mujeres invitadas. Sass Jordan es sin lugar a dudas todo un prodigio vocal y expresivo, y encima su tema «Redeem me» es de los mejores del disco. Maria Brink aporta una dosis de chuleria y agresividad enormes, en un tema que podría haber firmado Hole a la perfección y que nadie habría podido imaginar que saliera de la mente de Jake E. Lee, pero que dentro de la tónica del disco no desentona.
Y hablando del mítico guitarrista, es cierto que no tenemos al creador de riffs memorables, ni al músico que como Eddie Van Halen o Nuno Bettencourt era capaz de llenar la canción sólo con una guitarra; tampoco tenemos al gran técnico que fue. Supongo que los años de ostracismo musical deben de haber pasado factura, puesto que aunque no sea un vejestorio, los videos en directo de esta misma gira que pueden verse en YouTube ponen de manifiesto que no queda mucho de aquel virtuosismo metalero del que hizo gala en tiempos pasados. Pero pese a todo, hay que reconocer que sus solos de guitarra siguen siendo de una grandísima clase, y que sin mostrar una pirotecnia exagerada, son complejos en su composición, ricos en matices y que satisfarán a los amantes del guitarreo.
Sobre asuntos técnicos, el sonido global del disco sigue las tendencias actuales, dejándose llevar en cierto grado, aunque gracias a Dios, no demasiado, por la terrible loudness war. La mezcla de los instrumentos es clara, y siguiendo también las tendencias mencionadas, los amantes del bajo eléctrico disfrutarán de lo presente que este instrumento se halla en cada canción.
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En definitiva, el disco gustará o provocará el vómito según las expectativas de cada cual. Yo recomiendo su escucha sin prejuicios, intentando olvidar el pasado y centrándose en la calidad de las canciones en sí, sin pensar en nada más. En este sentido lo considero como una de las mejores y más frescas propuestas que he podido escuchar en los últimos años. Un retorno espectacular escogiendo lo mejor del pasado pero sin miedo de lanzarse a la piscina del presente.
Por último, recordad que Jake y sus chicos estarán en nuestro país en las siguientes fechas:
- 8/05/14 – Shoko – Madrid
- 9/05/14 – Elefante Blanco – Araba (Vitoria)
- 10/05/14 – Sala Mandra 1 – L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)
Y si queréis saber más sobre la génesis de este trabajo, su sonido, la época con Ozzy, los años de desaparición y demás, aquí teneís una interesante transcripción aparecida en RafaBasa de una entrevista realizada para un medio yanqui. Muy interesante.
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TEXTO: Albert Sanz
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