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Crítica: Vai/Gash «Steve Vai presents: Vai/Gash»

Vai-Gash CD cover

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FICHA

  • Artista: Steve Vai
  • Sello: Favored Nations / Mascot Label Group
  • Año: 2.023
  • Estilo: Hard rock, A.O.R., heavy metal

CALIFICACIÓN

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CALIFICACIÓN TÉCNICA
  • Nivel de técnica: 7/10
  • Velocidad: 7/10
  • Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 6/10
  • Nivel resto de músicos: 7/10
  • Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
  • Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 7/10
  • Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7,5/10

PUNTUACIÓN: 8,6/10

CALIFICACIÓN MUSICAL
  • Calidad musical: 6,5/10
  • Nivel de feeling: 7/10
  • Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
  • Ganas de hacer “headbanging”: 8/10
PUNTUACIÓN: 7,9/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,2/10

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INTRODUCCIÓN

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    Este 2.023, tras el éxito de ventas y de crítica de «Inviolate»—link a nuestra crítica aquí—, Steve Vai lanzó al mercado sin previo aviso un single de presentación de su nuevo trabajo. Y como siempre pasa con él, ha sido lo suficientemente hábil como para saber provocar una amplia repercusión entre su fandom y el público rockero/metalero no necesariamente aficionado al shred y la pirotecnia instrumental. O sea, en el caso de «Inviolate», supo generar expectación durante la cuarentena y meses posteriores presentando en su canal de YouTube adelantos del mismo, y en esta ocasión lo ha conseguido manteniendo el secreto hasta el último momento. Aunque tampoco eso ha sido el motivo exclusivo para tanto revuelo, sino dos características MUY diferenciadoras en lo que ha sido hasta ahora la carrera de Vai: se trata de un disco de puro hard rock y A.O.R., géneros en las antípodas de su estilo habitual (de hecho, en el primer single que presentó, no había nada que le recordase), y que estamos ante una colección de canciones compuestas, grabadas y guardadas en un cajón desde hacía la friolera de treinta años. Y todo ello sin que nadie más allá de su entorno más cercano lo supiera.

    El caso es que otro de los méritos de Steve Vai es el de haber dosificado muy bien la información en todo lo referente a su vida personal, así que salvo que es vegetariano y apicultor y le va la espiritualidad, poco más ha trascendido de su privacidad, hasta ahora, en que hemos descubierto que tuvo una etapa como motero a comienzos de la década de los 90.
Sí, nuestro ídolo de la guitarra tuvo su época de Harley Davidson, chupa de cuero y la melena mecida por el viento recorriendo la costa californiana con la playa a un lado en pos de la puesta de sol. Lo explico así en plan bucólico porque no me imagino, la verdad, a alguien como él de motero malote, bebiendo cerveza como si no hubiera un mañana en sórdidos tugurios de carretera para acabar en una sonora pelea, y después traficar con drogas y armas a lo «Sons of Anarchy».

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Steve Vai on bike

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Steve Vai & Johnny Gash Sombrotto 02    El caso es que, en esa época y en ese ambiente motero, conoció a un tal Johnny «Gash» Sombrotto, su mentor y guía espiritual en ese mundillo. Un tipo que llamaba la atención por las numerosas heridas que tuvo a los 21 años, tras un aparatoso accidente —parte de las secuelas pueden apreciarse en la portada del álbum—. De algún modo, Gash acabaría sabiendo que Vai era músico profesional y Vai que Gash había hecho algún pinito ocasional como cantante, así que a modo de juego, quedarían un día para hacer alguna jam y grabar algo, sin pretensión alguna. Llegado el momento, Vai se quedo muy sorprendido al ver a alguien, que con apenas experiencia previa ni haber acudido a clase alguna, tenía un don innato para la técnica vocal y la interpretación, siendo, según la definición del guitarrista: «el mejor cantante de rock de la historia que jamás has escuchado». Y tan sorprendido quedó que la idea de grabar algo en plan juego se transformó en dos semanas y un L.P. al completo.
Sin embargo, pese a tener el álbum listo y mezclado y a falta sólo de masterizarse, conviene recordar que en aquel momento ya se había convertido en una estrella mundial al haber girado con Whitesnake y David Lee Roth, tenía que alternar su fiebre motera con las presentaciones por todo el globo del reciente «Passion & Warfare», y que en el 93 montaría aquel supergrupo de poco original nombre llamado Vai, con Terry Bozzio, T.M. Stevens y un debutante Devin Townsend, que también le llevaría a recorrer todo el mundo y recalar por vez primera en España. Así que, entre una cosa y otra y en un momento de la música convulsionado por el estallido del grunge en detrimento del heavy y el hard rock clásicos, pospuso una y otra vez el lanzamiento de ese disco y aprovechó que aún había sitio para su estilo progresivo fusionero fashion raro entre cierto sector de aficionados ajenos a las modas mainstream, para seguir consolidando su posición en el mercado como una rara avis de tipo que hace «música instrumental para guitarra bien rara y que sin embargo, tiene éxito».

