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Nueva visita a la edición número 24 del Festival de Guitarra de Barcelona, reconvertido ahora en el Guitar Festival, y que por desgracia nos está ofreciendo la edición menos guitarrística de toda su historia.
No obstante encontrarse dentro de su discutible programación con el nombre de Johnny Winter siempre es una alegría. El veterano albino, el guitarrista de blues más técnico y virtuoso de la historia, en definitiva, el «Texas tornado«, ha vuelto un año más a nuestro país y ya de paso a presentar su último disco «Roots» (leer crítica aquí), lo cual es aparte de una buena noticia, algo sorprendente teniendo en cuenta su edad y su deterioro físico (crónica de su último concierto del año pasado aquí).
También fue sorprendente la gran cantidad de asistentes que se dieron cita en el BARTS (conocido hasta hace poco como el Teatre Arteria). El lleno fue tan absoluto que el patio de butacas tuvo que ser desmontado para que más gente pudiera caber de pie, así que hay que felicitar al público barcelonés por el apoyo mostrado al maestro y a una música alejada de lo comercial.
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Puntualmente salió a escena la banda compuesta por los compinches habituales de Winter Scott Spray (bajo) y Paul Nelson (guitarra rítmica), a los que se unió el nuevo fichaje de esta gira Tommy Curiale (batería). Como era de esperar, la banda atacó con un rhythm & blues instrumental alegre y dinámico, perfecto para entrar en calor. Ya desde un primer momento se vio el gran nivel solista que posee Paul Nelson, no solo en las rítmicas. Antes de finalizar la canción apareció Winter, encorvado, pero dispuesto a cerrar el tema con un solo de pie.
Tras la ovación, Winter se sentó y sin dilación comenzó a puntear el reconocible riff del clásico de Chuck Berry «Johnny B. Goode». Si bien la frontera entre el blues, blues rock, rhythm & blues y el rock & roll a menudo no están muy definidas y un mismo tema puede contener elementos de varios de estos estilos a la vez (como en el siguiente corte que tocaría, el «Good morning little schoolgirl», que también tiene un punto de psicodelia setentera), y si bien es una canción que ya tiene grabada en algún otro disco, no es habitual verle tocar una canción 100 % rock and roll, sin ningún añadido de otro tipo; por ello el comienzo fue espectacular. Como espectacular fue que siguiera con la mencionada «Good morning little schoolgirl», otro trallazo de los que no dan respiro.
Esta sería la nota predominante y sorprendente del concierto. Ya lo hemos mencionado varias veces: Winter sigue teniendo mojo entre sus manos, sigue con el feeling intacto, pero la edad, su frágil condición albina y su declarada adicción a las drogas le han hecho envejecer antes de tiempo y en muy malas condiciones. Winter siempre ha sido un virtuoso con una técnica compleja y polifónica unida a una tremenda velocidad, y su dominio del slide/bottleneck siempre ha sido incuestionable, pero de ese Winter quedan algunos retazos. Sus solos actuales están a menos de un 40 % de lo que era capaz antaño, y si bien en estos siguen quedando los momentos más reconocibles, también hay momentos en que los fallos son muy evidentes. Sin embargo, lo que más nos sorprendió a todos los asistentes fue el set-list que interpretaron: enérgico, vibrante, acelerado, con coqueteos con el hard rock y apenas un par de bluses lentos de respiro. Mucho rock & roll, mucho rhythm & blues, mucho tempos rápidos y mucha intensidad en un set-list tremendamente exigente para un músico que sorprendió dando la talla en casi todo el concierto.
El set-list fue el siguiente:
- Intro Johnny Winter Band
- Johnny B. Goode
- Good morning little schoolgirl
- Got my mojo working
- Blackjack
- Killing floor
- Bony Moronie
- Jumpin’ Jack flash
- Lone wolf
- Don’t take advantage of me
- Gimme shelter
- It’s all over now
- Dust my broom
- Highway 61 revisited
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Sonaron varios temas que hacía tiempo que no le escuchábamos y que pertenecen su época más gloriosa del «Captured Live!» o del «Johnny Winter And… Live» como «Good morning little schoolgirl», «Bony moronie» ,«It’s all over now» o el ya clásico final con el «Highway 61 revisited» y su exhibición de estilo con el slide. También tuvimos momentos próximos al hard rock como hemos mencionado de la mano de las stonianas «Gimme shelter» y «Jumpin’ jack flash».
Respecto al grupo poco puede decirse que no se haya dicho ya. Scott Spray es uno de los mejores bajistas de blues de la actualidad, y su fluidez a la hora de tocar es notoria («Killing floor» es un gran ejemplo), dando la sensación de que en todo momento está controlándose para no ponerse a volar sobre el mástil.
Tommy Curiale pese a ser «el nuevo» para el público español demostró tablas sobre el escenario además de una técnica muy completa.
Y a Paul Nelson es para darle de comer aparte. No sólo demuestra que el blues no es una música tan sencilla como parece, sino que su nivel como guitarrista rítmico le sitúa como uno de los mejores del mundo en estos momentos. Además, en las contadas ocasiones que tuvo para lucirse como solista (la intro del concierto o «Killing floor» por ejemplo) demuestra que pese a tocar blues de claro sabor pentatónico, su bagaje en Berklee o como miembro de los metaleros Liege Lord le otorga una técnica excepcional.
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En cuanto a apartados técnicos, iluminación correcta (en un concierto así no es necesario meter un juego de luces espectacular, no tendría sentido) y sonido también correcto, con un bajo y una guitarra rítmica sobresalientes y una voz un tanto baja en la mezcla. Cierto es que Winter tampoco tiene el vozarrón de antaño, pero si bien en este concierto se notó una cierta mejora a la hora de tocar, también se notó en el apartado vocal, con un estilo más desgarrado e intenso en ciertos momentos.
En definitiva, está claro que el Johnny Winter que deslumbraba en los 70 y los 80 ya no va a volver, pero vistas las giras anteriores, la mejoría es notable y el set-list seleccionado no fue para cobardes, sino para músicos muy experimentados.
El «Texas tornado» ha vuelto y tal y como reza el título de su disco del 73, «Still alive and well». Y que sea por muchos años.
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Os dejamos como es habitual con las fotos, pero esta vez no incluiremos los videotubes de rigor, no; esta vez os vamos a dejar con un documento excepcional: el concierto grabado por RNE Radio3 en versión streaming. ¡A disfrutarlo!
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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