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FICHA
- Artista: Northward
- Sello: Nuclear Blast Records
- Año: 2.018
- Estilo: Heavy metal, metal sinfónico, hard rock
CALIFICACIÓN
CALIFICACIÓN TÉCNICA
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Nivel de técnica: 8/10
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Velocidad: 8/10
- Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 8/10
- Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
- Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 9/10
- Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7/10
- PUNTUACIÓN: 8,3/10
CALIFICACIÓN MUSICAL
- Calidad musical: 9/10
- Nivel de feeling: 9/10
- Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
- Ganas de hacer “headbanging”: 10/10
- PUNTUACIÓN: 9,5/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,9/10
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INTRODUCCIÓN
En esta noticia de 2.017 nos hacíamos eco de la creación de un nuevo supergrupo metalero, o más bien, un superdúo metalero formado por la ex Nightwish, Anette Olzon, y el ex Sonata Artica, Jari Liimatainen. La crítica al álbum que surgió de aquella unión la podéis leer en este artículo.
Esta introducción viene a colación porque el proyecto de Olzon y Liimatainen es curiosamente similar en su aparición ante los medios y similar en su concepción. Y es que tal y como explicamos en esta otra noticia, publicada con pocos meses de diferencia, comentamos el nacimiento de otro superdúo metalero de cantante y guitarrista, el formado por Floor Jansen y Jørn Viggo Lofstad, siendo aquella además, la actual cantante de Nightwish, tal y como lo fue Olzon en su momento.
Una de las reinas actuales del metal gótico y sinfónico unía fuerzas al virtuoso y original guitarrista de Pagan’s Mind, para dar forma a un proyecto musical que llevaba desde 2.007 rondando por sus cabezas, pero que no acababa de materializarse.
Quizás debido al nombre más importante que ahora tienen ambos que por aquel entonces, la potente discográfica Nuclear Blast Records decidió producir las ideas musicales de estos dos talentos. La banda acabó de formarse con el bajista Morty Black —TNT—, los bateristas Jango Nilsen y Stian Kristoffersen —Pagan’s Mind—, el teclista Ronny Tegner —Pagan’s Mind— y la propia hermana de Floor, Irene Jansen —Ayreon— a los coros.
El álbum fue producido por el veterano Jacob Jansen, quien ha trabajado con bandas del calibre de Amaranthe, Primal Fear, Pretty Maids y Volbeat.
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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES
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1.- While love died. Comenzamos con el que fue el primer single de presentación del disco. Un vibrante y dinámico hard rock con toques de heavy en el cual es un placer escuchar a Floor salirse de su zona de confort habitual y mantener su técnica y expresividad intactas.
También sorprende escuchar la mezcla del álbum. Al menos en esta canción tenemos potencia pero también nitidez, pudiendo escuchar a la perfección todos los matices de batería y de un Morty Black especialmente juguetón con el bajo.
Y por supuesto, también tenemos un genial solo de Jørn, con gran cantidad de whammy y de creatividad, y que gustará a los fans de Pagan’s Mind.
Imposible mejorar la manera de comenzar este trabajo
2.- Get what you give. El sonido se endurece con este tema, heavy y oscuro, pese a tener buenas melodías en los estribillos. Irene Jansen dobla algunas voces y la influencia de Nightwish planea sobre toda la canción, aunque no es tan evidente como en el disco de The Dark Element mencionado al comienzo de este artículo.
Muy interesante (y descolocante) el interludio acústico con solo de guitarra incluido.
Épica e intensa serían las palabras correctas para definir a esta canción.
3.- Storm in a glass. Pasamos ahora al interesante segundo single del disco. Composición megacomercial con mucho toque pop y que podría petarlo en cualquier emisora de radio mainstream si éstas apostaran por la creatividad, claro.
A nivel de mezcla me encanta el sonido de la batería (¡qué bonita la reverb de la caja!) y también hay que destacar las dos voces cerca del final de las hermanas Jansen.
Si bien puede ser una canción que no guste por su toque de pop rock tan comercial, calidad no le falta.
4.- Drifting islands. Pasamos ahora al que es, de momento, el corte más agresivo del disco, en el que Floor y Jansen comparten micrófono y protagonismo. Aunque uno de los protagonistas sin duda es Black, con un bajo de lo más creativo, que pasa desde el rock al metal y al punk en la misma canción.
Resulta bastante chocante que si bien la canción contiene partes vocales melódicas, el estribillo en cambio sea de lo más agresivo y contundente, con las dos hermanas armonizándose a la perfección.
5.- Paragon. Primer medio tempo del disco. Melancólico, oscuro, misterioso y con cierta (pero no muy evidente) influencia de Nightwish.