    En el 98, ya habiendo superado la etapa de quemar rueda en el asfalto, le llegó la mala noticia de que su amigo había fallecido en un segundo accidente y fue cuando decidió aparcar para siempre el proyecto de álbum conjunto, hasta ahora. Pero dejemos a los protagonistas del lanzamiento que hablen ellos mismos de todo esto. Primero, tenemos el comunicado oficial publicado en las webs de Mascot Label Group y del propio Vai:

    «»Vai/Gash» es un álbum de colaboración entre Steve Vai y Johnny «Gash» Sombretto, grabado en los años 90. Las grabaciones permanecieron en el estante durante 30 años, ¡y finalmente ven la luz del día!

    Alrededor de 1990, Steve se sumergió en la conducción de motocicletas y la cultura motera. Esto lo compaginó con el deseo de grabar un álbum de rock directo. A través de un amigo conoció a Johnny «Gash» Sombretto. Gash era un ávido entusiasta de las motocicletas que quedó severamente marcado después de un accidente a la edad de 21 años. Steve y Gash se llevaron bien de inmediato.

    Steve hizo que Gash cantara sobre estas canciones de temática motera que escribió, y nada lo preparó para la voz que salió de la boca de Gash. Esta era la voz que quería escuchar lamentándose sobre estas pistas de rock. A pesar de los otros proyectos musicales de Steve en ese momento, como Sex & Religion, siempre hubo planes para lanzar este disco, aunque eso no iba a ocurrir: en septiembre de 1998, sonó el teléfono de Steve y la novia de John le dijo que éste había tenido un accidente de moto y había muerto.
Desanimado, Steve puso todo el proyecto en un estante y pasó a otros proyectos. Después de tres décadas, el álbum saldrá a la luz, como un tributo al que definitivamente habría sido uno de los más grandes cantantes de rock.»

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Por su parte, el propio Vai también grabó un vídeo hablando sobre el disco y este sería un buen resumen del mismo:

    «»Vai/Gash» fue escrito y grabado en una especie de corriente de conciencia en 1.991, en un período bastante breve, como respuesta a mi deseo de tener un tipo particular de música para escuchar cuando conducía mi motocicleta Harley Davidson con mis amigos. Uno de esos amigos era John «Gash» Sombrotto, quien es el poderoso cantante de este disco. Es una reminiscencia de cierto tipo de música rock que disfruté cuando era adolescente en la década de los 70. Estas grabaciones estuvieron almacenadas durante más de 30 años y se lanzarán ahora en 2.023.

