Tras una exitosa y oficiosa inauguración con la Be Prog! My Friend Pre-Party, dio inicio el primer día de festival, en el que pese a tocar los grupos menores, dio la sensación de que entró la misma cantidad de público que el año pasado.
El grupo que a priori más desentonaba con la tónica del festival, los rusos Iamthemorning, que fueron incorporados a última hora, acabaron acaparando la atención del público y saliendo vencedores en cuanto a la propuesta más original.
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Introducción
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Por fin llegó el gran día y arrancaba la tercera edición de nuestro festival favorito. Y por supuesto, Guitar Xperience no iba a perdérselo. La noche anterior visitamos la sala RockSound para disfrutar del arte de Quaoar y Moonloop en la Be Prog! My Friend Pre-Party y menos de veinticuatro horas después estábamos en el Poble Espanyol, donde el clasicismo se daría la mano con la vanguardia más contundente y metalera, y donde nos esperaban dos días de buena música, gran ambiente y abundante calor.
Muchas peticiones en las redes sociales, rumores, teorías, etc., hasta que llegó la fecha en la que se anunció el cartel definitivo. La primera impresión fue de que Madness Live! Productions había tirado por lo fácil: Opeth, cabezas de cartel primer año, volvían a serlo ahora, y Steven Wilson, todo un seguro de vida para cualquier promotor que lo pueda traer, volvía a Barcelona apenas un año después de su última visita. Y además, ambas formaciones hacen una música que atrae a una legión de fans, a los cuales no les importa repetir una y otra vez (seguro que tienes a algún amigo que ha visto más de diez veces a Iron Maiden y cada vez se siente como si fuese la primera).
Sin embargo, tampoco es tan fácil armar un festival y menos cuando hay que pensar en los grupos de primera división que puedes traer. Porque una cosa es querer y otra poder. Y no es lo mismo aprovechar que un grupo ya está de gira a conseguir que sus miembros muevan el culo del sofá y vengan a un festival en la otra parte del mundo, por mucho que les paguen. Así que a veces hay que conformarse con lo que esté disponible, aunque lo acabes de ver hace dos días.
Pero y con todo eso, volver a ver a Opeth y Steven Wilson es todo un placer, así que mucha queja no hay al respecto.
Y por cierto, no, por más que lo pidas, Madness Live! Productions nunca traerá a Rush a España. Ni ellos ni nadie. NUNCA. Asúmelo ya y sé feliz, my friend.
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Cambios respecto al año pasado
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El cambio más evidente fue el de ampliar el festival a dos días, en vez de hacer un non-stop en dos escenarios como en la edición anterior. Sé que muchos jóvenes se impacientan porque tengan que esperar veinte o treinta minutos para ver a la siguiente banda, pero los que tenemos una edad agradecemos esas pausas para relajarnos.
En un principio, el festival sólo iba a durar un día, siendo este primero una especie de regalo que se haría en la sala Apolo, una especie de Pre-Party a la que se podría acudir gratuitamente si tenías la entrada del festival. Sin embargo, debido al buen ritmo de venta de entradas y al interés que mucha gente manifestaba por ciertos grupos que iban a tocar en Apolo por encima de las supuestas estrellas, hizo repensarse a la organización la ubicación, por lo que al final, el denominado «Welcome Day» pasaba a ser oficial dentro del Be Prog! My Friend de 2.016 y ubicarse en el Poble Espanyol. Incluso se pusieron a la venta entradas únicamente para ese día.
Y de esta forma, también se acababa con el agravio comparativo de que unos grupos actuaran en un recinto grande y otros fueran considerados de segunda división y lo hicieran en una sala con capacidad para 1.200 personas. Aunque también es cierto que el agravio comparativo siguió existiendo al tener un festival con dos cabezas de cartel y que ambos tocaran en el mismo día.
La selección de bandas fue de lo más ecléctica, y pudimos disfrutar de algo más de clasicismo progresivo, gracias a Steven Wilson y a los muy desconocidos y experimentales Magma (aunque tras anunciarse su ingreso al festival salieron fans de todas las partes que pregonaban a los cuatro vientos virtuales que era su grupo de cabecera de toda la vida). También pudimos disfrutar de esa especie de música clásica de cámara/new age/folk que es Iamthemorning, el grupo que a priori más desentonaba con la tónica del festival, que fueron incorporados a última hora, y que pese a todo, acabaron acaparando la atención de un público maravillado por lo que estaban viendo y saliendo vencedores en cuanto a la propuesta más original.
