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FICHA
- Artista: Sons of Apollo
- Sello: Inside Out / Sony Music
- Año: 2.020
- Estilo: Rock alternativo, rock progresivo, metal progresivo, metal alternativo, hard rock, shred
CALIFICACIÓN
CALIFICACIÓN TÉCNICA
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Nivel de técnica: 9,5/10
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Velocidad: 9/10
- Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 10/10
- Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
- Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 9/10
- Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7/10
- PUNTUACIÓN: 9,1/10
CALIFICACIÓN MUSICAL
- Calidad musical: 8,5/10
- Nivel de feeling: 8/10
- Posibilidad de escucharlo de un tirón: 8/10
- Ganas de hacer “headbanging”: 10/10
- PUNTUACIÓN: 8,6/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,85/10
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INTRODUCCIÓN
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Uno de nuestros supergrupos favoritos está de vuelta con novedad discográfica, y aprovechando su inminente segunda visita a España, es el momento de pegar un repaso a su más reciente trabajo de estudio; pero por si no habéis escuchado nada de ellos, aquí va el link a la crítica de su álbum debut, «Psychotic symphony”, y aquí a la del directo, «MMXVIII», grabado junto a la orquesta The Plovdiv Psychotic Symphony.
Los fundadores de la banda y ex compañeros en Dream Theater, Derek Sherinian —teclados— y Mike Portnoy —batería y coros—, vuelven a unir fuerzas con Billy Sheehan —bajista y coros—, Jeff Scott Soto —voz— y Ron «Bumblefoot» Thal —guitarra y coros— para entregarnos una nueva dosis de metal progresivo aderezada con elementos de hard rock, metal alternativo, power metal y unas gotitas de jazz, siempre, eso sí, tocada a un nivel de complejidad y virtuosismo como pocas veces se ha podido escuchar en los últimos años. Y es que Sons of Apollo no son considerados un supergrupo por el hecho de que todos sus componentes sean famosos, sino porque son de lo más virtuosos a la hora de tocar sus respectivos instrumentos.
Al igual que en las dos ocasiones anteriores, este «MMXX» aparece bajo el sello Inside Out —división de Sony Music orientada a todo tipo de proyectos de corte progresivos—, y ha sido producido por The Del Fuvio Brothers, que es la forma divertida que tienen de referirse a sí mismos el dúo Sherinian–Portnoy, aunque el resto de músicos aparecen acreditados también como compositores y lo más que probable es que también hayan realizado tareas de coproducción.
Este trabajo ha aparecido en dos versiones, la normal que analizaremos hoy y una versión especial que incluye un segundo disco con todos los temas en formato instrumental más unos extractos de voces y coros a capella. Además, ambas versiones se han editado tanto en CD como en vinilo de 180 gr.
Tan sólo ocho cortes forman el álbum, pero los que gustéis de delirios progresivos largos a la antigua usanza, no tenéis nada que temer: las duraciones de las canciones oscilan entre 4:44 la más breve a 15:50 la más larga, que además es la última de todas, para terminar a lo grande, siendo la media de unos siete minutos por canción, tiempo más que suficiente para desarrollar ideas complejas, mucha creatividad e incorporar toneladas de solos.
Comprobemos si encontramos todo esto en «MMXX».
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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES
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1.- Goodbye divinity. Comenzamos con el single que ya tuvimos oportunidad de escuchar hace unas semanas. Muy similar en concepto al «Coming home» de su disco debut, en el cual, de cara a atraer más público, tenemos una buena dosis de metal alternativo, hard rock e incluso algo de stone rock (culpable de esto último es el grueso sonido del bajo de Sheehan) en detrimento de la parte progresiva.
Excelente inicio de álbum en el que confluyen todas las virtudes y características definitorias de este grupo.
2.- Wither to black. Portnoy da inicio a la canción con un riff muy potente de batería y rápidamente se une Soto con su particular mezcla de heavy metal y hard rock que tantas veces hemos escuchado en su carrera en solitario.
Estamos ante una composición muy oscura y contundente, perfecta para ser llevada al directo, en la que todos los músicos tienen oportunidad de lucirse, ya sea en solos como de forma rítmica, pero que quizás no será del gusto de los acérrimos al progresivo complejo.
En cuanto a solos, Sherinian y Thal realizan un interesante intercambio, siendo el del guitarrista muy experimental y paranoico.
3.- Asphyxiation. Sherinian y Thal interpretan un riff simultáneo inicial, al cual se une enseguida Portnoy, y que ya indica que por fin el metal progresivo va a hacer acto de presencia en el álbum.
A destacar la afinación ultragrave de la guitarra así como el riff principal, que recuerda inevitablemente a Dream Theater y Symphony X.
4.- Desolate july. Sherinian toma el protagonismo inicial con una bonita intro de piano, a la que se incorpora un Soto en modo melódico (apoyado de forma excelente por Portnoy a los coros), antes de dar paso a un hard rock melódico y comercial… comercial dentro de lo comercial que puede ser una banda así.
Thal aparece más calmado, con unas intervenciones solistas rockeras, a lo Zakk Wylde, dejando de lado los sonidos más locos escuchados en las anteriores canciones.
