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Este pasado martes asistimos a un concierto que presagiaba buenas vibraciones. Los Saxon volvían a nuestro país con el nuevo disco «Sacrifice» bajo el brazo (crítica aquí), un trabajo crudo y potente, compuesto especialmente para el directo; por tanto era de esperar un concierto intenso que por fortuna lo fue.
Pero antes de los Saxon teníamos teloneros. Los alemanes AC Angry salieron a escena con puntualidad, ante una buena cantidad de asistentes para ser la hora que era y entre semana. Cabe decir también que la venta de entradas anticipadas debió ser buena, puesto que se levantó la pared que separa la sala principal de Bikini de la secundaria, cosa que se hace en muy pocos conciertos (desde esta sala no hay visibilidad del escenario, pero sí un sistema de sonido similar y una pantalla de video gigante).
Los teloneros presentaban «Black denim», primer disco con su nuevo nombre (antes eran conocidos como Teletellers y ya habían publicado dos trabajos). La banda demostró tener no solo rodaje, sino muchas tablas sobre el escenario, no en vano pasaron los últimos meses de 2.012 teloneando por toda Europa a Warrior Soul, luego empalmaron con Michael Schenker Group y ahora se han enganchado a Saxon.
Su propuesta es eminentemente ochentera, mezclando heavy y trash metal con toques de hard rock. Prima la potencia pero también la diversión y la continua comunicación tanto visual como gestual de los músicos con el público, a lo cual ayuda una sala de mediano aforo como es Bikini.
Las composiciones son simples y directas, pero de las que te dejan con ganas de más. No sé qué tal será un concierto de hora y media o dos horas, pero cuarenta minutos saben a poco puesto que conocen todos los resortes como para dejar al público «calentito» y con más ganas aún de que llegue el grupo principal. Además llegaron a incluir todo un himno de hard rock fiestero como es el «Get it up» de los Turbonegro.
Concluyendo… en cuarenta minutos no pudieron hacerlo mejor.
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Envidia. Eso es lo primero que me pasó por la cabeza nada más salir los cabezas de cartel de la noche y escuchar el primer corte de su último trabajo «Sacrifice» precedido de la introducción «Procession». Envidia que deben de sentir las bandas de primera división supervivientes de la NWOBHM y del heavy clásico de los 80 ante el perfecto estado de forma del que hacen gala los señores Saxon. Tal vez su época de éxito masivo ya pasó, no venden millones de discos ni llenan estadios, pero pocas formaciones pueden presumir de tener una discografía tan larga y regular, y de realizar directos más potentes y perfectos que sus coetáneas (y sí, me estoy refiriendo a esas cinco o seis bandas históricas de metal que forman la élite actual del heavy y en las que estáis pensando en este momento).
He leído en alguna otra crónica que con Saxon no caben las sorpresas pero tampoco las decepciones, y no puedo estar más de acuerdo. Tal vez pecaran de un apoyo desmesurado al reciente «Sacrifice» (tocando siete canciones de diez) obviando casi toda su última etapa (a excepción de “I’ve got to rock (To stay alive)” de «The inner sanctum»), pero como ya hemos dicho al principio y en la crítica enlazada, son temas directos y simples de puro heavy metal, concebidos para su interpretación en vivo, de modo que no podemos quejarnos.
De este último trabajo cayeron “Sacrifice”, “Wheels of terror”, “Night of the wolf”, “Stand up and fight”, “Guardians of the tomb” y la dura “Made in Belfast”, en la que Paul Quinn sustituyó el banjo de la pista original por una guitarra acústica.
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Además de este último trabajo no podía faltar una buena ristra de clásicos y alguna sorpresa. “Heavy metal thunder”, “747 (Strangers in the night)”, “Wheels of steel«, “Crusader”, «Solid ball of rock» o“Princess Of The Night” obligaron al público a desmelarse, gritar y corear los estribillos como posesos (además de iniciarse algunos pogos en las primeras filas).
Sobre la sorpresa mencionada me refería a que tocaron una tremenda versión del clásico del pop «Ride like the wind» de Christopher Cross supuestamente a petición de un fan, y digo lo de supuestamente puesto que es cierto que un fan entregó un folio a Biff Byford en el que estaba impreso el nombre de esta canción, que Byford la enseñó al público y que dirigiéndose de nuevo al dueño de la nota le dijo que «tal vez más tarde», pero no es menos cierto que el tema sonó de manera tan impresionante que cuesta creer que no lo tuvieran ensayado de antemano y decidieran tocarlo sobre la marcha.