La parte algo negativa del cartel estriba en que los grupos que practican un metal progresivo más moderno parece ser que no lo saben hacer sino es introduciendo voces guturales y un nivel de agresividad que les hace parecerse mucho entre sí, como ocurrió con el caso de Between the buried and me y Obsidian Kingdom.
Y sobre este grupo, hay que destacar la representación española, en esta ocasión protagonizada por ellos y Exxasens. Se habría agradecido que hubiesen tocado cada día uno, en vez de abriendo el festival, lo cual siempre se reserva a las bandas de menor importancia, pero también es cierto que la cantidad de gente en el comienzo del Welcome Day fue muy numerosa y ello les permitió darse a conocer a un público muy amplio con un porcentaje importante de visitantes extranjeros.
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Para finalizar esta introducción, mencionaré el asunto del puesto de merchandising, porque tras unos años en que estaba situado justo en la entrada, ahora se colocó en la estructura que el año sirvió como escenario secundario —perdonadme, pero un año después sigo sin conocer cual es el nombre de esa estructura hexagonal, con tejado, valla y que sirve en muchos pueblos para que toque una orquesta—.
Aunque para acceder a ella había que hacer cola, su disposición permitía ver fuera de ésta y comprobar cómo, pese a haber aumentado este año la cantidad de merchandising disponible, algunas bandas no dan importancia a este apartado y sus posibilidades económicas (o no pueden permitírselo, que también es posible).
Y ahora sí, vamos a hablar de música.
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Exxasens
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Bajo un potente calor y un público que aún estaba entrando (dichosa manía de todos los festivales de abrir media hora antes que el primer grupo), hacían acto de presencia los catalanes Exxasens, una formación que practican post rock instrumental y que lo hace francamente bien.
Por norma general, me siento dividido con el post rock. Es un estilo que permite crear ambientes de ensoñación y que te transporta a otros mundos, al estilo de la música new age. Y si se disfruta en un entorno íntimo como una pequeña sala y no a pleno sol a treinta y cinco grados, la experiencia suele ser muy grata. Pero lo malo es que el post rock, tal y como está concebido, para conseguir esos pasajes evocadores lo hace a base de repetir esquemas y melodías. Es decir, que muchas canciones son un bucle instrumental que se dedican a repetir sus autores hasta la saciedad. Pocos grupos en mi opinión se salvan del estilo, como God is an Astronaut, Mono y estos chicos que abrieron la velada: Exxasens.
El grupo salió con ganas y beneficiado de un sonido excelente y de un buen juego de luces, algo que sorprendió debido a ser de día todavía y que estábamos con el primero de los conciertos. Además, fueron los que mejor supieron aprovechar la pantalla gigante de la parte trasera del escenario. Varios grupos hicieron uso de ella, pero estos chicos tenían la música perfectamente sincronizada con el vídeo, haciendo, por ejemplo, que en un momento dado ciertos acordes de guitarra dieran la sensación de que distorsionaba la imagen.
De su último lanzamiento, «Back to Earth», pudimos escuchar «Supernova», «My hands are planets», «Hugeness» y «Bright side of the Moon», que acompañaron a temas más antiguos como «Rocket to the sky», «Your dreams are my dreams», «Eleven miles» y «Saturn» —ésta última con la colaboración de Bruce Soord, cantante de The Pinnaple Thief—, para volver a su último disco con el tema homónimo, «Back to Earth».
Excelente concierto y en mi opinión de lo mejor del festival. Además, no sólo aprovecharon de la mejor manera posible la espectacularidad de la pantalla trasera, sino que su guitarrista, Jordi Ruiz, fue el que mostró mejor sonido de todos los guitarristas que pasaron por allí. Y no hablo del sonido de P.A., sino del propio sonido del guitarrista, que en ciertos momentos recordaba a The Edge de los U2.
Lamentablemente, la banda también mostró al músico con menos glamour y presencia escénica de todo el festival, el teclista Sergio Ledesma, lo cual no fue un impedimento para que su interpretación, al igual que la de sus compañeros fuera perfecta.
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Obsidian Kingdom
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Segunda banda del festival y segunda banda barcelonesa.
Muchas, pero muchas ganas tenía de verlos en directo. En especial porque servidor, que ya tiene el culo pelado de escuchar música y asistir a conciertos, tenía la mosca tras la oreja. Y es que de Obsidian Kingdom se ha hablado mucho y bien. De hecho, demasiado y todo.
