Estilo: Shred, heavy metal, hard rock, blues, rhythm & blues, soul, funk, pop
CALIFICACIÓN
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CALIFICACIÓN TÉCNICA
Nivel de técnica: 7/10
Velocidad: 7/10
Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 6,5/10
Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
Nivel resto de músicos: 10/10
Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 9/10
Calidad presentación (carátula, etc…): 7/10
PUNTUACIÓN: 8,1/10
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CALIFICACIÓN MUSICAL
Calidad musical: 9/10
Nivel de feeling: 9/10
Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
Ganas de hacer “headbanging”: 8/10
PUNTUACIÓN: 9/10
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PUNTUACIÓN TOTAL: 8,5/10
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INTRODUCCIÓN
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Este pasado lunes publicamos la crítica de «Stone pushing uphill man», penúltimo trabajo del gran Paul Gilbert, y cómo no, la siguiente entrega de críticas pendientes tenía que pertenecer a este artista, por lo que hoy vamos a analizar este «I can destroy».
En ciertas ocasiones resultan curiosas las decisiones empresariales. En el caso de la música y más concretamente de estilos como el A.O.R., hard rock o heavy metal, muchas bandas deciden editar con una cierta antelación en Japón antes que en el resto del mundo. Esto se suele hacer en deferencia a un mercado que adora tanto el presente como el pasado y el cual ciertas bandas y artistas venidos a menos aún siguen gozando de cierto éxito. Esto no ocurre con Mr. Big, puesto que es una formación que nunca ha dejado de tener una gran repercusión, pero igualmente, siguen editando sus trabajos con un par de semanas de antelación en el país del sol naciente (¡toma cliché!).
El caso es que Paul Gilbert en solitario también suele hacerlo, pero en esta ocasión y sin que hasta el día de hoy haya habido una explicación oficial, «I can destroy» apareció en el mercado japonés en diciembre de 2.015 pero hasta mayo del siguiente año no pudo disfrutarse en el resto del mundo. Además, en Japón apareció tanto en la edición normal como en la doble, que contenía el audio en formato SACD —Super Audio CD, un formato de más calidad para audiófilos y que goza de gran popularidad allí— y un DVD con el making of del disco.
Para colmo, la versión SACD contenía un bonus track inédito. En cualquier caso, y quizás para compensar el retraso, la versión CD para el resto del mundo contenía otro bonus track inédito para el mercado japonés. En esta crítica analizaremos también ambos temas.
Al revés de «Stone pushing uphill man», en el que Paul Gilbert contaba con unos pocos colaboradores y produjo aquel trabajo, en esta ocasión vuelve al formato grupo grabando varias de las canciones con todos los músicos en el estudio a la vez y a veces en primera toma, todo con tal de lograr un ambiente y energía similares a la de un concierto. Para ello se rodeó de viejos compañeros de aventuras como Freddie Nelson a las voces y guitarras, Tony Spinner también a la guitarra rítmica y coros —Tony Spinner Band, Toto, etc.—, Kevin Chown al bajo —Tarja Turunen, Chuck Berry, Ted Nugent, etc.— y Thomas Lang —Glenn Hughes, Peter Gabriel, etc.— a la batería. A cargo de la producción encontramos a Kevin Shirley —Journey, Iron Maiden, Led Zeppelin—, todo un seguro de vida cuando hablamos de rock.
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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES
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1.- Everybody use your goddamn turn signal. Aunque Paul Gilbert es un guitarrista que ha basado su carrera en el groove más dinámico y contagioso posible, ya fuese en entornos de hard rock o heavy metal, de tanto en tanto tiene algunas idas de olla bastante curiosas. De hecho, el disco se inicia con la que parece ser la segunda parte de «Enemies (in jail)», corte que abría «Vibrato», un extraño híbrido en funky y hard rock con sonido claramente setentero, una letra un tanto bizarra y que va acompañado de un videoclip aún más bizarro.
2.- I can destroy. Bestial introducción de batería, para dar paso luego a un acelerado metal puro años 80 que se ralentiza un poco al entrar la voz, pero que mantiene su esencia retro. Una composición ideal para amantes de aquella época y del metal más técnico de bandas como Nitro o Racer X.
3.- Knocking on a locked door.Gilbert alterna las tareas vocales con un Tony Spinner muy expresivo tanto a la voz como a la guitarra rítmica. Toda la canción transita entre esa fina línea existente entre el hard rock y el heavy metal y en todo momento se muestra vibrante, alegre y marchosa.
Una canción que no debería faltar en toda buena recopilación rockera que se precie.
4.- One woman too many. Cambio radical de estilo, para pasar a un jazz rock setentero acelerado y entretenido con unos Kevin Chown al bajo y Thomas Lang a la batería que crean una alucinante base rítmica sobre la que escuchamos a un Gilbert, el cual logra, de forma muy curiosa, que su voz recuerde en ciertos momentos a Phil Lynott y que en cuestiones guitarrísticas, se le vaya tanto la pinza que desentierra a su taladro con púas para deleitarnos con unos solos brutales.
