El veterano guitarrista de jazz volvió a España en una gira de dos fechas, y ofreció sendos recitales junto a su banda, la cual mezcló jazz, rock progresivo, blues y un nivel técnico inusual.
La cita barcelonesa en la sala BARTS se saldó con un gran éxito en lo musical y una pobre asistencia de público.
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Este mes de julio ha sido el más intenso del año para los amantes del jazz, el rock progresivo y la experimentalidad, ya que además del Be Prog! My Friend, hemos podido disfrutar de la gira de John McLaughlin y Steve Vai muy seguida; de hecho, en Barcelona actuaron en días consecutivos y en la misma sala.
El británico John McLaughlin, también conocido como Mahavishnu John McLaughlin, ha vuelto a visitarnos. El que es una de las banderas históricas del jazz fusión desde la década de los 70 hasta ahora, y ha sido, además, uno de los guitarristas más técnicos y veloces de la historia, ha vuelto a nuestro país.
Siempre versátil pero con el jazz como base, su carrera se ha basado en la continua investigación de otros estilos y en cómo adaptarlos al jazz de una forma natural y fluida. Rock, folklore hindú, música clásica, blues, flamenco, ritmos latinos, etc.; todo lo que ha tocado lo ha convertido en arte y ha contribuido a definir lo que conocemos como jazz fusión.
Para colmo, si hablamos de guitarra, ha tenido a bien deleitarnos con algunos de los momentos más míticos en los que aparece este instrumento, como sus colaboraciones con Carlos Santana o con los «guitar trio», formados por él mismo más Paco de Lucía y Al DiMeola.
El influyente guitarrista ha vuelto a embarcarse en una nueva gira mundial con su banda, John McLaughlin and the 4th Dimension, y este hecho, sumado a la frenética actividad en estudio que está manteniendo en la última década, editando un álbum en solitario —«Black Light» de 2.012—, tres con John McLaughlin and the 4th Dimension —«To the one» —2.010—, «Now here this» —2.012— y «The Boston record» —2.014—— y otro más junto a Chick Corea —«Five Peace Band: Live» de 2.010—, ha conseguido engrandecer todavía más su leyenda.
Si bien como representante de Guitar Xperience éste era uno de los conciertos de cobertura obligatoria, a nivel personal iba con cierta preocupación. Y es que la anterior visita de John McLaughlin and the 4th Dimension se realizó en 2.010 dentro del marco del marco de la vigésimo primera edición del Festival de Guitarra de Barcelona —denominado en la actualidad Guitar BCN—, y aunque le tengo aprecio por haber sido el primer concierto analizado en esta web, lo cierto es que salí en parte desencantado con la actitud de McLaughlin, que improvisaba constantemente sin ningún amago de melodía y resultando bastante cansino.
En esta ocasión no sucedió esto, ya que se mostró melódico (siempre dentro del contexto que se presupone de experimentalidad en el jazz fusión) y basando su ejecución solista en frases rápidas o lentas, de notable complejidad, mas siempre breves, a la manera de un saxofonista o trompetista. No sé si eso puede ser debido a su edad —tiene 74 años— o a un llamativo vendaje que llevaba en la muñeca y pulgar de su brazo derecho.
La sala BARTS acogió este concierto, tal y como lo haría un día después con el de Steve Vai, pero a diferencia del éxito de convocatoria logrado por el norteamericano, nuestro protagonista de hoy apenas logró convocar a unas 200 personas, siendo muy generoso. Es cierto que se había habilitado patio de butacas en vez de estar de pie, con lo cual el aforo se reducía a la mitad, pero la propuesta sólo consiguió atraer a una poca cantidad de público. En su anterior visita en el Palau de la Música Catalana logró un sold-out, y lógicamente, han pasado seis años y ahora tenemos una brutal crisis encima, pero la realidad es que en estos seis años, ha editado un montón de material nuevo que aún no había presentado en nuestro país, por lo que sorprende negativamente esta baja afluencia.
Antes de comenzar la crónica, dos apuntes. Dado el bajo número de asistentes (y creo que debió suceder lo mismo en Madrid), apenas hay videotubes disponibles del evento, por lo que el segundo vídeo pertenece al concierto madrileño. Y agradecer una vez más a Robert Mills de RM Concert la deferencia en acreditar a este medio.
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El concierto comenzó de una forma atípica: luces encendidas y el artista presentando a sus compañeros, el bajista camerunés Étienne M’Bappe, el baterista hindú Ranjit Barot a la batería, que destacó por combinar su estilo a las baquetas con el konakkol, un tipo de canto percusivo típico del sur de la India, similar en cierto modo al scat del jazz americano, y el inglés Gary Husband, que a los teclados y la segunda batería, ha estado en todas las encarnaciones de los 4th Dimension y es un habitual compañero de aventuras de McLaughlin.
Tras la presentación de la banda, empezaron a sonar los primeros acordes vocales ejecutados usando el konakkol de «Guitar love» de «Now here this», una agradable composición muy progresiva y que permitió mostrar el impactante nivel de los músicos. Le siguió la divertida fusión de jazz, funky y blues de «Little Miss Valley» perteneciente a «The Boston record» y en la que destacó un muy bluesero solo de teclado de Gary Husband y un espectacular y largo solo de bajo de M’Bappe.