Y es que la prensa —inclusive prensa extranjera— y los aficionados se deshacen en elogios con esta formación. Esto no tendría nada de raro si fuesen extraordinarios, que no lo son. Yo ya había escuchado bastante sobre ellos, pero no los había visto aún en directo. Y si bien musicalmente me resultaban muy interesantes y atractivos, no me parecían la octava maravilla del mundo como así lo hacen parecer la prensa y los fans, a lo cual contribuye el hecho de la gran cantidad de conciertos que suelen hacer por Europa (de lo cual me alegro).
Obsidian Kingdom mezclan metal progresivo contundente con algo de post rock y metalcore. El resultado es dinámico, potente y variado, sin embargo, la cantidad de referentes que surgen al escuchar su música te hace ver que muy originales no son. O sea, lo hacen muy bien, pero a mi personalmente me dejaron un poco frío. Salieron con ganas y aún así no me acabaron de entrar. Quizás tuviera la culpa la meterología, de lo cual hablaré en el apartado de conclusiones al final del artículo del próximo viernes, porque ya está bien de que los grupos y los asistentes tengamos que cocernos en festivales diurnos.
Volviendo al concierto, dieron un buen repaso a temas de su último trabajo, «A year with no summer», con «The Kandinsky group», «Darkness», «10th april» o «A year with no summer». De todos modos, también pudimos escuchar temas más antiguos de su disco debut, «Mantiis», como «Last of the light», «Haunts of the underworld», «Endless wall», «Black swan» y «Away/Absent», que sirvió como potente final.
También le dieron un buen uso a la pantalla gigante, cosa que se agradece, ya que las imágenes ayudaron a enfatizar ciertos pasajes del concierto.
A nivel de sonido, también tuvieron suerte de tener a un técnico competente, porque ya sabemos que los teloneros o los primeros grupos de un festival siempre sirven para dar los últimos retoques, pero en esta ocasión sonaron muy bien. Aunque hay que matizar. Todos los instrumentos sonaban equilibradamente, con la posición correcta en el panorama stereo, una ecualización correcta, un volumen correcto, sin que ninguno tapara a otro. Hasta ahí bien y la labor del técnico fue impecable. El principal problema vino cuando la guitarrista Eaten Roll I tocaba algún solo, ya que el sonido era exasperadamente feo. Y es que parece mentira que de un cabezal Blackstar, un amplificador Marshall y una guitarra Paul Reed Smith (más una pedalera que imagino también sería de altos vuelos) pudiera salir un sonido tan horrible.
Sin virtuosismos, la señorita Roll I es una solista competente, así que no es una cuestión de manos, pero con semejante equipamiento, no entiendo que aquello sonara en los solos a guitarra de juguete.
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En fin, tampoco quiero juzgarlos duramente porque cualquiera puede tener un día malo, y actuar de día con un sol tan bestia cegándoles no debe ser fácil, pero me resulta chocante la opinión tan positiva de todos los medios respecto a su actuación en este Be Prog! My Friend, cuando yo y casi todos con los que he hablado coincidimos en que no fue una actuación como para echar cohetes.
No obstante, me quedo con ganas de volverlos a ver, eso sí, fuera de festivales y en una sala donde puedan desarrollar todo un set-list completo, para comprobar si son la revolución que todos afirman o no.
Por el momento tengo la imagen de que son un grupo correcto pero del montón, y estoy con ganas de comerme mis palabras y asistir a un concierto suyo que me demuestre lo equivocado que estoy.
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Iamthemorning
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Desde Rusia llegaba el dúo Iamthemorning, incorporación de última hora al festival cuando el cartel ya estaba cerrado; y es que tras el traslado de los grupos del primer día de Apolo al Poble Espanyol, la organización vio que el cartel quedaba algo corto y había que añadir a algún grupo más.
El dúo manifestó sentirse honrados por la invitación, pero también sorprendidos y temerosos de la reacción de la gente ante su música, ya que se consideran un grupo de rock de cámara; esto es, que con instrumentos de música clásica —violines, violonchelos, flautas, piano y la ocasional intervención de algún baterista—, crean una música que mezcla folk celta, música clásica, new age, jazz y rock (estos dos últimos estilos en menor medida).
