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Crítica: Güru «Red»

Guru Red CD cover

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FICHA

  • Artista:  Güru
  • Sello:      Autoproducción
  • Año:       2.016
  • Estilo:    Hard rock, westcoast rock, A.O.R., heavy metal

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CALIFICACIÓN

CALIFICACIÓN TÉCNICA
  • Nivel de técnica: 8,5/10
  • Variedad de fraseo, recursos y técnicas: 8,5/10
  • Nivel de coñazo virtuosístico: 0/-10
  • Calidad producción (equilibrio en la mezcla, masterización, etc.): 9/10
  • Calidad presentación (carátula, libreto, etc…): 7/10
  • PUNTUACIÓN: 8,6/10
CALIFICACIÓN MUSICAL
  • Calidad musical: 9/10
  • Nivel de feeling: 10/10
  • Posibilidad de escucharlo de un tirón: 10/10
  • Ganas de hacer “headbanging”: 8/10
  • PUNTUACIÓN: 9,25/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,9/10

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INTRODUCCIÓN

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    Ha tardado pero al final lo ha conseguido; David Palau nos presenta la tercera aventura de su banda Güru. En el periodo transcurrido entre «White» y éste «Red», Palau ha seguido trabajando para grandes nombres de la música española, pero no tanto como antaño; de hecho, y sin abandonar su condición de sesionero o acompañante, hemos podido ver cómo revindicaba su faceta más rockera, trabajando en directo para gente de muy alto nivel como el cantante de Toto, Bobby Kimball, el teclista de Chicago, Bill Champlin  o el guitarrista y productor Tommy Denander.

Poster-digital    A nivel de miembros involucrados, parece que Güru ya ha alcanzado cierta estabilidad, puesto que pese al baile de nombres del primer al segundo disco, ahora nos encontramos con tres cuartas partes de los músicos que grabaron el anterior: David Palau —guitarras, teclados y coros—, Dagarod —voz— y Jordi «Kako» Vericat —bajo—. Se incorpora como nuevo integrante el multiinstrumentista Joan Barbé, que en esta ocasión ejerce de baterista. En su web —enlace aquí— puede verse un amplio currículum como músico de sesión y productor, en el que destaca su principal banda, Projecte Mut, formación de pop e indie rock. Pero la verdad sea dicha, y sin menospreciar a ese grupo, lo que nos interesa de Barbé es su disco en solitario de 2.012 llamado «Alter Ego», probablemente el puto mejor disco de jazz fusión de los últimos diez años.

    Una imagen vale más que mil palabras:

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    Brutal, ¿verdad? Y volviendo a «Red», éste también cuenta con las colaboraciones de la leyenda del jazz y la fusión Josep Mas «Kitflus», que se ha encargado de la parte orquestal —cuerdas y tal—, el teclista Hugo Bistolfi de los célebres metaleros argentinos Rata Blanca y del mencionado Tommy Denander, músico que entre sesiones y proyectos propios se acerca mucho a Steve Lukather en cuanto a grabaciones realizadas. Echadle un ojo a su ficha en Wikipedia para que veáis que no es una exageración.

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    La primera toma de contacto con el nuevo disco dejó al equipo de Guitar Xperience estupefactos y con la sensación de «¿pero qué cojones es esto?», acompañado de un «Palau, ¿qué puñetas has hecho?». Desde luego, si querían crear polémica y controversia lo consiguieron con creces.

    Retrotraigámonos unos pocos años. 2.012. Van Halen editan el disco más esperado en materia rockera de los últimos 15 años, «A different kind of truth». Se cumple la teoría esa que dice que cuanto más espere uno un disco, peor será el single de presentación del mismo. «Tattoo» era un medio tempo poco inspirado, con una voz de ultratumba en los coros por parte de Eddie espantosa, un solo de guitarra simplón, un «Diamond» Dave cantando con el piloto automático, un estribillo sin ninguna gracia y encima ¡no estaba Michael Anthony!
Días después y tras varias escuchas, resulta que la teoría comentada antes se había ido al garete porque se le acababa descubriendo algo adictivo a «Tattoo», algo imposible de definir, ya que todo lo negativo seguía ahí, pero igualmente el tema se te había metido en la cabeza.

    Bien, Palau anuncia la publicación del single «Rockstar» en formato videoclip. Llega el día, le damos al play, comienza un riff de guitarra puro estilo Vai con una nota de tapping que llega en el momento justo. Todo perfecto, todo en su sitio. Veinte segundos magistrales con un Dagarod que pone la guinda vociferando esta declaración de intenciones: «Here we goooooooooooo yeaaaah!». Entonces todo cambia: Dagarod comienza a cantar en castellano y ya en la segunda frase escuchamos un muy rancio y castizo «carajo».

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WTF???

