El virtuoso madrileño y su compañero en proyectos de Jeff Scott Soto, BJ, han realizado una gira de cinco conciertos acústicos, rindiendo tributo a algunas de sus influencias.
El concierto de la sala RockSound se saldó con una muy baja entrada de público pero un amplio disfrute tanto por parte de los asistentes como de los músicos.
.
.
Jorge Salán ha coprotagonizado uno de los últimos conciertos del año para este medio y sin duda, uno de los mejores. Aliándose con su compañero de aventuras musicales en la banda del Jeff Scott Soto en solitario y en su posterior evolución, S·O·T·O, BJ, han iniciado este diciembre una gira de cinco conciertos en España y tres en Suiza, denominada «Acoustic Heroes Tour». Dicha gira toma como nombre el álbum «Acoustic Heroes» del propio BJ, lanzado en 2.012 y en el que homenajeaba en formato acústico a bandas como Tyketto, Whitesnake, Journey, Bon Jovi o Toto.
Así que con estos referentes, esta gira iba de homenajear a las influencias de ambos músicos en formato «unplugged».
El concierto de Barcelona, organizado por Rock Chicks y a quienes les agradecemos el habernos acreditado y haber mediado con el guitarrista madrileño para poderlo entrevistar —entrevista que pudisteis escuchar en el programa de anoche y que mañana estará publicada aquí en formato podcast—, se realizó en la sala RockSound en la peor noche posible del año: la noche en la que actuaba Bryan Adams en la ciudad. Y entre eso y el poco apoyo del público barcelonés a ciertas propuestas, hizo que siendo generosos, hubieran apenas una veintena de personas. De hecho, creo que ni prensa hubo, ya que tan sólo vi a un fotógrafo y a un redactor —siendo éste último yo mismo—. Un pinchazo bestial para un concierto que fue excelente. Pero los que no asistieron, pues eso que se perdieron.
La velada dio comienzo cerca de media hora tarde, posiblemente para ver si se animaba un poquito más el ambiente, pero lo hizo de forma inteligente con «Mysterious» de Talisman época Jeff Scott Soto, claro, un hard rock de esos de ponerte las pilas y que dejó ver parte de las buenas sensaciones que disfrutaríamos a lo largo de las siguientes dos horas.
Otro clásico hardrockero, aunque un poquito más heavy, fue el «Love ain’t no stranger» de Whitesnake, con un BJ demostrando sus grandes aptitudes como vocalista y un Jorge que se lo pasaba pipa sacando ese shredder que todavía lleva dentro, por más que su carrera en solitario tire hacía el blues.
Y tras dos cañonazos vino una soprendente bajada de revoluciones; y es que no esperábamos a esas alturas tan tempranas una balada: «I still haven’t found» de los irlandeses U2 se encargó de demostrar que el público barcelonés no es tan frío como dicen, ya que pese a ser cuatro gatos, todo el mundo coreó —coreamos— el famoso estribillo.
El cuarto tema supondría un toque divertido y también inesperado, al ser versionado el clásico «Hard days night» de The Beatles y que también fue muy coreado y aplaudido por los asistentes.
Con semejante muestra de buen rollo y diversión tocaría seguir o así o volver al dinamismo y energía del hard rock del comienzo, pero estaba claro que el dúo, aún interpretando canciones muy conocidas, querían sorprender al menos en el orden del set-list. Así pues, nos metimos directamente en territorio bluesero con el clásico «The thrill is gone» de Freddie King, y que sería inmortalizado por otro King, BB King —y posteriormente muy versionado, entre otros por Gary Moore, uno de los ídolos de Jorge Salán— y que sirvió de lucimiento para un Jorge Salán cuya valía como vocalista aumenta a cada año que pasa.
No he comentado que entre canción y canción había mucho «speech» de los músicos hacía el público, y que BJ intentaba hacerse entender alternando inglés con «portuñol», o su particular mezcla entre portugués y español, comentando anécdotas de sus múltiples giras con simpatía y buen rollo. Y claro, llegó el momento en que tocaba hablar de quien podría haber sido el causante de la baja afluencia de público, que no fue otro que Bryan Adams, de quien tenían preparado ese temazo que fue «Run to you» y que sonó fantásticamente en formato acústico.