Es cierto que en su propuesta no aparece ni por asomo el rock progresivo (igual que sucedió en la edición del año pasado con Robotporn, o en esta, con el cierre a cargo de Textures), pero su estilo proporciona al oyente relajación, evocación de paisajes sonoros oníricos y ambientes de una gran belleza, lo cual, en cierto modo, es uno de los objetivos del post rock, por tanto, no están tan alejados del rock progresivo como en un principio podría parecer.
Al igual que ellos no tenían claro cómo iba a responder el público, también pasaba lo mismo con éste; sin embargo, sólo había que ver las embelesadas caras de los asistentes y el hecho de no oírse ni un murmullo, cuando algunas de sus canciones eran muy calmadas y sosegadas (lo cual acostumbra a invitar a los energúmenos de turno a hablar como cotorras), para comprobar que gustaron y que su música tiene algo hipnótico y que atrapa.
Y el 75% por ciento de culpa de que sucediese esto lo tiene la bella Marjana Semkina, quien descalza, con algunas rastas en la cabeza, moviéndose por el escenario con la gracilidad de una bailarina clásica y cantando con voz de ángel, proyectaba la imagen de una hada hippy de la cual es imposible no enamorarse perdidamente.
Aunque sería injusto no otorgar el resto del éxito del concierto a Gleb Kolyadin, la otra mitad del dúo, virtuoso pianista, compositor de la música y el genio a la sombra.
Así que con un gran calor reinante pero un sol que ya se había escondido, aparecieron Iamthemorning, acompañados por un violinista, un violonchelista y un batería. Dado que esta era su primera vez en España, optaron por un set-list que mostrara sus tres trabajos editados hasta el momento —«Iamthemorning», «Belighted» y «Lighthouse»— en vez de centrarse en este último aparecido hace pocos meses. De este modo pudimos disfrutar de temas como «To human misery», «Clear clearer», «Too many years», «KOS», «5/4» o «Chalk & coal».
Pese a la uniformidad de la canciones (lo cual hace difícil elegir una favorita) el concierto no se hizo monótono. A ello contribuía la capacidad hipnotizadora de Marjana, que se trasladaba no sólo a su bonita manera de cantar, sino a una embriagadora simpatía a la hora de hablar entre tema y tema, como lo emocionada que se sintió cuando un asistente le lanzó un ramo de flores, o cuando, diccionario en mano, explicó que está estudiando español y se atrevió a recitar el refrán de los «tres tristes tigres»; aunque alguien debería haberle dicho que para comenzar a estudiar español no hace falta irse a algo tan avanzado que incluso a muchos españoles les cuesta pronunciar.
El grupo también ayudó al éxito del concierto, con unas interpretaciones sublimes, en unas composiciones que pese al aire relajado de la música, también poseen una una gran complejidad instrumental.
En definitiva, sorprendente, original y de lo mejor del festival.
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Agent Fresco
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Los islandeses eran una de las bandas, que a tenor por los comentarios vertidos en redes sociales semanas antes, la gente tenía más ganas de ver, incluso por encima de los nombres más mediáticos. Personalmente no los conocía, y como suelo hacer cuando acudo a un festival, prefiero no investigar para no ir con ideas preconcebidas y escuchar qué tienen que decirme.
Con un sonido semejante a Leprous y Haken, esto es, un rock progresivo de corte moderno, con elementos de post rock, metal alternativo, algunas estructuras poperas y un toque comercial que lo hace muy agradable de escuchar, se presentaban los Agent Fresco en el escenario, liderados por el vocalista Arnór Dan Arnarson.
Debo admitir que me costó bastante entrar en su propuesta. El grupo tocaba de forma impecable pero de una manera muy fría, a lo que contribuía un sonido algo confuso que desentonaba con lo bien que se habían escuchado los anteriores conciertos y un Dan Arnarson en modo postureo rockstar (actitud que no abandonaría en ningún momento) que daban ganas de pegarle un collejón. Tampoco ayudaba su voz de pito, más semejante a ciertos cantantes actuales de pop y soul y a la cual cuesta encontrarle el punto.
Sin embargo, es cierto que el sonido mejoró y el grupo fue encontrando su sitio, hasta el punto de crecerse en la segunda mitad de su set y terminar realizando una excelente actuación.
«Anemoi», «He is listening», «Howls», «Destrier», «Pyre», «A long time listening», «See Hell», «Angst», «Dark water», «Eyes of a cloud catcher» y «The autumn red» fueron temas coreados desde el principio por un público enfervorecido que parecía haberlos aupado a la categoría de cabezas de cartel.
