Ni aún con la presencia de grandes nombres como Jethro Tull, Anathema o Devin Townsend Project, se pudo evitar que la asistencia de público fuese menor que en el segundo día de la pasada edición.
Jethro Tull dieron toda una lección de calidad y clasicismo en un extraordinario concierto de larga duración, pese al bajo nivel de forma vocal de Ian Anderson.
En cuanto a guitarristas, la atención del festival estaba fijada en Animals as Leaders, pero nuestros Jardín de la Croix dieron todo un recital de calidad y técnica que no quedó a demasiada distancia de lo mostrado por la banda de Tosin Abasi.
.
.
Introducción
.
Segundo día que nos dirigimos al recinto del Poble Espanyol. Tal y como comentamos en la crónica del primer día —enlace aquí—, se notó una bajada de asistentes respecto a la primera parte del festival y también respecto al segundo día de la edición de 2.016. Los motivos pueden ser el haber separado a los dos cabezas de cartel y que tocaran uno por día (lo más lógico por otra parte), que tanto Anathema como Devin Townsend Project ya han actuado en este festival e incluso, ésta última banda ya vino a principios de año, y por supuesto, la coincidencia en fechas con el Rock Fest BCN, que en ese día contaba con la actuación de dos pesos pesados históricos como Deep Purple y Alice Cooper.
En cualquier caso, íbamos con la mente abierta a disfrutar lo más posible, y más teniendo en cuenta que el clima acompañó muy bien, con una notable disminución de la temperatura y alguna que otra agradecida nube.
.
Jardín de la Croix
.
A nuestros compatriotas Jardín de la Croix los descubrimos al preparar la «Guía de supervivencia guitarrística para el Download Madrid» —enlace aquí— y nos volaron la cabeza: propuesta 100% instrumental, rock progresivo del complicado, jazz fusión más complicado todavía, desarrollo en ocasiones a lo post rock, algún toque moderno de math metal y tapping, mucho tapping; aunque como descubririamos durante el concierto, no fue mucho tapping, ¡fueron toneladas de tapping!
Así que allí estábamos casi en primera fila, dispuestos a disfrutar de las evoluciones de Israel Arias —batería—, Carlos Schonert —bajo— y de la pareja de guitarristas, Ander Carballo y Pablo Rodríguez. ¡Y vaya si lo hicimos!
Tocando temas de su último álbum, «Circadia», así como de otros de sus trabajos anteriores, estos jardineros del progresivo lograron dos cosas bien difíciles: que a nivel de guitarreo, no hubieran excesivas diferencias con Animals as Leaders y que la organización del BP!MF se arrepintiera —o eso espero— de no incorporar a más bandas nacionales, habida cuenta del nivel que también tenemos aquí, ya que Jardín de la Croix fue la única banda española del festival (el año pasado tocaron dos, que tampoco es que sea un cifra muy destacable).
Excelente comienzo en este segundo día y una demostración bien clara de que ¡¡NUNCA ES DEMASIADO TAPPING!!
.
.
Devin Townsend Project
.
Una de las figuras metaleras/progresivas más queridas por el público retornaba a esta ciudad y a este festival. Además lo hacía con un repertorio diferente al mostrado en su reciente visita a España; en esta ocasión iba a interpretar al completo su álbum «Ocean Machine: Biomech» con motivo de su vigésimo aniversario.
Todo sea dicho, no es que sea uno de sus mejores trabajos, pero sí el que tiene mayor cantidad de hits como el maravilloso «Life» o el intenso «Funeral»; siempre teniendo en cuenta que el canadiense no es un músico mainstream superventas.
