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FICHA
- Artista: Aarøn
- Sello: Autoproducción
- Año: 2.023
- Estilo: Hard rock, rock, rock progresivo, heavy metal, blues, jazz, shred
CALIFICACIÓN
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CALIFICACIÓN TÉCNICA
- Nivel de técnica: 7/10
- Velocidad: 7/10
- Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 7/10
- Nivel resto de músicos: 8,5/10
- Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
- Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 8/10
- Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7,5/10
PUNTUACIÓN: 7,9/10
CALIFICACIÓN MUSICAL
- Calidad musical: 8/10
- Nivel de feeling: 9/10
- Posibilidad de escucharlo de un tirón: 9/10
- Ganas de hacer “headbanging”: 7/10
PUNTUACIÓN: 8,25/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,1/10
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INTRODUCCIÓN
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Hace casi once años que publicamos la crítica al primer álbum del entonces joven guitarrista Aarón López, «Metamorphosis», dentro de la sección «Nuevos Valores», y también la crónica del concierto de presentación en Barcelona del mismo —enlaces aquí y aquí—. Un trabajo muy orientado al shred instrumental que pecaba, en mi opinión, de querer abarcar muchos palos, desde el neoclásico al jazz fusión, pasando por el flamenco y el swing, y no siempre estas fusiones de estilos quedaban naturales. NO OBSTANTE, López ya demostró ser entonces un shredder atípico, al anteponer la composición al puro lucimiento técnico, por lo que al final «Metamorphosis» terminó siendo un trabajo muy ameno y entretenido y con más luces que sombras.
Once años después, el ya no tan joven aunque más experimentado Aarón López no ha estado quieto, ha participado en varios proyectos y contra todo pronóstico, lo que le ha dado más proyección y permanencia ha sido su inclusión en la mítica banda Fórmula V, que fue una de las reinas entre los 60 y los 70 de lo que nuestros padres y abuelos llamarían «música de guateque»: un cruce entre pop y rock & roll con enorme influencia británica pero a la vez con un marcado y muy personal sello español, que les harían diferenciarse de bandas similares de otros países. Los Brincos, Los Bravos, Los Pekenikes, Los Sirex, Los Diablos, Dúo Dinámico, Raphael y, por supuesto, Fórmula V, entre muchos otros, conformaron un ecosistema patrio no tan olvidado a día de hoy y que, con el fenómeno revival y nostálgico que abarca casi todas las facetas del arte, éstos últimos han sabido aprovecharlo realizando una gira exitosa y larguísima (creo que llevan dos años ya) de celebración de su 50 aniversario de vida.
Y por lo que puede verse en los vídeos, Aarón ha dotado de un sonido más fresco y rockero a esas canciones míticas, sin que se pierda su esencia.
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El caso es, que entre bolo y bolo, sacó el tiempo para retomar su carrera en solitario, editando en el pasado 2.023 «When the music ends», ahora bajo el nombre artístico de Aarøn. Le han acompañado en este trabajo la vocalista Lidia Bao, el baterista Danko Compta y el bajista José Perciba. Casi la misma banda de «Metamorphosis», con la diferencia de que Perciba hizo de teclista y en esta ocasión sustituye al bajo a Carlos Leonardo, quien tocó en el primer disco. Ahora tenemos también vocalista, lo cual ya presupone que el álbum se alejará del shred instrumental desmelenado.
Como datos curiosos relacionados con la banda, decir que el dúo Perciba–Compta también grabó un excelente álbum formando parte de la banda de jazz funk fusión Beagle, llamado «Speak Now» y cuya crítica puedes leer aquí, y también que a Compta lo puedes ver todas las semanas en el programa «Tu cara me suena» de Antena 3 formando parte de su orquesta.
«When the music ends» consta de doce canciones enteramente compuestas por Aarøn y también grabadas y mezcladas por él mismo en los estudios Arpa de Noe Studios de Barcelona, salvo las baterías que han sido grabadas por Danko Compta en DNK Lab Studios también de Barcelona. En cuanto al mastering, el responsable ha sido el veterano Ted Jensen en los Sterling Sound de Nashville. Jensen ha trabajado con gente de la talla de Cat Stevens, Bob Marley & The Wailers, Billy Joel o The Alan Parsons Project. ¡Uff!
Por último, el disco se presenta en un formato digipack con un diseño tanto exterior como de libreto muy bueno.
Ahora sí, vamos a por las canciones, que esto tiene muy buena pinta.
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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES
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1.- Point of no return. Empezamos con un medio tempo hardrockero con estribillo a lo A.O.R. y ya desde el primer segundo me sorprende el sonido tan «orgánico» y clásico, hasta retro, de la batería. La guitarra rítmica tampoco se libra de esto, con toques a lo Jimmy Page en ciertos momentos.