Hay que destacar el hecho comentado por el vocalista en un momento dado, de que en ese momento padecía neumonía y que habían estado a punto de cancelar el concierto. No sé si fue un modo de ganarse al público, porque el común de los mortales coge un simple resfriado y ya le cambia la voz, y una neumonía viene a ser como cien resfriados de golpe, y en ningún momento hubo un amago de voz o de desafinación. Vamos, que cantó de muerte. Sin embargo, si que hubo un amago de dejar de lado su pose de rockstar cuando se bajó del escenario y se internó entre el público a cantar con ellos; un bonito momento de comunicación e interacción músico-público.
Buena actuación que fue de menos a más y que me dejaron con muchas ganas de volver a ver esta banda en nuestro país, y que además permitió disfrutar del que fue uno de los mejores bateristas, sino el mejor, de todo el festival: Hrafnkell Örn Guðjónsson.
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The Pineapple Thief
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Y tras el consiguiente cambio de backline, era el turno para el último concierto de la noche, protagonizado además por una de las bandas más veteranas del festival, ya que llevan en activo desde 1.999 y han editado catorce álbumes.
Hicieron una demostración de rock progresivo y rock alternativo con toques de pop rock al estilo de los Agent Fresco, sonaron y tocaron de forma elegante y casi impecable y gozaron de un juego de luces de lo más espectacular y su logo en la pantalla, aunque algo estático, estaba muy elaborado. Sin embargo, aun cuando la mayor parte de la prensa y fans se han desecho en elogios respecto a su actuación, a mi me dejaron algo frío.
En primer lugar, su puesta en escena parecía en exceso estudiada, todo demasiado perfecto y sin improvisaciones. En segundo lugar, el concierto fue como he dicho antes casi perfecto, tanto, que acabó siendo lineal, sin sorpresas. Y en tercero, y es ahora cuando las hordas de fans querrán matarme, su propuesta bebe de bandas megacomerciales como Muse, y aunque tenga su toque de rock progresivo, creo que el hábitat natural de esta formación es más un Primavera Sound que no un festival progresivo. No hay duda de que el público indie y gafaspasta tendría a bien acoger al grupo y auparlo hasta convertirlos en megaestrellas como Muse, porque lo tienen todo para triunfar a nivel masivo y raro es que no lo hayan conseguido ya.
De todas formas, da igual lo que opine, porque el público, que en ese momento llenaba la plaza y ya había conseguido superar el número de asistentes del año pasado, disfrutó como loco del concierto, y tal y como sucedió con Agent Fresco, coreó las canciones desde el primer minuto.
Se agradece el detalle de comenzar con un temazo como fue «Wake up the dead» , a la que seguirían otros cortes como «Wake up the dead», «Alone at sea», «All the wars», «Simple as that», «Remember us», «Magnolia», «Reaching out», «Snowdrops» y «Nothing at best», todos ellos muy aplaudidos.
Como he dicho en varios momentos en referencia a su labor sobre el escenario, fueron «casi» perfectos. Y es que el casi hace referencia a la labor del baterista Keith Harrison. El grupo incorpora elementos de música electrónica y percusiones sampleadas y cerca del final de la primera canción, uno de estos samples de percusión fue disparado cuando no debía, haciendo que sonaran dos ritmos de batería diferentes y que Harrison, lógicamente, se equivocara. Sin embargo, esto que fue un fallo perdonable, debió de poner nervioso al baterista, porque en varios temas tuvo problemas con el ritmo, adelantándose a lo que tenía que tocar. La gente no pareció percatarse, pero un baterista tan veterano no puede permitirse algo así.
Salvo estos errores, fue un concierto impecable pero estudiado, sin sorpresa, demasiado diseñado al milímetro y con una propuesta que habría encajado más en otro tipo de festival.
Una fría manera de finalizar el primer día de festival, pero en cualquier caso salí con la alegría de haber visto algunas buenas bandas con buen sonido y un público que en el supuestamente «día flojo» parecía haber superado la asistencia de la edición anterior.
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Os esperamos el viernes con la crónica del segundo día y las conclusiones del festival. Y si quieres leer la crónica de la Be Prog! My Friend Pre-Party, a continuación os dejo el enlace:
- Be Prog! My Friend Pre-Party:
https://guitarexperienceradioshow.com/2016/07/18/xperience-live-be-prog-my-friend-pre-party-30062-016/
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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