    John nació en Queens, New York, y en su juventud fue un ávido entusiasta de las motocicletas. En 1.977, a la edad de 21 años, sufrió un grave accidente que provocó que su cuerpo se incendiara mientras caía 30 pies sobre una cerca de alambre de púas. Los médicos le dijeron a su familia que tenía quemaduras de tercer grado en el 60% de su cuerpo y que si sobrevivía, había una gran posibilidad de que perdiera el brazo derecho y la pierna izquierda. Mientras tanto, en la Unidad de Quemados, sufrió un dolor insoportable, especialmente cuando se le daba el intenso ciclo diario de baños calientes para sus quemaduras. Siguió adelante, y después de un mes, fue dado de alta del hospital. Por fortuna, ninguna extremidad fue amputada, sin embargo, quedó con una oreja izquierda parcial y capas de injertos de piel sobre el cuello, los brazos, las piernas y todo el pecho.
Las historias que contaba sobre su recuperación y el dolor insoportable involucrado, fueron abrumadoramente desgarradoras. Pero sobrevivió y prosperó de nuevo. Hizo su camino a Los Ángeles en 1.982 y volvió a subirse a su motocicleta.

    A primera vista, muchas personas podrían quedar cautivadas por su cabeza calva, su cuello lleno de cicatrices y su oreja quemada. Con su apariencia y conduciendo una Harley, era fácil suponer que se trataba de un motociclista duro y amenazador con una actitud nefasta, pero después de interactuar con él incluso sólo por un minuto, su encanto y carisma magnético les haría reír y disfrutar por completo de su presencia edificante. Conquistó a la gente con ingenio, calidez y chispa. John se llevaba bien instantáneamente con las personas más improbables de todas las edades, colores, tamaños, tendencias políticas o sexuales. No era superficial y nunca juzgaba a las personas. Esto permitió que su personalidad cautivadora y su encanto embriagador lo atrajeran. Debajo de todas esas cicatrices había un corazón audaz y cálido que se podía ver en sus ojos azules grandes y encantadores.

    Algo en mí quería llevarlo al estudio y ver cómo se desenvolvía con ese tipo de canciones para motociclistas. Ya tenía la maqueta casi lista, y cuando cantó, nada podría haberme preparado para asimilar la voz que salió de su boca. Sonaba como era él: confiada, auténtica, intrépida y con un corazón alegre. Alrededor de ese período de tiempo también estaba comenzando a trabajar en «Sex & Religion» y esperaba eventualmente grabar nuevas canciones con John para un proyecto alternativo, pero resultó imposible.

    Sin duda, es el mejor cantante de rock & roll que puedas imaginar. Lo tenía todo, pero entonces se marchó. El 7 de septiembre de 1.998, dos días después de la muerte de mi padre, sonó el teléfono y era Nancy, la novia de John. Su voz temblaba y de algún modo, supe lo que iba a decir: «John iba en moto, ha tenido un accidente y ha muerto.»
Me sentí completamente agrietado y archivé el proyecto. Todos los elementos estaban en su lugar, pero él ya se había ido. He estado escuchando esas cintas todos los años en las fechas cercanas al aniversario de su muerte, sin embargo, recientemente, algo me hizo querer lanzar las grabaciones. Sentí que había llegado el momento.

    Ojalá hubiéseis tenido la oportunidad de conocer a John. Estoy seguro de que lo habríais amado como todos lo hicimos. Pero ahora está en el viento.

    Al respecto de esto último, «In the wind» fue la primera canción que grabamos para el álbum y tenía que ser el primer single de presentación. Para nosotros representa la sensación de libertad de cuando conducíamos nuestras Harleys en las carreteras en nuestras pequeñas excursiones y viajes. La canción tiene esa euforia de dominar el poder de la moto mientras el viento mueve tu cabello.»

Steve Vai & Johnny Gash Sombrotto

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Habiéndonos puesto ya en contexto de la génesis y posterior sepultura de este álbum, sólo añadiré unos detalles más antes de comenzar con el análisis del mismo.

