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Xperience Live!: Dirty Loops ([La2] Apolo 28/03/2.023)


Primera visita a España fuera de festivales del trío de virtuosos suecos. 

La fusión de jazz, funk, pop y electrónica se saldó en su cita barcelonesa con un lleno total ante un público absolutamente entregado.

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Dirty Loops Spain 2023

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    Tal y como expresé en el comunicado publicado la pasada semana, damos el pistoletazo de salida a la nueva temporada de la web. Una temporada rara, que comienza muy tarde y será más corta de lo normal y sin el respaldo del programa radiofónico; aunque lo hace con un concierto que había levantado mucha expectación y que, al menos para mí, tenía unas ganas locas de que llegara.

     Y es que lo de Dirty Loops ha sido de auténticos maestros del marketing. Sabedores de que tenían entre manos un sonido que tanto podía arrasar en las pistas de bailes y los charts de música mainstream, como entre la crítica especializada más dura, en vez de lanzarse a la clásica creación de un primer álbum de temas propios + promoción del mismo, con la posibilidad de no llegar a nada, decidieron coger unas cuantas canciones del pop más comercial e incluso repelente —Justin Bieber, Lady GaGa, Britney Spears, etc.—, deconstruirlas y convertirlas en arte. Después, su distribución por YouTube y el boca a boca (o tecla a tecla, más bien), convirtieron a los tres amigos en la sensación del momento, allá por 2.012.
En cualquier caso, os derivo primero a esta publicación de la sección «Nuevos Valores» publicada en 2.014, en la que hicimos un exhaustivo repaso biográfico al grupo y a su primer larga duración, de nombre «Loopified». Puedes leerlo en este link.

    En fin, que con un hype desmedido por ver a este trío de virtuosos y con varias dudas a cuestas (¿basarían el set-list en las numerosas versiones que les han llevado a la fama en sus inicios? ¿cómo lo harían para interpretar las múltiples capas vocales que tienen muchas de sus canciones? ¿llevarían sección de viento para los temas más funky? ¿habría teclista de apoyo? ¿y guitarrista? ¡que el disco «Turbo» se compuso a medias con el guitarrista y productor Cory Wong!), me personé en la sala pequeña de la mítica Apolo barcelonesa, reformada y ampliada hace años, con una magnifica acústica y estética. Sin embargo, cosas del trabajo, llegué cinco minutos tarde, y eso que el concierto comenzó a una hora buena para el horario medio intersemanal de los currelas españoles: a las 21. Y para cuando llegué, el lleno era absoluto, por lo que no me quedó más remedio que tener que estar atrás del todo, pero quien dice del todo, dice pegado a la pared.
Quien haya estado en [La2] Apolo sabrá que la zona de barra ocupa de forma absurda al menos un 40% de la sala, y si a eso le añadimos la disposición de varias columnas a lo largo de todo el local (quiero y deseo que sean columnas de carga y no un capricho estético), por lo que entre barra, público y columnas, sólo veía al grupo así en pequeñito y mal. Imposible hacer foto alguna y mucho menos vídeos. Por tanto, he tenido que tirar de videotubes de otros conciertos de esta gira para ilustrar la crónica.

    En fin, que como digo cuando entré en la sala y me situé donde pude, comencé a escuchar (escuchar, que ver, por desgracia, no vi mucho) el elegante corte «Follow the light» perteneciente al último álbum que han lanzado a medias con el guitarrista Cory Wong, de la banda Vulpeck, de nombre «Turbo». Una composición muy Michael Jackson con un interludio instrumental sospechosamente inspirado en «Thriller».