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—-Tras ésta, permanecimos en el mismo disco con «Señor CS», una muestra de jazz rápida e ideal para puristas del estilo, con gran protagonismo nuevamente de Husband a los teclados, y le siguió el momento más emotivo de la noche, cuando MacLaughlin dedicó el siguiente tema a la memoria de su amigo Paco de Lucía. «El hombre que sabía» de su último trabajo, «Black light», fue ampliamente aplaudida al comienzo y al final. Una perfecta mezcla de jazz y flamenco, aunque la parte flamenca quedó un poco arrinconada respecto a la versión del disco, al usar guitarra eléctrica en vez de española.
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A continuación, no nos movimos de «Black light», puesto que sonaron la rockera «Kiki», la maravillosa y relajada balada «Gaza City» (con bastante influencia del Pat Metheny más new age) y «Panditji», el corte más experimental y progresivo de la noche, con ciertos aportes electrónicos de Husband que le daban un sonido diferenciador.
Tras este repaso al último trabajo, tocaba escuchar una versión, en concreto «The light at the edge of the world» del legendario saxofonista Pharoah Sanders, aparecida en su «A prayer before dawn» del 87. Pese a que la estructura de la versión era muy fiel al original, me sorprendió mucho que por el sonido de la guitarra y el colchón de sintetizador de Husband, el resultado podría haber sido firmado por Carlos Santana.
La parte final vino con dos temas más de «The Boston record»: «Hijacked» y «You know you know», y entre medio de ellos «Mother tongues», tema de McLaughlin en solitario y aparecido en su directo «The Heart of Things: Live in Paris» en el año 2.000.
Cabe decir que «You know you know» fue otro de los momentos cumbres del concierto y de los más aplaudidos, puesto que apareció originalmente en «The inner mounting flame», el mítico primer disco de The Mahavishnu Orchestra de 1.971, aunque la versión que escuchamos fue la regrabación para el mencionado «The Boston record» a cargo de los John McLaughlin and the 4th Dimension.
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Mencionar que el nivel técnico de los 4th Dimension fue inhumano está de más. Además de que ayudan a disimular las carencias técnicas que por cosas de la edad empieza a presentar McLaughlin. Esto no significa que tocara mal, ni mucho menos, pero es normal que no corra riesgos y deje las exhibiciones solistas más difíciles a sus compañeros.
Ranjit Barot parece no tener dificultad alguna para tocar líneas que serían imposibles para la gran mayoría de bateristas del planeta, y encima lo combina con esa particular forma de cantar mencionada al principio.
Gary Husband quizás no llegue a ese nivel a la batería, pero lo cierto es que cuando abandonaba los teclados y se sentaba tras la segunda batería, seguía y complementaba a Barot con unos ritmos de dificultad máxima. Y sobre su desempeño a los teclados tampoco es necesario decir mucho, salvo que estuvo brutal.
Y por supuesto, si en Guitar Xperience nos dedicamos a lo que nos dedicamos, no podía dejar de mirar (y admirar) la ejecución de Étienne M’Bappe al bajo. Armado con un bajo de cinco cuerdas y unos guantes negros (algo muy raro, en verdad), daba la sensación de que todo lo que tocaba era fácil: ritmos complejos, alta velocidad, solos muy completos tanto a dedos como a slap, una insultante facilidad para pasar del jazz al funky y al rock en el mismo tema… En fin, sensacional y espectacular, hasta el punto de que no pude contenerme y pasé por caja a la finalización para adquirir su último trabajo, «How near how far», editado bajo el nombre de Étienne M’Bappe & The Prophets y que no tardará mucho en ser analizado en esta web. Un bajista al que seguir muy de cerca y elevar al Olimpo de los dioses del bajo en la actualidad.
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Sobre cuestiones técnicas, el juego de luces fue bastante estático y no destacó tanto como en otros conciertos realizados en esta sala, basándose en tonos naranjas y rojos. Y el sonido fue perfecto, aunque el técnico necesitó de una canción y media para ajustar la mezcla, ya que batería, guitarra y la mezcla en general tenían un exceso de reverberación, molesta y que provocaba que esos instrumentos sonaran flojos y algo difusos, además de que faltara pegada. Por fortuna, el asunto se solucionó enseguida y pudimos disfrutar de un sonido cercano a un CD.
En resumen, mucho mejor concierto que la vez anterior ya que vimos a una banda en estado de gracia, un nivel técnico y de destreza inhumano, unas canciones que retuercen los límites de la composición jazzística, muchísimo feeling y un set-list que aun basándose en trabajos recientes, fue variado y entretenido, logrando que escuchásemos una amplia gama de géneros, como el rock progresivo, flamenco, blues, jazz, etc.
Dos horas de perfección. Un concierto que aspira a ser un firme candidato a mejor concierto de guitarra del año y que se vio ligeramente empañado por la escasa asistencia de público.
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SET-LIST
- Guitar love
- Little Miss Valley
- Señor CS
- El hombre que sabía
- Kiki
- Gaza city
- Panditji
- The light at the edge of the world
- Hijacked
- Mother tongues
- You know you know
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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