  • «Steve Vai presents: Vai/Gash» es una coproducción entre el sello de Vai, Favored Nations, y Mascot Label Group.
  • Tuvo como single de presentación el corte «In the wind», siendo lanzado el 27 de enero de este mismo año y que fue seguido en días posteriores por otros dos singles—«Busted» y «She saved my life»
  • Se puso a la venta el 24 de febrero en formato CD digipack y vinilo de 18o gr..
  • Johnny «Gash» Sombrotto se encargó de las voces y coros, mientras que Steve Vai hizo lo propio con guitarras eléctricas y acústicas, bajo, teclado, coros, además de componer letra y música y mezclar y producir todo el álbum.
  • También aparece acreditado como baterista una tal «Il Misterioso Batterista» Tiffany Smith.
  • Para la versión actual, el álbum ha contado con el legendario productor e ingeniero Mike FraserSteve Vai, Joe Satriani, AC/DC, Metallica, Aerosmith, etc.— para remezclar las canciones y del no menos legendario Peter BrusseeIQ, Ayreon, Jason Becker, Star One, Bill Evans, Whigfield, etc.— para el mastering. Por cierto, respecto a Brussee, decir también que tiene dos manchas negras en su gran currículum, como es aparecer como masterizador de «Blue lightning» y «Parabellum» de Yngwie Malmsteen —links a sus respectivas críticas aquí y aquí—, aunque pongo la mano en el fuego que ambos álbumes carecieron de mastering.
  • La última persona acreditada se trata de Roy Koch, otra leyenda de la ilustración que se ha encargado de la portada, y que ha trabajado previamente con artistas de la talla de A-Ha, Aphex Twins, Björk o New Order (y así como unos ocho millones de artistas más, a tenor del interminable listado aparecido en su página web y que recomiendo encarecidamente que visitéis).
  • Resulta altamente curioso cómo en la gira que está realizando en la actualidad y que le ha llevado a recalar por España —link a la crónica del concierto de Barcelona aquí—, no toca ni una sola canción de este álbum.

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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES

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1.- In the wind. Potente inicio de álbum, en el cual es fácil imaginarte que estás a bordo de una moto con el viento golpeando tu cara. No obstante, la canción puede verse de dos maneras. Si eres fan del hard rock angelino ochentero, pegarás saltos de felicidad con su contagiosa alegría, la intensa interpretación de Gash y el marchoso groove. Pero si eres MUY fan y amplio conocedor del género, te parecerá un refrito de mil y un grupos similares y que Gash tiene una voz genérica.
No obstante, lo que sí es llamativo y no admite duda, es que Vai está totalmente desaparecido y que incluso el solo de guitarra parece haber sido compuesto y tocado por un principiante.

2.- Busted. Pasamos al segundo single y no podemos olvidar el contexto en el que se crearon estas canciones, que no es otro que con la relación de Vai con David Lee Roth bien activa, por lo que aquí tenemos una influencia muy acusada de DLR e incluso de Van Halen, un doble bombo cada uno con una afinación diferente, como dictaban los cánones de la época, un bajo potente marcando junto a la batería la cadencia del ritmo y un Gash bien macarra a la hora de cantar.
Por su parte, Vai, ahora sí, se deja notar aunque por momentos parece haber sido poseído por Eddie Van Halen, lo cual no es malo, en absoluto.

3.- Let’s jam. Tercer corte que se inicia con un poderoso redoble de caja a la que seguirá durante todo el tema un interesante juego de charles y que denota la calidad de esa misteriosa baterista acreditada. Nos encontramos ahora ante un hard rock colindante con el heavy metal y una cierta influencia de Kiss, en especial en los estribillos.
He escuchado alguna opinión que afirma que Gash cantaba con un timbre similar a Ozzy Osbourne en esta canción. Algo hay, sobretodo en los estribillos más agudos y brillantes, aunque también veo cierta influencia del Gene Simmons cantante en algunas estrofas.
Por su parte, Vai nos deleita con un solo corto pero tremendo, del tipo que satisfará a sus fans.

4.- Women fever. Todo disco de hard rock o A.O.R. que se precie, debe de contener un tema de blues. Y si bien Vai no es el mejor guitarrista para hacer blues, lo cierto es que crea una estructura rítmica con su guitarra bastante bonita, mientras que a la hora del solo se contiene mucho para que no aparezca su excentricidad habitual.
Por su parte, Gash se muestra vacilón y macarra, en una onda entre David Lee Roth y Axl Rose.

