.
.
.
Tras una primera toma de contacto con el Festival Django L’H (crónica aquí), dos días después me personé en la misma ubicación para asistir al que sería el cierre de dicho festival. A pocos minutos del comienzo, el Auditori Barradas de L’Hospitalet de Llobregat lucía apenas unas pocas filas llenas, y entre la pereza que provoca el salir en domingo por la tarde y la tremenda lluvia que azotó la zona justo ese día, supuse que el concierto sería un fiasco en cuanto a asistencia; por fortuna me equivoqué porqué al final el lleno de la sala fue casi total.


Hay miradas que matan y miradas que directamente te borran la cara.
.
Albert mostró en no pocas ocasiones ese ramalazo heavy que le sale —tal y como comentó en la entrevista que este programa le realizó—, ya fuese en escalas pentatónicas rápidas o en el uso de ciertos arpegios ejecutados en forma de sweep picking. Oriol también demostró una excelente técnica, y si cerrabas los ojos, podías imaginar a Grappelli sobre el escenario.
La pareja de guitarristas rítmicos Vivien García y Laurent Bozzetto se mostraron perfectos en todo momento, como auténticos metrónomos humanos, lo cual tiene mérito habida cuenta de la dificultad del ritmo en este estilo y el endiablado tempo de algunas composiciones.
Y Queralt Camps… ¡Dios mio!, ¿de dónde habrá salido esta chica? Tal y como comenté en la anterior crítica, se sale del cánon clásico aderezando con continuos dibujos a lo que debería ser una interpretación rítmica al uso. Además tuvo oportunidad de tocar algún solo, ocasión que no desaprovechó para demostrar su alto nivel técnico, y todo ello sin dejar de sonreír y llevar su cabeza al límite del headbanging en gran parte de las canciones.
Dado el componente de fin del festival y que por esas fechas se realizaba el Barcelona Fiddle Congress, Albert y Oriol invitaron a algunos amigos; así pues, el saxofonista Artem Zuliev estuvo casi la mitad del concierto tocando con ellos, otorgando un sonido novedoso al quinteto ya que el saxo no es un instrumento habitual en el estilo (a diferencia del clarinete, por ejemplo). Christoff Mallinger al violín fue otro de los invitados. Tocó con el grupo dos temas, «Nuits de Saint Germain-des-Prés» y «Nuages». Cabe decir que éste último, la balada clásica por excelencia del gipsy jazz, fue precedida de una larga introducción a dos violines entre Mallinger y Saña. La introducción se movió en terrenos casi de free jazz, muy experimental y en la cual en pocos momentos se podían apreciar notas que recordaran a la melodía original del tema. Aunque fue arriesgado y valiente añadir un tipo de introducción tan extraña para esa canción, las caras de algunos asistentes eran un auténtico poema al no entender qué estaba pasando. No obstante esas mismas caras se relajaron cuando ya entró la reconocible melodía de «Nuages».
._
Por último, un largo «Minor swing» con la melodía llevada al mínimo para que cupieran la mayor cantidad de solos (de Albert, Oriol y algunos invitados) sirvió como virtuoso, alocado y divertido fin de fiesta.
El concierto fue algo corto ya que se quedó sobre la hora y cuarto y fue una pena, dado lo que estaba disfrutando el público hasta entonces, aunque reconozco que muchos de esos temas tienen un alto nivel de exigencia física para sus intérpretes. En cuanto a asuntos de índole técnica, el sonido fue perfecto, teniendo en cuenta la cantidad de músicos en escena (a diferencia de lo visto en el concierto de Tchavolo) y la iluminación la justa para apreciar con todo detalle el espectáculo.
.
Y así terminó el Festival Django L’H aunque todavía hubo una fiesta con jam session en el Barcelona Pipa Club —una de las sedes del festival— pero ahí ya no pude ir. Las sensaciones han sido muy buenas: un festival bien organizado con muchos conciertos en diferentes localizaciones, un cartel de lo más interesante y músicos entregados en cuerpo y alma. Y además, lo que diferencia este tipo de propuestas es el grado de diversión de los músicos sobre el escenario. Es habitual ver conciertos con la típica pose de rock star vacilona perdona vidas o sufridora según la canción, lo cual nos puede deparar una interpretación memorable, está claro. Pero que los músicos rían, se hagan gestos cómplices o hablen entre ellos no es habitual y eso es algo que el público agradece.
Lo único malo de todo esto ha sido lo que hemos tardado en asistir al festival, pese a conocer su existencia desde la primera edición. Así que en 2.014 Guitar Xperience estará cubriendo el festival con mucho tiempo de antelación, porque algo así hay que disfrutarlo de principio a fin.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
He asistido a casi todos los conciertos y ha sido fantastico, espero ke llegue pronto el proximo año para volver ha vivir una semana fantastica con dicho festival
Gracias Maruja por el comentario. Me quedé con muchas ganas de ver a Django Castle Trio y a Shine, si tu fuiste espero que los disfrutaras.
Espero asistir el año que viene a todos.