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Con un retraso imperdonable os traemos la crónica del nuevo concierto de los Güru en Barcelona. La cita era interesante para ambas partes: para el público la oportunidad de escuchar por primera vez que tal suena el nuevo disco y para la banda la oportunidad de tocar en su ciudad.
Para el que no le suene, Güru es una banda de hard rock y A.O.R. de corte muy americano y ochentero liderada por el prestigioso sesionero David Palau (el de la Ibanez, la gorra y la eterna sonrisa). Acaban de editar su segundo disco y se confirman como una de las mejores propuestas en el estilo que han salido en nuestro país (si queréis más info aquí, aquí y aquí están las crónicas de sus anteriores conciertos).
Puntualmente salieron a escena Palau y sus chicos ante un aforo de la sala Apolo 2 lleno casi hasta la bandera. Este detalle no tendría mucho mérito dada la capacidad de la sala (unas 300 personas) pero sí lo tiene en una ciudad cada vez más imprevisible para según que bandas o estilos. Los Güru han sido totalmente reformados respecto a su primera encarnación. De hecho en el segundo concierto ya pudimos ver gran parte del cambio, y en el tercero (aun siendo un acústico con solo dos miembros) vimos el último de los cambios. Los Jordi Portaz al bajo, David Simó a la batería y Kyke Serrano a los teclados han sido sustituidos por sus homónimos Jordi Vericat y Toni Mateos. Serrano a su vez ha sido sustituido por un portátil con las pistas grabadas (que carece totalmente de feeling, pero oye, no equivoca una nota el tío jamás) y el cambio más notable es el del carismático vocalista Pau Sastre por
Antonio Flores Dagarod, ex Is Pain y Manuel Seoane’s Burning Kingdom. El problema es la diferencia de tono y de actitud entre Sastre y Dagarod. Mientras uno posee un tono agudo y un estilo muy melódico, el otro lo tiene más grave y una actitud más fuerte y metalera. Si bien en el primer disco la presencia de Palau a las voces era mayor que en el nuevo (por lo que ahora tenemos un interesante contraste entre ambos), teníamos ganas de escuchar los viejos temas cantados por Sastre en boca de una voz tan diferente como es la del nuevo fichaje.
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Como no podía ser de otra forma, el concierto comenzó con el temazo que abre este segundo disco y de homónimo nombre “White”, que si bien no es el mejor corte del disco, es un excelente single de presentación y la mejor forma de comenzar el concierto. Como es normal, David Palau enseguida acaparó gran parte de la atención, no sólo por sus cabriolas con la guitarra, sino por su carisma escénico que le impide estarse quieto; pero pese a ello, Dagarod no se rajó y enseguida sacó todo su poderio vocal a relucir, luchando por el liderazgo de la banda (cosa que dudo mucho de que exista y menos en los conciertos de este grupo) y regalándonos muy buenos momentos de compenetración entre ambos.
Nada más terminar el grupo se lanzó a tocar la bluesera y bonjoviesca “In my life” y “Straight to your heart”, una enorme pieza de A.O.R. en la que la banda parece haber sido poseida por el espíritu de los mejores Whitesnake de los 80 y que tiene todas las papeletas para ser el segundo single del CD.
El concierto siguió con «It’s all different now» (el tema más Toto del nuevo disco y una influencia que Palau nunca ha escondido) y una bajada de ritmo que no de intensidad en forma de preciosa balada llamada «If you go».
Aquí finalizó la primera parte del concierto. Los temas del nuevo disco gustaban mucho a los asistentes, muchos de los cuales además se sabían de memoria los estribillos, señal de que ya habían escuchado el disco; la banda se mostraba pletórica y Dagarod había demostrado ser un gran cantante para los temas nuevos, llegando a un nivel de expresividad tremendo en la citaba balada «If you go» (aunque hay que reconocer que los coros de David Palau en ese tema son tremendos). Ahora quedaba por ver qué tal iba a quedar su voz en los temas antiguos.
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Antes de eso, David que como siempre se mostraba comunicativo con el público, presentó a la banda, cogió un taburete y se armó con una Ibanez acústica; de esta manera llegó un pequeño set acústico con él como único protagonista y compuesto por el instrumental de composición propia «En mis ratos de soledad», la sentimental balada «I found my way», la cual sonó mucho más intimista y sentida, y la adrenalítica «No more time». Estos dos últimos temas pertenecen al primer disco de Güru. Cabe decir que me sorprendió negativamente esta versión acústica. Si bien un «Sometimes» (que sonaría más tarde) queda muy bien en versión acústica, este «No more times» se trata de un tema muy acelerado y dinámico y requiere de toda la potencia de un grupo y unas guitarras eléctricas. No dudo que la dificultad y precisión que conlleva el rapidísimo riff de palm muting del original se acrecientan al tocarlo en una guitarra acústica, pero no podemos negar que para los fans del virtuosismo, esta canción contiene el solo más vibrante y complejo de todo el disco. En otras palabras: el momento guitarrero más pasado de vueltas de todo el disco. En su versión acústica Palau no llegó a interpretar dicho solo y realmente esta versión supo muy a poco.
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Tras el set acústico, el grupo volvió con el pegadizo trallazo del primer disco “Addictive love” y la muy funky y totera “Flavour of desire”. Aquí ya vimos que si bien la voz de Dagarod se acopla a la perfección a cualquier estilo no acabó de encajar en esta última canción. De alguna manera, «Flavour of desire» parecía una composición perfecta para Sastre pero el tono de Dagarod no acaba de encajar. Y ojo, no es una crítica a su interpretación ya que lo hizo muy bien, es algo simplemente de tesitura vocal.