La letra, por cierto, es de lo más dramática y está dedicada, como deja claro el videoclip, a la memoria de David Z, ex compañero de Jeff Scott Soto.
5.- King of delusion. Llegamos al ecuador del disco, comenzando con una intro misteriosa y cinematográfica, a lo película de suspense antigua, con un genial piano de Sherinian. Después pasamos a un medio tempo bien progresivo y oscuro. Todos los clichés del género aparecen en esta composición, pero al estar tan bien interpretada, hace que se escuche con agrado durante sus más de ocho minutos de duración.
El aire misterioso y cinematográfico no lo pierde en ningún momento, siendo Sherinian y Soto los que se encargan de que sea así, pero Thal también aporta lo suyo con unas intervenciones guitarrísticas de lo más interesantes.
6.- Fall to ascend. El grupo se pone en modo agresivo con la canción más contundente del disco. Aún así hay un curioso contraste entre unas partes cantadas más melódicas y el estribillo. En cualquier caso, si bien SOA tienen un sonido propio, es normal que a veces aparezca el espíritu de Dream Theater, y este caso estamos ante la canción con mayor influencia de la célebre banda.
En general, todo el grupo se contagia de ese aire agresivo, incluso un normalmente melódico Jeff Scott Soto.
Para amantes de los solos, no os podéis perder el épico duelo que da comienzo en el 2:56 entre Bumblefoot y Sherinian, así como toda la sección instrumental que viene a continuación. ¡Epico!
7.- Resurrection day. Varias capas de guitarra jugando a acoplarse dan paso al riff más pegadizo del disco. Con tintes orientales y progresivos, puede recordar a Myrath u Orphaned Land. Excelente Sheehan complementando con su grueso sonido a la guitarra así como el colchón de sintetizador de Sherinian.
La sección del solo también satisfará a amantes de la técnica, puesto que Sheehan se une a la fiesta haciendo duelos junto a Sherinian y Thal.
No será la mejor composición del disco, pero sin duda es la que tiene el groove más pegadizo de todas y la que provocará más cantidad de headbanging en sus conciertos.
Si el grupo saca un tercer single, está cantado que será este.
8.- New world today. Llegamos al final de este trabajo con la canción más larga de todas. Casi dieciséis minutos que se inician con un solo de guitarra sobre unos acordes de sintetizador muy a lo Pink Floyd. Tras esta parte inicial, el grupo entra en modo instrumental y muy heavy hasta que se incorpora el vocalista. A destacar en esta parte el purpleriano Hammond del teclista.
Por la mitad tenemos un sorprendente cambio, al acelerarse la música y entrar en terrenos de thrash metal. Sin embargo, más sorprendente aún es la conjunción de guitarra y bajo en esa sección, dejando respirar a la composición y sin que haya saturación auditiva.
Tras esta, tenemos otra larga sección instrumental, muy progresiva, con abundancia de solos de bajo, guitarra, teclados y una más que evidente complejidad, con un Portnoy sencillamente sensacional, aportando unos cimientos sólidos pero en constante movimiento.
Esta sección instrumental tiene una segunda parte más tranquila, con Sherinian llevando buena parte del protagonismo, hasta el final, en que vuelve a entrar Soto.
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CONCLUSIÓN
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Tremendo este disco. No puedo decir que sea mejor que su antecesor, pero si te gustó aquel, sin duda disfrutarás de este. El grupo ha terminado por definir su sonido, no siendo siempre totalmente progresivo y sí tirando de metal alternativo y hard rock. En este sentido, las influencias del trabajo previo en solitario de Soto o de Sherinian en Black Country Communion son notables y ello va en detrimento de la parte progresiva. Sin embargo, los amantes de la complejidad quedarán bien satisfechos en temas como «Asphyxiation», «Resurrection day» o «New world today«.
También se agradece que en los temas más progresivos no esté muy presente el fantasma de Dream Theater y creo que parte de culpa de esto la tienen Soto, por su melódica y hardrockera forma de cantar y Sheehan, con su sonido tan grueso y contundente, aportando un estilo de tocar y componer líneas de bajo que está muy presente en la mezcla a la par que no tiene nada que ver con el trabajo realizado por John Myung en la célebre banda norteamericana.
En cuanto a temas técnicos, poco puede hablarse que no se haya hablado ya. Quizás choque el hecho de que pese a contar con largas secciones instrumentales en varios de los cortes, en contrapartida no tenemos solos largos, ni de guitarra ni de teclado. Aunque eso no significa una merma en la exhibición de virtuosismo que hacen estos músicos en todas las canciones.
Y sobre grabación y mezcla, pues igual que el anterior: excelente, contundente pero huyendo de la temible loudness war.
Poco más podemos decir de esta banda y de este disco, salvo que sino lo has escuchado, no tardes en hacerlo y, por supuesto, emplazaros a la próxima gira que realizará la banda por nuestro país, cortesía de Madness Live! Productions.
Fechas, ciudades y salas en el siguiente cartel y venta de entradas en este enlace.
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TEXTO: Albert Sanz
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