Xperience Live!: Johnny Winter & Band (15/05/2.014)

.

.

    Johnny Winter, leyenda de leyendas, vuelve a visitarnos una vez más (pasadas crónicas aquí y aquí), siguiendo una tradición que en la última década ha supuesto una gira mundial por año y sino me falla la memoria, con esta ya son seis visitas consecutivas a España, algo meritorio teniendo en cuenta el desgaste que ello puede suponer a una persona albina, anciana, casi ciega y con la (autoreconocida) fama de haberse drogado con todo lo que uno pueda imaginarse.

….No obstante, la excusa perfecta para lanzarse a la carretera de nuevo ha sido la celebración de su 70 aniversario; para ello ha contado con la ayuda de sus habituales Paul Nelson a la guitarra rítmica y (cada vez más solista), Scott Spray al bajo y Tony Curiale a la batería y el grupo ha sido renombrado en esta gira con el original nombre de Johnny Winter & Band. La sala principal de Apolo fue la encargada de acogerlos en esta ocasión.
Cabe decir que desde su primera visita a Barcelona en el 74, Winter ha ido variando continuamente de escenario (y también en ocasiones yéndose a los alrededores de Barcelona, como Terrassa o Cerdanyola). Estos cambios de escenario han hecho que lo hayamos visto en salas con capacidad que oscilaba entre las 200 personas hasta varios miles, y resulta muy curioso, que pese a ser un mito viviente, en nuestro país nunca se le ha considerado un bluesman mediático a lo B. B. King o Eric Clapton (éste último más todavía), y sin embargo, el público español y más concretamente el barcelonés jamás le ha dado la espalda. Y en esta ocasión la situación ha sido la misma. Apolo no lució un lleno de esos que te hace sentir como sardinas en lata, pero poco faltó.

.

….Este es el set-list del concierto.

.

    No puedo dejar de destacar el hecho de que Paul Nelson interpretara un solo de guitarra en «It’s all over now», idéntico nota a nota al tocado por Floyd Radford en aquel mítico «Captured live!» del 76, y que nos hizo rememorar por unos momentos aquellos memorables piques entre Radford y Winter en ese no menos memorable álbum en directo.
Y tampoco puedo dejar de mencionar la preciosa guitarra que sacó y que fue toda una novedad: una especie de Les Paul con la parte frontal tallada realizando dibujos en la madera y un cuerpo muy delgado. Lástima que no he conseguido descubrir qué marca la fabricó.

    Y en cuanto a sonido, bastante bueno a excepción de la voz, que estuvo a nivel algo más bajo.

    Fin.

    Y hasta aquí llega la crónica. Teniendo en cuenta los tochos que los colaboradores de esta casa llegamos a escribir, os preguntaréis que por qué. Tranquilos, que aún tengo que desgastarme las yemas en el teclado un poco más, pero esta crónica va a tener más de reflexión que de crónica en sí.

.

    La segunda crónica enlazada al comienzo del artículo, pertenece a la visita de Winter en 2.013. Misma banda, casi exacto set-list (salvo que entonces tocó un tema más) y en el mismo orden; es más, puestos a apurar, el listado fue muy similar al del concierto de 2.011. Así que leyendo ese artículo podéis extrapolar casi lo mismo a este.

   Y si en la visita de 2.013 mencioné lo mucho que me sorprendió el que el albino encarara una selección de canciones tan potente y que tocara con inusitada energía, no puedo decirlo en esta ocasión. Sí que es cierto que la cosa comenzó fuerte, con un «Johnny Be Good» capaz de levantar a un muerto de su tumba seguido del acelerado «Good morning little schoolgirl», pero con «Got my mojo working» empezó a evidenciarse ya no sólo el bajo nivel guitarrístico, sino también la falta de ideas. Esto se confirmó en «Blackjack», un blues lento y muy largo, en el que a Winter se le veía perdido, como sino supiera que notas incorporar a su solo. En temas rápidos, con toda la potencia del grupo a tus espaldas, es posible echar mano de ciertos trucos y salir del paso, pero en un blues lento e intimista como «Blackjack», con un acompañamiento sosegado, en el que la guitarra solista tiene el 200% de atención del público, es imposible disimular. Y a partir de ahí asistimos a un bajón técnico y de capacidad improvisadora (que mejoró puntualmente —todo sea dicho— en cortes como «Jumpin’ Jack flash» o «Gimme shelter»).

    Soy consciente, y es algo que está expresado en las citadas crónicas, que el Winter actual es una sombra de lo que fue. También he mencionado que las drogas, su condición albina y la edad hacen que toque a un 20% del nivel que tuvo antaño (a modo de apunte diferenciador, buscad en YouTube videos actuales de su hermano Edgard con el cual no se lleva demasiados años). Por tanto, no puedo esperar solos de siete minutos con un nivel de virtuosismo que dejaría en pañales a la mayoría de shredders metaleros como en los tiempos del «Captured live!» o el «Live Johnny Winter And» (y no menciono su nivel vocal, que lógicamente ha bajado también bastantes enteros).
Es cierto que la magia sigue intacta, que cuando toca algún momento clave de sus solos sigue poniendo los pelos de punta, que los arreglos que realizó en su día a todos esos clásicos suenan tremendos tocados por esta banda, y que da gusto que alguien en su situación siga manteniendo la ilusión por salir a la carretera, pero aun siendo consciente de sus problemas y sus virtudes, creo que el público merece más, porque al fin y al cabo, es el público el que lo ha encumbrado a su status de culto.

    No puedo aplicar el sinónimo lamentable a su actuación, porque indicaría algo de odio o desprecio y no es así en absoluto. En todo caso diría que el resultado fue triste. Y es que el público no merece ver ya no sólo el patente declive de la estrella, sino el mismo concierto con las mismas canciones una y otra vez, y más teniendo en cuenta que por tratarse de la gira de su septuagésimo cumpleaños era lógico y normal esperar alguna sorpresa.
Recordemos que a finales de 2.011 salió su último disco de estudio (el excelente «Roots», cuya crítica podéis leer aquí) y tan sólo toca en directo dos de los once temas que forman ese trabajo, y que por supuesto son de los que lleva tocando toda su vida. Así que malo si tampoco puede defender en directo sus últimas grabaciones.

    Puede pasar que si el año que viene vuelve y exhibe un subidón de energía como el mostrado en 2.013 me trague mis palabras, pero por otra parte, y a medida que vaya avanzando su séptima década de vida, ¿cuantas posibilidades hay de que esto ocurra de nuevo?

    Tal vez Winter y sus allegados deberían plantearse la retirada de los escenarios y centrarse en trabajar en estudio. El poder realizar las cosas con calma y tranquilidad (sobretodo porque ninguna discográfica va a pedir a gente como él que saque un disco y reviente las listas de ventas cual cantante de pop de moda) lograron que «Roots» fuera un trabajo de lo más reivindicable, y es aquí donde el Texas Tornado aún tiene mucho que decir. En directo ya lo ha dicho todo y no es de recibo asistir una y otra vez a su progresivo declive y ver una y otra vez el mismo concierto… aunque comprendo que los fans —entre los que me incluyo— caigamos una vez más en la trampa y vayamos a verlo todas las veces que venga.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
VIDEOS: Usuario de YouTube ale60bcn

Etiquetado como: blues, johnny winter, Johnny Winter & Band, Paul Nelson, rock, Scott Spray, Tony Curiale