Ya conocíamos el hecho de que Townsend es un tipo divertido y un tanto loco y excéntrico, pero lo que vimos en el accidentado comienzo del concierto nos mostró que además es uno de los mejores monologuistas que puedas ver —siempre que entiendas el inglés—. Nada más comenzar hubo un problema en la petaca de su sistema de auriculares inalámbricos —él no usa monitores— por lo que por espacio de un par de minutos, se disculpó de manera divertida, le intentaron arreglar el problema y al final se lo cambiaron. Entonces el problema vino cuando el ordenador del teclista Mike St-Jean quiso tomarse un descanso en el peor de los momentos. Townsend, tomándoselo con humor (o disimulando el enfado muy bien) comenzó a hacer chistes, a contar anécdotas de su carrera, a tocar riffs de temas clásicos del heavy metal o hablar de cómo se inició en el shred tras su etapa con Steve Vai (demostrando que no ha perdido el toque al marcarse una secuencia de sweep picking tremenda), además de intentar distraernos en diversos momentos para que no viéramos cómo se acercaba al teclista para ver como estaba el tema.
Antes de seguir con la crónica, mejor os dejamos con tan histórico momento:
.
Tras esos quince minutos de retraso comenzó el repaso íntegro y en orden a «Ocean Machine: Biomech». En esta ocasión el sonido fue mucho mejor que en su anterior visita al BP!MF, en el que su voz estuvo prácticamente desaparecida. Devin se mostró relajado e inspirado, imprimiendo la potencia necesaria en ciertos pasajes, y en otros mostrándose intimista y emotivo, y siempre secundado por una banda en exceso estática y poco comunicativa pero que tocaba a la perfección, y el público coreó casi todos los temas en comunión con el vocalista.
El concierto culminó con la tremenda «Thing beyond things». Y ojo, con sorpresa incluida, puesto que también soltó el inhumano berrido que aparece en el disco. Y no sólo eso, sino que clavó exactamente los segundos de silencio que hay entre el final de la canción y el comienzo del chillido.
Tras esto, la banda se despidió rápidamente. Según alguna entrevista posterior, el set-list iba a incluir algunos temas de otros discos a modo de bonus tracks, pero el retraso impidió tocarlos. Es más, el chillido final de «Thing beyond things» coincidió casi al segundo con el final de su tiempo disponible en el festival.
Alucinante, no sólo estamos ante un genio de la música, sino que también lo es del humor.
.
.
Anathema
,
Ganas tenía de ver de nuevo a los británicos. En mi juventud fui muy fan de su etapa doom, pero después les perdí la pista. Volví a encontrármelos en el Sonisphere de 2.010 realizado en Getafe, pero pese a que realizaron un buen concierto, la desastrosa organización de aquel festival dio al traste con el disfrute de casi todas las bandas del cartel. En la primera edición del BP!MF los ví por segunda vez y en condiciones, y si bien su mezcla de rock alternativo, rock progresivo y post rock, era interesante, ciertas canciones que incorporaban el molesto concepto del «bucle eterno» asociado al post rock lograron que me aburriera por momentos.
Sin embargo, después de ese primer BP!MF «hice los deberes» y me puse al día con su discografía, descubriendo auténticos temazos; por lo que con la mente abierta, tenía una gran expectación por verlos una vez más.
Si bien el concierto durante los dos o primeros temas sufrió de ciertos problemas de sonido, el grupo también comenzó algo frío y distante. Algo raro a tenor de las veces que han venido a esta ciudad y la legión de fans que poseen. Por otra parte, a mi entender también tuvieron el mismo error de planteamiento que Marillion el día anterior, y fue centrar una buena parte del concierto en la promoción de su más reciente trabajo, «The optimist», en vez de confeccionar un set-list más festivalero, y más teniendo en cuenta que para entonces ya debía de estar pactada su nueva visita a Madrid y Barcelona en octubre —fechas que fueron anunciadas muy poco después de la realización de este festival por la misma promotora— y tendrán dos horas de tiempo para explayarse del todo con este trabajo.
También otro error de planteamiento es que «The optimist» es de alguna manera el trabajo más new age y relajado que hemos podido escucharles en años y tras asistir a la potencia y capacidad de entretenimiento de Devin Towsend Project, su concierto quedó deslucido, flojo y con falta de fuerza en algún momento, como también lo estaría durante gran parte Daniel Cavanagh, que tuvo algunas desafinaciones en los coros de clásicos como «Closer» y se le vio ausente y poco comunicativo.
