Esta es una de esas noticias en la cual hablar de su autor carece de sentido alguno. Al igual que Camarón de la Isla era la voz del flamenco, Paco de Lucía era la guitarra. No fue el primero en unir la alegría del flamenco a la seriedad del jazz, ni el primero en tener un éxito abismal en USA (Sabicas o su mismo hermano mayor —Ramón de Algeciras— lo habían conseguido mucho antes), pero sí que llevó todo eso al extremo: éxito, giras mundiales, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Doctor Honoris Causa en las Universidades de Cádiz y Berklee, colaboraciones dispares, millones de discos vendidos, complejidad composicional, virtuosismo al más alto nivel…
El pasado 26 de febrero, Paco de Lucía falleció víctima de un infarto estando en la playa con sus hijos, cerca de su casa en México, en la cual solía residir huyendo del propio personaje, para volver a ser simplemente Francisco. El músico —de 66 años de edad— se encontraba jugando un partido de fútbol con sus hijos pequeños cuando comenzó a sentirse mal. Fue trasladado rápidamente a un hospital cercano y nada más sentarse en una camilla falleció según fuentes cercanas a la familia.
¿Qué más se puede decir? La cultura está de luto. 2.013 fue un año negro, en especial por la muerte de Jim Hall (noticia aquí), el máximo icono histórico vivo del estilo. 2.014 se presenta igual o peor con la muerte de de Lucía y al no haber un sucesor claro (al menos el mundo del jazz tiene a Pat Metheny o Pat Martino).
La persona fallece, su legado y su leyenda son eternos. Los que seguimos por este mundo, tenemos que aferrarnos, defender el pasado y la cultura con mayúsculas, la cultura que representaba Paco de Lucía, mientras los Justin Bieber‘s y sus productores de turno prostituyen y denigran la música.
Gracias Paco. Aún sigues entre nosotros.
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