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TTTTTermina la canción y hemos escuchado el término «puto» un montón de veces dentro de una letra crítica, actual pero con cierto sentido del humor, y hemos visto también a un par de actores interpretando varios roles de forma paródica. Y entonces llega esa incómoda sensación de no saber dónde se ha metido la que era la mejor banda de A.O.R. y hard rock melódico y técnico del país; la fusión perfecta de Journey, Toto y Mr. Big acababa de transformarse en la versión metalera de los Mojinos Escozíos.
Sin llegar a los extremos de la canción de Van Halen, nos habíamos quedado traspuestos.

    Pero Palau es Palau y Güru es Güru, y los adoramos, así que le seguimos dando la oportunidad. Días después estábamos vibrando con una guitarra rítmica impresionante y una guitarra solista que sorprendía con una primera mitad neoclásica, nos daban ganas de hacer headbanging con la poderosa sección rítmica de Vericat y Barbé, Dagarod se reafirmaba como uno de los mejores vocalistas europeos y la letra… ¡joder con la letra! Aunque un «bitch» o un «fuck» suene mejor en inglés que en español, era imposible no estar de acuerdo en el claro mensaje que transmite, un maldito fenómeno que padecemos los que andamos mucho en por las redes sociales.

    Así de esa manera, «Rockstar» pasaba de ser un WTF? en toda regla al single más pegadizo de los últimos años y con un estribillo que se te mete en la cabeza y se queda ahí sin pedir permiso, repitiéndose en bucle horas y horas. En mi caso, no experimentaba esa sensación de oír un tema mentalmente muchos días seguidos desde que me encontré con «The dissident» de Slash featuring Myles Kennedy & The Conspirators, aparecido en su álbum «World on fire». Y «Rockstar» tiene diez veces más capacidad de aparecer espontáneamente en tu cabeza que el tema del amigo Slash.

    Y ahora sí, tras esta «breve» intro, vamos a ver qué nos encontramos en «Red».

Guru red

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ANÁLISIS DE LAS CANCIONES

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1.- RockstarComo se ha comentado al principio, puede chocar oír a Dagarod en castellano, pero tras un par de escuchas, enseguida se llega a la conclusión de que estamos ante el single perfecto y una de las mejores canciones de heavy metal y hard rock que hemos escuchado en años. Desde la muy «vaiana» introducción al pegadizo e inolvidable estribillo, pasando por la excelente guitarra rítmica, el variado solo de la guitarra (con una sorprendente primera mitad neoclásica) y la letra, esa letra tan real, crítica, cínica y con la que muchos nos podemos sentir identificados, este «Rockstar» pone el listón altísimo para el resto del álbum.
Sólo le pondría una pega, y es el inspirado solo de guitarra que suena al final de la canción, pero que al sonar por debajo del último estribillo vocal queda en segundo plano, y es una pena, porque sonaba de muerte.

2.- Ella. Seguimos con un hard rock de libro en la que la banda nos cuenta la historia de toda una «femme fatale», seductora y peligrosa. El tema tiene un aire de lo más macarra y chulesco, y es la primera vez que nos encontramos algo así, con un Dagarod que en algunos momentos me ha recordado a Carlos Tarque de los M-Clan.
De todas formas, tampoco estamos ante una muestra de sleazy rock a lo Mötley Crüe, no llegamos a esos extremos, puesto que David Palau se encarga de poner el toque de sofisticación con un solo de guitarra excelente, que viene acompañado de un pre-solo aún más largo y aún más excelente.
Y no quiero terminar el comentario de esta canción sin mencionar el tremendo trabajo de Jordi Vericat al bajo.
«Rockstar» había puesto el listón altísimo, pero «Ella» lo consigue mantener… ¡y de qué manera!

3.- No puede ser. Tras dos canciones con un enfoque algo fuera de lo habitual en Güru, volvemos al terreno en el que Palau y los suyos se mueven como pez en el agua: el A.O.R. y el hard rock melódico más sofisticado. Una composición musicalmente maravillosa con claras influencias de Toto, Journey y Whitesnake, y que recuerda al excelente «Straight to your heart» que apareció en «White».
Es obligado destacar la letra, con un punto romántico precioso pero sin caer en lo ñoño, así como el melódico solo de guitarra de Tommy Denander y el excelente acompañamiento de teclados y cómo éstos envuelven al resto de instrumentos.

4.- Quédate. Llegamos a la primera balada del disco. Letra ultra romántica, casi dramática y con un exceso de azúcar que puede gustar o no, según lo sensible que uno sea. Si bien a nivel musical no es un tema tan inspirado como otros del disco, es imposible no fijarse en la impresionante interpretación de Dagarod. Que a nivel heavy es una bestia eso ya lo sabemos, pero hay momentos de tranquilidad absoluta en los que el joven vocalista sabe adaptarse a esa situación con absoluta solvencia, interpretando a la perfección lo que dice la letra.
Mil y un matices y grados de intensidad vocal para lo que es una interpretación que debería estudiarse en las escuelas de música.