No obstante, soy uno de los fans de «The optimist», y aunque es evidente que se trata de un disco cuya traslación al directo debe hacerse en un entorno cerrado e íntimo, me parece que contiene melodías preciosas y en el que los maravillosos aportes a los coros o como voz principal de Lee Douglas fueron sin duda lo mejor del concierto y lo que hace que su recuerdo se decante del lado positivo. La vocalista ha ido creciendo a lo largo de los años en importancia dentro del seno del grupo y durante este concierto reafirmó su valía hasta el punto de que a estas alturas, podría acceder al puesto de frontwoman sin que la música de Anathema se resintiese.
.
.
Jethro Tull
,
El final de este festival se acercaba inexorablemente, pero aún tendríamos la oportunidad de ver al segundo cabeza de cartel. Un cabeza de cartel que proporcionaría a nuestros oyentes los sonidos más clásicos, no en vano se trata de una de las bandas pioneras del rock progresivo, habiendo iniciado su andadura a mitades de los 60.
Ian Anderson, que acaba de cumplir los 70 años, se enfundaba una vez más la camiseta de Jethro Tull y venía a España con esta denominación. En verdad, da igual el nombre que se ponga, si Jethro Tull, Ian Anderson’s Tull o Jethro’s Anderson, lo cierto es que aunque pueda sorprender a algunos, Jethro Tull como grupo nunca han existido, siendo en verdad el proyecto de Anderson en solitario bajo esa denominación, puesto que el baile de músicos —a excepción de Martin Barre, quien le ha acompañado desde 1.969— ha sido constante, encargándose él mismo casi siempre de los aspectos compositivos.
Pero disquisiciones al margen, estamos ante uno de los pioneros indiscutibles del rock folk progresivo y había que verlos sí o sí.
El veterano músico, a diferencia de otras bandas, sí tenía claro dónde estaba, por lo que realizó un impecable concierto plagado de hits y si obviamos su escaso rendimiento vocal, sorprendió por su enorme vitalidad.
Honestamente, Anderson jamás ha destacado por ser un buen cantante, pero su nivel como flautista y guitarrista acústico y su carisma escénico siguen intactos, por lo que hizo disfrutar a sus fans y sorprendió agradablemente a los que como yo, nunca lo habíamos visto en directo.
Volviendo al set-list, como he dicho, fue muy festivalero, tirando de clásicos atemporales maravillosos como «Living in the past», «Thick as a brick», «Aqualung», «Locomotive breath», «Nothing is easy» o las espectaculares revisiones de «Bourrée» y «Tocata y Fuga en Re Menor», ambas de J.S. Bach.
Pese a lo dicho sobre si Jethro Tull en verdad es una banda de verdad o no, y añadiendo el hecho de no tener la presencia del guitarrista Martin Barre, lo cierto es que estos Jethro Tull versión 2.017 sonaron compactos, compenetrados, dándolo todo y con un sonido y una coreografía de luces perfectos, que enfatizaron la gran calidad de la música.
Además del líder, quien destacó sobremanera fue el alemán Florian Opahle y logró que nos olvidaramos de Barre. Armado con una Gibson Les Paul, mostró un estilo de blues rock muy intenso, cercano al heavy metal, enorme expresividad y ganas de agradar al público, robándole protagonismo a Anderson en muchas ocasiones a lo largo del concierto.
Zakk Wylde ya tiene un heredero.
Extraordinario concierto de dos horas de duración con unos músicos pletóricos en el que se demostró que los clásicos de Jethro Tull, pese a haber sido compuestos algunos de ellos hace casi cinco décadas, siguen sonando majestuosos.
.
.
Leprous
.
El BP!MF ponía un broche de lujo con la actuación de Leprous, formación que ya actuó en una anterior edición y la cual teníamos muchas ganas de ver. Como era de esperar, hubo espantada general, aunque menor que la noche anterior para el concierto de Ulver; sin duda, el cierre de festival más exitoso de todas sus ediciones.