5.- She saved my life. Tal y como hemos puesto en contexto, en aquella época Vai vivía un momento muy dulce: su paso por las bandas de Frank Zappa, David Coverdale y David Lee Roth le habían situado en la élite, y “Flex-able” y “Passion & Warfare” confirmaban su condición de guitar hero y de músico muy diferente y especial. Y es por eso que abordó con ilusión y mucha preparación previa “Sex & Religion”.
Esto lo explico porque por más que con este proyecto quisiera hacer un disco de rock sencillo para viajar por carretera, la mente le debió jugar una mala pasada y sacó en esta ocasión su ramalazo más progresivo y elegante, haciendo de esta canción un experimento que sobra totalmente y no encaja con la tónica del disco, pero que sin embargo, podría haber aparecido tanto en “Skyscraper” de DLR como en el futuro “Sex & Religion”.
Sin duda, es un eslabón perdido entre ambos álbumes, con elementos de uno y de otro (el estribillo y los coros parecen haber sido creados para Devin Townsend) y la canción más “vainiana” de todas, pero a la vez la que más desentona del disco.

6.- Danger zone. Nos olvidamos de todo atisbo de hard rock y el dúo nos entrega un musculoso heavy metal, aunque musicalmente lleno de clichés y con 0 originalidad.
No obstante, hay suficiente energía como para hacer headbanging y un estribillo de lo más coreable.

7.- New generation. Pasamos ahora a un cruce entre hard y sleazy rock, con ese toque macarra, vacilón pero a la vez divertido de bandas como Mötley Crüe, L.A. Guns o Poison, aunque también sin la gracia que convirtieron a esas bandas mencionadas en referentes para varias generaciones.
Al menos podemos disfrutar de un solo de guitarra más largo que la media en este disco, muy “satrianesco” y que se adapta bien al tipo de composición.

8.- Flowers of fire. Y llegamos al cierre con la única balada del álbum. En esta ocasión Vai intentó rizar el rizo: crear una canción de A.O.R. bien comercial con su sonido característico en las guitarras rítmicas. Y por extraño que parezca la mezcla de “Passion & Warfare” con Bon Jovi o White Lion, ¡funciona!
Y funciona también debido a la gran interpretación de Gash.
Buen final de álbum aunque se hace raro que sea con una balada y no un tema más movido.

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CONCLUSIÓN

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    Dada la cercanía del estreno de «Inviolate» con éste —menos de un año—, es lógico intentar compararlos, aunque es un acto inútil: uno representa la evolución musical y vital de un músico que vive en su propia burbuja creativa (y aún así, con los pies en el suelo, sino es imposible entender el éxito que tuvo y sigue teniendo haciendo el tipo de música que hace) y el otro fue fruto de un momento en el que una afición formó parte de su vida con intensidad y en el que conoció a un cantante con el que hacer algo alternativo y sin más pretensiones.

    Y es que en lo de la falta de pretensiones creo que está la clave de porqué nos encontramos ante el primer disco fallido de Steve Vai. Recordad lo que éste comentaba en la introducción:

  «»Vai/Gash» fue escrito y grabado en una especie de corriente de conciencia en 1.991, en un período bastante breve, como respuesta a mi deseo de tener un tipo particular de música para escuchar cuando conducía mi motocicleta Harley Davidson con mis amigos.»

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    O sea, que no parece un motivo para intentar crear una obra maestra que trascienda el tiempo y el espacio, sino un puro y llano divertimento para sí mismo y su entorno y ser disfrutado de un modo muy concreto. Y ya si después se ponía a la venta y gustaba a más gente, pues todos contentos. Entre esto y la velocidad en la creación y grabación, me da la sensación de ser el primer disco de Vai en estar poco trabajado y pulido; más bien se trataba de capturar la esencia del momento sin más presión.
Al menos es lo que escucho de boca de Johnny «Gash» Sombrotto; que el tipo tenía un talento y un potencial tremendo eso está fuera de toda duda, pero en este disco he escuchado a ocho Sombrottos diferentes, como si o bien no tuviera claro cual era su propia voz e intentara imitar a otros cantantes de la época según el ambiente de la canción, o bien esa fuera la intención en aras a divertirse en el estudio (una vez más, era un disco sin presión alguna por parte de la discográfica, los fans o del mismo Vai).
Lo mismo me ha pasado con Vai, ya que hay canciones como «In the wind», en la que podría estar tocando cualquier otro guitarrista y encima se marca un solo de principiante, «Busted», en la que escucho en todo momento a Eddie Van Halen, «She saved my life», en la que se olvida del tipo y motivación del álbum y nos entrega un bonus track de «Sex & Religion», o «Flowers of fire», en que une el A.O.R. más comercial con su toque más personal y tiene la potra de que todo case.
Es decir, que también parece haber un Vai diferente para cada canción.