«The voice inside» volvió a bajar las revoluciones del concierto y permitió lucirse a Palau en un apartado vocal que cada vez domina más. Una balada de pop rock comercial pero elegante que recuerda bastante a gente como Christopher Cross o Gerry Rafferty y que sonó de fábula pese a haber eliminado para su versión en directo las pistas de saxo. A continuación Toto volvieron a subirse al escenario con la divertida y vacilona “My rocker ass”, una composición en la cual pudo escucharse una vez más la perfecta compenetración vocal de Dagarod y Palau. Éste aprovechó para comentar que la canción es una denuncia a la facilidad que tienen los medios de comunicación y cualquier persona usando Internet para criticar y desprestigiar.
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Dos temas más de «White» vinieron a continuación y ambos muestran una faceta musical bien diferente a lo que nos tienen acostumbrados. “Break the spell” -tal y como dijo Palau– quiere homenajear a Dream Theater haciendo una particular fusión de metal progresivo con hard rock melódico. El resultado no acabó de ser del agrado del público que aún no había tenido oportunidad de escuchar el disco, de ahí que fuera el tema menos coreado. No es un mal tema ni muchísimo menos, pero sí el más complejo y que requiere de más escuchas. La siguiente fue “Won’t b 2gether”, una composición de heavy y power metal acelerada y contundente muy agradecida por la parroquia más metalera de lugar, con un Dagarod pletórico que estaba en su salsa y un David Palau que mostró un inédito estilo neoclásico.
Y ya para finalizar, vuelta al primer disco con su genial single «Sometimes» y repetición del también genial single «White» del reciente disco homónimo.
No obstante, si bien el apartado musical fue excelente, también hubieron algunas sombras en el concierto.
- El sonido: La mezcla comenzó con un exceso de batería y bajo tapando a las voces y sobretodo a la guitarra de Palau. Por fortuna a la tercera canción esto se había solucionado y disfrutamos de una muy buena mezcla.
- La iluminación: El juego de luces fue perfecto para impedir hacer fotos decentes y a la vez para cegar al público de las primeras filas. Si bien no todo el concierto fue así, gran parte mostró un juego de luces para nada atractivo.
- Elección de canciones: No existe el set-list perfecto, pero teniendo en cuenta la calidad del primer disco, supo a poco que de dieciséis canciones solo cinco de ellas fueran de ese, y encima que dos de las cinco se interpretaran en versión unplugged.
- «No more time» acústico: Lo dicho, ¡es imperdonable tocar este temazo en versión acústica y capado!
- Jordi Vericat: Teniendo en cuenta el estilo musical del grupo y el carisma y actitud rockeras de Dagarod y Palau, cuesta ver a un músico enormemente estático, tímido y nada comunicativo con el resto de sus compañeros.
- Dagarod: Nada que destacar a nivel vocal ni interpretativo, pero sí que en «Break the spell» daba la sensación de estar leyendo la letra en un folio a sus pies. Si bien no puedo confirmar este punto, no es menos cierto que en dicha canción y pese a ser movida, él no se movió para nada de la zona de su micro. ¿Falta de seguridad ante un tema por otra parte muy complejo?
Y ahora lo bueno.
- David Palau: Como siempre, tremenda expresividad a la guitarra con una técnica de lo más completa, gran voz, feeling, carisma escénico, comunicación continua con el público, posiciones corporales extremas a la hora de tocar… en fin, ¿la perfecta rock star?
- Dagarod: Difícil papeleta la de sustituir a Pau Sastre, pero cumplió con nota alta. Su voz se adapta tanto a los temas nuevos como a los viejos (a excepción del «Flavour of desire») y se muestra bestial en los cortes más heavys como “Won’t b 2gether”, logrando una potente interpretación a la que dudo que Sastre hubiese podido llegar (claro que con toda probabilidad, de haber seguido Sastre en Güru no se habría compuesto un tema así).
- Toni Mateos: Muy buena técnica, potente pegada cuando la canción lo requiere, un doble bombo de lo más convincente en los pasajes más heavys y lo mejor de todo, una sonrisa de oreja a oreja en todas y cada una de las canciones del concierto.
- Jordi Vericat: Si bien el bueno de Vericat ha aparecido en el apartado negativo por su actitud sobre el escenario, hay que reconocer que las líneas de bajo que interpreta son de lo más creativas y su elegancia tocando más que evidente.
- Compenetración Palau-Dagarod: Desde luego que un apartado tan importante en el primer disco como fue la compenetración musical y escénica entre Palau y Sastre iba a ser difícil de lograr, sin embargo lo han vuelto a conseguir. Cierto es que ahora Dagarod lleva la mayor parte del peso vocal, pero cortes como «If you go» no suenan igual sin el aporte de Palau a los coros y la perfecta conjunción entre los registros tonales de cada uno.
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Recapitulando, sería muy feo decir que estos nuevos Güru son mejores que los anteriores, pero sin duda que han hecho un gran trabajo tanto en disco como en directo. Los elementos susceptibles de mejora del concierto fueron mínimos y en su mayoría ajenos a la banda. Demostraron fuerza y versatilidad con una propuesta musical de gran calidad, propuesta que deberían intentar con todas sus fuerzas llevar más allá de las fronteras de este bendito país, tan poco defensor del hard rock y el A.O.R. nacional.
En definitiva, como siempre, David Palau no defrauda, y los nuevos compañeros de aventuras que se ha buscado son de los que consiguen hacerte salir de la sala con una sonrisa de oreja a oreja.
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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