Desde Noruega, Leprous salieron con ganas y con un público deseoso de verlos, no en vano, el set-list que iban a interpretar había sido confeccionado por los mismos fans a través de las redes sociales del grupo.
Estos chicos estrenaban guitarrista, Robin Ognedal, a quien ya vimos acompañando a Ihsahn en este mismo festival hace dos años.
«The valley» dio el pistoletazo de salida a una ecléctica propuesta que puede colar tanto en un festival de heavy metal, de rock progresivo, e incluso de indie rock al estilo de un Primavera Sound. Su hit «Forced entry» fue el segundo tema en sonar y para ese entonces el público ya se encontraba de lo más entusiasmado.
«MB. Indifferentia», «The flood», «Slave» y «From the flame» también fueron otros temas muy aplaudidos.
Cabe decir que la relación entre Leprous e Ihsahn es más estrecha de lo que pensábamos. Así como el mencionado Ognedal acompañó hace años a Ihsahn, éste, con su banda Emperor, había actuado tan sólo cuatro horas antes en el Rock Fest BCN. ¿Y quien era el teclista y corista en ese concierto de Emperor? Pues ni más ni menos que Einar Solberg, cantante y líder de Leprous —y ya de paso, ambos son cuñados—. Así que como sucedió el día anterior, grupos de asistentes del Rock Fest BCN se desplazaron velozmente al Poble Espanyol para ver a Leprous.
Solberg estuvo muy buen, liderando con carisma al grupo, pero es cierto que quizás debido a la cercanía del anterior concierto y un más que posible cansancio no estuvo del todo fino, con algunas desafinaciones en los agudos y dificultad para los guturales; pero no obstante, fueron ciertos momentos puntuales que carecen de importancia al ver cómo defendían en directo el repertorio el resto de músicos.
En cualquier caso, fue un placer verlos en el escenario grande, ya que en la anterior ocasión lo hicieron en lo que ahora es la zona de merchandising, con bastantes problemas de visibilidad. En esta ocasión tuvieron un escenario a la altura de un grupo que tarde o temprano acabará siendo cabeza de cartel de un importante festival y que es la perfecta representación del mejor rock y metal progresivo moderno.
.
.
Conclusiones
.
Si leísteis la crónica del primer día, realmente ya dejaba varias conclusiones en los comentarios que hacía respecto a ciertos aspectos: un precio muy caro para la cantidad de grupos que iban a actuar respecto a otros festivales, que con diez bandas se podría valorar la posibilidad de hacerse todo en un único día, cercanía o coincidencia total con el Rock Fest BCN o la peligrosa tendencia que está teniendo este festival de repetir bandas (lo de Anathema ya empieza a cansar y confiamos en que Opeth no vuelvan a ser cabezas de cartel el próximo año).
Todo ello son factores que pueden acabar pasando factura al festival que organiza Madness Live! Productions. Y hay que tener en cuenta que una buena cantidad de asistentes (podríamos hablar de un 50% en este año) son extranjeros, y añadido al coste del viaje y la estancia, no debe ser agradable asistir a un festival que ha subido tanto el precio y que repite nombres año tras año.
Sin embargo, también es cierto que la sensación de hermandad que se ha conseguido en el BP!MF no puede conseguirse en un macrofestival. Los que llevamos asistiendo a todas las ediciones ya comenzamos a ver caras conocidas, cuando no recibir saludos de asistentes de otros años, y esto es una sensación muy bonita que se acrecienta con la comodidad que aporta el Poble Espanyol respecto a otros recintos.
Además, este año se ha rallado la excelencia en cuanto a asuntos de sonido e iluminación, habiendo muy pocas quejas al respecto y el nivel exhibido por casi todas las bandas ha sido muy alto, incluyendo a unos Jethro Tull liderados por un anciano Ian Anderson que estuvo tremendo, por lo que pese a los peros, que son muy serios y deben ser tenidos en cuenta, esta nueva edición ha vuelto a dejarnos un buen sabor de boca y ya esperamos con ganas la próxima edición.
.
.
TEXTO Y FOTOS: Albert Sanz
Deja una respuesta