5.- Woman stop.Medio tempo bluesrockero con mucho slide en el cual tanto Spinner como Gilbert están muy juguetones con sus guitarras rítmicas (recomiendo la escucha con auriculares), pero sus cinco minutos de duración acaban siendo algo monótonos y repetitivos.
6.- Gonna make you love me.Composición original de Freddie Nelson, quien lleva la voz cantante en el tema, es un divertido y marchoso rock and roll que será imposible que no te haga bailar.
Curiosamente, Gilbert no se aprovecha de una estructura que se prestaba a ser «soleada» sin parar, centrándose más en la música en sí que no en el lucimiento técnico.
7.- I am not the one (Who wants to be with you).Era raro que no apareciera ninguna influencia de Mr. Big en el disco, pero ésta en concreto podrían haberla firmado ellos por el gran parecido con algunas canciones de su mítico grupo paralelo.
Un groove marchoso marcado por una contundente batería y un juego de guitarras rítmicas y bajo hacen de esta composición, pese a su previsibilidad, que sea un placer escucharla.
8.- Blues just saving my life. Bajada de revoluciones para traernos este blues canalla y macarra con una letra divertida, en el que Tony Spinner comparte voces y solos de guitarra con Paul Gilbert. El resultado es excelente pese a que como la anterior, su estructura sea bastante previsible.
9.- Make it (If we try). Extraordinaria muestra de pop rock y al menos en mi opinión, uno de los mejores temas de toda la carrera en solitario de Paul Gilbert. Aire sesentero, un estribillo memorable, buenas armonías vocales en los coros, guitarras excelentes y el aporte vocal de Tonny Spinner la convierten en una genialidad.
10.- Love we had. Por desgracia, el placer disfrutado con la anterior se corta de golpe, ya que estamos ante una balada acústica muy Mr. Big. Tanto, que por momentos parece un cruce entre «Wild world» y «To be with you» aunque se diferencia de estas dos con algunas subidas de tempo.
Es cierto que las partes de guitarra acústica están muy bien interpretadas, incluyendo solos con mucho feeling, pero su aire sensiblero no acaba de casar con la tónica que llevaba el disco hasta ahora.
11.- I will be remembered. Pasamos ahora a un corte de soul y hard rock muy setentero que puede recordar tanto a Thin Lizzy como a Todd Rundgren. Atentos a los coros de Freddie Nelson así como a las estrofas cantadas por Tonny Spinner y los solos que intercambia éste último con Paul Gilbert. Absolutamente memorable.
12.- Adventure and trouble. Finaliza el álbum con esta canción en la que colabora Emily Gilbert, gran pianista y esposa de Paul, que aporta una interesante base con órgano Hammond y piano. Interesante también son los juegos rítmicos con slide entre Spinner y Gilbert y cómo, una vez más, lo bien que quedan la conjunción de ambas voces.
Estamos ante un medio tempo rockero que a la mitad se acelera y se transforma en un frenético rock and roll y que cercano a su final vuelve a acelerarse, algo ideal para que Gilbert dé rienda suelta a su gran técnica.
BONUS TRACKS
1.- My sugar (edición japonesa SACD).Con un riff rockero doblado entre bajo y guitarra comienza este divertido medio tempo en el que Gilbert y Nelson alternan las voces. Dinámico, cachondo y con buen rollo, así es el bonus track japonés.
2.- Great white buffalo (edición resto del mundo). Contundente versión del de por sí contundente clásico de Ted Nugent en el que de nuevo Freddie Nelson lleva la voz cantante aunque apoyado en ciertos momentos por Gilbert a las voces.
Muy muy potente.
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CONCLUSIÓN
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Extraordinario. No hay otra palabra que lo defina. Y eso que Gilbert está bastante más contenido que en «Stone pushing uphill man», anterior trabajo y cuya review publicamos este pasado lunes. Sin embargo, al revés de lo sucedido en mi crítica del «Salting empire» de Richie Kotzen, en la que le di una baja puntuación musical debido a lo poco guitarrístico que era aquel disco, a pesar de su gran calidad —y es que para bien o para mal Guitar Xperience tiene como filtro la calidad guitarrística o bajística frente a otros conceptos—, en esta ocasión, pese a estar Gilbert muy comedido, la puntuación no se ha visto resentida debido a que tanto Kevin Chown como Tonny Spinner han tenido un buen lucimiento y con sus aportes, han enriquecido el álbum.
Más que nunca, Paul Gilbert ha trabajado en este disco para crear una excitante y magistral experiencia musical, no para satisfacer su ego guitarrístico, y el resultado ha sido uno de sus mejores trabajos en el que se incluyen algunas canciones que son ya himnos del rock, como «Make it (If we try)» o«I will be remembered». Un trabajo pensado en formato grupo, en el cual todos tienen algo que decir y no tanto como un proyecto en solitario.
Teniendo en cuenta que este «I can destroy»data ya de 2.015 y que la gira de presentación del «Defying gravity» de Mr. Big finaliza en agosto, cabe la posibilidad de que nuestro protagonista comience la preparación de un nuevo trabajo, por lo que tengo muchas ganas de ver cómo supera o al menos iguala la enorme calidad de este.
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