A continuación cayó tema propio del madrileño, «One more empty feeling» aparecido en su excelente «Graffire» —link a la crítica aquí—. Siendo mi tema favorito de aquel disco, no salí muy contento de esta versión. El tema, un medio tempo que mezcla blues con rock sureño y country y suena a Mr. Big mucho, cuenta con la interpretación vocal de Garrett Wall y un estribillo y una armonía vocal que siguen guitarra y voz sencilla pero preciosa.
En esta versión en directo, BJ descansó y Jorge llevó todo el protagonismo a la voz y la guitarra, lo cual hizo que esa melodía tan bonita fuera sólo cantada y no tocada por la guitarra, ya que en ese momento lo que sonaban eran los acordes de la base.
Sigue siendo un gran tema y además muy «acustizable», pero su traslado a este contexto acústico no acabó de funcionar.
Tras ésta, el concierto seguiría en plan tranquilo con la soulera balada de Deep Purple, «This time around» y un BJ INMENSO, pero la energía y el rock más cañero volvería a hacer acto de presencia con el megaclásico del rock and roll, «Walking by myself», original de Jimmy Rogers pero más similar a la versión de Gary Moore, y en la cual Jorge estuvo de lo más heavy a la guitarra, la épica «Wanted dead or alive» de Bon Jovi —y que según explicó BJ, Jon Bon Jovi es su máxima influencia a la hora de cantar rock— y «Going down», también de Freddie King y una composición que curiosamente siempre ha sido del gusto de la parroquia metalera.
.
.
El dúo siguió contando anécdotas entre tema y tema a un público escaso pero que a esas alturas estaba más que entregado y siguió mandándonos unas cuantas bombas rockera más, como «I want it all» de Queen, que cómo no, también fue ampliamente coreada por todos, para seguir con la alegre «Wild world», original de Cat Stevens pero tocada de forma similar a la versión de Mr. Big y una inclusión sorprendente: «Face to face», del propio Jorge Salán y aparecida en su antiguo pero ya mítico «Utopian sea of clouds».
Hablando de versiones, es lógico que la que sonó antes de Deep Purple pillara desprevenido al público, pero para compensar, en ese momento llegó el riff de riffs, el «Smoke on the water», en una versión que haría salir humo del mástil de la guitarra de Jorge Salán.
Llegados este punto del concierto, y para encarar la recta final, fue invitado a subir Pablo González, guitarrista y cofundador de los veteranos Regresión, formación local muy popular de hard rock y heavy metal. Con Pablo en el escenario, se lanzaron a por un movido «Johnny B. Goode» de Chuck Berry y el siempre divertido «We are not gonna take it» de Twisted Sister y que al revés de lo que sucede cada vez que los de Dee Snider actúan por España o Latinoamérica, nadie cantó en el estribillo eso de «huevos con aceite… y limon», cantando en cambio el estribillo original en inglés.
Curioso.
Con Pablo también interpretaron la no menos divertida y marchosa «Rockin’ all over the world» de Status Quo y a continuación invitaron a alguien del público a tocar con ellos. Un joven que creo recordar que también se llamaba Pablo, subió al escenario y el ahora cuarteto una animada versión de «Highway to Hell» de AC/DC, en la que el invitado se marcó un solo con algunos fraseos realmente rápidos.
Y ya para terminar, el de nuevo dúo atacó con «Subsuelo», la intensa balada de Jorge Salán que, aparecida en el álbum del mismo nombre y con la colaboración de Miguel Ríos, supuso un final muy sorprendente.
.
.
Como habéis visto, un set-list excelente, un orden de canciones en las que había espacio para la sorpresa al toparnos con cambios radicales de estilo e intensidad, dos músicos en estado de gracia, un público muy escaso pero muy participativo y sobretodo, una sensación de comunidad de las que sólo se obtienen en petit comitè. De haber estado la sala más llena, quizás no se habría conseguido esa sensación de buen rollo y comunicación que hubo; aunque todo sea dicho, es alucinante y triste ver cómo un músico con el currículum de Jorge Salán, que no tiene ya nada que demostrar, no acaba de encontrar un público fiel en sus visitas en solitario a Barcelona (o casi solitario como fue el caso), actuando cada vez para menos público.
Pero eso sí, es muy difícil no ser fan de alguien que, ante una sala casi vacía, no sólo no cancela el concierto, sino que decide salir y darlo todo por los pocos que se animaron a verlo.
De gente así, no sólo como periodista digital sino también como persona, sí quiero ser fan.
.
TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
the Guitar Xperience radio show 
Deja un comentario