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En cuanto a los músicos en sí, la pareja de guitarristas Paul Quinn y Doug Scarratt (muy simpático en todo momento) alternaron solos y guitarras (Les Paul, SG de doble mástil, electroacústicas, etc.) y mucha contundencia en sus partes rítmicas; Nigel Glockler y Nibbs Carter aportaron una robusta base de batería y bajo, sin improvisaciones, pero con un sonido sólido y rotundo sobre el cual Byford y la pareja de guitarristas podían tocar/cantar sus líneas sin ningún problema, y en el caso del bajista, no dejó ni un momento de acercarse al filo del escenario para mantener un divertido juego de miradas y gestos cómplices con los asistentes; en cuanto a Biff Byford, ejerció de perfecto frontman animando al público siempre en el momento ideal, al margen de cantar con una voz que a medida que envejece se vuelve más potente y expresiva.
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El set-list completo fue el siguiente:
- Procession (Sacrifice)
- Sacrifice (Sacrifice)
- Wheels of terror (Sacrifice)
- Power and the glory (Power and the glory)
- Heavy metal thunder (Strong arm of the law)
- Made in Belfast (Sacrifice)
- Ride like the wind (Destiny)
- I’ve got to rock (to stay alive) (The inner sanctum)
- Night of the wolf (Sacrifice)
- Conquistador (Metalhead) + Solo de batería
- Iron wheels (Forever free)
- Solid ball of rock (Solid ball of rock)
- Stand up and fight (Sacrifice)
- Motorcycle man (Wheels of steel)
- Guardians of the tomb (Sacrifice)
- 747 (Strangers in the night) (Wheels of steel)
- Strong arm of the law (Strong arm of the law)
- Wheels of steel (Wheels of steel)
- BISES
- Crusader (Crusader)
- Denim and leather (Denim and leather)
- Princess of the night (Denim and leather)
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Hasta aquí todo han sido bonitas palabras que se resumen en un concierto perfecto por parte de unos músicos y una banda para la cual el tiempo pasa… pero para mejor, sin embargo, algo que no deseaba deslució un poco el concierto: el sonido.
Si me pagaran un euro por las veces en que he publicitado a las salas Bikini y Luz de Gas como las salas con la mejor acústica de Barcelona, a estas alturas sería millonario, sin embargo, en esta ocasión, la calidad brilló por su ausencia. Nada más empezar los AC Angry ya vimos que la batería estaba exageradamente alta, con un bombo especialmente hiriente. Sin embargo, a medida que pasaban los temas la mezcla empezaba a ser más coherente. No llegaron en ningún momento a la excelencia de otros conciertos realizados en esta sala pero el sonido acabó siendo muy correcto.
Una vez usados los teloneros como última prueba de sonido (porque no nos engañemos, esto es así siempre) salieron los Saxon… ¡con peor sonido! Una voz difusa… unas guitarras que sonaban a lata y se confundían entre si… un bajo atronador… ¡de pena! Con el transcurrir del concierto todo se fue equilibrando, cada instrumento sonó a su volumen correcto pero las guitarras en ningún momento sonaron bien. Un exceso de brillo en dichas guitarras (el clásico sonido «a lata) estuvo siempre presente afectando a la mezcla global y restando la potencia que un concierto de heavy metal necesita. Por fortuna el técnico de sonido decidió no sustituir potencia por más volumen, porque sino habría sido muy lamentable.
De todas formas, si los responsables del sonido realizaron el que ha sido el peor concierto en este sentido de los vistos en esta sala, sus compañeros de las luces hicieron todo lo contrario. Aunque que el tamaño de la sala no permite muchas filigranas al respecto, fue bastante impresionante los diferentes juegos y ambientes que consiguieron crear.
Concluyendo, fue una auténtica pena que el asunto del sonido desluciera lo que por otra parte ha sido uno de los mejores conciertos del año. Toda una fiesta con la que es con toda probabilidad la mejor banda de metal clásico del momento acompañados de unos excelentes teloneros y de un público numeroso y que apoyó de forma incondicional a ambas bandas.
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Como siempre, os dejamos con más videotubes y una extensa galería fotográfica.
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TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
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