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    La disposición de los músicos era cuanto menos curiosa: a la derecha, la batería de Aron Mellergård girada unos grados a su derecha, de modo que el público podía verlo bien pero a la vez él podía ver a sus compañeros; entre el centro y la parte derecha, aunque moviéndose en todo momento, Henrik Linder y su bajo; entre el centro y la parte izquierda el teclado de Jonah Nilsson, que al igual que pasó con la batería, estaba un poco girado hacía su izquierda, de modo que el público le viera y a su vez él pudiera comunicarse visualmente con sus compañeros; y por último, en idéntica posición pero subido a una tarima a la izquierda del todo, el teclista de apoyo, el cual trabajó de lo lindo debido que en varias ocasiones, Nilsson abandonó su puesto para solamente cantar, y los ominipresentes piano y sintetizador seguían sonando, además de apoyar en los coros durante todo el concierto.
Llegados a este punto os podréis imaginar lo que pasó, y es que buena parte de los coros así como todas las secciones de viento estaban pregrabadas y se lanzaron en playback. Esto, lejos de molestar al público fue visto como una muestra de querer trasladar con toda la fidelidad posible las canciones del CD al directo. Curiosamente, en la reciente gira de W.A.S.P. por España, Blackie Lawless dio la misma explicación al por qué llevaban pistas pregabadas y el público se lo tomó a mal… aunque claro, parte de esas pistas pregrabadas correspondían a ciertos pasajes de la voz principal, cosa que con Dirty Loops no ocurrió.
Por otra parte y antes de proseguir, comentar que lo que sí que no se escuchó ni grabado ni en directo, fue la guitarra de Cory Wong, detalle que sí me llamó la atención.

    Prosigo. «Accidentally in love», hizo que el espíritu de Stevie Wonder hiciera presencia; y es que desde el comienzo con solo de armónica a ciertas inflexiones vocales de Nilsson, era incontables los detalles de influencia y homenaje a esa leyenda, lo cual hizo que el público aplaudiera a rabiar tras terminarla.
Le siguio otro corte de «Loopified», «Sayonara love», también con notable influencia de Wonder y ese sonido entre funk, pop y electrónica que también domina el grupo, y en el que Linder dio toda una demostración de técnica de slap.

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    Tras ésta, hubo un parón para saludar al público y presentar a los músicos —disculpadme, pero fui incapaz de entender el nombre sueco del segundo teclista— y el grupo encaró la primera de las versiones de la noche: «Just dance» de la diva Lady GaGa; una versión, que como ya pudo observarse cuando la publicaron en YouTube hace años, es la más extrema de todas, puesto que apenas te recuerda al original en el estribillo, y tampoco demasiado. Esta versión de la versión, además incluyó un largo interludio instrumental en el que tanto Linder como  Mellergård pudieron lucirse con sus muy desarrolladas técnicas.

   Para entonces, el público se dividía en dos: los que intentaban bailar como podían y los que miraban bien serios al escenario, lo cual me hizo pensar en cuántos músicos habrían viendo este concierto, y es que el virtuosismo y talento composicional de estos chicos ha calado incluso entre fans del heavy metal.
El caso es que creo que estos dos sectores de asistentes así como yo mismo, no esperábamos bajón tremendo de ritmo y ambiente. Y es que llegó el momento balada del concierto… un poco pronto para mi gusto. Llegó el momento de la dramática y emotiva «
It hurts», la gran balada de «Loopified», y sin duda, una de las mejores baladas de este siglo, con un protagonismo absoluto de Nilsson al piano y la voz. Cabe decir, que en esta ocasión el resto de teclados no fueron interpretados por el cuarto miembro, sino que sonaron también en playback, igual que la sección orquestal.
Quien no hizo playback fue Linder, quien a partir de la segunda mitad comenzó a complementar la canción con un acompañamiento de bajo que no está en la versión original.
El vello de punta y un nudo en la garganta es cómo nos dejó la interpretación de Nilsson, a quien ya queda claro que no exagero si digo que es uno de los mejores cantantes del mundo en estos momentos.