Lofstad se luce creando diferentes ambientes con sus guitarras, tanto acústicos como eléctricos, acompañados por una batería de lo más expresiva.
6.- Let me out. Llegados al ecuador del disco, nos encontramos con un tema de lo más heavy y acelerado. En su contra tiene el parecerse en exceso «While love died» con el que se iniciaba este trabajo, pero el buen hacer de todos los músicos, los contrastes entre contundencia metalera y estribillos melódicos y un tremendo solo de guitarra, con toneladas de tapping monofónico, te obligarán a hacer headbanging sin parar.
7.- Big boy. Curioso inicio, ya que el metalero riff de guitarra recuerda al del clásico «Thunder Kiss ’65» de White Zombie, aunque pasados unos compases comienzan a aparecer ciertas diferencias.
Composición que oscila entre el metal alternativo moderno y progresivo y que sin duda gustará a fans de bandas como Alter Bridge, y en la que encontramos al mejor Jørn Lofstad de todo el álbum.
8.- Timebomb. Ocho canciones y aún no nos han presentado una balada. Esta sería lo más aproximado a ello, ya que contiene melodía vocal, coros angelicales, guitarra acústica y un hermoso piano, pero también una brutal intro con una guitarra que alterna palm mutings y armónicos pinchados, por lo que imaginad que en cualquier momento la cosa cambiará de repente.
Y en efecto, así es, aunque el pseudo power metal de los estribillos tampoco acaba siendo tan agresivo como la intro hacía suponer.
Muy buena la sección instumental del solo de guitarra, con cambio a medio tempo y un bajo y batería que arropan a la perfección a la guitarra.
9.- Bridle passion. Y ahora sí que llega la balada oficial del disco. Guitarras acústicas, Floor dándolo todo en modo «voy a cantar de forma tan delicada que vas a llorar» y melodía con toque celta.
Muy bonito todo.
10.- I need. Como si de una versión hiperacelerada de AC/DC se tratara, el grupo nos presenta el penúltimo tema del álbum.
Hard rock contundente, guitarras afiladas, batería demoledora y una Jansen cantando de forma agresiva, en una canción que podría haber sido un fin de fiesta perfecto para este trabajo.
11.- Northwards. El debut de la banda se cierra con la canción más larga de todas. Más de siete minutos de medio tempo melódico oscuro, buenos aportes de Irene Jansen a los coros, toques acústicos, guitarras intensas, un bajo de lo más expresivo y bastante influencia de Nightwish.
Extraordinaria creación, y aunque habría sido preferible un cierre más movido, como la de la anterior canción, no es menos cierto que es una excelente muestra del talento compositivo del dúo.
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CONCLUSIÓN
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Francamente, imaginaba que me iba a encontrar con un gran disco, pero no tanto. Además, y contra todo pronóstico, he escuchado a una banda unida y no al dúo fundador. Morty Black hace un extraordinario trabajo a lo largo de las once canciones (y la mezcla permite que lo escuchemos a la perfección), mientras que los bateristas Jango Nilsen y Stian Kristoffersen suenan como si fueran uno sólo, siendo difícil diferenciarlos.
En cuanto al dúo Jansen–Lofstad, es obvio que se aprecian sus estilos individuales, pero trabajando en todo momento por la música y no por el lucimiento; algo que es más notable en el caso del guitarrista, que ha limitado sus intervenciones solistas si lo comparamos con su banda, Pagan’s Mind.
Y en cuanto a las bandas de origen de cada uno, pues es cierto que algo hay de Nightwish y de Pagan’s Mind, pero sorprende lo poco que hay si lo comparamos con el disco del que hablaba al principio, el debut de The Dark Element, mucho más influenciado por la célebre banda sinfónica.
En definitiva, maravilloso trabajo y de lo mejor aparecido en materia de hard rock y heavy metal durante el pasado año, y la confirmación de que tanto Floor Jansen como Jørn Lofstad son de los mejores músicos en su campo que existen en la actualidad.
Ojalá Northward tenga continuidad (difícil, teniendo en cuenta los continuos compromisos del dúo con sus respectivas bandas), pero eso sí, con estos músicos de apoyo y los mismos técnicos de grabación y mezcla, ya que no sólo estamos ante un gran disco en lo musical, sino ante una producción que huye de la temida «loudness war» y que nos permite disfrutar de un sonido potente pero nítido.
Este disco tiene un año de vida. Si no lo has escuchado aún, ya estás tardando en hacerlo.
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TEXTO: Albert Sanz
FOTOS: RRS de la banda
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