Por el contrario, me sorprende de forma negativa la voz por su sonido brillante y algo sobreproducido (la típica doble voz brillante en el pop actual), aunque a nivel interpretativo está claro que Bao tiene talento de sobra, eso queda bien claro.
En cuanto al solo de guitarra, decir que su comienzo es engañoso en su inicio, con unos arpegios neoclásicos que enseguida dan paso a unas líneas más bluesy y cargadas de feeling.
2.- You’re alone. Proseguimos con otro medio tempo bastante curioso, ya que la guitarra limpia y el bajo me recuerdan a una especie de country pop, mientras que las líneas vocales tiran más hacia el indie. No obstante, ahora es cuando los haters me tacharán de sacrílego, pero es que la voz de Lidia Bao me recuerda en bastantes momentos a la añorada Dolores O’Riordan de The Cranberries.
Por su parte, a la hora del solo, a Aarøn se le nota contenido y expresivo, lo cual está bien, pero se me hace en exceso breve.
En cualquier caso, la sorpresas continúan ya que en la sección final todo se vuelve más oscuro y metalero, con una clásica rítmica con su palm muting que me ha sorprendido mucho.
3.- When the music ends. Y pasamos a un tercer medio tempo casi rozando con la balada, con más guitarras limpias y un bajo y una batería sencillas (que no simples) adecuadas a una composición que oscila entre el pop y el rock.
En cuanto a la interpretación vocal, creo que Bao realiza una de las mejores y más intensas del álbum.
En general a Aarøn se le nota un esfuerzo en dotar a la composición de detalles originales, como los dos excelentes solos de guitarra (el segundo bien largo e intenso), el uso de doble bombo por parte de Compta en la sección final o las transiciones jazzeras entre canciones —como en el 2:35—, pero todo el conjunto me deja una continua sensación de déja vù.
Eso sí, con sus más de ocho minutos de duración y la epicidad de la sección final, sin duda será un momentazo en los directos de presentación del disco.
4.- Die. Seguimos sin apretar el acelerador, aunque esta vez el grupo nos presenta una especie de sofisticado y elegante jazz rock, perfecto para el lucimiento de la vocalista.
5- I wanna be free. Aumenta la intensidad y dureza con este hard rock colindante con el heavy metal, en el que el grupo entero toca de forma bien cañera. Y para que los que gusten de una buena dosis de shred, atentos al solo de guitarra.
Sin duda, otro tema que será brutal llevado al directo.
6.- Lie to yourself. Pasamos ahora otro hard rock setentero con toques progresivos de lo más interesante.
Me quedo igual que me pasó en «When the music ends» con sensación de déja vù, pero a la vez, tiene todo tanta calidad que el tema se disfruta igual.
A destacar la genial sección instrumental y que alberga uno de los mejores solos del disco.
7.- Far away. Nostalgia y un puntito de oscuridad envuelve a esta canción, que comienza en plan baladera para ponerse bien heavy en su sección final. Muy interesante el contraste de voces, con unas líneas bien rockeras que se complementan con otras más relajadas y tranquilas.
8.- I just feel. Aarøn decide cambiar de estilo y se lanza a por una mezcla de rock & roll, swing y country bien rápido y divertido, y en la que se me hace difícil destacar a un músico sobre otro, ya que el cuarteto está realmente soberbio.
9.- Searching for sanity. Cambiamos a un tono melódico emocional y relajado. Me sorprende la capacidad de Lidia Bao por aportar elementos jazzísticos en sus líneas vocales, aunque Aarøn esté tocando una guitarra limpia y rockera.
Por su parte, me encanta el trabajo de José Perciba en este tema, ya que aunque esté en un modo contenido y tranquilo, su bajo tiene mucha presencia y personalidad.
10.- Strenght. Muy curioso el contraste entre el potente inicio rockero para cambiar luego a un elegante rock jazzy, con una muy melódica Lidia Bao a la voz y un precioso bajo fretless de Perciba. La guinda del pastel la pone Compta con el uso de escobillas en las partes más jazzeras de la canción.
También son de lo más interesante las secciones rockeras y pese a estar bien unidas y que las transiciones fluyen con naturalidad, me encuentro con la sensación de que me gustaría que fueran dos canciones independientes para poder disfrutar más tiempo de cada una de estas secciones.
11.- The perfect disguise. Nuevo cambio de registro, con un elegante cruce de blues y jazz, de esos que te hacen retrotraerte a un garito lleno de humo y a la época de la Ley Seca. Y aunque está claro que la sección metalera del final, las líneas de tapping y el solo de guitarra nunca los escucharíamos en aquella época, aquí queda como una fusión natural la mar de interesante.