    A partir de aquí vendría una sección dedicada al segundo álbum del grupo, «Phoenix», sólo interrrumpido en una ocasión por «Loopified». La muy animada y divertida «World on fire» nos trajo a un Linder muy jazzístico, con el espectacular solo de bajo alargado para la ocasión, y con un segundo solo en la recta final que hizo aplaudir a todo el publico.
El igualmente animado acid jazz de «Lost in you» de «Loopified» provocó que numerosos asistentes quisieran bailar desenfrenadamente, un poco al estilo de los pogos en los conciertos de heavy metal.
Y vuelta a «Phoenix» con protagonismo total de Linder en «
Old Armando had a farm», un curioso tema country, con una batería de Mellergård también a destacar y que los mas avispados y aficionados al virtuosismo relacionarán con el mítico solo de bajo en directo que siempre interpreta el gran Stuart Hamm. Y cómo os podréis imaginar, Linder nos deleitó con una sobredosis de dedos, slap y tapping al más alto nivel.
La siguiente canción en sonar sería el medio tempo «Next to you», que pese a la bajada de revoluciones, tiene un groove más contagioso y que fue perfectamente trasladado al directo (¡¡madre mía con el constante slap de Linder y los redobles en finales de compás de Mellergård!!). Todo el ambiente gospel, funk e incluso bluesero, con esa multitud de capas vocales pregrabadas, fue disfrutada por el público. Y con es final acelerado y frenético, a muchos nos hizo preguntarnos por qué no fue elegida como cierre del concierto.
Y para finalizar con este largo segmento dedicado a «Phoenix», cayó «Coffee break is over», otro alocado instrumental en el que destaco por un lado el más complejo de lo que parece aporte de Nilsson, con unas líneas de teclado tocadas en staccato, así como la tremenda pegada de Mellergård. Si bien, el hombre tiene los conocimientos y técnica suficientes como para afrontar todas las sutilezas del jazz, es sin duda, en canciones como ésta, en las que da rienda suelta a sus influencias más metaleras y progrockeras y muestra una pegada y una contundencia tremendas, que en directo aún se amplificaron.

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    A partir de aquí vendría sección versiones; algunas de ellas ya escuchadas en «Loopified»como «Wake me up» de Avicii y «Roller Coaster» de Justin Bieber, y otras pertenecientes a su primera época cuando se hicieron virales en YouTube al publicarlas en esa plataforma: «Circus» de Britney Spears y «Baby», nuevamente de Justin Bieber. Como es normal, fueron del agrado del público, dado que todos llegamos al grupo a través de estas versiones.
Sobre ellas no hay mucho que decir, salvo que se las llevan a su terrenos hasta hacer que las prefieras frente a las originales.

    Tras esto, llegaríamos a la recta final del concierto, encabezado también por «Phoenix» más otra versión. «Breakdown» fue la segunda balada de la noche. Preciosa, emotiva y con multitud de detalles sutiles por parte de todo el grupo, además de una notable influencia vocal de Michael Jackson. Después nos enfrentaríamos a «Work shit out», quizás la mayor aproximación que han tenido al rock progresivo y al jazz fusión, con una parte caótica en la que parece que cada uno va a lo suyo, para seguir con una segunda mitad instrumental y muy jazzística, que va subiendo de intensidad en un crescendo tremendo con extraordinario solo de batería de Mellergård.
Y finalmente, otro de los temas de la noche: «Thriller» de Michael Jackson; quizás la versión más fiel y menos deconstruida de todas las que han hecho, aunque todo sea dicho, ese estribillo cantado ligeramente a destiempo pudo ser un rompecabezas para todos aquellos asistentes no músicos que intentaran corearlo.

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    Llevábamos cerca de una hora y veinte y el grupo hizo entonces una falsa despedida, para volver enseguida a los bises, dos en concreto, y cada uno de ellos primer single de ambos discos: «Rock you» y «Hit me». Es obvio que gustaron mucho siendo los singles, y el segundo de ellos también sirvió para el clásico momento en que el frontman de cualquier banda quiere que el público le acompañe cantando. Teniendo en cuenta la perfecta afinación de los que se atrevieron a hacerlo, se cumple lo que yo decía al respecto de que una buena parte del público la debían de formar músicos.

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    Y a modo de despedida, mientras daban la mano a los de las primeras filas y se hacían la foto de rigor, el tema principal de la serie «McGyver» sonó por los altavoces, haciendo que a más de uno se le escapara una sonrisa nostálgica.

    Hora y media clavada, un set-list que obvió casi en su totalidad a «Turbo» (imagino que debido a la carencia de un guitarrista o no poder hacer la gira con Cory Wong), pero que a cambio nos trajo una buena selección de canciones de los discos anteriores, más algunas versiones, una banda de virtuosos con un teclista de apoyo no menos carismático, toneladas de solos de bajo y teclados, una sólida unión de pop, funky, jazz y EDM elevada a la máxima potencia y una mezcla de audio calidad CD, ¿qué más podíamos esperar en su primera cita catalana? Bueno, que el concierto hubiera durado cuatro horas, porque lo de estos chicos no sólo no es normal, sino que encima lo hacen todo bien.

    ¡Qué futuro les aguarda!… por cierto, estad atentos que en breve caerán por aquí las tardías críticas de «Phoenix» y «Turbo».

TEXTO: Albert Sanz 

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