5.- Hipócrita. Curiosa canción, ya que va alternando una parte acelerada y muy técnica con una tremenda parte rítmica de Palau y cierta influencia de Mr. Big con otra más lenta y vacilona, deudora de los mejores Toto.
El solo de guitarra central es el más sorprendente del disco, con un uso del delay muy extremo que recuerda a algunos pasajes del tema «Touching tongues» de Steve Vai de su álbum «Sex & Religion». Es curioso que la canción demandaba un tipo de solo de guitarra bien acelerado, como el que suena debajo del último estribillo, pero éste queda de fábula.
La letra también es de esas que da que pensar, por lo mucho que puede verse reflejada mucha gente al escucharla.

6.- Solo tú. Bajamos las revoluciones con este medio tempo muy comercial y radiable, y que oscila entre el A.O.R., el westcoast rock e incluso el pop. La letra vuelve a ser romanticona, pero en esta ocasión la cantidad de azúcar es algo excesiva.
No obstante, la excelente pericia técnica de todo el grupo y las cuerdas del maestro Kitflus consiguen que el tema teniendo su atractivo.

7.- Red. Curioso que todo el disco sea cantando en castellano y se llame «Red» en vez de «Rojo». Y esa curiosidad se extiende a esta canción, que también se titula en inglés. Al margen de esto, si hablamos de técnica pura y dura, es posible que sea el mejor corte del todo el álbum, ya que estamos ante una composición que va del hard rock al heavy metal pasando por el rock progresivo, con un Palau que inicia el tema con una compleja línea de fingerpicking, sigue con una variada sección rítmica con diferentes cambios de tempo y termina con el que es uno de los mejores solos que ha creado jamás.
Toda una fiesta para amantes de la pirotecnia y con una letra emotiva.

8.- Mientes. Llegamos ahora al corte más breve del disco —no llega a los tres minutos—. Se inicia con una percusión electrónica, una guitarra funky y David Palau cantando, antes de dar paso a un tema de hard rock muy contundente con algunos riffs a lo Extreme.
Si bien está claro que Dagarod es mejor cantante que Palau, éste siempre se ha caracterizado por una gran expresividad y un tono de voz muy personal, y aunque Dagarod lleve la voz principal, la alternancia con la voz en el estribillo de Palau queda fantástica.
A destacar también el solo de teclado de Hugo Bistolfi, bastante tranquilo y relajado en comparación con la onda del tema.

9.- Despertar. Penúltimo tema del álbum y con una letra emparentada con la de «Red». Volvemos al estilo Toto, en un medio tempo entre funky, A.O.R. y westcoast con un pegadizo estribillo y que habría encajado a la perfección en el primer álbum de la banda, y que en mi opinión, hubiese sonado mejor en la voz de Pau Sastre, el primer vocalista del grupo; lo cual no significa que Dagarod lo haga mal, ni mucho menos.
En cuanto a asuntos técnicos, el catalán vuelve a sorprender en la primera parte del solo, con una sección inicial de bendings bastante complicados de ejecutar y un desarrollo posterior maravilloso. Otro solo de David Palau junto al de «Red» para enmarcar.
Y ojo a Barbé, porque la batería del tema tiene más complicación de lo que aparenta.

10.- Que me me dejes hacerlo. Segunda balada del álbum, relajada, y con guitarras acústicas que hasta el momento no habían aparecido. De todas formas, también hay una parte rockera con un tempo algo más rápido, en la que es imposible no destacar la orquestación de Kitflus y el colchón de teclado y piano.
A nivel de letra no impacta tanto como el dramatismo de «Quédate», pero sigue siendo una gran balada.

11.- Buenos tiempos. Medio tempo nostálgico para finalizar este gran trabajo. Pese al aire tan americano del estilo de Güru, este final recuerda mucho al rock clásico español; de hecho, desde el primer momento imaginaba su letra nostálgica cantada por un Carlos Tarque o un Miguel Ríos.
Curioso fin de fiesta con una canción algo diferente al resto del disco, pero no menos excelente.

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CONCLUSIÓN

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    Obra maestra. Sin dudas. Palau sigue demostrando que las miles de horas colaborando para artistas que en algunos casos son criticados por su posición en el mainstream más variopinto, le han servido para controlar todos y cada uno de los aspectos de una producción musical, y su bagaje rockero personal, para saber qué es lo que necesita el público español. Y no voy a menospreciar ni mucho menos a otras bandas del género, que hay pocas pero las hay, pero el A.O.R. técnico y el hard rock melódico no es el género más practicado entre los grupos españoles.