12.- It sounds better. Y ya estamos en el final con la canción más corta del álbum —menos de tres minutos—, pero que sirve a modo de resumen perfecto.
Danko Compta está de lo más creativo a lo largo de toda la duración, aunque tampoco hay que restarle mérito al resto del grupo. En el caso de la vocalista, en esta ocasión el uso de dobles voces en el estribillo queda fantástico, a lo que contribuye también que sea un estribillo bastante original para el tipo de composición en el que estamos.
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CONCLUSIÓN
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En su momento, en la crítica que hice a «Metamorphosis» y también al principio de este artículo, mencioné que las ganas por querer abarcar diferentes géneros dentro de una misma canción no siempre quedaba bien y estas fusiones no resultaban siempre naturales. Aquí me he encontrado nuevamente a un Aarøn que no sucumbe a lo fácil y ha seguido en esa línea, sólo que ahora sí lo ha hecho de forma exitosa, siendo «Strenght» un caso bien claro de contrastes bien marcados en una misma canción y unidos de forma fluida.
Algo que también querría destacar de casi todo el álbum es el sonido retro de, en especial, baterías y guitarras. Un excelente trabajo de mezcla y producción que encaja muy bien con el estilo de las canciones y que, la verdad, me dan ganas de escuchar a estos mismos músicos en un proyecto de corte más clásico, más setentero, a lo Hendrix, Zeppelin y compañía.
En cuanto al apartado interpretativo, todos los componentes rallan a gran altura aunque estando ante un trabajo vocal, es lógico que buena parte de la atención la acapare Lidia Bao, quien con un rango interpretativo amplio y una enorme expresividad, se lleva el gato al agua en muchas ocasiones. Y es que no son pocas las veces a lo largo de este disco en que estando ante una canción de rock con tintes blueseros, Bao se descuelga con unas inflexiones vocales de lo más jazzy; lo cual, por cierto, hace que también me den ganas de escuchar un disco enteramente jazzero con ella de protagonista.
Y ahora, dado que la perfección no existe, toca hablar de lo malo, o mejor dicho, lo que menos me ha gustado (tranquilo Aarøn, que no es para tanto 😛 ).
Comenté antes que a nivel de mezcla y producción tanto batería como guitarra sonaban de fábula. Esto lo extrapolo también a las voces y bajo. Sin embargo, no siempre el que todos los instrumentos suenen bien por separado significa que lo hagan juntos, y en este caso, han habido varias canciones en las que la voz tenía un sobretratamiento exagerado, muy a lo pop mainstream actual —no hace falta que diga nombres—, que no me parece que concuerde cuando la base está mostrando un hard rock de corte americano y ochentero o incluso setentero. Ojo, esto no pasa en todo el disco ya que aunque el tipo de mezcla en la voz es casi siempre el mismo, en gran parte de las canciones sí encaja y queda bien.
Otro detalle estriba en una cierta similitud en los tempos de la canciones, y es que casi todas se pueden incluir en lo que llamaríamos «medio tempo». La variedad de estilos, gustos e influencias que aparecen a lo largo del disco logran evitar sensación de hastío o monotonía, pero sí que es verdad que se echa en falta algunos temas más rápidos y acelerados.
Por otra parte, en cuanto a la ejecución puramente guitarrística de Aarøn, he de decir que si bien ya sabía que no me iba a encontrar ante un trabajo de shred alocado e hipertécnico, me habría gustado que se dejara llevar un poco más. Esto no significa que no haya guitarra de calidad y con buena técnica tanto en las rítmicas como en los solos, pero sí que a nivel solista, en algunos momentos parece notarse cierta contención anteponiendo por encima de todo la canción frente a su propio lucimiento, con solos que o bien son muy breves o bien no demasiado complejos. Es obvio que la canción ha de esta por encimar de lucimientos gratuitos, pero hay momentos a lo largo de este álbum que sí habrían permitido algo más de diversión y fuego en el mástil como sabemos que es capaz de hacer Aarøn.
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En conclusión, estamos ante un trabajo honesto y con corazón, que suena a grupo unido y no a proyecto para el lucimiento del guitar hero de turno, que nos ha permitido conocer a una cantante sensacional, que tiene momentos con cambios inesperados y sorprendentes y que, ante todo, transmite calidad y calidez.
Hard rock sofisticado para el que busque clase y originalidad en un género altamente trillado.
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PD: No tardes otros diez años en sacar nuevo disco, por favor.
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TEXTO: Albert Sanz









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