    He expresado en muchas ocasiones en el programa de radio que es imposible analizar su carrera y no establecer paralelismos y diferencias con la de Joe Satriani, y lo cierto es que cuando me enteré que Vai iba a sacar un disco de hard rock de unas demos de hace treinta años, sabía que no era el guitarrista adecuado para un proyecto así. Y mira que en mi opinión, Satriani lleva años en una deriva creativa descendente; sin embargo, cuando no tiene encima todo el peso de la composición y la producción y se embarca en un proyecto de grupo, se muestra más inspirado. Y además, aunque se le conozca en parte por sus arrebatos alienígenas, también es un tipo de guitarrista que encaja mucho mejor en un proyecto de hard rock. Su trabajo con Deep Purple y Chickenfoot lo corrobora.
Con esto quiero decir que me habría creado mucho más hype si el anuncio del lanzamiento de este tipo de disco hubiera venido por parte del bueno de Satch.

    ¿Pero es este un mal disco? Pues sí y no, todo depende según cómo lo encares o seas un tipo de oyente determinado. A favor tiene que, a la antigua usanza, dura media hora sólo, es muy entretenido, su escucha no cansa y tiene algunas canciones muy coreables y marchosas, como «In the wind» o «Danger zone». En contra tiene que no lo veo un álbum cohesionado, sino una serie de canciones sueltas sin demasiado trabajo, llenas de clichés y muy genéricas, tanto en composición como en interpretación, salvándose sólo «In the wind» (pese a tener a un Vai desaparecido y un solo de guitarra tan simplón), «Busted» y «Women fever» como las más trabajadas y que en el caso de haber tenido ocho o diez canciones así, estaríamos ante un álbum clásico. Aunque una vez más, no fue creado con esa intención.

    En conclusión, no es un mal disco ni una mancha negra en el currículum de Steve Vai, pero sí un trabajo muy personal, creado en unas circunstancias y con una intención determinada y que para los que disfrutamos del Vai más progresivo y shred, nos sabe a muy poco y quedará como un punto y aparte curioso en su carrera.

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   Un inciso más y termino: a nivel de sonido y mezcla, hay que admitir que el disco suena muy bien. Tiene ese toque retro de finales de los 80 y principios de los 90 que a muchos aficionados al estilo les gustará y con una buena pegada moderna. Sin duda, está claro que el material de origen debió ser grabado en muy buenas condiciones, demostrándose que ya por entonces, Vai era un buen ingeniero de grabación y productor, y con el toque actual de Mike Fraser y Peter Brussee encargándose de la remezcla final y el mastering, respectivamente, ha quedado como un álbum profesional y no como una maqueta casera; lo cual, por cierto, es lo contrario de lo que le ha ocurrido al álbum de los Squares, la banda juvenil de Joe Satriani y cuyas demos se convirtieron en un álbum público el pasado 2.021, pero que no deja de sonar a maqueta casera con pocos medios e indudable calidad en lo musical… aunque esto es otro tema aparte.

    Para finalizar, comentar que fue una pena el trágico desenlace de Gash, puesto que se trataba sin duda de un talento en ciernes que nos podría haber hecho disfrutar mucho y quien sabe, haberse convertido en una rock star histórica, pero al menos siempre quedará este trabajo como testamento póstumo.

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Johnny Sombrotto 03

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TEXTO: Albert Sanz

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