    «Red» es un trabajo excelente. Palau tiene algunos de los mejores momentos a nivel de guitarra que le hemos oído en mucho tiempo, desde las rítmicas de «Rockstar», el pre-solo de «Ella» que es más largo y emocionante que el propio solo o los solos de «Red» y «Despertar».
Dagarod demuestra que aún puede cantar mejor, ya que, quizás debido a las letras en español, se le aprecian matices interpretativos que no le habíamos escuchado hasta el momento.
Y la base de Vericat y Barbé aporta el toque necesario en cualquier momento, desde la garra del hard rock, la furia del heavy o los momentos de A.O.R. más sutiles y relajados.

    Pero Guitar Xperience no sería lo que es, para bien o para mal, si nos limitáramos a una sucesión de alabanzas sin freno. También hay elementos susceptibles de crítica. «Red» recuerda en cierto modo a «Güru», en el sentido de ser un enorme trabajo a nivel de composición pero con poco riesgo (si descartamos como riesgo practicar un género que salvo tres o cuatro grandes nombres extranjeros, no triunfa en España). Y digo poco riesgo en el sentido de cierta linealidad o semejanza entre todos los temas, lo cual no significa que «Güru» no fuera un discazo. Pero en «White» teníamos tres ejemplos de, como si estuviéramos en una película, «giro de guión»: una composición A.O.R. de estribillo bestial y elementos electrónicos como fue «Angry song», la mezcla de heavy metal neoclásico y power metal de «Won’t B 2gether» o «Break the spell», que parecía la imposible fusión en clave progresiva de Toto y Extreme.
Aquí no pasa eso, y aunque haya mencionado que temas como «Rockstar», «Ella» o «Buenos tiempos» son algo diferentes al resto, no lo son tanto comparadas con las tres del párrafo anterior.
Esta linealidad tampoco es algo negativo, teniendo en cuenta lo grandes canciones que son, pero tras el impacto de la escucha de «Rockstar» no hay otro tema que te haga exclamar y preguntarte «¡Ostia!, ¿esto qué es?», como pasaba con, por ejemplo, «Won’t B 2gether».

    Otro detalle criticable es la concepción en sí del álbum en castellano; y es que no puede haber algo más americano que un disco de hard rock y A.O.R., y en castellano cuesta mucho acostumbrarse. Quizás tenga la culpa la histórica falta de referentes en este género en España. Hoy en día nadie se lleva las manos a la cabeza si escucha un disco de heavy metal de Lords of Black en inglés y otro de Barón Rojo en castellano. Pero lo cierto es, que si salimos de España y nos vamos a países del norte de Europa con amplia tradición en hard rock, A.O.R. e incluso sleazy rock, será raro encontrar alguno que cante en su idioma de origen y no en inglés.
Y más raro aún es que si el disco es todo cantado en castellano, encontrarnos que se titula «Red» y no «Rojo».
De todas formas, el mismo Palau ya ha comentado que para final de año saldrá la versión en inglés, por lo que tendré que esperar para ver si estoy equivocado en mi apreciación.

    No obstante, lo negativo comentado tampoco empaña la grata experiencia de escuchar este disco. Precisamente, la crítica al castellano se contrarresta con la diversión y complicidad que se ha visto aumentada en directo entre el grupo y el público, al poder corear éste las canciones con más facilidad, así como la multitud de nuevos matices que pueden apreciarse en la voz de Dagarod.

    En cuanto a las puntuaciones que aparecen al principio del artículo, podréis comprobar que son exactamente las mismas dadas a «Güru» y a «White» —enlaces a sus respectivas críticas aquí y aquí—. Los artistas, en una comprensible maniobra publicitaria, siempre mencionan a su último trabajo como lo mejor que han hecho, y la memoria de una parte del público es frágil, y por algunos comentarios que he leído, parece que Güru con «Red» hayan descubierto el fuego. Ni lo uno ni lo otro. «Red» es un inmenso trabajo y «Güru» y «White» siguen siendo unos inmensos trabajos como el primer día. Y los tres forman una trilogía indispensable y de la misma calidad sin que uno destaque por encima del otro.

     Así que sólo puedo agradecer a David Palau y los suyos por seguir alegrando nuestros oídos y espíritus, maltrechos por tanta mediocridad imperante con una propuesta tan creativa.

Guru - Red 2016 - inside

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PD: Dado que por el momento no hay más videoclips del álbum, ni nadie lo ha pirateado y troceado en YouTube, no podemos adjuntar más ejemplos sonoros aparte de «Rockstar» y os tocará pasar por caja. Pero incluimos a modo de cierre un vídeo con extractos de los solos de guitarra, lo cual es genial, por cierto.

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TEXTO: Albert Sanz
FOTOS: Güru

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